GP de Portugal 2020

 

                      Portimao maravillao

Hamilton machaca. Claro que viendo su inicio de carrera, prudente, casi diría timorato, nada parecía indicar eso iba a suceder. Bottas fue mejor bajo el suelo delicado, pero Sainz y Raikkönen estuvieron soberbios, de séptimo a primero el español y de décimo sexto a sexto el finlandés, que no pasó a Verstappen por poco. Esto lo llega hacer el inglés, y tenemos tontería para rato. De Carlos se hablará algo, pero de Kimi casi nada, es lo que tiene estar en el candelero. Y eso que el Mclaren no es el Mercedes, y el Alfetta, ni te cuento.

La F1 volvía a Portugal 24 años después en el bello trazado del Algarve de Portimao. Cuando conocí esta pista, en una carrera de Superbikes en el año 2012, si no me falla la memoria, con sus continuos cambios de nivel, cual montaña rusa, me pareció excepcional, uno de los mejores trazados de todos los tiempos. Que la F1 corra allí es motivo de alegría.

Respecto a los anteriores GGPP de Portugal, en el bonito -y clásico- trazado de Estoril, no tengo más que buenos recuerdos pese al duro golpe sufrido por Ferrari en 1987, al perder Berger la carrera frente a Prost en las últimas vueltas.

Es un trazado con historia, donde en 1984 Lauda obtuvo su tercer y último entorchado con la menor diferencia sobre el segundo, su compañero Prost, al superarlo por medio punto. Una pista donde un tal Senna logró su primera victoria en F1 en 1985 sobre una pista inundada, donde hipotecó su segundo título al chocar con Mansell en 1989 y, un año después, el propio Mansell ganó allí para alegría de Senna y desesperación de su compañero Prost, igualando a 16 triunfos con Stirling Moss. Un Mansell que recibió dos banderas negras en esta pista (1989 y 1991) algo inédito  -creo- en la historia de la F1.

Portugal 1989, choque de ases.

En 1993 Prost ganó su cuarto y último título al acabar segundo tras la futura estrella Michael Schumacher. Tres años después lograba allí un brillante triunfo el hijo del MITO, del malogrado Gilles Villeneuve, Jacques, al cuajar una impresionante remontada sobre su compañero de equipo Damon Hill, con un audaz, pero sobrevalorado, adelantamiento a Schumacher por el exterior de la parabólica. Y digo sobrevalorado porque el adelantamiento fue muy bueno, pero si Schumi no tiene que frenar antes por un doblado, no le pasa, lo mismo que tampoco le habría pasado Alonso en la 130R de Suzuka si este no hubiera salido de pena de la “Spoon curve”. Y es que esos grandes adelantamientos palidecen ante los de “verdad”, en duelo cerrado y sin aprovecharse de errores, como el de Villeneuve -padre, obvio- sobre Alan Jones en la curva de Tarzán en Holanda 1979 o el de Mansell sobre Berger en la parabólica de México en 1990. Véanlos en Youtube.

Volviendo a la actualidad, lo primero dar el pésame al ex-piloto Vitaly Petrov, que iba a oficiar de comisario pese a las protestas del giliprogre Hamilton, al ser asesinado su padre. La carrera no despertaba más interés, aparte de la espectacularidad del trazado, que una posible hecatombe que mandase a la armada Mercedes a la estocada, como en Monza y, para los seguidores de Hamilton, que batiese el récord de victorias del Kaiser. Tengo claro que de no haber ido Hamilton a Mercedes, otro se habría hecho con estos siete títulos.

La desgracia cayó sobre la familia Petrov.

Pirelli llevó unos compuestos muy duros sobre una pista muy deslizante pero, así todo, los blandos no parecían ser más rápidos que los medios a una vuelta, en cambio, duraban menos.

Con media hora de retraso -para asegurar las alcantarillas-, mucho viento y dificultad para calentar las ruedas, cada cual eligió la táctica que mejor le pareció, dándose el caso de que la primera linea la coparon los Mercedes con Hamilton por delante de Bottas, lo que no es sorpresa, pero sí que lo hicieran con medias por blandas de los demás. Verstappen fue tercero y un gran Leclerc cuarto, toda vez que su compañero era décimo quinto. Leclerc calificó con blandas, pero pasó a Q3 con medias y sería, junto a los MB, el único de los diez primeros en usarlas.

