miércoles, 13 de septiembre de 2023

GP de Italia 2023

 



                   La sangre del matador





En el pasado GP de Italia vimos, por parte del hijo “del matador” (Carlos Sainz padre), una exhibición de tal calibre, que debe ser recordada como una muestra más del gran pundonor y arrojo de un piloto Ferrari en Monza. Una exhibición sin recompensa, como a tantos otros les pasó antes y, sobre todo, una lección de pilotaje intentado llegar más allá de lo posible, demostrando a todo el que quiera ver y que de verdad ame el deporte, como se defiende jugando limpio. Si Carlos hubiera jugado sucio, como Max en Brasil y Arabia 2021 -por poner un par de ejemplos del dominador actual-, tal vez Max no hubiera ganado o, de haberlo hecho, habría criticado con razón la actitud de su adversario olvidando, como la mayoría en esa situación hacen, que ellos actuaron igual de mal en otras ocasiones.

Lo que quiero decir es que Sainz lucho duro, pero limpio, cosa que no se puede decir, lamentablemente, de muchos pilotos actuales, demostrando una gran madurez y dominio sobre sí mismo. ¡Que fácil habría sido sacar a la hierba a Max en la curva Biassono antes de la variante de la Roggia!

Dicho lo cual, su coche daba para lo que daba y, buscando una victoria imposible, no realizó una carrera óptima al forzar sus neumáticos tratando de aguantar a Verstappen, lo que le impidió lograr el segundo cajón del podio y casi perder el tercero, porque su compañero Leclerc no mostró piedad. La lucha entre ambos fue tan preciosa como innecesaria. Si llegan a chocar, ridículo total en casa. Me gusta que luchen y lo entiendo, pero si sólo permiten luchar cuando es Charles el que va detrás, no. Como se le olvida a Charles cuando pidió al equipo que Vettel respetara lo pactado en Rusia 2019 y este le dejara pasar, sólo que entonces Seb era más veloz y no era lógico lo hiciera. Sin embargo sí le parece lógico atacar a su compañero como si no hubiera un mañana. Tal vez le pudieron las ganas, ¡lastima no las tuviese al principio para incordiar a Max y así facilitar la labor de Carlos y quizá, trabajando en equipo, traer un triunfo en casa para Ferrari!



Sainz entró en el olimpo de Ferrari y de Monza. No muchos pueden presumir de ello.


A todo esto Sainz, que fue un caballero en sus declaraciones tras la carrera, le vino de perlas las dos vueltas que se restaron de la carrera por los problemas antes de la salida de Tsunoda.

Esta carrera, que volvía a la calificación tipo “Hungría” con un compuesto distinto -y cada vez más blando- para cada ronda, veía desde los primeros libres, hasta los últimos, como los Ferrari, en especial el de Sainz, mostraban sus cartas. Claro que era más bien de cara a la pole, ya que en ritmo de carrera se preveía sufrieran ante Red Bull, como así fue, por desgracia.

Ferrari y Alfa estrenaron decoración en su gran premio, Ferrari con colores como los de los prototipos 499P que ganaron Le Mans y devolvieron la gloria a Ferrari en la Sarthe después de 58 años y Alfa, con la tricolor en sus carrocerías además de presentar la versión moderna del que quizá es su supercoche por antonomasia, el 33 Stradale.

Vamos a la calificación: el Alfa de Zhou no pudo pasar de la primera ronda, acompañándole los dos Alpine de Gasly y Ocon, el Haas de Magnussen y el Aston de Stroll. En Q2 se quedaron los Alpha Tauri de Tsunoda y Lawson, Hulkenberg, Bottas y Sargeant, con Hamilton pasando el corte por los pelos.

La Q3 fue como se preveía: un duelo a tres por la pole. En el primer intento los Ferrari de Sainz y Leclerc superaron a Max, pero en el segundo todos ellos mejoraron el tiempo y Max a punto estuvo de aguar la fiesta a los tifosi -eso lo haría el domingo que, no por esperado, jode menos-, superándolo Sainz por apenas 13 milésimas. A 67 se quedó Leclerc. Cuarto, a menos de cuatro décimas, pero nunca en condiciones de inmiscuirse entre ellos, George Russell precediendo a Pérez, Albon -SEN SA CI O NAL-, Piastri, Hamilton, Norris y Alonso, cuyo Aston no iba muy bien.



Verstappen ganó, aumentó sus récords y aguó la fiesta a los tifosi.


El domingo la carrera comenzó con un retraso de casi 20 minutos -y con dos vueltas de menos- por el abandono en la vuelta de reconocimiento del coche de Tsunoda. No molestaba, pero ya sabemos que a día de hoy no dejan ni una mosca por medio. Como fuere, ya va siendo hora de que los F1 se puedan quedar en punto muerto con facilidad y así evitar retrasos innecesarios. No creo sea tan difícil, ¡coño!

La elección de neumáticos para la carrera fue sencilla, todos con medios menos tres: Hamilton, Bottas y Magnussen. En el caso de Hamilton se reveló como la mejor estrategia. ¿Hubiera funcionado también en Ferrari y así haber puesto más difícil las cosas a Max? Lo dudo, lo mismo que dudo que haber ido a dos paradas les funcionara, pero cuando siguiendo la misma táctica no vas, y ves a otros que con otra sí, siempre te queda la duda.

En la arrancada Sainz aguantó el tipo a Max y cerró la primera vuelta liderando con el susodicho a detrás. Leclerc, Russell, Pérez, Piastri, Albon, Norris, Hamilton, Hulkenberg, Alonso, etc. … los seguían.

