lunes, 2 de noviembre de 2020

GP de Emilia Romana 2020

 



                           Imola vuelve





Lo que es motivo de satisfacción y alegría para pilotos, equipos y aficionados. Imola es una de las mejores pistas, con grandes desniveles y muchas zonas de aceleración en cuesta, lo que hacía de ella la pista de mayor consumo del calendario. Desconozco si esto sigue siendo así, ya que ahora hay otras pistas por un lado y, por otro, la supresión de la chicane final, la variante baja, modifica un poco la pista, variando el consumo. Para mí, dicha modificación, es innecesaria y no mejora, al contrario más bien, la pista.

Un poco de historia

Emilia Romana es la cuarta denominación de los GGPP disputados en esta bella pista. La primera fue la de Dino Ferrari, una carrera fuera de campeonato disputada en 1979, donde se impuso Niki Lauda con un Brabham Alfa Romeo luego de un espectacular duelo con la Ferrari de Gilles Villeneuve, que acabó abandonando.

En 1980 se disputó, nada más y nada menos, que como GP de Italia, sustituyendo a la insustituible Monza, resultando ganador el brasileño Nelson Piquet, también con Brabham, pero esta vez con motor Cosworth. En esa carrera debutó, en entrenamientos, el Ferrari 126C, el primer Ferrari turbo -que no sobrealimentado- de F1, con Villeneuve al volante. Este correría con el T5, sufriendo un espectacular accidente en la curva antes de la frenada de la Tosa que, a partir de entonces, llevaría su nombre.



Niki Lauda, primer ganador en Imola. Era 1979 y fuera de campeonato.


Piquet repetiría en 1981, ya como GP de San Marino, segunda cita disputada en Italia, y que es como conoce todo el mundo a las carreras disputadas aquí. Que este año no se haya vuelto a utilizar esa denominación histórica es algo que no entiendo. Está claro que los nuevos dueños de la F1 dejan bastante que desear en este sentido. Parece que no les importa la historia de este deporte.

1982 es uno de los años más recordados aquí por el intenso duelo entre los Ferrari de Villeneuve y Pironi, ante la ausencia de los equipos de la FOCA, resultando el francés ganador, lo que enfadó a Gilles, que se sintió traicionado y que, al morir 15 días después, dejó una herida abierta que muchos aún recuerdan con resquemor, cuando no con odio. Lamentable actitud ante lo que fue una gran carrera y lo demás, como bien dijo Enzo Ferrari: “son cosas de las carreras”.

En 1983 gana el Ferrari número 27 de Patrick Tambay, amigo de Villeneuve, en honor de su amigo fallecido, al perder Patrese el control de su Brabham BMW cuando cabalgaba hacia la victoria. Duro golpe para el italiano, sobre todo al ver como lo celebraban sus compatriotas.

1985 da lugar a una trepidante carrera en la que varios líderes se quedan meta a la vista sin gasolina, como Senna, como Johansson, que había partido décimo quinto con el Ferrari y remontó hasta el primer lugar, heredando el triunfo Elio de Angelis por la descalificación de Alain Prost -que cruzó la meta en primer lugar- al estar por debajo del peso mínimo.



Villeneuve vs Pironi, el gran duelo de Ferrari en 1982. Uno de sus dobletes más tristes.


En 1987 gana Mansell casi en solitario, ya que su principal rival, Nelson Piquet, no pudo correr por su accidente en el Tamburello.

Dos años después ese accidente se repite, con mayor dramatismo, al incendiarse el Ferrari de Gerhard Berger. También se recuerda ese año por el inicio de las hostilidades, a nivel personal, entre Senna y Prost, al vulnerar el brasileño el pacto de no agresión en la salida que tenía con Alain. La excusa de Ayrton, cual leguleyo, era que “se trataba de la segunda salida”. En fin...

Patrese se “venga” en 1990, siete años después de su afrenta, logrando el triunfo en una carrera en la que abandonó Senna cuando lideraba y en la que Mansell fue “Villeneuve”. Mansell dio el espectáculo, tanto en entrenamientos, como en carrera, con un intento de adelantamiento a Berger, que lo mandó a la hierva, espeluznante. Trompo completo y a seguir a fondo de nuevo al ataque. Pero el Ferrari humeaba desde la vuelta de formación. La suerte estaba echada: no acabaría. Su gran demostración no fue en vano, pero no tuvo recompensa,

En 1994 muere, en el tercer accidente en Tamburello, Ayrton Senna, en un fin de semana negro. El viernes sufrió un durísimo accidente Rubens Barrichello, causando baja el resto del fin de semana, el sábado se estrella en “Villeneuve” Roland Ratzenberger, perdiendo la vida y el domingo, Senna.



