sábado, 31 de diciembre de 2022

Damon Hill

 



                             Su gran día




¡Y que día! Claro que no le sirvió para nada y nadie lo recuerda, pero fue más que genial aquel sábado 12 de noviembre de 1994 en Australia.

No, no me equivoco y no me refiero a la carrera del domingo, donde fue rapidísimo y mereció ganar, cosa que no hizo por lo que ya sabemos sucedió, ya que si es por carrera, lo suyo sería referirse a otras dos: la de Suzuka la semana anterior, donde batió al Kaiser bajo un intenso aguacero, o la de Hungría en 1997, cuando de no ser porque se le bloqueó el cambio, hubiera ganado con su modesto Arrows Yamaha.

Pero yo a Hill lo recuerdo más por lo que hizo el sábado arriba mencionado, más que porque fuera el favorito entonces ese año de mi hermana o porque mi hermano burlonamente lo llamase “Goyete”, como aquí llamaban a Jesús Gil y Gil, presidente del Atlético de Madrid.

Y lo que hizo fue en los segundos entrenos cronometrados, bajo el agua y sin posibilidad alguna de mejorar lo hecho el viernes -entonces había dos sesiones oficiales-, cuando se marcó unas vueltas geniales. Claro que eran inútiles, ni siquiera fue el más rápido ese día pero...¿y qué? ¡Bendita futilidad!



Japón 1994, Hill gana al Kaiser en agua, tal vez su mejor carrera.


Los que lo vieron, como yo, disfrutaron, y es una pena que no lo tenga grabado, ya que no hay manera de encontrarlo por ningún lado, al igual que la estratosférica vuelta de pole provisional del viernes en Imola 1989 de Berger, porque al igual que con el austríaco antes, dio gusto ver a Damon Hill pilotar su Williams Renault FW16B bajo el agua, con un estilo de rallyes precioso que jamas vi antes, ni después en F1. Claro que antes no lo vi todo, ni mucho menos, pero después casi. Y nada de nada. Rápido, espectacular, seguro, Damon Hill llevaba el Williams de lado por las curvas como si en lugar de un monoplaza estuviese con un coche de rallyes en al rallye de Australia en un tramo urbano. Fue genial, todo un gusto, ¡¡¡un gustazo verlo!!!

El que no lo vio, no sabe lo que se perdió. Aunque no contaba, fue toda una demostración de automovilismo puro. Porque pilotar como lo hizo no era nada fácil. No sé si era esa la manera más efectiva en ese momento, pero lo parecía y, francamente, él hizo parecía fácil, pero no lo era. Llevar de lado un F1, tanto a la entrada frenando, como a la salida acelerando, no es nada sencillo, porque los monoplazas no están preparados para ello. De ahí que ver cruzadas bonitas y efectivas con un F1 sea un rara avis. Y él iba como una flecha, sin perder tiempo. Lo llega a hacer una vaca sagrada, y tenemos crónicas para aburrir. Otra exhibición olvidada, como la de Berger en Imola, pero las demostraciones de pilotaje bueno de verdad, al final se recuerdan siempre por los buenos aficionados, te guste o no el piloto, haya ganado o no. Gracias Damon por tan maravillosas vueltas.

jueves, 22 de diciembre de 2022

Año 2022

 



                    De Barhéin a Abu Dabhi




Año Red Bull con récord de triunfos en un año para Max Verstappen, con quince de veintidós -17 para ellos- que, de haber sido dieciséis, por mucho que se empeñase Antonio Lobato, no habría sido el récord con mayor porcentaje en un año. Habría superado el 72,22% de Schumi de 2004, pero no el 75% de Ascari en 1952, que habría sido el 85,71% de no haber contado las 500 de Indianápolis, anacronismo entonces en el campeonato del mundo de F1. Menos mal que no les dio por incluir Le Mans...

