Rosberg gana ante la dejadez de Williams
Después de once años volvía el GP de Austria en el precioso trazado del rebautizado Red Bull Ring. Un trazado antiguo, aunque con su remodelación de 1997 perdió encanto y parte de su desarrollo, pasando de 5.9km a 4.3, amén de pasar de ser uno de los trazados ultrarrápidos a sólo rápido. Hasta la década de los 90 había tres trazados rapidísimos: Monza, Silverstone y este, seguidos de cerca por el antiguo Hockenheim. Hoy en día sólo queda el trazado italiano como templo de la velocidad.
En este escenario se dieron las famosas órdenes en Ferrari
en 2002 para que ganase el Kaiser en detrimento de Barrichello, lo que arruinó
un gran GP en el que ambos pilotos libraron un precioso duelo del cual salió
vencedor el brasileño. Fue bochornoso e
innecesario, pero honesto. Lo hicieron de cara al público, no como otros
equipos que aparentemente dejaban luchar a sus pilotos pero que, a la hora de
la verdad, tenían órdenes de mantener posición dependiendo de las
circunstancias.
Al grano. A casa de Red Bull llegaban los Mercedes con ánimo
de resarcirse de su derrota de Canadá, más aun cuando los austriacos le habían
quitado el nombre a Lauda de una curva. Un feo detalle por su parte.
Los libres mostraron tiempos inconstantes y, si bien los
Mercedes eran los favoritos, su margen parecía menor. Kvyat sorprendía en los libres 3 y el Ferrari de
Alonso parecía ser rápido, a diferencia de los dueños del circuito que no
andaban muy finos.
En la primera ronda se quedaban los de siempre, dado que
este año los Sauber van de mal en peor, podríamos decir que los de siempre son:
Marussia, Caterhan y Sauber.
En la segunda ronda cayeron los dos Lotus. Sergio Pérez –que
encima tenía una sanción de 5 puestos del GP anterior- el Toro Rosso de Vergné,
el Mclaren de Button y Vettel, dando lugar a la primera sorpresa del día.
La ronda definitiva estuvo muy movidita. Los Williams
empezaron marcando la pauta, con Bottas liderando y Rosberg a sus talones.
Hamilton arruinó su vuelta de pole al salirse
en la curva 8, como Hulkenberg.
En su segundo intento Bottas fallaba, pero Massa no, y se
hacía con la pole provisional, que Hamilton convertiría en definitiva al hacer
un trompo en la curva Remus, provocando la bandera amarilla que impediría a
Rosberg realizar su segundo intento.
De modo que los Williams de Massa y Bottas dieron la segunda
sorpresa del día siendo 1º y 2º, detrás: Rosberg, Alonso, Ricciardo, Magnussen, Kvyat,
Raikkönen, Hamilton y Hulkenberg, estos dos últimos sin tiempo.
Massa conseguía su pole número 16 en 95 GPs y casi 6 años después
de la anterior. No cabía en sí de gozo. Está claro que le ha venido al pelo su
cambio de equipo.
Massa conseguía la pole, no lo lograba desde Brasil 2008 |
Al apagarse el
semáforo los Williams mantuvieron las posiciones, Bottas con alguna que otra
dificultad ante Rosberg. Hamilton arrancaba de maravilla y se ventilaba a
Raikkönen, Kvyat y Magnussen en la arrancada. Ricciardo cedería al irse por
fuera en la primera curva y Alonso no podría resistir más que hasta la curva 8.
De modo que tras el primer giro, las cosas estaban así:
Massa, Bottas, Rosberg, Hamilton, Alonso, Magnussen, Raikkönen, Hulkenberg,
Ricciardo Kvyat, Pérez etc…
Vettel cayó hasta la última posición con vuelta perdida por
un problema con la transmisión que se arregló solo. Hamilton, tras su
fulgurante arrancada, perdió parte de su impulso y su irresistible remontada
prácticamente acabó ahí.
