Hubo color, el de
Red Bull
Una temporada
monótona, aburrida y predecible es lo que fue, una temporada en la
que habría habido muchas más quejas si el equipo dominador hubiera
sido Ferrari, una temporada de récords en la que no salió la duda
de si el piloto ganó a causa de la máquina y en la que se dijo,
erróneamente, que Red Bull hizo el coche más dominante de la
historia.
Antes de abordar
estas dos últimas cuestiones, aclarar el otro error, en el que se
decía que no sonaba el himno inglés desde 1952, al no ganar ningún
piloto ni equipo británico. Si nos ponemos finos, podríamos decir,
bandera aparte, que Red Bull se fabrica en Inglaterra pero, al margen
de eso, es que el himno por el constructor no ha sonado siempre y,
por tanto, ha habido temporadas, como las de 1984 o 1988, que no ha
sonado, porque no fue hasta mediados de los 90 que empezó a ponerse
en el podio el himno del constructor tras el del piloto. Por tanto no
es desde 1952 que no suena el himno británico. En todo caso, no ha
ganado un piloto o equipo británicos, aunque tengan allí la sede,
como Red Bull y Mercedes.
Red Bull ganó 21
carreras de 22, más 5 de 6 esprint, y Verstappen triunfó 19 veces,
lo que demuestra la calidad de ambos. Sin embargo, Red Bull no ha
construido el coche más dominante de la historia. Sin un genio como
Max, el mejor piloto actual, su dominio habría sido menor. Y es que
Max es tan bueno, que hace parecer malo a sus compañeros, que para
nada lo son, tal y como hacían antes Senna y Schumacher. Y es que
el piloto marca la diferencia y, en casos como los citados, de manera
decisiva. Decisiva pero no definitiva, sin un gran coche, nada
podrían hacer. Un piloto de gran talento puede ganar con el segundo
mejor coche, o con el tercero, como Lauda en 1977, siempre y cuando
la diferencia con el mejor sea pequeña. Cuando no es así, no hay
nada que hacer. A ver si ahora Verstappen ha aprendido a conducir. La
mitad de sus victorias las ha logrado en los dos últimos años,
cuando ha dispuesto del mejor coche, mientras los otros siete, sin
él, se limitaba a lograr victorias parciales. Al contrario con Ham,
de lograr seis títulos de siete posibles de 2014 a 2021, a no lograr
victoria alguna en los dos últimos años. El piloto cuenta, y mucho,
pero es el coche el que pone a cada uno en su lugar. Los coches
buenos arriba, los medios en la mitad y los malos atrás. Un gran
piloto puede mejorar un poco las cosas, pero nunca cambiará la
jerarquía. Con un coche malo estará detrás por muchos destellos de
brillantez que demuestre. Y no hay más.
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Verstappen, primer piloto que lidera más de 1000 vueltas en un año. 1003, exactamente. |
Respecto a lo del
mejor coche de la historia, para nada. No es cuestión de decir que
Alfa y Ferrari lo ganaron todo en 1950 y 52 respectivamente
-exceptuando Indianápolis-, ya que habrá quien diga, y no le
faltará algo de razón, que se trataba de años con un mucho menor
número de pruebas, pero también está la forma de ganar.
Red Bull encabezó
el 86,7% de las vueltas, frente al 95,76 de Alfa en 1950 y el 91,74
de Ferrari en 1952. Si eso no les convence de que no es el RB el más
dominante, por eso del menor número de pruebas, vayamos a 1988 con
Mclaren liderando el 97,3% de las vueltas. Ganó 15 de 16, repitiendo
dicha cifra en poles, logró 10 vueltas rápidas, 10 dobletes y 12
primeras lineas, amen de que en muchas carreras sólo se libraba de
ser doblado el tercer clasificado, siendo un segundo por vuelta más
veloces que el siguiente en varias ocasiones. Red Bull ha estado
lejos de eso, muy lejos, salvo en victorias, en ese caso más ayudado
por tener más pruebas. También se podría aducir lo mismo en 1950 y
52 para Alfa y Ferrari, si se quiere, llevando la contraria a quienes
les quitan méritos por haber menos citas.
12 poles, 11 vueltas
rápidas, 6 dobletes y solo una primera linea. Y no ganaban con tanto
margen. Diría además, que tanto Ferrari en 2002 y 2004 y Mercedes
de 2014 a 2016 han dominado más, aunque hayan tenido más fallos,
pero sus coches fueron más superiores. Diría lo mismo de Williams
en 1992-93, pero la fiabilidad y los accidentes, más la genialidad
de Senna en 1993, ocultaron parte de su gran superioridad. Y no me
olvido de Mclaren en 1984, que en algunas carreras barría a la
oposición, como en Kyalami, doblando a todos.
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Mercedes, subcampeona en un año negro. |
Aclarado esto, no
cabe duda RB y Max arrasaron en 2023: el mejor coche, piloto y
equipo, lógicamente, no tuvieron oposición. Sólo flaquearon en
Singapur, donde no tuvieron nada que hacer. No es que les ganase
Sainz, es que de no hacerlo él lo hubieran hecho: Norris, Hamilton,
Russell, o Leclerc. Las otras carreras en las que pudieron ser
batidos, como Mónaco, Holanda, Austin, Catar o Las Vegas, Max puso
todo su talento para impedirlo, aparte de tener un poco de
suertecilla, la suerte del campeón que se suele decir. Y poco más
que decir. Pérez, tras un gran inicio, batiendo magistralmente a su
compañero en Baku, a partir del GP de Mónaco, ese que de manera tan
brillante ganó en 2022, cayó en desgracia, estando a partir de
entonces tan lejos de Max, que hasta parecía pilotar otro coche.
Cinco veces seguidas fuera de Q3, para un total de nueve, no es de
recibo cuando se pilota el mejor coche de la parrilla. Una lástima
que en su casa abandonase al principio por un toque. Parecía estar
más en forma que nunca y podría haber incordiado a su jefe de
filas. Nunca lo sabremos. Pero lo que sí sabemos es que Max no se lo
habría puesto fácil, visto lo visto en Brasil 2022, donde no le
cedió el mísero sexto lugar cuanso el Checo luchaba por el
subcampeonato. Max podrá argumentar lo que quiera, pero la realidad
es que como persona deja mucho que desear. Por lo menos a pie de
pista.
Mercedes fue
subcampeona, pero seguro hubiera cambiado ese puesto con Ferrari a
cambio de un triunfo, cosa que sí consiguieron en Maranello y no en…
¿Stuttgart? Brackley más bien.
No dice mucho a su
favor, en caso de ser cierto, sólo hay rumores, de que fueron ellos
quienes se negaron a que no se sancionase a Sainz en Las Vegas,
aunque la culpa siempre será de la FIA, que pudo y debió evitar
esta penalización. Como fuere, por desgracia Mercedes nunca ha
destacado por su deportividad.
En el plano
competitivo, abandonaron a partir del GP de Mónaco su carrocería
carente de pontones a favor de una copia de la de Red Bull. No
pareció irles mucho mejor, ya que nunca alcanzaron a Red Bull y, a
diferencia de 2022, no ganaron carrera alguna, cerrando la racha
iniciada en 2012.
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Sainz y Ferrari impidieron a Red Bull ganar todas las carreras. |
Aunque no lo
pareció, fueron tan competitivos como Red Bull en España, pero no
mantuvieron el nivel. La única carrera -Singapur aparte- en la que
pudieron ganar a Red Bull fue en Austin, pero erraron la táctica,
aunque luego hubiera dado igual, ya que descalificaron a Hamilton.
También hubiera sido bueno ver que hubieran podido hacer en Catar
sin el toque en la primera curva. Al final subcampeones pero pidiendo
la hora. Ningún triunfo por segundo año consecutivo de Hamilton,
pero como consolación superó claramente a Russell, logró la pole en Hungría y fue tercero en
la tabla tras los intocables Red Bull.
Ferrari mantuvo las
virtudes de su monoplaza de 2022 pero en peor, es decir, el coche era
rápido a una vuelta pero no tanto en carrera, sólo que en 2022 era
más rápido, por eso logró más poles y victorias. Este año una y
gracias. Bueno, gracias no, ya que pudo haber alguna más. Quizá
Italia de haber podido incordiar Leclerc a Max al principio para que
Carlos conservase ruedas y, sobre todo, Las Vegas. Cierto es que ahí,
con duros, el Red Bull iba mejor, pero el coche de seguridad y la
sanción a Sainz, que hizo el segundo mejor tiempo tras Leclerc, no
les beneficiaron. Una pena, pero al menos se ganó una carrera.
Ninguna vuelta rápida pero a cambio siete poles, cinco de ellas de
Leclerc, que es un gran calificador. El coche sufrió profundas
modificaciones a partir del GP de España, dando lugar a que algunos
dijeran que era otra copia de Red Bull, pero no era el caso, a
diferencia de Mercedes o Mclaren. Así todo, sus problemas de
degradación no acabaron de solucionarse del todo, pese a ser los
únicos en Canadá en ir a una parada.