La temporada comenzó con dominio Ferrari, con doblete incluido. La superioridad de Ferrari no era muy grande, y las tornas cambiaron a partir del primer GP de casa para los de Maranello, en Imola, con un dominio aplastante de RB, repitiendo en Miami, Ferrari pudo haber contraatacado en España, Mónaco, e incluso en Baku, pero las roturas de Leclerc, siempre liderando, y la catastrófica táctica de Mónaco dieron alas, nunca mejor dicho, al Red Bull y a Max, que hasta Mónaco tuvo incluso a su compañero Pérez, ganador ahí, incordiándole.

Canadá, Inglaterra, Austria y Francia más de lo mismo, toma y daca entre Red Bull y Ferrari, con resultados favorables a los primeros por las sanciones por elementos del motor -o el motor propiamente dicho- de los segundos, que lastraron a Leclerc en Canadá y a Sainz en Francia. Así todo, en Inglaterra Ferrari tuvo suerte de ganar, ya que de no meterse en el fondo del RB de Max una pieza de un Alpha Tauri, Sainz no habría podido ganar. Pero todo acabó en Francia, cuando Ferrari, tras dominar en Austria y no poder culminar el doblete por rotura en el coche de Sainz, veía a este penalizado en Francia y a Charles salirse de pista cuando luchaba por ganar.



Leclerc fue el más rápido los sábados y Sainz se estrenó como vencedor.


A partir de ahí paseo Red Bull pese a algunos pequeños fallos y sanciones por motor -menos que en Ferrari, así todo- y de Hungría en adelante prácticamente Red Bull no tuvo rival y, el que tuvo, fue Mercedes, que aunque empezó muy mal, desde el GP de España se situaron claramente como el tercer equipo, muchas veces casi al nivel que el de los dos primeros y otras, como en Inglaterra, Holanda y Brasil, hasta por delante. Pero ya era tarde. Y así, Red Bull, que habría ganado sí o sí, gracias a los fallos de los demás -sobre todo del equipo Ferrari- arrasó. Y es que en Ferrari rara vez acertaron, ni siquiera tuvieron la picardía de penalizar a Sainz en Holanda para poder partir primera linea en casa, dando más facilidades a Max.

Por tanto, Red Bull fue el mejor coche desde la cuarta cita, con algún lapsus, sobre todo en Austria, mientras que el Ferrari se quedó como el segundo, aunque eso sí, a una vuelta eran los mejores. Nadie consiguió más poles que ellos, doce, nueve de ellas de Leclerc, habiendo sido campeones de marcas y pilotos si el campeonato se hubiera basado en la parrilla de salida.

Sin duda Red Bull fue el mejor en todo: coche, piloto, equipo, aunque no esté muy unido (ver GP de Brasil), toda vez que Ferrari repitió lo de 2019, un coche muy rápido a una vuelta -este año el que más-, no el mejor en carrera, pero si merecedor de haber ganado más carreras. Y es que ambos años, 2019 y 2022, Ferrari no tenía el coche para ganar títulos, pero sí para haber ganado más carreras. Dos más en 2019 y tres tranquilamente en 2022. Ferrari falló y Red Bull no.



George Russell fue otro nuevo ganador de GGPP y además se dio el gusto de superar a Hamilton.


Mercedes falló en la concepción del coche y, por estar fuera de juego, sus fallos tácticos, sobre todo el de México, pasaron más desapercibidos que los de Ferrari que, dicho sea de paso, todo lo que hacen mal se magnifica y lo que hacen bien se menosprecia. Es lo que tiene ser Ferrari, el equipo más grande de la F1, la SCUDERIA. Así todo, hay que reconocer que tácticamente Mercedes estuvo mejor que Ferrari. Vale que se jugaban menos y tenían menos presión, pero en general, estos últimos nueve años, se han mostrado muy sólidos, como Red Bull, toda vez que Ferrari ha mostrado grietas, y no sólo este año.

Verstappen fue el mejor, y así lo demostró con sus quince victorias y un título logrado en Japón a falta de cuatro carreras. Cierto es que se no debería haberse coronado en Japón por eso de que la carrera no se corrió en su totalidad, pero no es menos cierto que ya se sabía iba a ser él el campeón tras el parón veraniego. Perez brilló, sobre todo al principio y en los trazados urbanos, estando a punto de ser subcampeón, inclinando la rodilla ante Charles Leclerc, el Rey de la pole, muy rápido a una vuelta, muy bueno en el cuerpo a cuerpo, pero que este año cometió algunos fallos.

