Celebración de leyenda
Gracias a una victoria de leyenda.
Charles Leclerc logró un triunfo histórico en Monza que pasará,
que ha pasado ya, a los anales de la F1. Su triunfo en Monza con
Ferrari es comparable a los de Ludovico Scarfiotti en 1966, Clay
Regazzoni en 1975, Jody Scheckter en 1979, Gerhard Berger en 1988 y
Michael Schumacher en 1996.
Ferrari no pudo celebrar con victoria
-ni en Monza, ni en el campeonato- sus 50 años en 1997 ni sus 70 en
2017. Ahora, en los 90 de la Scuderia, es decir, del equipo de
carreras no del constructor -que tiene 72- Ferrari lo ha celebrado a
lo grande ganando en Monza luego de los actos conmemorativos del
miércoles anterior a la carrera. Claro que lo genial sería doblete
y título de campeón, pero tal y como ha ido el año, ganar en Monza
es como ganar el título. ¿Creen que exagero? Para nada.
Se cernían nubes sobre Monza el
viernes, dejando la pista ligeramente mojada y amenazando con llover
el domingo, lo que le podía venir muy mal a Ferrari. Al final hubo
buen tiempo y no hubo más problemas de lo normal. Lo que se vio el
viernes, que se fue confirmando el sábado y el domingo, es que
Ferrari estaba entre 1 y 2 décimas por delante de Mercedes en
calificación, pero en ritmo de carrera era justo al contrario.
Leclerc, el flamante ganador de Spa, se
hacía con la pole en su primer intento porque no hubo más. El
ridículo se apropió de Monza en una Q3 esperpéntica. Ahora parece
que un rebufo, bueno, seguir un coche a 200 metros, da entre 5 y 7
décimas en la recta de Monza. Eso dependiendo de a quién escuches,
si a Vettel o a Sainz. Más razonable era Tony Cuquerella, que
hablaba de 2 décimas, que podía ser medio segundo si lo cogías las
tres rectas, pero para eso tenía que ser todo perfecto y seguir a un
coche mejor. Es decir, un Ferrari siguiendo a un Ferrari no, porque
lo ganado en recta lo perdería en curva. Pues que quieren que les
diga, que ni 2 décimas. Vamos, si a menos distancia y con DRS el
Mercedes no le cogía 3 décimas al Ferrari, como para coger
cualquiera 2 décimas a un rival sin DRS y desde más lejos.
Leclerc recibiendo el premio de la pole de manos de la leyenda de Ferrari Jody Scheckter. |
Pero por lo visto los grandes pensantes
de la F1 no pensaban eso y por tanto, la primera vez que salieron a
Q3 ya hubo numerito, con los Mercedes parados a la salida de boxes
para no ser los primeros. Pero es que en la segunda salida, por esa
estupidez de no ir primero, sólo Sainz y Leclerc pudieron hacer la
vuelta. Y es que tanto Sainz como los de Ferrari se dieron cuenta de
lo que sucedía y tiraron, sólo que Vettel dejó pasar a Leclerc por
eso de tener rebufo. Al final, ni rebufo, ni vuelta.
Pero esto no fue todo, Vettel se libró
de que le anularan el tiempo por ir fuera de pista. Desde el cockpit
parecía estar “dentro”, pero desde fuera parecía que no. Es lo
que tiene esta chorrada de las escapatorias asfaltadas. Además,
anulas vueltas en calificación pero luego, ¿que haces en carrera?
Creo que por jugar en casa y por lo ajustado de la situación se
libró, pero eso era mil veces más sancionable que lo de Canadá.
Eso por un lado, por otro Bottas, que
no aminoró bajo bandera amarilla, el muy guasón dijo que sí y que
por eso perdió la pole, cruzando la meta con bandera roja, aunque ya
había pasado la zona de peligro. Lo suyo habría sido ver la
telemetría para ver si levantó el pie, pero tampoco fueron más
allá.
El accidente de Raikkönen, las grandes
prestaciones de Renault, el bluff del nuevo Honda de Verstappen, no
sólo pasaron desapercibidas, sino que no importaron a nadie.
Hamilton y Mercedes lo intentaron todo, pero esta vez no fue suficiente. |
La carrera fue un toma y daca entre los
Mercedes y el Ferrari de Leclerc, ya que Vettel se autoeliminó en la
vuelta 6 con un trompo en la variante Ascari -sin más presión que
la suya- a la que hubo de añadir un stop and go de 10” por
reincorporarse a la pista de forma peligrosa. Dado el riesgo que
corrió, creo la sanción fue justa. Me apena ver a Seb así, ya que
nada le sale bien y parece tener pocos amigos. Nadie le perdona el
haber ganado títulos con el mejor coche, cosa que, en mayor o menor
medida, han hecho todos los campeones. Como fuere, Seb me recuerda
con estos fallos al Piquet de mediados de los 80, solo que al
brasileño se le trataba con más cariño. Desde aquí todo mi apoyo
para un Seb que es un verdadero aficionado a la F1, que pone apodos
chulos a sus coches y que hace diseños de cascos geniales, a veces
homenajeando a otros pilotos.