El domingo estaba nublado y amenazaba lluvia. No llegó a llover, pero unas gotas mojaron la pista en las primeras vueltas y ahí se lucieron Sainz y Raikkönen -los viejos rockeros nunca mueren- colocándose primero Sainz superando a seis coches en la primera vuelta, mientras que Kimi se ventiló a diez. Verstappen y Hamilton, que suelen destacar en estas condiciones, esta vez no lo hicieron. El holandés se tocó con Pérez en lo que fue un incidente de carrera.

Sainz líder. Su espectacular inicio dejó en "bragas" a los todopoderosos Mercedes.

Hamilton no sólo claudicó ante Bottas, que lo hizo mucho mejor, sino ante Sainz, que se los “merendó” a todos. Su gran velocidad punta en recta le impidió caer más atrás y luego, con pista seca, se mantuvo a unos 2” de Bottas hasta que, de repente, este perdió el ritmo y Hamilton se fue directo hacia su 92º triunfo sin oposición. Verstappen fue tercero sin poder inquietarlos, seguido de Leclerc que, una vez la pista se normalizó, remontó hasta el cuarto lugar, que era lo máximo a lo que podía aspirar. Cuando paró en la vuelta 35 y puso duras, a muchos les sorprendió, pero a mi no, visto lo mal que va el Ferrari con blandas.

Gasly fue quinto, cuajando una gran carrera luego de un largo y bonito duelo con Ricciardo que me recordó, por los zigzageos de este, al duelo entre Piquet y Prost de Holanda 83, pero esta vez sin accidente. En su “rush” final adelantó a un Checo Pérez al que se le vinieron abajo las ruedas blandas, demostrando que Mercedes, al igual que Ferrari, acertaron en no ponerlas. Sainz también pasó al agonizante Checo en la última vuelta para acabar sexto, que se hace poco viendo su formidable inicio. Eso que se lo miren los tifosi que se quejaban de su fichaje tildándolo de mediocre. De no haber facilitado en exceso el doblaje a Bottas, que al detenerse en boxes no dobló a Gasly, lo mismo el “hijo del matador” hubiera podido con el francés que, dicho sea de paso, esta cuajando un año extraordinario luego de ser machacado por Verstappen en Red Bull. En la misma tesitura, Sainz lo hizo infinitamente mejor, ganando a Max en calificación -no en carrera- y sacándolo de sus casillas varias veces.

De leyenda. La primera vuelta de Kimi -como la de Sainz- pasará a los anales, al igual que la de Senna en Dogninton 1993

Checo Pérez, elegido el piloto del día, mereció mejor suerte, pero su toque con Verstappen lo hundió. Sin él, probablemente habría luchado por el cuarto lugar con Leclerc.

Vettel, que ha reconocido -y le honra- que Leclerc está en otra liga, obtuvo el último punto tras los Renault de Ocon y Ricciardo, que esta vez no brillaron, y le birló ese honor a Kimi que, al igual que Sainz, por su genial inicio, mereció bastante más. Y es que el Alfa da para lo que da y a medida que la situación se normalizó no hizo más que perder posiciones.

Lando Norris podría haber puntuado, pero tuvo un toque cuando Stroll intentaba pasarle. Sancionaron al canadiense pero, bajo mi punto de vista, fue un lance -curiosa coincidencia- de carrera y, de haber logrado efectuar con éxito dicha maniobra, hubiera sido uno de los adelantamientos del año.

Como datos curiosos, la no renovación de Magnussen y Grosjean por parte de Haas de cara a 2021 y que Hamilton acabó su 45º carrera consecutiva. No abandona el tío desde el GP de Austria de 2018. Superó hace tres carreras ese récord, en posesión del alemán Nick Heifeld. No me enteré en su momento, lo siento.

Gasly sin la presión de Red Bull, brilla en Alpha Tauri.

En siete días de nuevo en Italia, en otro circuito precioso, con casi tantos desniveles como este -habría que compararlo- el bello trazado Enzo y Dino Ferrari de Imola, que no se visita desde 2006. Ese año ganó Schumacher, ¿podrán desde el cielo Enzo y Dino obrar otro milagro tipo Monza 88?

En una semana lo sabremos.