George Russell, en su debut con Mercedes estuvo muy bien, muy rápido y sólido, aunque con algunos fallos en las salidas o primeros compases de carrera, como en Austria con Pérez, Inglaterra con Zhou y Austin con Sainz, en los que él siempre salió mejor parado, salvo en Silverstone. Como fuere, logró su primera victoria -que serían dos en caso de contar la carreras cortas- y pole. Gracias a él Mercedes no se fue de vacío y de paso superó a su compañero Hamilton que, todo hay que decirlo, estuvo a un gran nivel que hace augurar un 2023 muy apretado entre los dos. Russell le ganó, cierto, pero a poco que Ham hubiese tenido más fortuna, hubiese sido justo al revés.



Más que chispas, fibra de carbono saltó en los duelos entre Alonso y Ocon.


El español Carlos Sainz se intercaló entre ellos, los pilotos de Mercedes, en la clasificación final, consiguiendo, al igual que Russell, su primera victoria y poles, tres en este caso. Sus seis abandonos: Australia, Imola, Baku, Austria, Japón y EEUU; Australia y Japón por fallos de conducción, Imola y EEUU al ser sacado de pista por Ricciardo y Russell respectivamente y Baku y Austria por fiabilidad; fueron los que le impidieron acabar por delante de Russell en la tabla. Eso y un inicio titubeante, sobre todo en relación a 2021, al no estar a gusto con el coche. Se espera eso no le pase en 2023. Su momento estelar del año fue su primera victoria, obvio, en la que sacó a relucir su carácter cuando le dijo a su equipo “stop inventing”, cuando le pedían guardase las espaldas a su compañero en una situación en la que, de hacerlo, era muy probable se quedara sin victoria tanto él, como su compañero.

Los demás

Alpine fue el cuarto equipo a pesar de dejarse muchos puntos por averías y luchas estúpidas entre los pilotos del equipo, al mostrar Ocon, de nuevo, su ferocidad contra su compañero, en este caso Alonso. Y es que el bueno de Esteban ya ha tenido más de un encontronazo con sus compañeros a lo largo de los años, lo que demuestra que eso de: “al primero que has de ganar es a tu compañero de equipo”, hace que al galo se le vaya “la pinza” cuando este lo aprieta. Interesante -y divertido- cuando en Brasil su equipo le llamó al orden. Así todo estuvo muy rápido, ya que le aguantó el pulso a Alonso, superándolo en el campeonato, aunque en este caso los ocho abandonos de Fernando por los seis de Ocon fueron los que decidieron la balanza, más que la velocidad. Quizá Alonso no es el de los grandes días, así todo se mostró, sobre todo en carrera, a un nivel ligeramente superior al de Ocon. Y cuando tenía un día genial, muy superior.



El podio de Norris en Imola sería el único no copado por RB, Ferrari y MB.


Mclaren tuvo un coche muy fiable, como casi todos los equipados con Mercedes, casi indestructibles, pero no pudo sacar provecho de ello para superar a Alpine por el flojo rendimiento de Ricciardo. Norris, por su parte, fue el único fuera de los tres equipos ganadores que se subió al cajón y acabó séptimo destacado en el campeonato, primero del resto, pero su equipo claudicó ante Alpine, pese a recuperarse muy bien de su flojo inicio de año.

Alfa Romeo acabó sexto el campeonato pidiendo la hora, ya que Aston le empató a puntos al final, aunque Alfa deshizo el empate por el cuarto lugar de Bottas en Imola, mientras Aston no pasó del sexto. Y es que al principio los Alfa fueron tan bien, que en Imola fueron el cuarto equipo y en Miami, el tercero, logrando Bottas una sensacional prestación en calificación en México, sexto intercalado entre los Ferrari. Zhou, por su parte, aparte de puntuar en su debut, logró la vuelta rápida en Japón, siendo el primer Chino en lograr tales cosas.

