martes, 19 de septiembre de 2023

GP de Singapur 2023

 



                      Colosal Carlos Sainz





Hace quince días hice la crónica del GP de Italia de manera casi monográfica a Carlos Sainz por su excelente carrera sin recompensa, entonces: ¿qué tendría que escribir ahora?

Lo de Carlos Sainz este fin de semana es para enmarcar, es más, es para poner como ejemplo para el resto de pilotos, tanto de F1 actuales, como de los que están por llegar. La carrera, controlada inicialmente por ambos Ferrari, y luego sólo por el de Carlos, vio como un coche de seguridad virtual lo trastocaba todo, dando una oportunidad de oro a los Mercedes de Russell y Hamilton que montaron para las últimas diecinueve vueltas un juego de medios, al ser ellos los únicos que los tenían. Su ritmo era tal que la posibilidad de victoria era más que real. Con un Leclerc que se desinflaba y que poco pudo hacer por ayudar, Sainz optó, antes que marcharse, por mantener a su espalda a Norris con DRS para que aguantase el envite de los Mercedes, ralentizando cuando hizo falta para que este no quedase descolgado y tuviera así DRS, porque Sainz vio que esta era la mejor forma de pararlos. Dicho y hecho, se sudó y se logró. No sé que es lo más impresionante de esto, si ejecutarlo, o pensarlo en plena carrera bajo presión. No es la primera vez que Sainz muestra unas cualidades tácticas por encima de la media -Mónaco 2022 por ejemplo-, pensando en el coche más y mejor que nadie, incluso anticipándose a su muro.

¿Qué quieren les diga? La victoria fue muy sufrida y merecida, ya que la inteligencia y sangre fría del español para mantenerse primero ante el arrollador ritmo de los Mercedes es una muestra de un talento táctico sin igual, sin parangón.

Pero vayamos al principio, se llegaba a Singapur con dos novedades: una por parte de la FIA en la que se cambiaban los baremos de medir la flexibilidad de los alerones de los coches -pronto para juzgar si ha influido en el orden jerárquico- y otra del circuito que, por obras en la bahía, se quedaba sin cuatro curvas haciendo el trazado más fluido, rápido y menos exigente. Veremos si se vuelve a su configuración original el año que viene o, si por el contrario, mantienen esta. La pista, de ese modo, se hizo unos 5 o 6 segundos por vuelta más corta y alrededor de 10 km/h más veloz.



Sainz estuvo perfecto y Ferrari le dio todo su apoyo desde el inicio. Se jugó en equipo, perfecto.


Los libres mostraron a unos Ferrari, sobre todo a Sainz, muy fuertes, como en Italia, sólo que aquí es mucho más difícil adelantar, pudiendo gestionar y controlar la carrera mejor por un lado y, por otro, el “coco” Verstappen estaba en dificultades, de modo que el cavallino se postulaba, como en Italia, favorito a la pole, pero esta vez con más posibilidades de victoria. Como se iría viendo a lo largo del fin de semana, Mercedes y Russell serían el mayor rival ya que Red Bull, al igual que Mercedes en 2015, mostraron aquí un inesperado bajón.

La Q1 fue espectacular porque se produjo al final una mejora de pista de 8 décimas, pocas veces vista, que hizo que todos estuviesen en la pista para no quedarse fuera. Al final la única sorpresa -aparte del mejor tiempo de Tsunoda que le habría servido para ser décimo en parrilla- fue que Piastri no pudo pasar el corte al tener que cancelar su vuelta por el brutal choque de Stroll, que lleva un año, que ya, ya. Salió por su propio pie y le consideraron apto para correr, pero el coche no hubo tiempo a repararlo. ¿A qué esperamos para los muletos?

En fin, que junto a Piastri se quedaron Bottas -por delante de él-, Sargeant, Zhou y Stroll.

La Q2 no fue tan emocionante, ya que la pista se estabilizó, pero vio como Max era apeado por apenas siete milésimas por el Alpha Tauri de Lawson. Gasly, Pérez con el otro RB, Albon y Tsunoda tampoco pudieron pasar. Lo de Tsunoda fue muy grave, porque con su tiempo de Q1 habría pasado, pero no pudo completar giro alguno. El primer intento lo tuvo que abortar al encontrarse en la trazada a Verstappen, un Verstappen que se quedó parado diecisiete segundos en la salida de boxes sin justificación alguna. Repito que, cuando un piloto estorba y no influye, no se le debe sancionar con puestos, salvo reiteración. En este caso la hubo, ya que molestó a Sainz en libres y a Sargeant en Q1, pero además, es que influyó, porque Tsunoda no pudo hacer su vuelta. Sobre lo de la salida de boxes, por cosas similares también hemos visto sanciones, como en Rusia 2020 con Hamilton, al que le metieron 10” por hacer dos pruebas de arrancada. Que no reclamase Alpha Tauri se entiende, pero lo que no se entiende es que Verstappen, que mereció como poco tres puestos de sanción, se fuese de rositas. Normal que los comisarios no tengan credibilidad. A todo esto, por primera vez desde Rusia 2018, ningún RB en Q3.



