Dobles raseros
Andrea de Cesaris, el "Gladiador" o "De crasharis", por sus múltiples accidentes. DEP. |
Cuando hablamos de pilotos de carreras
todos pensamos que tienen que ser rápidos. Pero no sólo rápidos,
han de ser muchas más cosas. Para empezar, ser rápidos mucho
tiempo, no sólo a una vuelta, poner a punto el coche, adaptarse a
los cambios de la pista y de su coche, etc... Y entre esas cosas,
cuidar la mecánica. Todo piloto tiene que hacer eso y más y, si
está en F1 en un equipo puntero, eso viene de serie.
Cierto que ha habido pilotos que cuidan
más la mecánica que otros, pero a día de hoy, con tanto control de
calidad y protecciones que tiene el coche, el factor cuidar la
mecánica se reduce a no “destruir” las ruedas.
Desde la llegada en 1989 del cambio
semiautomático y su posterior generalización unos años más tarde,
los pilotos ya no podían fallar un cambio y, con los controles
electrónicos del motor, tampoco pasarlo de vueltas, ya sea por
cambiar tarde o por reducir a una marcha equivocada, entre otras
cosas, porque la marcha incorrecta no entraría. Adiós a los pasones
de revoluciones por reducir fallando un cambio. Y así, más menos
con todo.
Dicho esto, yo no conozco ningún
piloto destruye coches salvo el malogrado Andrea de Cesaris, que
sufrió multitud de accidentes de F1, de los cuales siempre salió
tan campante, para luego morir al estrellarse con su Ducati en una
rotonda de Roma el mismo día que Bianchi se accidentaba
gravemente en Japón. Ironías de la vida, como lo de Schumacher.
El caso es que el bueno de Andrea en
1981 tuvo el récord de salidas de pista, y es probable que lo
repitiese algún año más. En 1988, con Rial, tuvo tantos accidentes
que el equipo, ya harto, lo amenazó con tener que pagar él los
desperfectos. De Andrea, accidentes aparte, se decía que no cuidaba
la mecánica. Tal vez tuvieran razón, tal vez no. No lo sé. Como
fuere, gracias al apoyo que tenía de Marlboro, aguantó muchos años
en F1, rozando la victoria en alguna que otra ocasión, como en Spa
1983.
Fuera parte de este caso, es raro ver
pilotos que sufren muchos accidentes o que no cuidan la mecánica. Y
mucho menos en grandes equipos, por razones obvias.
Gilles Villeneuve, apodado el aviador
por sus comienzos con múltiples accidentes, podría ser una
excepción a la regla, y poco más.
De Keke Rosberg, que ganó el título
de 1982 merced a su fiabilidad, decían en 1986, cuando compartió
equipo con Prost, que gastaba más los frenos en unas pocas vueltas
que Alain en toda una carrera. Yo no dudo fuese mas duro con la
mecánica -e infinitamente más espectacular- que “el Profesor”,
pero de ahí a tanta diferencia... A mi me suena más a fábula, a
exageración. Como quien quita años. Me creo más lo de Long Beach
1983, en el que su ardor por birlarle el primer puesto a Tambay -con
trompo incluido- gastó más las ruedas en 25 vueltas que su
compañero Laffite en 75.
Luego tenemos a Mansell y a Raikkönen.
El inglés siempre tildado de poco menos que idiota por algún sector
que sólo veía en él a un rompecoches. La cosa llegó tan lejos que
unos de sus críticos, Ron Dennis, tuvo que retractarse publicamente
el día que lo fichó porque de lo contrario, Mansell no iba. Como
debe ser.
En 1986 y, sobretodo, 1987, se lo
acusaba de arriesgar demasiado -a otros se los alababa por eso- y que
los hechos -accidente en Suzuka- parecieron dar la razón a quienes
así opinaban. Su rival Piquet entre ellos. Lo que no dicen es que
Nigel ganó el doble de carreras que Nelson y que sin su abandono de
Hungría -la rueda que se le salió no fue su culpa- hubiera sido
campeón. Ahí perdió la carrera y esta la heredó Piquet. De eso no
se habla, como tampoco de los muchos errores de pilotaje del
brasileño esos dos años en Williams, ni de que Nigel solía ser más
veloz. Lo de ver las cosas con objetividad no siempre pasa. Casi
nunca, más bien.
En cuanto a Kimi, en 2005 se lo trataba
más o menos como a Mansell. Cuando se le rompía el coche es porque
lo forzaba mucho. Claro, los demás no. Y yo que pensaba que esto
eran carreras...
Pues muchas veces rompía motores
recién estrenados. Motores que tenían que durar dos carreras.
Vamos, que quien crea los rompía él, no se entera de la misa a
medias.
Fue pasarse a Ferrari y fin del
problema. Fin del problema porque este era técnico, no de pilotaje.
Luego, con Lotus, logró el récord de carreras seguidas en los
puntos -ahora batido por Hamilton- de modo que rompecoches no era. No
lo era, entre otras cosas, porque ahora es muy difícil que el
piloto rompa nada. Es que los coches actuales no se rompen ni
queriendo. Se rompen por problemas de ingeniería, no de pilotaje.
El ardor de Mansell no fue recompensado en 1986-87, pero sus garras permanecen ahí, para la posteridad. |
Y ahora, los mimados: Prost, Lauda,
Piquet y, en menor medida, Senna.
Empezando por el último, este más
bien no era tenido como gran cuidador de la mecánica, pero jamás se
le echó la culpa de romper coches. De eso, ni de nada en realidad.
Sin embargo los otros, huy pobrecitos, cuando abandonaban, siempre
era porque “se les había roto el coche”, mientras que de otros
-Mansell, Kimi- en análogas circunstancias, se decía que eran ellos
quienes lo rompían. Pues Lauda, curiosamente, tuvo un 1985 nefasto,
con muchas roturas y no siendo especialmente rápido. ¿Críticas? Ni
una. Mclaren decía que los coches eran los mismos y él “que el
suyo no lo montaban con amor”. Pongan a Mansell en el Mclaren de
Lauda en 1985, a ver quien era tan comprensivo. Yo se lo diré:
nadie. Todos dirían que él, el patán descerebrado, no los cuidaba.
De modo que ya saben, depende de quien
haga una cosa, esta se interpretará de una manera o de la contraria.
Así es la vida.
Recuerdo cuando Mansell abandonó el GP de Japón de 1990, a ceder la transmisión cuando salía de boxes tras su parada, acelerando a tope, como todo el mundo. Pues se dijo que él rompió la transmisión. Manda huevos. Cuando a Senna le pasó lo mismo en Francia 89 a la salida, nadie dijo ni pío.
ResponderEliminarEl vídeo de Long Beach 83 lo puse sin escucharlo, una lástima lo de la horrible música, pero las imágenes lo valen todo. El más avispado habrá visto la remontada del Ligier de Jarier, primero casi llevándose puesto a Alboreto y luego embistiendo a Rosberg. Sin este último accidente, casi seguro que hubiera ganado la carrera, ya que montaba Michelin, muy superiores a Good Year ese día, y era el primero de los que las llevaban de largo. John y Niki no le hubieran alcanzado.
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