El equipo Haas, quedó tras Alfa y Aston, perdiendo el patrocinador antes de comenzar la temporada, los rusos de Uralkali, por el ataque ruso a Ucrania. Pero es vino bien, ya que se deshicieron de Mazepin y trajeron de vuelta a Magnussen, un Magnussen más maduro y centrado, que puntuó en el primer GP, acabó décimo tercero en la tabla y, sobre todo, logró la pole en Brasil, la primera suya, de un danés y del equipo, gracias a su arrojo y dominio con la pista húmeda.



La pole de Magnussen en Brasil fue "el momento" del año, todos se alegraron.


Sin pena ni gloria acabaron Alpha Tauri y Williams cerrando la tabla. Lo más destacado de ellos fue la quinta posición de Gasly en Baku, una pista que parece se le da particularmente bien y el noveno del debutante Nick de Vries en Monza, que le valió un contrato para 2023 en... Alpha Tauri.

Vettel se retiró a fin de temporada y su lugar lo ocupará Alonso, Hulkenberg regresará en el lugar de Mick Schumacher, al que sus accidentes le han costado el puesto -y dólares al equipo- mientras Latifi, piloto siempre recordado por Abu Dabhi 2021 -y Mónaco 2022, que le costó el triunfo a Sainz-, mostró sus cualidades en agua, pero poco más, siendo relevado de cara a 2023 por la estrella yankee Logan Sergeant. Eso entre lo más interesante, pero hay más y será contado en su momento.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Muere Patrick Tambay

 


                            Adieu mon ami




Patrick Daniel Tambay nos ha dejado hoy a los 73 años de edad tras una larga enfermedad. Padecía parkinson y diabetes hace años.

Para mí, lo menos importante es que su segundo nombre sea Daniel, como yo me llamo, o que muriese a los 73 tras una larga enfermedad, como mi madre; lo importante para mí es que otro de los ídolos de mi infancia ha muerto, y cuando eso pasa, una pequeña parte de uno muere.

Mis recuerdos de Patrick Tambay datan de 1982, mi segunda temporada en F1. Lo vi debutar sin pena ni gloria en Ferrari en el GP de Holanda que ganó su compañero Pironi sustituyendo a su amigo, el malogrado y ya entonces leyenda del motor, Gilles Villeneuve. Esa fue la primera carrera de F1 que pude ver íntegra, aunque en diferido un día después de que se celebrase. Por entonces en Holanda se corría los sábados, y TVE la puso el domingo entera, un lujo entonces. Lo primero que me llamó la atención -era un niño entonces- es que se llamaba igual que Depailler.



1983 fue su mejor año en la F1. En la foto en Mónaco, con el 126 C2B.


Ese día Tambay no hizo gran cosa con el Ferrari 126C2, pero más que problemas de adaptación, los tuvo mecánicos. Pero ya en la siguiente carrera finalizó tercero tras Lauda y su compañero Pironi. Tras un cuarto lugar en casa, en Francia, tras los intocables Renault y su compañero, logró la victoria en Alemania, carrera recordada por la pelea, con algún que otro tímido puñetazo, entre Piquet y Salazar, al sacar este de pista al ser doblado, al brasileño, que iba líder. Claro que más que por eso, la carrera se recuerda porque Pironi, poleman y gravemente lesionado, no corrió. Ni esa, ni ninguna más. Visto lo visto, hubiera ganado, suficiente, pese a faltar cinco carreras, para coronarse campeón.

Tambay no volvió a ganar ese año, perdiéndose por problemas de espalda los GGPP de Suiza y Las Vegas, aunque logró un bonito segundo lugar en Monza.

Y llegó 1983, donde partía junto a Arnoux con todas las posibilidades de ser campeón. En la cuarta cita, en Imola, ganó con el Ferrari número 27, el de que fue su amigo, Gilles Villeneuve, en la pista donde en 1982 se iniciaron las hostilidades en Ferrari que tanto dieron -y dan- que hablar. Fue una victoria emotiva, aparte de por el 27 -primer número mítico de la F1- y por ser en Imola, porque salió tercero, la misma posición que Gilles un año antes y con una bandera canadiense pintada justo delante de él, amén de que un aficionado le agitó en la salida otra bandera canadiense, como para acabar el conjuro. “¡Villleneuve!” nada más quitarse el casco y “¡alguien me ha ayudado hoy!” fueron las primeras palabras del ganador.