Los Williams no se podían deshacer de los Mercedes, pero su
ritmo era casi tan bueno como el de ellos. Fueron dejando tirados al resto y
dejaron bien claro que entre ellos estaba la victoria. Quien no debió enterarse
de esto fue Williams, que no acertó a la hora de realizar las detenciones ni
una sola vez, dejando a sus pilotos sin opción. Nunca he visto a un equipo
tirar una posible victoria por la borda de una manera tan lamentable.
Renunciaron a ella desde el primer momento. Por eso, cuando Rosberg se detuvo
el primero en la vuelta 11, nadie en Williams quiso cubrir posición. Hamilton
paró en la vuelta 14, Massa en la 15 y, aunque salió por delante del inglés,
este le superó rápidamente y por sorpresa en la misma vuelta de
reincorporación. Bottas paró una vuelta después, y tras una parada record de 2.1 se reincorporó
entre Rosberg y Hamilton en tercera posición, ya que el líder era el
sorprendente Sergio Pérez quien, partiendo 15º con ruedas duras, estaba
cuajando una grandiosa actuación. Pese a tener sus ruedas muchas más vueltas,
era un muro para Rosberg, y aguantó ahí 10 vueltas más, después fue siendo
superado por Rosberg, Bottas y Hamilton antes de detenerse en la vuelta 29.
Estando así las cosas, Rosberg apenas podía alejarse de
Bottas, el cual a punto estuvo de ponerse primero por un error del alemán. Cuando
se llegaba a las segundas paradas, Hamilton adelantó la suya para adelantar a
Bottas (en Williams ni se enteraron), y cuando todos los líderes pararon,
Alonso pasaba a liderar por primera vez una carrera este año al no haberse
detenido. A todo esto Vettel, tras un pequeño encontronazo con Gutiérrez, había abandonado voluntariamente al ver que no
iba a puntuar, aunque apenas se notó. El caso es que tras Alonso, las cosas
estaban como Mercedes –y por lo visto Williams- querían, es decir: Mercedes,
Mercedes, Williams y Williams con Rosberg 1º y Bottas 3º.
No hubo mucha más historia de aquí al final; Alonso y Pérez
realizaron sus paradas para finalizar 5º y 6º, Alonso intentó presionar a
Massa, pero este se defendió bien, y el checo marcó la vuelta rápida. Los Red
Bull B, o sea, los Toro Rosso,
abandonaron también, y en la última vuelta Ricciardo superó a Hulkenberg por el
8º lugar en una pésima carrera del equipo austríaco. Ni en sus peores sueños.
La clasificación final fue: Rosberg, Hamilton, Bottas
(primer podio), Massa, Alonso, Pérez (en una carrera memorable), Magnussen,
Hulkenberg, Raikkönen, Button, etc…
Rosberg de nuevo en lo más alto, pero con Hamilton respirándole en la nuca. |
El GP de Austria nos dejó una bonita carrera que puso las
cosas en su sitio. Una carrera en la que destacó la gran vuelta inicial de
Hamilton, la enorme carrera de Pérez, la solidez marca de la casa de Alonso y
la ineficacia, falta de ambición y visión de un equipo Williams que no quiso
ganar, o si quiso hacerlo lo disimuló muy bien. Lo siento por sus pilotos, que
merecieron más.
Red Bull acabó viendo como la “profecía-venganza” de Lauda
se cumplía cuando dijo que lograrían el doblete en casa del enemigo, un enemigo
que va quitando nombres míticos a las curvas y, de paso, hace amigos. Red Bull de capa caída, aunque no
creo que dure, porque en Silverstone estarán más fuertes. A estas alturas ya
sabemos que el campeonato tiene dueño,
sólo falta por ver quién de los dos pilotos de Mercedes se lleva el gato al
agua y si, esporádicamente, algún equipo logra
arrebatarle la victoria a Mercedes, a la cual parecen abonados.
Saludos.
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