Devorados por los “monstruos”
Voy a hablar de pilotos que ganaron -salvo uno- pero que no llegaron tan lejos como yo esperaba -a veces mucho menos- cuando dispusieron del “material”.
Comenzaré con Gerhard Berger, el furor austríaco, piloto rápido, espectacular, bromista y querido, muy querido. Sus más que brillantes actuaciones con los monoplazas de Maranello se ganaron mi corazón y el de millones de tifosi. Se marchó a de Ferrari al “enemigo”, lo que hirió muchos corazones, entre ellos el mío. Se fue a Mclaren con Senna y yo me esperaba lo pusiera contra las cuerdas. Nada más lejos de la realidad. No sólo eso, se “sometió” a Senna. La verdad es que fue listo, vio la realidad y no se anduvo con rodeos ni engaños. Reconoció la superioridad del brasileño y aprovechó sus oportunidades. No lo digerí en su momento, lo tomé como un acto de rendición, pero con el tiempo me di cuenta que era lo más sensato, más aún si se tenía en cuenta que se llevaba bien con Senna. Sabía cual era su lugar, como posteriormente Irvine con Schumacher, nada de negar la realidad, como antes Herbert o Barrichello después.
Así que mis pronósticos con el velocísimo Berger fallaron estrepitosamente. Los años y la calidad suprema de Schumacher en años posteriores me hicieron ver la realidad. Que Senna era -al menos hasta la llegada del Kaiser- intocable.
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Un peldaño por debajo de Villeneuve fue el rendimiento de Frentzen. |
Heinz Harald Frentzen, el hispano alemán era un piloto que lo había hecho muy bien en fórmulas inferiores y que había sido parte del “team junior” de Mercedes en sport-prototipos junto a Karl Wedlinger, Fritz Kreutzpontner y…. Michael Schumacher -que por cierto le robó a su novia-, y que debutó en F1 de forma sólida con Sauber Mercedes, lo que muchos pensamos iba a ser la plataforma de lanzamiento de Mercedes en la F1.
Tres años en Sauber dieron paso a su fichaje por Williams como sustituto del campeón Damon Hill, que no recibió el mérito que debía. Su compañero, el hijo del mito Gilles Villeneuve, Jacques, que no ganó en su debut por problemas mecánicos, era un tipo rápido, espectacular y sin pelos en la lengua que, en su segundo año en la F1 se hizo con el título batallando hasta el final con Schumacher, toda vez que dejó bien claro a Frentzen quien mandaba. Una victoria frente a siete del canadiense fue el balance ese año. El segundo año en el equipo la cosa estuvo más pareja, pero el Williams ya no era el coche dominante, casi un desastre, y ninguno ganó. Al año siguiente se fue a Jordan y, contra todo pronóstico, no sólo ganó dos carreras, sino que tuvo opciones de ser campeón. De no rompérsele el coche en Nürburgring cuando podía haber ganado…. ¿quién sabe? En resumen, que fue su mejor año y, de haber corrido así en 1997, hubiera sido un digno rival de Villeneuve.
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Herbert un poco por delante de Hakkinen en Lotus. Así fue su comparación. Pero luego Mika destacó y Johnny se estancó. |
Johnny Herbert, un piloto muy simpático cuando lo veía entrevistado en Eurosport, debutó con un sensacional cuarto puesto en Brasil 1989 con Benetton, pese a que fuera del coche tenía que ir en muletas por su gravísimo accidente de F3000 del año anterior. Superó a su compañero Nannini, que se quedó estupefacto. A partir de ahí su promesa se diluyó, malas actuaciones lo apartaron del equipo tras apenas cinco carreras, corriendo sólo una más ese año con Tyrrell y dos en 1990 con Lotus, equipo en el que recaló de forma definitiva a partir del GP de Méjico del año siguiente, haciendo compañía a Mika Hakkinen. Corrieron juntos ese año y 1992 y los resultados no sólo fueron parejos, sino ligeramente mejores para el inglés. En 1993 formó pareja con Zanardi -hasta el accidente de este en Spa- y con Lamy después, a los que superó. En 1994, con Lamy de compañero, lo dominó sin contemplaciones, logrando en Italia la heroicidad de calificar su modesto Lotus en cuarta posición de la parrilla de salida. Tras una carrera ese mismo año -GP de Europa- con Ligier, realizó las dos últimas del año en Benetton sustituyendo a Verstappen. Pareció hacerlo mejor en esas dos últimas citas que el holandés y para mí apuntaba maneras de cara a 1995. Sin embargo, la realidad fue otra. Seguramente lo hizo mejor que Verstappen y Letho -los titulares de Benetton junto a Schumi en 1994-, pero en ningún momento hizo sombra a Schumacher, que lo barrió. Que Schumi fuera mejor lo entendía, pero por tanta diferencia, no. La verdad es que no me lo esperaba. Al menos pudo ganar dos GGPP, siempre con la fortuna de su lado: si bien en Inglaterra hubieron de abandonar tres: Schumacher, Hill y Coluthard, en Italia nada menos que cinco: los antes mencionados más los Ferrari de Alesi y Berger. De su triunfo en Inglaterra me alegré, no así del de Italia, ya que Ferrari iba camino del doblete y Alesi de estrenarse a lo grande, como merecía.
Despedido de Benetton, corrió en Sauber primero, haciéndolo bien, y en Stewart después, generalmente superado por Barrichello, aunque fue él quién se hizo con la única victoria del equipo en el caótico GP de Europa de 1999. Cerró su vida en la F1 en Jaguar -que había comprado el equipo Stewart- y tuvo de compañero a Irvine, piloto que como Berger anteriormente con Senna, supo que no era rival de Schumi y aprovechó su momento. Estaba a años luz del Kaiser, sin embargo Herbert no pudo con él. Quizá el mejor Johnny ya se había ido, un Johnny que en sus grandes días de Lotus plantaba cara y superaba a Mika Hakkinen, que luego se convertiría en bicampeón del mundo y un gran rival de Schumi. Lo que cambian las cosas. Tengo claro que Mika no habría podido nada contra Schumi a igualdad de material, pero hubiera aguantado el tipo mil veces mejor que Johnny y sin embargo este fue un pelín mejor cuando corrieron en Lotus. Paradojas de la vida.
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Alonso fue el "hueso" que Físico no pudo roer. |
Y como paradoja Giancarlo Fisichella, un piloto muy bueno, o que me lo pareció a mí, que superó a todos sus compañeros de equipo hasta que se enfrentó a Alonso, que lo fulminó.
Lo conocí en el DTM de cuando corría en un equipo privado de Alfa Romeo y el gran Giorgio Pianta dijo de él que era un talento digno de la F1. Y no se equivocaba. Hasta el año 2005, año en el que compitió en Renault con Fernando Alonso, Físico ganó a todos sus compañeros, entre ellos Ralf Schumacher y, sobre todo, a Jenson Button. Y es que Button no es que fuera luego campeón del mundo, sino que le mantuvo el tipo a todo un Lewis Hamilton y, en sus años junto a Alonso, estuvo mejor en comparación al respecto de lo que hizo Físico. Por eso me llama la atención y me sorprendieron para mal -Fisichella- y para bien -Button-, ya que yo de entrada le daba más calidad al italiano.
Corrió un año más en Renault, junto a Kovalainen y luego casi dos años en Force India junto a Sutil, estando parejo con los dos, aunque eso sí, en su último GP en Force India logró la única pole del equipo, y no ganó porque Kimi se libró del embotellamiento de la primera curva -le Source- trazando por fuera y luego se aprovechó de su Kers para adelantarlo en la recta de Kemmel, en la única oportunidad que iba a tener. Luego Fisico tenía el mismo ritmo, o más, pero no lo pudo superar. La siguiente cita, en Italia, donde su ex-compañero calificó en primera linea, tal vez hubiera sido otra oportunidad, pero la posibilidad de correr para Ferrari le hizo a irse a Maranello con un coche muy difícil con el que corrió sus últimos cinco GGPP de F1, sin éxito. Mejor le hubiera ido seguir donde estaba, pero le tiró el corazón antes que la razón.
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"Te debo una", parece decirle Irvine a Salo en Hockenheim. No se la pudo devolver. |
Y finalizo con Mika Salo, piloto del que ya hablé en el artículo anterior y, por no repetirme, paso a la acción: la verdad es que no puedo decir que Salo fuera un crack, aunque a mi me gustaba, pero también es cierto que no tenía material para despuntar. En general estaba a la par de sus compañeros, quizá un poco por delante, aunque ninguno era de “categoría”. Uno de ellos fue Joss Verstappen. Total, que en 1999, tras tres malas carreras en BAR donde Villeneuve lo machacó, fichó como sustituto del lesionado Schumacher. Pudo ganar en Alemania pero tuvo que acatar órdenes de equipo. Obtuvo otro podio en Monza, sin embargo en otras carreras no estuvo a la altura de Irvine, ni mucho menos, como en Austria y Hungría. En resumen, me esperaba más de él, lo cual no impidió que me siguiese gustando y cayendo bien. Corrió el año 2000 con Sauber, siendo ligeramente mejor que Diniz y acabó su periplo en la F1 en 2002 -en 2001 no tuvo equipo- con Toyota donde, pese a ser mejor que su compañero McNish, no fue renovado.
En el caso de Salo, la verdad es que, a diferencia de los otros, no tuvo un “monstruo” a su lado o, en su defecto, a un piloto campeón salvo esas tres carreras en BAR, pero la verdad es que yo esperaba estuviese mucho más cerca de Irvine de lo que lo estuvo. Pero corrió para Ferrari, contribuyó para el título de constructores de este y ayudó a Irvine, logrando dos podios, los únicos de su vida. ¡Que le quiten lo “bailao”!
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