Como muchos europeos, tuvo que emigrar a EEUU para triunfar.


1983 fue su mejor año en la F1, el de sus primeras poles, cuatro, las mismas que su compañero René. Luchando por el título hasta que en la recta final, en Brands Harch -donde en 1982 logró su primer podio- perdió el tren del campeonato. Claro que las averías de Hockenheim y Austria a mitad de temporada, cuando podía haber sumado valiosos puntos, como mínimo en el podio en ambas-, fueron lo que le hicieron perder comba. Sus malas salidas de Detroit y Holanda, tampoco ayudaron, si bien en Detroit no le dejaron seguir, en Holanda recuperó hasta el segundo lugar tras su compañero Arnoux.

Fue despedido de Ferrari al acabar el año, aunque en el equipo todos lo querían. No pudo despedirse a lo grande, con victoria, pero al menos marcó la pole en una vuelta impresionante en Kyalami con los turbos a tope, repartiendo el premio de la pole con sus mecánicos, que a modo de despedida pintaron: “¡Viva Patrick!” en el portón de su garage.



La decadencia de Renault en F1 pilló por medio a Tambay, que no pudo hacer nada por evitarla.


Para 1984 fichó por Renault, logró la pole en casa -la última de su carrera- y estuvo a punto de ganar -acabó segundo-, rozando la victoria también en Monza, hasta que le falló el acelerador. Todo lo demás casi fueron abandonos, como en 1985, donde sus terceras posiciones de Portugal e Imola fueron sus últimos puestos de honor con el decadente Renault. Se retiró en 1986 corriendo con el Lola-Ford -primero Hart- de Carl Haas, el que fuera su jefe en los tiempos de la Can-Am, donde ganó con él dos títulos en 1977 y 1980. No iba a repetir estos resultados en la F1. El Lola no era ni rápido, ni fiable. Un quinto puesto en Austria y gracias.

Eso desde que yo lo conoci, pero en F1 debutó antes, en 1977, con Surtees. Bueno, lo intentó, ya que no consiguió calificarse en Francia, pero luego corrió con Theodore el resto del año logrando un par de quintos y un sexto lugar, nada mal para ese coche. 1978 y 1979 corrió con Mclaren con un cuarto lugar en Suecia como mejor resultado, regresando a Theodore en 1981 logrando un sexto lugar, cambiando por Ligier a media temporada, equipo con el que unicamente cosechó abandonos. Y en 1982, a Ferrari.



Tambay dejó en el Dakar muestras de su gran talento.


Fuera de la F1, aparte de la Can-Am en la que triunfó y las fórmulas de promoción, corrió en Le Mans, logrando su mejor resultado en 1989 con Jaguar, siendo cuarto. Ese año corrió con Jaguar el mundial de resistencia. El podio -segundo- en los 480 km del Jarama fue su mejor resultado. Corrió a mediados de los 90 algunas carreras con un Bugatti EB 110 para finalizar su carrera de piloto en las Grand Prix Masters en 2005 y 2006, que eran más bien carreras espectáculo.

Aparte de las pistas corrió el Paris Dakar con Range Rover, Mitsubishi y Lada. En 1988 y 1989 finalizó tercero tan mítica y dura prueba, con Range y Mitsubishi respectivamente. Logrando victorias de etapa.

Mi principal recuerdo de él, al margen de sus años en Ferrari, es cuando un día, leo en el “Diario Montañés” sobre el Paris-Dakar: “Tambay gana la etapa y le saca tres horas a los Peugeot”. ¡Que tiempos! ¡Que recuerdos!

Descansa en paz Patrick Tambay, sin ser una leyenda, para mí lo eres y sin duda, como aquella victoria de etapa del Dakar, tuviste actuaciones de leyenda que merecen ser recordadas.



Su amigo y vecino Patrick Tambay.


PD: Tambay además, se parecía al Peter Parker (identidad secreta de Spiderman) dibujado por John Romita, que curiosamente es mi superhéroe favorito.