Vettel, tercera victoria en Monza.
Y llegamos a
septiembre, se acaba el verano, los niños vuelven al colegio y la F 1 llega a su catedral, a Monza,
como viene sucediendo desde que la F 1
es F1, a excepción de 1980, que se corrió en Imola y ganó un tal Nelson Piquet
con un Brabham, pero eso es otra historia
Aunque para historia, Monza tiene de todo, desde grandes gestas, a grandes tragedias, como la muerte de Wolfgang Von Trips en 1961 y la de 14 espectadores. Bueno, que me pierdo, estamos en 2013, sigamos.
Monza es un circuito especial, y no sólo por ser el que más se ha usado en la F 1, sino por su configuración de
altísima velocidad, hoy sólo alta, al haberlo “mutilado” con chicanes. Es un
circuito antiguo, no uno de Herman Tilke (que parece ser un funcionario de
Bernie, ya que sólo él diseña circuitos) y aquí los coches llevan una
configuración de baja carga aerodinámica, la más baja del calendario. Eso, y
que es Italia, patria de Ferrari, lo convierten en uno de los más esperados de
la temporada.
El Ferrari de von Trips, fuera de control tras el choque con el Lotus de Clark, sale despedido hacia los espectadores |
Se esperaba mucho de
Ferrari en este gran premio por eso de ser el de casa, por su aparente
resurgimiento en Spa, y por el deseo de que Vettel no se haga con el título de
forma aplastante. Pero el correr en casa no te da ninguna ventaja, de modo que…
Tras los
entrenamientos libres, Red Bull, y sobre todo Vettel, parecían más en forma que
nadie, algo que se confirmó en la clasificatoria.
Según se llegaba a la Q 3 se fue confirmando la
superioridad Vettel-Red Bull, con Alonso como principal outsider y con un
Webber que poco a poco iba despertando.
Sorprendentemente,
los Lotus y el Mercedes de Hamilton caían, este último reconociendo que no fue
su día. De esta forma, los Toro Rosso, antes Minardi, Hulklenberg con el
Sauber, los Mclaren, que celebraban 50 años de existencia, Rosberg y su
Mercedes y los Ferrari y Red Bull, pasaban a la ronda final.
En la Q 3 todos cumplieron más o menos
con lo esperado, salvo Alonso y Hulklenberg, quedando el español 5º, cuando
todo indicaba que lucharía por la primera fila con Webber ( y por la pole si
hacía “una de esas vueltas”, soñar es gratis) y el alemán, 3º, haciendo una
clasificación soberbia. Cal y arena.
Total, que Vettel no
fallaba y partía en la pole (la 40 de su carrera, tiembla Michael), acompañado
de su “amigo” Webber, con el sorprendente Hulklenberg tercero, un brillante (ya
tocaba) Massa cuarto, Alonso quinto (un poco decepcionante aunque no lo quiera
reconocer), Rosberg sexto pese a sus problemas en los libres 3, Ricciardo,
Perez, Button y Vernie completaban el top ten, este último fallando en su intento,
pero satisfecho a pesar de todo ya que puso a su compañero contra las cuerdas
durante la sesión.
La carrera se preveía un paseo para Vettel salvo que Alonso
tuviera un as bajo la manga o que lloviera. Pero esta última, cuando se la
espera, nunca llega. Y el “as” se debió quedar en el parque de Monza.
La salida tuvo como
actores destacados a Pérez y a Raikkonen, que se tocaban, siendo el finlandés
el culpable por esta vez, aunque fue un lance de carrera. Eso le costó al
finlandés un alerón y decir adiós a un buen resultado.
¡Ah, sí! los hombres
de cabeza, los Red Bull arrancaron bien, los Ferrari un poco mejor y Hulklenberg
mal, con lo cual Vettel, pese a bloquear la rueda delantera derecha un montón,
se mantenía primero, seguido de Massa, Webber, Alonso, Hulklenberg, Rosberg,
Ricciardo, etc…
En la tercera vuelta
Alonso pasaba en una arriesgada maniobra a Webber en la Roggia , llegando a tocarse
y perdiendo este último parte de su alerón delantero. Una “gracia” que ya le a
ocurrido más veces y que por lo visto no parece perjudicar mucho su rendimiento
(tanto túnel de viento para nada, pensará Newey).
