miércoles, 16 de octubre de 2024

Jacques Laffite

 



                  Simpático, enjuto… y veloz





Dado que empecé a seguir la F1 en 1981, vi correr a Jacques Laffite, un piloto francés al que me era imposible no asociarlo siempre al equipo de sus amores, Ligier, con los colores de la tabacalera francesa Gitanes. Gitanes que significa “gitano”, aunque su apodo nunca fue ese, pese a que encajaba muy bien en él, lo llamaban “Jacquot”.

Aunque nunca fui seguidor suyo, siempre fue un piloto de mi agrado y de los que recuerdo con más cariño. La verdad es que eso me pasa mucho con los pilotos de los primeros años ochenta y que en mi juventud consideraba, más que ídolos, Dioses. Pero aunque muchos me gustaban y guardo de ellos un grato recuerdo, son otros, como Jacques Laffite, los que destacan en mi memoria.

Su aspecto enjuto, casi descuidado y con aspecto de “su patrocinador” durante muchos años, de “gitano”, lo hacían parecer mayor incluso de joven, todo un veterano. Y cuando yo lo vi correr ya lo era, estando entre los que más GGPP habían disputado.


Con el ISO Marlboro en 1974, cuando debutó en la F1.


Con 42 años y en plena forma, en 1986 disputaba su décimo tercera temporada de F1 e iba camino de superar al mítico Graham Hill como piloto con mayor número de GGPP disputados cuando un accidente en la salida del GP de Inglaterra, disputado en Brands Hatch, en el que se fracturó las piernas y la pelvis, puso fin a su carrera en F1, no pudiendo superar las 176 carreras de “Mr. Montecarlo”, número al que había llegado justo en esa carrera. Lo que si tuvo, en su momento, fue el récord de carreras con el mismo constructor, 132 con Ligier, algo que entonces parecía inalcanzable.

Mis recuerdos de él en su época no son justos, al estar eclipsado en 1983-84 en su estancia en Williams por el exuberante Keke Rosberg que, en la parrilla de Rio 1983 marcó la pole y le metió a Jacques la nada desdeñable cifra de 3”7, calificando este décimo octavo. Peor le fue en el GP de Europa en Brands Hatch de 1983, el de su accidente tres años después, como si se la tuviera jurada dicho circuito, cuando no se calificó, quedando a 3”3 de Keke y lo que es peor, a “8 del debutante Jonathan Palmer, que debutaba en F1 con el tercer Williams y él sí se calificó. Pero nada de eso hacía palidecer la estrella de Laffite, ni siquiera que tras dos años en Williams sólo superase dos veces en parrilla a Rosberg, porque Jacques era un gran piloto y lo volvió a demostrar en su regreso a Ligier, donde volvió a brillar a un gran nivel, al nivel que Jacquot merecía.

Laffite llegó a la F1 por méritos propios, tras ganar la Fórmula Renault francesa en 1972, la F3 francesa en 1973 y ser campeón de Europa de F2 en 1975, compaginándolo con su carrera en F1, en la que había debutado el año anterior con un Iso-Marlboro del equipo de Frank Williams con el que disputó cinco grandes premios. En el mundial de resistencia, con Alfa Romeo disputó tres carreras junto a Arturo Merzario, “el pequeño artista”, al volante del 33TT12, ganándolas todas: 1000km de Monza, 1000km de Nürburgring y 800km de Dijon, mientras en F1 corría diez GGPP ya con Frank Williams como constructor, logrando un más que brillante segundo lugar en el “infierno verde” de Nürburgring.



1975: campeón de Europa de F2, piloto de F1 y tres victorias con Alfa en resistencia.


En 1976 se pasó al “equipo de sus amores”, Ligier, con los maravillosos motores V12 Matra, sobre todo por su sonido, por algo los llamaban, los “Stradivarius”, logrando su primera pole en Italia. Corrió tres carreras de F2 y en el mundial de marcas con Renault con el Alpine A442 logrando tres poles pero ninguna victoria.

En el GP de Anderstop de 1977, en Suecia, ganó su primera carrera de F1, no pudiendo repetir hasta 1979, año en el que Ligier cambió los V12 Matra por el Ford Cosworth DFV marcando un espectacular arranque de temporada: dos victorias en las dos primeras carreras, Argentina y Brasil, con sendas poles, que parecían catapultarlo al título y convertirse así en el primer campeón del mundo francés. Pero el equipo se desinfló y pese a la victoria de Depailler en España, en la que Jacques marcó la pole, y su segundo puesto en Bélgica tras el Ferrari de Jody Scheckter luego de conseguir otra pole, Jacques sólo pudo conseguir terceras posiciones en Alemania, Austria y Holanda, insuficientes para optar al título.

1980 más de lo mismo, muy buenas prestaciones aisladas con el Ligier JS 11/15, evolución del JS 11 de 1979, que generaba mucho efecto suelo, quizá más que ninguno, pero no acababa de ir fino. La pole en Francia, en Paul Ricard, desataba la euforia de los franceses y todo su chauvinismo, más aún cuando los tres primeros en parrilla eran del país, pero Alan Jones, que no les tenía mucho cariño precisamente -decía que lo peor de los franceses era que nadie tenía mejor opinión de ellos mismos que ellos-, se hizo con la victoria con su Williams. Jacques se desquitó ganando la siguiente carrera, en Alemania.