Albon se ventilaba de inmediato a Piastri, mientras a Alonso le costaba más hacer lo propio con Hulkenberg. Por delante todo igual, eso sí, con Max presionando en todo momento a Sainz.

Tras intentarlo varias veces sin éxito y quejarse una de juego sucio -precisamente él-, cuando no hubo nada, al final logró superar a Sainz cuando este cometió un error en la vuelta catorce, pequeño, pero suficiente para un cazador como Max, que rara vez desperdicia la ocasión. Una vez en cabeza, su ritmo, entre medio y un segundo más veloz, dejó bien clarinete donde estaba cada cual. Ferrari podía plantar cara en entrenamientos, pero no en carrera. En carreras así lamentamos haya DRS, lo mismo que cuando es al revés, estamos encantados con él. Lo mismo para las órdenes de equipo, como muy bien dijo Sainz al final, en referencia a su lucha con Leclerc: si vas delante te encantan, no si vas detrás.



Un punto para Bottas, que salvó el honor de Alfa.


Volviendo al GP en sí, poco después Pérez lograba pasar al correoso Russell y comenzó el festival de paradas, siendo la de Sainz casi 1” más lenta que la de sus adversarios. Y viendo lo justo que iba la cosa, no estaba para perder nada.

Pérez, Piastri y Hamilton lideraron mientras los líderes paraban, pero en la vuelta veinticinco -casi mitad de carrera- Max recuperaba el liderato y ya no lo abandonaría. Al final cedió cerca de 6” a Pérez por un tema de consumo dijeron, pero siempre lo tuvo todo bajo control, a diferencia de Sainz, que apenas tuvo descanso.

Vuelta veintiocho y con todos con su parada hecha, la cosa estaba así: Verstappen, Sainz, Leclerc, Pérez, Russell, Albon, Norris, Piastri, Alonso y Hamilton.

Lewis pasó de inmediato a Alonso y se puso a rodar como un tiró a por quienes le precedían merced a sus medios por los duros de estos. Pese a sus habituales lamentos diciendo sus ruedas no iban a aguantar, estas lo hicieron de sobra, y se ventiló a Piastri -con toque-, Norris y Albon, abriendo brecha para evitar perder posición a causa de la sanción de 5” que tuvo por su incidente con Piastri, el cual perdió toda opción a puntuar al dañar su alerón aunque, eso sí, puso uno nuevo y un juego de blandas y se dio el gustazo de marcar la vuelta rápida, la primera de su casillero.

Ese fue el mayor cambio entre las posiciones delanteras y, gracias al toque de Piastri, Bottas pudo arañar el punto del décimo puesto en Monza con su Alfa Romeo, menos es nada. Parece que su táctica tampoco le fue mal.



El duelo Sainz-Leclerc fue electrizante. 


Sobre la cabeza, olvidándonos de Max, Pérez superó tras una lucha de diez vueltas a Leclerc y catorce después, hacía lo propio con Sainz, que se resistió de lo lindo.

Con los RB 1º y 2º y los Ferrari 3º y 4º a falta de seis vueltas, todo parecía decidido, pero no, Charles quería el podio ante su afición -la de Ferrari, para entendernos- y luchó fieramente contra Sainz, al cual superó momentaneamente, ya que Carlos no se dio por vencido y le devolvió el adelantamiento de manera brillante, con blocaje incluido, en la variante de la Roggia, ¡MAG NÍ FI CO! Tan magnífico como innecesario. No sé si agradecer a Ferrari por la lucha o no, aunque como comenté al principio, si esto se permite, debería permitirse siempre, no sólo cuando el que va detrás es Leclerc.

Max ganó y se hizo con el récord de 10 victorias seguidas y Red Bull con el de 15, por si alguien incluía las 14 de Ferrari en 1952-53, en el que se incrustaban las 500 de 1953 que dejan el dato oficial en 7.

Este fue el GP con más líderes del año, con cinco pero, tras la demostración de Carlos Sainz, ¿a quién le importa? A mí no, desde luego.

Leclerc entró en el olimpo de Ferrari en Monza 2019, con un carrerón con victoria incluida, Sainz no ha ganado, pero ha entrado en el olimpo de Ferrari y de Monza por derecho propio, como Alesi, Berger, Alboreto, Regazzoni o Bandini hicieron con anterioridad. Y es que para entrar en el olimpo de Ferrari -en el que están sus campeones con Gilles como referencia-, y de Monza, hace falta algo más que ser un superpiloto, y ese algo es “un no sé qué” que hace especiales a los pilotos de Ferrari, que se crecen en “casa” y son capaces de hacer pequeños milagros, ir un poco más allá. Es, en definitiva, el factor humano, como Mansell en Inglaterra. Y eso es lo que de veras cuenta, porque en realidad es por eso que por lo que seguimos la F1.



Sainz abandonó Monza a lo grande dos veces: una en la pista, y otra fuera de ella, cuando persiguió a los ladrones de su reloj, recuperándolo.


PD: Esta vez no hubo problemas de rebufos y los pilotos no hicieron el ridículo, la FIA puso un tiempo mínimo entre líneas del coche de seguridad, aunque hubo algo de confusión porque Ferrari superó ese límite. No hubo sanción y a nadie la pareció mal, porque no molestaron a nadie, de hecho, ralentizaron para favorecer ser adelantados antes de la parabólica y no molestar.

1 comentario:

  1. Exacto, Leclerc tenía que haber intentado presionar/molestar a Verstappen....

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