Vuelta 8, Alonso se
ha ido acercando progresivamente a Massa, y este le “pone el intermitente” para
que pase, a su vez, Button adelanta por la décima posición a un Hamilton que
tenía un pinchazo lento, viéndose obligado a parar unas vueltas más tarde
(cuando se enteró por la pizarra ya que no le iba la “Blaupunkt”del Mercedes) y
bajando a la 19ª posición. Esto es
interesante porque al tener que cambiar prematuramente las gomas, al igual que
Kimi por su toque en la 1ª vuelta (alerón y ruedas total…), colocaba a estos
dos pilotos un tanto descuadrados en carrera y daría lugar a un bello
espectáculo en sus remontadas con bonitos adelantamientos, entre ellos incluido,
aunque con escasa, o nula para el finlandés, recompensa.
Vettel precediendo a Fernando Alonso. |
Volvamos a la cabeza,
Vettel, el líder, se iba alejando poco a poco pese a su plano en el neumático,
llegando a tener casi 7 segundos sobre el Ferrari del español, el cual le saca
unos 5 a
Massa que tiene pegado detrás a Webber. Detrás, Hulklenberg no pierde comba pero
no puede inquietarlos, al igual que Rosberg que marcha 6º.
Los Toro Rosso y los
Mclaren vienen por detrás junto con Grosjean. Estarían en lucha toda la
carrera, menos Vergné que en la vuelta catorce decía adiós, bueno "adieú", que
por algo es francés. Para animar el cotarro, al final de carrera se les unirían
Hamilton y Raikkonen.
Volvemos con los
líderes, Webber hace su parada en la vuelta 22, Vettel en la 23, ya que sus
ruedas empiezan a desfallecer y Alonso empieza a ir claramente más deprisa.
Massa para en la 24, en un claro error táctico que sacó al brasileño del podio.
El resto de la carrera estuvo entre uno y dos segundos detrás de Webber, sin
llegar a incordiarle, ¡bien por la
Scudería ! Fernando, en cambio, alargó su parada hasta la
vuelta 27, con la esperanza de que al final las ruedas de Vettel dijeran basta
y poder adelantarlo con las suyas frescas. No era la mejor táctica, ya que lo
suyo era haber parado antes que Vettel, pero como por muy antes que parara no
lo iba a pasar y, el ritmo del Red Bull era mejor, lo que se hizo estuvo muy
bien, lamentablemente no funcionó, bueno, lamentablemente para Ferrari claro,
no para Red Bull.
Tras las paradas la
cosa quedaba con Vettel 1º, Alonso a 10¨, Webber a 12¨, Massa a 14¨, y
Hulklenberg más atrás como primero del resto. Y ahí acabo la carrera en las
primeras posiciones, Webber molestó timidamente a Alonso pero sin convicción.
El espectaculo lo
darían Raikkonen y, sobre todo, Hamilton que, tras sus segundas y últimas
paradas, se abrían paso a codazos (es un decir) en el pelotón. El finlandés se quedó a las puertas de los
puntos al no aguantar el esfuerzo sus ruedas, su último cambio fue en la 29, la
carrera tenía 53, mientras que Hamilton, que paró en la 38, venía como un obús,
se cepillo a su ex-equipo Mclaren y, de haber durado la carrera 2 vueltas más,
se hubiera ventilado a Grosjean y Ricciardo. Al final fue noveno y marcó la
vuelta rápida.
En definitiva, una
carrera sin mucha historia, no muy emocionante y con un Vettel triunfante que mete la
sexta, ¿o la séptima? camino de su cuarto entorchado consecutivo. Lo
acompañaron en el podio Alonso y Webber, el resto de las plazas de puntos
fueron para Massa, Hulklenberg (supremo), Rosberg, Ricciardo, Grosjean,
Hamilton y Button que no podía celebrar con un buen resultado los 50 años de
Mclaren, y eso que en entrenamientos experimentaron una leve mejoría.
Lo mejor del gran
premio fue el podio, con los tifosi aclamando a su líder (quien lo hubiera
dicho en 2005-2007) y con “il grande John” como apodaron los tifosi a John
Surtees, el único campeón sobre dos y cuatro ruedas (en estas con Ferrari en
1964), en las entrevistas, junto al ex-piloto y tifosi incondicional, Jean
Alesi, que pusieron la nota emotiva de un gran premio de lo más gris.
Pero no hay que
dramatizar, esto es F1, y los grandes premios aburridos son mayoría, aún así,
no podemos evitar apasionarnos con ellos.
¡Hasta Singapur, nos vemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario