viernes, 12 de septiembre de 2014

GP de Italia 2014

         Hamilton gana ante un "pasón" Rosberg

Si es septiembre y estamos en Italia, esto es F1 y estamos en Monza, la catedral de la velocidad.  El gran premio de Italia siempre es uno de los más prestigiosos, y es la carrera más importante del año para la Scudería más importante de todos los tiempos, Ferrari.
El circuito data de 1922 y tiene dos trazados: el rutero, en torno a los 5.800 metros –según las modificaciones- y un anillo de velocidad de 4.250 metros, ambos rapidísimos. Antiguamente se usaba una combinación de ambos, aunque no era lo habitual. Eso sucedió en 1955, 1956, 1960 y 1961.
Phil Hill (Ferrari) en 1961 en el anillo de Monza dónde se proclamaría campeón. Otros
tres Ferrari le persiguen.
Aunque para las carreras de sport, el anillo siguió usándose conjuntamente al rutero durante varios años más.
Monza es, sin discusión, el trazado más rápido de la F1 actual, y si no lo fue siempre  fue debido a las chicanes que le pusieron con el fin de reducir su elevadísima velocidad media, ya que su trazado puro es, de lejos, el más veloz que ha pisado nunca la F1 si exceptuamos las 500 millas de Indianápolis que, con el fin de dar carácter más “mundial” a la F1, formó parte del calendario desde 1950 hasta 1960. Claro que los coches y pilotos de F1 rara vez acudían allí.
La carrera más rápida de la historia de la F1 fue el GP de Italia de 2003 con el Ferrari F2003GA de Michael Schumacher a 247.586 km/h. En 1971 se vio el final más apretado de la historia de la F1 con cinco coches en seis décimas. Fueron: Gethin (BRM), Peterson (March), Cevert (Tyrrell), Hailwood (Surtees) y Ganley (BRM). Y hubieran sido seis de no tener un problema con la visera –se le desprendió- a Chris Amon con el Matra. Entonces el circuito carecía de chicanes, los F1 tenían poco apoyo aerodinámico y los rebufos daban lugar a preciosas carreras en grupo como si una carrera de motos de 125 se tratase.
Este circuito tiene todos los records de velocidad, ya sea en carrera, pole o vuelta rápida, así como de velocidad punta. Con los 372.6km/h de Juan Pablo Montoya en los libres de 2005, estaba por ver lo que alcanzaban este año los F1, tan veloces como estaban siendo en recta –y desesperadamente lentos en curva- este año. A tenor de lo que se vio en los primeros libres, estaba claro que la marca no iba a ser amenazada.
Como novedad, este año teníamos el asfaltado de la escapatoria de la parabólica  que no hacía el trazado más seguro, pero sí más fácil y ligeramente más rápido, al ganarse en anchura. Por donde antaño los pilotos apenas metían la rueda delantera exterior, ahora metían sin miramientos todo el coche. Así que la anchura de la curva “aumentaba” todo el ancho del coche, es decir 1.8 metros, o más exactamente 1.799999… porque al menos una parte del coche debe tocar la línea. Eso en entrenamientos; en carrera se permiten varios fallos si no son muy descarados. Lo cierto es que pocos se pasaron de la raya y apenas se notó este innecesario –y estúpido- cambio. Seguro que a la mayoría de los pilotos no les gusta.
Dani Juncadella.
Los libres tuvieron a dos pilotos españoles más en pista –en los libres 1- Dani Juncadella de nuevo con el Force India y Roberto Mehri con el Caterham, ambos hicieron lo que se esperaba de ellos. Sorprendió la velocidad de Ferrari y la lentitud de los Wiliams. Ambas cosas muy habituales últimamente. Luego, a la hora de la verdad Ferrari decepciona y Williams asusta. Ferrari fue de más a menos. Los Mercedes padecieron problemas en los libres 2 (Hamilton) y en los 3 (Rosberg). Menos mal, porque los malpensados ya veían sabotaje en el monoplaza del inglés. Nada más lejos de la realidad.
Los Mercedes dominaron todas las sesiones, libres y oficiales, y pese a que Nico no rodó en los libres 3, luchó por la pole con Lewis.
En la primera ronda cayeron los Marussia, Caterham y los Lotus, que adquirieron para este GP el rol de tercer peor equipo. A destacar el espectacular regreso de Kamui Kobayashi a Caterham, superando a los Marussia.
En la segunda ronda cayó Nico Hulkenberg, que no está brillando como a principio de temporada, justo al revés que su compañero Pérez, los Toro Rosso, los Sauber y el Ferrari de Raikkönen.
La tercera ronda vio el dominio absoluto de Mercedes, como equipo y como motorista, ocupando las seis primeras posiciones. Hamilton fue el más rápido, seguido de Rosberg, Bottas, Massa, Magnussen y Button, clasificándose por riguroso orden de equipos: Mercedes, Williams y Mclaren. Como primero del resto, el Ferrari de Alonso a apenas una décima del quinto puesto. Precediendo a Vettel, un apagado –el sábado ojo- Ricciardo, y Pérez que sacó petróleo de su Force India.
Por agotar los motores disponibles Kvyat perdió diez posiciones, saliendo vigésimo primero y Ericsson desde boxes por sustituir la caja de cambios.






La salida fue fantástica, a la antigua usanza con pilotos que perdían muchas plazas –Hamilton y Bottas- o que las recuperaban –Magnussen y Vettel- y culminaba la primera vuelta con Rosberg líder, seguido de Magnussen, que realizó un salidón, Massa, Hamilton, Vettel, Button, Alonso, Pérez, Hulkenberg, Raikkönen, Bottas –que arrancó con la marcha atrás- etc…
Rosberg tenía a dos pilotos entre él y Hamilton, lo cual le favorecía enormemente, pero no abría el hueco que se esperaba de él. Parecía como si esperase a que Hamilton se pusiese segundo para empezar a tirar.
Eso sucedió en la vuelta diez, al superar a final de recta a Massa que previamente había superado a Magnussen, a la vez que Bottas iniciaba su recuperación a base de adelantamientos gracias a su envidiable velocidad punta.
Hamilton se situó a apenas dos segundos de Rosberg –que llegó a tener más de cuatro- gracias a que este se pasó de frenada en la primera chicane. La ventaja nunca bajó de 1.5 mientras esperaban para entrar en boxes a hacer su única parada, como todo el mundo.
Por detrás la vidilla la ponía Bottas, que a golpe de DRS  remontó de undécimo a cuarto adelantando a: Hulkenberg, Raikkönen, Pérez, Alonso, Button y Magnussen. A Vettel no lo adelantó,  ya que se quitó de en medio al ser el primero en abrir el fuego de las paradas en la vuelta diecisiete, siendo Ricciardo y Hamilton los últimos- de los de arriba- en la veinticinco y veintiséis, respectivamente.
Tras las paradas la cosa quedaba así: Rosberg, Hamilton a 2”, Massa en tierra de nadie, Kvyat que no había parado todavía, Vettel, Magnussen, Bottas –vuelta a empezar- Pérez, Button, Alonso y Raikkönen. Los cambios se debieron a que quien paró antes salió beneficiado, aunque luego quedaba por ver quién llegaba mejor al final, y para eso estirar la primera parada era incluso mejor táctica que anticiparla.
En la vuelta veintisiete, el Ferrari de Alonso decía adiós por un problema con el ERS. Una pena para una carrera en la que Ferrari puso toda la carne en el asador, pero que fue de más a menos como comenté anteriormente. Alonso, eso lo supimos después, estaba conservando para atacar al final. Hasta dónde hubiera podido llegar no lo sabremos, aunque es difícil que fuera más allá del quinto puesto. Pero si hubiéramos visto remontar al Ferrari, en  Monza se habría desatado la catarsis.



Ferrari lo dio todo para brillar en casa, pero en cambio, tuvieron un triste fin de semana. Alonso se retiró.



Vuelta veintinueve, Rosberg de nuevo repite su maniobra en la primera chicane, saltándosela. Hamilton es primero y fin de la historia. Así llegaron a meta sin atacarse, para alegría de los dirigentes de Mercedes, sobre todo tras lo acontecido dos semanas antes.
Como por la tercera plaza tampoco había interés, ya que Massa, recién renovado por Williams, la hizo suya, sólo faltaba ver quién sería cuarto y medalla de chocolate. Vettel era el mejor situado, toda vez que Kvyat había hecho su parada en la trigésima vuelta y se reinsertaba décimo tercero, pero Bottas era quien más ritmo tenía, de modo que no se podía confiar.
El finés mantuvo un duro duelo con Magnussen, que gracias a lo rápido que tomaba la parabólica se ponía a salvo de la enorme velocidad punta del Williams, y cuando eso no era suficiente lo sacaba de pista. Fue sólo una vez a final de recta, pero no se debió a una pasada de frenada, sino  a no jugar limpio. Massa no obró igual cuando le pasó Hamilton en idéntica situación, lo cual es de agradecer.
En la vuelta trigésimo séptima, Bottas se ventilaba al correoso danés –al cual le estaban investigando- y en la cuadragésima era Vettel quién cedía. El cuarto puesto, al igual que los tres primeros, ya tenía dueño.
Massa en el podio de Monza, con los tifosi aclamándole, no en vano,
fue "su" piloto durante años.
La emoción final la pusieron Pérez y Button en su duelo particular, pasándose y repasándose varias veces, junto a las remontadas de Ricciardo y Kvyat. Del duelo Pérez-Button salió vencedor el mejicano, mientras que las remontadas de Ricciardo y Kvyat culminaron con el quinto puesto para el australiano tras adelantar a: Raikkönen, Button, Pérez, Magnussen y Vettel, con maniobras realmente espectaculares y audaces, especialmente las que hizo para adelantar a Pérez y Vettel en la variante de la Roggia. Diez para el aussie.
En cuanto a Kvyat, hay que destacar su gran carrera en la que pese a salir vigésimo primero, realizó una buena táctica. Partió con duros y cambió el último a blandos, con lo cual su ritmo era de los mejores. En la penúltima vuelta, cuando tenía a tiro a Kimi se pasó de frenada “ a lo Rosberg”, y con ello arruinó su merecido punto, ya que finalmente hubiera sido décimo por la sanción –totalmente merecida- de cinco segundos que le impusieron a Magnussen.
La clasificación final fue: Hamilton, Rosberg, Massa, Bottas, Ricciardo, Vettel, Pérez, Button, Raikkönen y décimo y último con derecho a puntos, Magnussen, que cruzó la bandera séptimo. A las puertas se quedó el ruso Kvyat.
En el podio volvimos a ver a un piloto de verdad, Jean Alesi,  que realizó las entrevistas. El público abucheó por segunda vez consecutiva a Rosberg, quien con mucha clase se los ganó al dirigirse a ellos en italiano. Eso es lo que tiene el saber varios idiomas y el utilizarlos como es debido, para unir a las personas, no para separarlas y fomentar el odio, como hacen en nuestro país los políticos separatistas que tanto nos odian. Bien por Nico.
Nos vemos en la noche de Singapur dentro de 15 días. Hasta entonces, pues.


No hay comentarios:

Publicar un comentario