Los Mercedes y Russell eran los principales rivales, pero George acabó así.


Una Q3 en la que sólo Ferrari tenía dos juegos nuevos de blandas, lo que era una ventaja. En el primer intento Sainz y Leclerc eran 1º y 2º delante de Norris, muy bravo con los usados, pero en la ronda final, con todos en igualdad de condiciones, Russell se marcó un vueltón que casi le arrebata la pole a Sainz. Este declaró que no le hacía falta una vuelta perfecta para la pole, como demostró al no mejorar en el segundo sector, mientras Leclerc, tercero, fallaba en la anteúltima curva, muy poco, pero lo justo para que Russell lo superase por apenas siete milésimas.

Norris fue cuarto por delante de Hamilton, Magnussen, Alonso, Ocon, Hulkenberg y Lawson. Muy bien Lawson, primera vez en Q3 en su tercer GP y mejor incluso los Haas, por primera vez este año los dos en Q3, esta vez con K-Mag por delante de Hulk.

Para la carrera, la primera sorpresa en parrilla fue que Lelcerc montaba blandas, él único de cabeza, mientras los RB optaban por duras. Estaba claro esta vez Ferrari optaba por sacrificar a Charles para que hiciese de escudero de Carlos, ya que su táctica, a priori, no era la más óptima. Mercedes por su parte, eran los únicos que tenían dos juegos de blandos y, por tanto, tenían más flexibilidad táctica, ya que podrían optar con más facilidad a dos paradas.

En la salida Carlos se mantuvo líder sin problemas mientras Leclerc superaba a Russell y así, los Ferrari lideraban en formación por delante de Hamilton, Russell y Norris. Dado que Ham se saltó la primera curva, no tuvo más remedio que dejar pasar a su compañero y a Norris, volviendo a su lugar de partida, quinto tras Sainz, Lelcerc, Russell y Norris en la vuelta cuatro. A continuación venían Alonso, Ocon, Magnussen, Verstappen y Hulkenberg. Dos vueltas después Max superaba a Magnussen y se situaba octavo. No habría mas cambios a pesar de ir casi todos en fila porque Sainz iba lento conservando ruedas.



Sainz tirando de Norris para defenderse de Russell, la crónica de una gran carrera.


En la vuelta dieciocho Sargeant se salía de pista dañando el alerón, dejando restos de fibra de carbono en la pista, lo que motivó la salida del coche de seguridad dos vueltas después, lo que provocó la entrada en tromba de todos para poner duras para llegar al final, a excepción de los Red Bull, que se mantuvieron en pista por haber salido con duros.

Sainz mantuvo la primera posición por delante de Verstappen, Russell, Pérez, Norris, Leclerc, Hamilton, Alonso, Ocon, Bottas -otro que no paró- etc.…. Leclerc perdió posiciones en boxes, pero no por una mala parada, sino por haber tenido que retrasar su salida a causa del tráfico en el carril de boxes. Eso dejó a Sainz sin su escudero.

Se reanudó la carrera en la vuelta veintitrés y Verstappen y Pérez fueron perdiendo posiciones rápidamente y Leclerc se vio superado por Hamilton al cometer un error atacando a Norris.

Total, que seis vueltas después la carrera se estabilizó por este orden: Sainz, Russell, Norris, Hamilton, Leclerc, Verstappen, Pérez, Alonso, Ocon, Magussen, etc.…

Sainz, de nuevo marcaba un ritmo lento, entre 1 y 2 segundos por vuelta menos de lo que podría hacer, ya que su intención era que todos fuesen agrupados para impedir que Russell y Hamilton montasen medias, ya que eran los únicos que disponían de otro juego. Bueno, también Leclerc lo tenía por haber salido con blandas, pero dado que estaba tras los Mercedes y Sainz lideraba, le era igual. De haber salido los coches de seguridad en otro momento, quizá se hubiese visto beneficiado de una táctica que, a priori, no era la mejor para él -pero sí para el equipo-, pero las cosas fueron como fueron.

A destacar que por un error de Alonso al entrar en boxes, a este le caían 5” de sanción -curiosa doble vara de medir, ¿eh, Max?- y que en su intento de superar a Pérez, fue superado por su “amigo” Ocon. El Aston no iba muy fino, pero por lo visto desde la vuelta dos andaba un poco tocado en la suspensión delantera.



Fuera del podio y de sus casillas. En carrera estuvo sólido, pero en entrenos no hizo más que estorbar.
Verstappen fue quinto y gracias.


Los Red Bull hicieron su parada -medios- antes de la vuelta cuarenta y, poco después, abandonaba Ocon con problemas de cambio, lo que provocó un coche de seguridad virtual que permitió a Russell y Hamilton parar y poner medias con un ahorro de tiempo considerable, unos 10”, lo que permitía a Russell reincorporarse cuarto a 18” del líder a falta de diecinueve vueltas. Hamilton era quinto a 4" de Russell.

Se acabó la tranquilidad para Sainz, de tenerlo todo controlado pasó a ver como los Mercedes volaban, recortándole primero 2”, luego 1”5 y prácticamente siempre más de 1”.

A Leclerc se lo ventilaron ambos MB a diez vueltas del final sin apenas poder oponer resistencia el monegasco. Por un momento pensé que Charles se había descolgado del dúo Sainz-Norris para conservar mejor sus ruedas y defenderse mejor del ataque de las flechas de plata, osea, de los dardos negros, pero nada, de nada.

A falta de cuatro vueltas los MB estaban pegados al binomio Sainz-Norris, un Norris que estaba con DRS porque Carlos, en una jugada maestra, decidió que lo mejor para ganar y mantener a los MB detrás era que estos no superasen a Norris. Y para ello había que tirar de Norris con DRS. Los antiguos compañeros de equipo parecía lo fueran de nuevo y Norris aceptó el rol de escudero del madrileño, al que no pensaba atacar, porque Lando tampoco es tonto y sabía que no podía ganar -salvo error de Carlos-, pero si perder la segunda posición si no estaba a lo que estaba.

La salida de la trece traccionando mejor con sus ruedas en mejor estado, eran la zona de ataque ideal de Russell, pero Norris resistió y Carlos, muy al loro, con una sangre fría impresionante, lo esperó para que volviera a tener DRS. De libro, de matrícula de honor, con una perfecta ejecución. Russell nunca más tuvo opción y, en su desesperación, se salió de pista tras tocar el muro en la última vuelta, heredando Hamilton el podio.



Muy bien Lawson, en Q3 y primeros puntos de su vida.


De modo que Carlos Sainz, de manera más que brillante, en una demostración de sangre fría e inteligencia que pocas veces se ha visto, que pocas se recuerda y que pocos pilotos actuales serían capaces de ejecutar -y mucho menos pensar-, logró un triunfo tan brillante como el de Villeneuve en el Jarama 1981, en el que el pequeño canadiense dio una “alegría terrible” al Comendatore Enzo.

Y es que la manera de ganar de Sainz este fin de semana se recordará como una de las mejores victorias de siempre de Ferrari, de Ferrari y de todos. ¿Quién iba a pensar en utilizar el DRS de un rival para defenderse, cuando es un elemento de ataque? Sólo a un genio se le podía ocurrir y sólo un superpiloto lo podía ejecutar. No sé si a alguno más en parrilla, en una situación similar, se le hubiese ocurrido, ni tampoco si lo hubiera podido ejecutar como Carlos, que fue perfecto, pero lo que está claro es que Sainz ha marcado en Singapur un antes y un después, y los que ganen así a partir de ahora, ganarán “a lo Sainz”. Ferrari tenía coche de pole, pero no de carrera, no de victoria en condiciones normales. Pero aquí sí se podía ganar porque adelantar era difícil. Sainz controló el ritmo y cuando pudo ser cazado, tiró de inteligencia para ganar. ¡Magistral!

Que Alonso parase y perdiese 25” y acabase fuera de los puntos ya poco importaba, como tampoco la clasificación tras Sainz que fue: Norris, Hamilton, Leclerc, Verstappen, Gasly, Piastri, Pérez, Lawson y Magnussen.

Max estuvo a punto de superar a un Charles con las ruedas en las últimas; Lawson logró sus primeros puntos y Magnussen se recuperó de un problema para acabar puntuando.

Tras la carrera sólo se hablaba, y no era para menos, de Carlos Sainz, ¿a quién le importaba el fin de la racha de Red Bull y de Max? Prácticamente a nadie. El domingo 17 de septiembre Singapur era Carlos Sainz. Y el resto tendrá que esperar al menos una semana para ser el centro de atención con la misma intensidad... o tal vez no, tal vez nunca.

¡Grande Carlos, gracias y que vengan muchas más!


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