Con el Ligier JS11 que, de haber tenido más constancia, hubiera podido ser campeón.


Con neumáticos franceses -Michelín- en el equipo, el apoyo del constructor Talbot que trajo de vuelta los V12 Matra, 1981 fue el mejor año de Laffite en F1. Logró su última pole en F1 en España y sus dos últimas victorias, memorables las dos, en Austria y, sobre todo, la de Canadá bajo un fuerte aguacero en la que fue, simplemente, inalcanzable. Esas victorias, junto a otras posiciones de honor: segundo en Bélgica y España, esta con un gran duelo final con Villeneuve, y tercero en Mónaco, Inglaterra y Alemania, lo dejaron en la cita final con posibilidades de ser campeón junto a Reutemanny Piquet, que lo aventajaban en seis y cinco puntos respectivamente. Lo tenía difícil y no pudo ser, pero fue la única vez que llegó a la última cita con posibilidades de ser campeón.

A partir de ahí, el ocaso, o lento crepúsculo si prefieren, Jaques no volvió a ganar en F1. En 1982 Ligier fue un desastre y en su retorno a Williams en 1983-84, no se adaptó a los coches de Sir Frank, a diferencia de Rosberg, a sus anchas en ellos. Volvió por sus fueros a Ligier en 1985 con neumáticos Pirelli y motores Renault turbo, pero los Ligier estaban superados, no eran coches para ganar, sino para lograr buenos resultados aislados, que fue lo que hizo Laffite: tercero en Inglaterra y Alemania ´85, cerrando el año con un segundo lugar en Australia, arrancando 1986 con un brillante tercero en Río. En Detroit fue segundo, su 32º y último podio, dos carreras antes del accidente que puso fin a su trayectoria en F1, que no estuvo nada mal pese a los números que se estilan hoy en día -antes también, pero no tanto-, ya que Laffite compitió en la era dorada de la F1, la de mediados de los ´70 a mediados de los ´80, cuando esta era más abierta y bonita que nunca.

En todos esos años de F1, como vimos, no sólo corrió allí, disputó algunas carreras sueltas de F2 y corrió en Le Mans, donde había debutado en las míticas 24 horas en 1972 con Ligier, repitiendo en 1973. En 1979 y 1980 corrió el campeonato Procar monomarca y “monomodelo” con los preciosos BMW M1, que hacían de teloneras de la F1 -con pilotos de F1- ganando una carrera.



Con el Williams -en la foto en San Marino 1983- con el que nunca estuvo a gusto del todo.


Desde entonces hasta su accidente, sólo F1. En 1987 corrió en el mundial de turismos con un Alfa Romeo 75 de Alfa Corse, pero nada podía hacer frente al poderío de los BMW M3 y Ford Sierra Cosworth. En 1988 disputó el Europeo de turismos -se canceló el mundial- con un M3 de Bigazzi, con el que logró una victoria. Del ´90 al ´92 corrió el DTM con Mercedes, sin éxito y en 1994 y 95 corrió el Superturismo francés con un Opel Vectra, logrando ganar una carrera en 1995, eso más varias participaciones en Le Mans, aunque nunca en equipos de punta, más varias participaciones aisladas en diversas carreras, como las del campeonato FIA de GT3 en 2007-08, llegando al año 2013, cuando colgó el casco tras disputar el trofeo Megane.

Cuñado de otro gran piloto francés, Jean Pierre Jabouille (RIP), tuvo dos preciosas hijas, Camille y Margot, que también hicieron sus pinitos en el automovilismo. A punto de cumplir 81 años, no pierde la sonrisa y su característico buen humor pese a padecer parkinson. Desde aquí todo mi ánimo y apoyo al genial Jacques Laffite.

Antes de finalizar, un par de anécdotas:

-Long Beach 1983, Laffite, pese a su escaso tamaño y peso, defendió a un fotógrafo al que estaban pegando unos seguratas. ¡Bravo Jacques!





-En agosto de 1985, tras sus podios de Inglaterra y Alemania, Giy Ligier, el patrón de su equipo, participaba en un debate televisivo con preguntas de los espectadores vía telefónica. Uno de ellos, con voz de falsete preguntó: señor Ligier, ¿no cree que ud. que con los resultados de Laffite en Silvertone y Nürburgring habría que renovarle el contrato para 1986?”. A lo cual Ligier respondió que, en efecto, sería conveniente hacerlo. La voz, ya con un timbre bien distinto, absolutamente conocido y jocoso contestó: “gracias Guy, soy Jacques Laffite, ¡recuerda que lo has prometido por televisión!

1 comentario:

  1. Cuando Williams incorporó el turbo de Honda Jacques declaró: estoy muy contento, por fin soy más alto que mis mecánicos.

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