Imola 1994, el GP que no debió ser, se llevó al más grande.


Pero eso no fue todo. En la salida, Letho se queda parado y Lamy no puede evitar el toque, al estilo del de Paletti contra Pironi en Canadá 1982, pero sin el dramatismo de aquel, aunque tres espectadores y un policía resultaron heridos. El GP finaliza su drama con la desastrosa parada de Michele Alboreto, cuya rueda mal fijada sale por los aires en boxes, resultando heridos tres mecánicos.

Todo esto motivó una serie de cambios en materia de seguridad. A partir de entonces se limitó, entre otras cosas, la velocidad en el carril de boxes, dejando para el recuerdo las salidas fulgurantes de los mismos. La última, la de Berger en esa carrera.

De cara a 1995 la pista modifica su trazado para eliminar la curva de Tamburello, que como la de Villeneuve es a fondo, para evitar se repita lo acaecido el año anterior, al no poderse ampliar la escapatoria. Gana Damon Hill, hijo del mítico Graham.

2005 y 2006 fueron las dos últimas citas, hasta la fecha, y sus protagonistas fueron Alonso y Schumacher, que se repartieron los dos triunfos luego de dos preciosos duelos. Muy brillantes los dos pero, decir que Alonso ganó en 2005 con un cilindro menos... ¡Anda ya! Vean como salía de las curvas. Problemas tendría, no lo niego, pero no ese. De tenerlo, no gana ni de coña.



2003, emotiva victoria del Kaiser, que ese fin de semana había perdido a su madre.


Destacar, para finalizar, que desde 1999 hasta 2006 siempre ganó un Schumacher, salvo en 2005, que ganó Alonso, mientras que en 2001 ganó Ralf, el hermanísimo.


Este año la F1 regresaba catorce años después, con el circuito modificado con la supresión de la chicane final, con nuevos arcenes y unas reglas para cumplir los limites de pista totalmente absurdas. Lo que valía en los libres, no en calificación, y lo que para unas curvas era válido, para otras no. Absurdo total, al fin y al cabo, dejando la pista como estaba, no había esos problemas.

Se estrenaba nuevo formato -y horario- ya que a la hora habitual de las 3 y 10, las dos últimas citas a las 2 y 10, esta era a la 1 y 10, lo que no ,me parece serio. Los suyo es estabilidad de horarios. Respecto al formato reducido, me da igual, ya que al haberse eliminado la sesión de calificación de los viernes hace años, este, para mí, carece de interés. Este formato es una prueba de cara a reducir el tiempo de GP y así, incluir más. Otras ideas, a parte de la parrilla invertida y carreras tipo superpole, es hacer carreras más cortas. Francamente, no me gusta el rumbo.

Antes de que el “corto” GP de Imola diese comienzo, supimos de la renovación de los pilotos de Alfa Romeo, Raikkönen y Giovinazzi de cara a 2021, lo que creo fue una sorpresa para la mayoría, puesto que dábamos por hecho la entrada al equipo, y a la F1, de Mick Schumacher. Respecto a Kimi, el “joven” Kimi, era el único de los presentes en haber corrido antes en este gran escenario.



Alfa Romeo confirmó a Giovinazzi y Kimi como sus pilotos de cara a 2021.


Yendo al GP en sí, la calificación fue un mano a mano entre los Mercedes, logrando, esta vez sí, Bottas superar a Hamilton. El inglés luego dijo que hizo una muy mala vuelta, lo que no casa en absoluto con la realidad, ya que hizo dos, y fueron parecidas.

Tercero fue Verstappen, sin inquietarlos y casi de casualidad, ya que un problema con su motor casi lo apea. Los tres primeros pasaron la Q2 con medios, el resto con blandas. Ferrari y Albon lo intentaron, pero no pudieron. Por detrás y en un pañuelo: Gasly, Ricciardo, Albon, Leclerc y Kvyat en una décima y a dos y tres respectivamente, Norris y Sainz.


La carrera prometía cambio de vencedor, al ser superado en la salida Hamilton, que tuvo la fortuna de no dañar su alerón al cruzarse -de forma involuntaria- en las narices de Gasly. Algo similar le costó, en 2012, a Alonso el abandono en Suzuka al pincharle la rueda Kimi Raikkönen. Y esos puntos le costaron el título. Se ve que Lewis tiene potra. Y mucha. No contento el destino con esto, en la vuelta dos, y sin que entonces lo supiéramos, Bottas dañó su fondo plano al pasar por los restos del Ferrari de Vettel, que se había tocado con Magnussen.



Nuevo triunfo de Hamilton y séptimo título consecutivo de Mercedes, récord.


Pequeño inciso: destacar el fulgurante inicio de Giovinazzi con blandas: de vigésimo a décimo cuarto en una vuelta.

Volviendo a la cabeza, cuando Verstappen anticipó su parada para intentar superar a Bottas, Mercedes se defendió doblemente bien: hizo parar a Bottas y alargó el relevo de Lewis que, al igual que los otros dos, tenía ruedas para muchas más vueltas. Y es que Mercedes da las mismas oportunidades a sus pilotos cuando están solos, pero si hay alguien por medio, divide las tácticas, como hizo en Inglaterra este año.

Bottas mantuvo el puesto y, con el coche dañado y con duras, no podía con el ritmo de Lewis con medias usadas que, por si fuera poco, tuvo un coche de seguridad virtual que pudo aprovechar por los pelos, a causa del abandono de Ocon, que le permitió parar y ganar tiempo. Aunque parecía no le iba hacer falta. Jé, Esteban parece estar conchabado con Lewis, si no atenemos a Brasil 2018 y Mugello este año.

A todo eso, el bueno de Gasly, que llevaba un casco homenaje a su ídolo Senna, se había retirado cuando marchaba quinto.



Gasly llevó un casco homenaje a Senna. Un bonito gesto.


Pérez, que partía undécimo con medias, retrasó su parada y, con ello, se cepilló a todos los que le precedían: Ricciardo, Leclerc, Kvyat, Albon, Sainz y Norris, mientras que Vettel Raikkönen y Latifi marchaban cuarto, quinto y sexto respectivamente, sin parar, tras el trío infernal: Hamilton, Bottas Verstappen.

Max superó a Bottas cuando este cometió un error en la Rivazza., mientras queVettel no pudo aprovechar su táctica para sumar puntos al condenarlo su equipo con un desastre de parada: más de 13”, que le impidieron reengancharse junto a los Mclaren.

El coche de seguridad salió por el pinchazo -y accidente- de Verstappen, que abandonaba y situaba segundo a Bottas y tercero a Pérez. Parecía que el Méjicano lo iba a volver a hacer, pero decidieron parar y poner blandas, siendo superado por Ricciardo, Leclerc y Albon, que no lo hicieron.

Durante el periodo del coche de seguridad se estampó Rusell calentando ruedas, retrasando el reinicio.



Ni Vettel, ni Ferrari, andan finos este año. Cuando no falla uno, lo hace el otro.



La carrera constó de un sprint final de cinco vueltas en las que Albon trompeó y se fue al fondo, mientras que Kvyat hizo una fenomenal recuperación pasando a Pérez y Leclerc para situarse cuarto tras Ricciardo, que iba a lograr otro podio. Pérez fue sexto, muy poco cuando era tercero. Séptimo y octavo fueron los Mclaren de Sainz y Norris por delante de los dos Alfa de Kimi -piloto del día- y Giovinazzi.

Gran carrera de Lewis, con un gran ritmo y mucho brillo, mostrando su gran talento una vez más. Lástima que no emocione. Es lo que tiene no tener rivales. Que contento debe estar tras la retirada de Rosberg y el fichaje de Bottas, el que apenas podía con Massa. Y ya vimos como se las gastaba Alonso con Massa. Sin eso, su vida habría sido mucho más difícil.



El podio de Imola fue bastante, digamos, asqueroso.


¿Critico a Hamilton? Desde luego, porque no merece tales resultados. Él no ha hecho ese Mercedes, no se ha involucrado en el equipo -porque no sabe- como hizo Schumi en Ferrari, y da pena escuchar sus quejas, demostrando estar perdido y necesitado de consejo. Todo un talentazo pero que sin dirección, se diluye. Por eso le ganaba Button cuando había que improvisar. Y nadie ponía a Jenson como un crack, ni a Rosberg. Pues ambos le hicieron sudar.

Mercedes campeona por séptimo año consecutivo, récord, ¿y qué?




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