El gran Leclec tuvo que correr contra
los dos Mercedes, como apunté más arriba, y estos no se lo pusieron
fácil. Fueron abucheados -que menos- por su ridículo de fingir una
parada, y es que la cosa cansa. Pero aparte de eso, lo hicieron
perfecto para ganar ya que dividieron las estrategias. Hamilton
intentó un “undercut” y Bottas fue largo. En Ferrari
respondieron a la perfección cubriendo ambas tácticas al parar
Leclerc una vuelta después que Hamilton y poner duras por medias del
inglés, para que le aguantasen más contando con defenderse en las
rectas con su mayor velocidad. La táctica era arriesgada, pero
funcionó. Otra opción sería mantener a Leclerc en pista y luego
remontar con mejores ruedas. Pero lo mismo no le daría tiempo, ya
que Hamilton no machacaría tanto sus ruedas. Sea como sea, da igual,
porque la táctica funcionó.
Sainz y Mclaren, de nuevo sin recompensa. |
Hamilton, que estuvo marcando de cerca
a Leclerc a principio de carrera pero sin llegar a tener DRS, tras la
parada lo tuvo siempre, y eso le permitió atacar. De no existir este
artilugio, seguramente la carrera se habría acabado ahí, ya que sus
ritmos eran calcados. Pero con el DRS Hamilton podía ir un pelo más
rápido y atacar. Y lo hizo. Se ve que tenía ganas de que lo
abuchearan de nuevo en el podio -es broma- pero Leclerc es mucho
Leclerc y Hamilton no pasó. Jugó duro pero limpio, lo de Austria
fue peor y, además, como para ponerlo fácil en Monza.
Vettel, doblado en pleno fragor de la
batalla, no hizo como otros -Joahansson a Berger en Portugal 87 para
favorecer a Prost- y no interfirió en la batalla.
También hay que decir que Charles tuvo
una pasada de frenada a fin de recta que pudo solventar sin problemas
y que no le costó el liderato por poco. Fue como un muro para el
cinco veces -séis casi- campeón del mundo. Luego le tocó el turno
a Bottas cuando Hamilton se apartó al pasarse de frenada. Yo creo se
pasó de frenada y luego decidió perder ese tiempo adrede para que
no lo perdiese Bottas superándolo a él, que se había quedado sin
ruedas, y se fue por la escapatoria “gincana” de la chicane
haciendo labor de equipo. O quizá no, simplemente falló.
Bottas tenía el ritmo, pero no puso
nunca bajo presión a Leclerc. Y es que Bottas no es Hamilton. Sólo
un fallo del Ferrarista le permitió coger DRS, pero el mismo se
autoeliminó al pasarse de frenada.
Renault cuajó su mejor carrera en años. |
Leclerc estuvo magnífico, soberbio, al
nivel de los Dioses de Ferrari, y devolvió a Maranello el triunfo en
el GP de Italia 9 años después. En Mercedes lo hicieron todo bien
-al igual que en Ferrari- pero es que a las manos de Leclerc se le
unieron la fabulosa potencia de su motor y la magia de Monza, para
evitar que Mercedes aguase la fiesta a los miles de tifosi presentes
en Monza y a los millones en los televisores de todo el planeta. El
hada buena de las carreras hizo bien su trabajo.
Hamilton se quejó en el fragor de la
batalla, pero una vez acabada esta, se portó como un caballero, a
diferencia del año pasado en Inglaterra. Punto para el inglés.
El abandono de Sainz cuando iba camino
del sexto lugar al no apretar sus mecánicos una rueda, la gran
carrera de los Renault -cuarto y quinto- y la carrera descafeinada de
Verstappen, tampoco a nadie importó.
Lo que importaba este fin de semana era
Ferrari, y al acabar la carrera, Ferrari y su nueva estrella:
Leclerc, que se convirtió en el centro de atención. Y pasará mucho
tiempo hasta que alguien consiga atraer la atención con tanta
intensidad porque Monza, a las cuatro y media de la tarde, era
Leclerc.
Jody Scheckter, ganador con el 312T4 en 1979, hace 40 años, estuvo en las celebraciones. |
A todo esto, ningún récord de
velocidad ha sido batido, todos ellos -por cierto- en poder de
Ferrari: la pole de Kimi en 2018, la vuelta rápida de Barrichello en
2004 y la de carrera por Schumacher en 2003 siguen vigentes.
Forza!
ResponderEliminar