El equipo Mclaren
resurgió de sus cenizas a partir del GP de casa en Silverstone. El
coche mejoró a lo largo de la temporada más que ningún otro, pero
llegado a cierto nivel, se estancó. Lógico porque son las últimas
décimas lo más difícil. Desbancaron a Aston Martin del cuarto
lugar en la tabla luego de recuperar casi 150 puntos de desventaja.
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No cuenta, pero la verdad es que Piastri y Mclaren también ganaron en 2023. |
Aunque no aparece
por ningún lado porque las carreras al esprint no cuentan para la
estadística, al estilo de las carreras no puntuables de antaño
-sólo que estas sí puntúan- Mclaren logró una pole y una
victoria. Fue en Catar en la cuali y carrera al esprint. Óscar
Piastri logró la “minipole” y la victoria, con todas las de la
ley, en la carrera corta. En la larga, Max fue inalcanzable, pero
también se vio ayudado por el lance entre los Mercedes y que Norris,
el más rápido de los dos Mclaren cuando no cometía errores, estaba
sexto en la primera vuelta y tardó en recuperar.
La solidez de
Verstappen y algún error más, como en México Norris en la
calificación, les impidieron luchar por un triunfo “de verdad”.
En Silverstone y Brasill anduvieron cerca, pero sólo eso. Al menos
se recuperaron de su pésimo inicio.
Justo al revés que
Mclaren, Aston Martin empezó muy fuerte, pero fue perdiendo ritmo a
medida que avanzaba la temporada. O no acertaron con las evoluciones,
o los demás sí, o ambas. Pasaron de ir segundos en el mundial a
acabar quintos lo que, pese a ser una gran progresión respecto 2022,
no deja de ser un poco decepcionante.
Alonso logró ocho
podios, la mayoría al principio, llevando el peso del equipo a lo
largo del año, ya que dominó con una autoridad casi insultante a su
compañero Stroll, al estilo de lo que hizo Max con Pérez. En Mónaco
podrían haber ganado pese a perder in extremis la pole. Alonso y
Aston no aprovecharon el error de Max, que tardó en detenerse cuando
la lluvia se intensificaba, al poner ruedas de seco cuando tocaban
mixtas, teniendo que volver a parar. De haber puesto mixtas, habrían
salido en cabeza. Una pena porque oportunidades así pocas veces se
dan. Canadá y Holanda fueron carreras en las que estuvo cerca del
triunfo, quizá incluso más que en Mónaco, sólo que en esas citas
no hubo ningún error del líder del que poder aprovecharse.
Alonso acabó cuarto
del mundial lo que, visto como fue su coche al final, es un resultado
más que aceptable, casi milagroso.
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No llegó la "33", pero el nivel de Alonso en Aston fue alto, muy alto. |
El anterior equipo
de Alonso, Alpine, acabó justo por detrás, con menos puntos que el
año pasado y dos posiciones por detrás. El quinto era suyo hasta
que Mclaren despertó y los pasó por encima. Fueron el coche medio
del año por antonomasia. No los esperabas en cabeza, pero tampoco en
la cola. Sus pilotos fueron 11º y 12º de la general, con Gasly por
delante del correoso, y a veces insoportable, Ocon. Ambos tuvieron
destellos de brillantez, como Esteban en Mónaco (3º) y Gasly en Spa
en la carrera corta y en Holanda, con sendas terceras plazas. El
tercer puesto de Ocon en Mónaco y el cuarto de Gasly en Las Vegas,
fue lo mejor que lograron a una vuelta.
Williams fue
séptimo, a años luz de el sexto, pero mostrando un gran progreso
respecto a 2022, donde fueron la “cenicienta”, como ya les pasó
en 2018-19-20. El peso del equipo recayó casi totalmente en
Alexander Albon, que demostró que no es para nada un mal piloto,
pese a que no aguantase el tipo a Max en RB. Fueron sus actuaciones
las que colocaron a Williams en el séptimo lugar, ya que su
compañero Sargeant, apenas sumó un punto -en su segundo GP de casa,
Austin- por los 27 del tailandés, que evitó así Williams fuese
superado por Alpha Tauri, que mostró una mejoría excepcional en la
última parte del año.
El Williams iba
especialmente bien en circuitos de baja carga, sobre todo en
calificación, estando siete veces en Q3 (seis de ellas Albon),
aunque luego cedían en carrera. Sargeant salvó el puesto de
milagro, ya que no sólo fue superado ampliamente por Albon, sino que
tuvo muchos accidentes.
El equipo B de RB,
Alpha Tauri, tuvo cuatro pilotos, ya que Nick De Vries fue
“licenciado” a partir del GP de Hungría, ocupando Ricciardo su
lugar. Dado que este se lesionó en Holanda, su puesto fue ocupado al
momento por el piloto probador Liam Lawson que, al igual que
Ricciardo, lo hizo muy bien.
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Galáctico fue el nivel de Albon con el Williams. |
Se podría decir que
fue a partir del GP del Japón que Alpha Tauri dio un salto de
calidad que le permitió pasar del último lugar al octavo, que no
fue séptimo por los pelos. Ricciardo estuvo genial en México,
cuarto en parrilla y séptimo en carrera. Tsunoda, por su parte,
brilló en la última carrera calificando sexto y acabando octavo con
duelos contra Alonso y Hamilton, además de liderar la carrera. Nada
mal.
Alfa Romeo fue
noveno. Logró meter sus dos coches en los puntos en Catar y, en
Hungría, Zhou y Bottas fueron quinto y séptimo respectivamente en
parrilla, pero no aprovecharon la ocasión. En la primera carrera,
Baréin, Zhou marcó la vuelta rápida mientras Bottas acabó octavo.
Teniendo en cuenta que nunca acabaron una carrera por delante del
octavo lugar, normal que acabasen tan retrasados en el mundial.
Si antes hablábamos
de que tanto Ferrari, como Williams, iban mejor a una vuelta que en
carrera, ¿qué decir de Haas? Magnssen sólo logró tres décimos
lugares, mientras que Hulkenberg salvó la temporada con su séptimo
lugar en Australia y el sexto en la carrera corta de Austria, donde partió cuarto. Sin
embargo estuvieron once veces en Q3, ocho de ellas Hulkenberg por
tres de Magnussen. Sin duda la velocidad a una vuelta de Nico es
incuestionable. Como fuere, fue K-Mag el que logró calificar en
mejor lugar, cuarto en Miami por el quinto de Nico en Canadá. Lo
malo es que luego, en carrera, fundían las ruedas y se iban al
fondo. Fueron los últimos en el mundial aunque por velocidad pura,
no lo fueron en absoluto.
Antes de dejarlos,
hablar un poco de la FIA y la FOM, no sé si tantas carreras, el año
venidero 24, son buenas, y mucho menos cuando su distribución
geográfica no es la mejor, ya que se hacen desplazamientos
innecesarios o, dicho de otra manera, no se optimizan los
desplazamientos. No es que me importe por el medio ambiente, ya que
el impacto es irrelevante, pero es una contradicción ir de
ecológicos y sostenibles y luego derrochar desplazándose a lo
tonto, siendo además, en esos desplazamientos, cuando más se
contamina. Pero al final son los equipos los que sufren el desgaste,
sobre todo mecánicos, y no merece la pena.
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Al final Alpha Tauri arregló la temporada tras su mal inicio. |
Por otra parte, creo
la FIA debe seguir mejorando. Nunca habrá consenso con las
sanciones, pero que se sancione a un piloto y equipo por un error de
la organización, es algo que no debería volver a suceder. Se pasan
los reglamentos por el forro, o los interpretan, si les gusta más,
de otra manera cuando les interesa, obligando a parar un número
determinado de veces a los equipos (Catar), cambian límites de pista
a lo largo del fin de semana, mueven líneas de DRS, etc... pero
luego son incapaces de reaccionar y no sancionar a un piloto -Sainz
en Las Vegas- por un error gravísimo por su parte. Y es que gastarse
400 millones de dólares en organizar un GP y que luego se salten las
alcantarillas no es de recibo, es muy peligroso y, además, ridículo.
Sobre las carreras
al esprint, creo deberían hacerles su estadística propia, aunque ya
hay quienes tienen dicha estadística hecha, yendo un paso por
delante de la FOM, al margen de que si quieren hacerlas más
espectaculares, una parrilla invertida molaría.
Yo vuelvo a mis
trece en mis deseos para el futuro de la F1: me gustaría se pudiesen
cambiar los reglajes de los coches en caso de cambio de las
condiciones atmosféricas; traería de vuelta a los muletos para
evitar que por un fallo mecánico un piloto no pueda tomar parte en
la carrera; en caso de bandera roja, no dejaría que se cambiasen
ruedas ni se reparase sin la correspondiente sanción y, por último,
agilizaría los coches de seguridad evitando los pilotos se
desdoblasen, dejándolos “caer” hasta su posición real sin
recuperar vuelta. Hasta el año que viene.