Gris sobre gris
Los campeonatos fueron ganados por
quienes más lo merecieron: Hamilton y Mercedes.
Ambos fueron los mejores. En el caso de
Hamilton hay que matizar, ya que sus únicos rivales eran los pilotos
de Ferrari, Vettel y Raikkönen y su compañero de equipo, Bottas; y
por ello otros grandes pilotos no entran en la ecuación, bien sean
los dos de Red Bull, bien algún otro que creamos capacitado, o
Fernando Alonso, que tiene talento de sobra para batir, a igualdad de
máquina, a quien se le ponga por delante.
A lo que me refiero es a que,
independientemente de a que piloto consideremos a día de hoy el
mejor, la verdad es que hay un puñado dónde elegir, mientras que
hace unos años, nos guste o no, Schumacher y Senna eran los líderes
indiscutibles. Por muchos récords que tenga Hamilton, no está, ni
se le espera, a la altura de los dos antes citados. No es un secreto
que muchos piensen que, en caso de haber elegido bien -y con la misma
fortuna- Alonso bien podría tener unos registros similares -o mejores- a los de Hamilton.
Hamilton ha ganado cuatro de sus cinco
títulos con el mejor coche, sólo el de 2008 lo logró con uno que
no lo era. Pero para compensar, en 2016, con el mejor, cedió ante su
compañero Rosberg pese a los dos regalitos de la FIA en Mónaco y
México, donde sumó dos inmerecidos triunfos.
Hablado de Ham, de su máquina. El
Mercedes fue, por quinto año consecutivo, y cada vez con menor
margen, el mejor monoplaza. Sufrió en México, Austria y Mónaco,
donde fue superado por Red Bull y Ferrari, teniendo casi siempre en la nuca a estos últimos, que fueron capaces de plantarles cara más
a menudo que nunca, con primeras lineas incluidas.
Vettel ganó las dos primeras carreras, pero a falta de dos, el campeón era Hamilton. |
Por si fuera poco, las veces que
Hamilton o Mercedes fallaron, ni Ferrari ni Vettel pudieron
aprovechalo, mientras que al contrario sí. La peor actuación de
Mercedes y Hamilton del año fue en Austria, con abandono -donde de
todas formas sólo iba a ser cuarto- viendo como Vettel apenas era
tercero. Un Vettel que seguramente habría ganado de no haber sufrido
una estúpida e injusta sanción de tres posiciones en los entrenos
por estorbar a Sainz. Luego, por algo similar, pero peor, en Brasil con
Hamilton, hicieron la vista gorda. Si a esto añadimos el
fallo morrocotudo de Vettel en Alemania cuando tenía la victoria a
su alcance, más la lluvia y el coche de seguridad -provocado por
Vettel- que beneficiaron a Hamilton -que además se libró de una
sanción por saltarse la entrada a boxes (otra...) y que su compañero fue
llamado al orden para evitar lo superase-, queda claro que la Diosa Fortuna estaba de su lado. Ni siquiera cuando Kimi lo mandó al final
al tocarlo en Inglaterra tuvo mucho efecto, ya que remontó
brillantemente hasta el segundo lugar, de nuevo ayudado por un coche
de seguridad. Eso, y por tener, de largo, el mejor monoplaza.
Valteri Bottas no ganó, a diferencia
del año anterior, carrera alguna, pero China debió ser suya.
Algunos dirán también Baku, y es cierto, pero yo me refiero sin
incidentes. Y sin incidentes habría sido segundo. Fue mejor que
Hamilton en: Barheín, Baku y, sobre todo, Canadá y China, donde lo
barrió; estando a la par en Rusia, donde lo dejó ganar, al igual
que en Alemania, aunque en este caso Ham venía desde atrás tras un
problema en los entrenos. Mala suerte para un Bottas que así todo, a
mi parecer, mostró un nivel más bajo al de 2017. Y no por falta de
triunfos, sino por su falta de ritmo en general y por los errores
cometidos en su lucha rueda con rueda. Su defensa de posición en
Hungría y Abu Dabhi estuvieron de más. Se pasó tres pueblos.
Verstappen maduró como piloto y estuvo, muchas veces, sublime, otras, no tanto. |
Al margen de máquina, como equipo, a
nivel estratégico, en Mercedes también fueron los mejores.
Con todos estos datos: mejor piloto,
coche y equipo, extraña que el título pilotos se decidiera a falta
de dos GGPP y el de marcas a sólo uno. Pero la realidad es que el
título de pilotos quedó visto para sentencia en Singapur, y el de
marcas, otro tanto, pese a que en Austin Ferrari metió presión.
Sobre un total de 21 GGPP Mercedes ganó
11, obtuvo 13 poles y 10 vueltas rápidas, por 6-6-4 y 4-2-6 de
Ferrari y Red Bull respectivamente.
Lo que se dijo tras Spa, de que el
Ferrari era el mejor -por poco, eso sí- monoplaza, no se sostenía
por ningún lado, y mucho menos a final de temporada, donde el sprint
final de los ¿germanos? (su coche es "made in England") fue
arrollador. Estas afirmaciones más bien venían por parte de una
prensa que no le perdona a Vettel haber ganado cuatro títulos con el
mejor coche. Vamos, lo que han hecho la práctica totalidad de los
campeones: ganar con el mejor coche. Pero claro, a unos se les
permite todo, y a otros nada. Pues Vettel, para ganar esos títulos
contó con el mejor monoplaza, sí, el más veloz -aunque muchas veces
falto de fiabilidad- pero tuvo que superar a su compañero de equipo. Y lo
hizo. Lo mismo que este año, pese a estar un tanto perdido y fallón,
superó -por cuarto año consecutivo- a Raikkönen.
Ferrari estuvo más cerca de Mercedes
de lo que las cifras dicen, sobre todo en la primera parte del año,
pero al final murieron en la orilla. Tan cerca y a la vez tan lejos.
Veremos el año venidero.
Checo Pérez "pilló" podio en Baku, el único de "la otra liga" que lo hizo. |
La fortuna les sonrió la primera cita y, tras ganar en Barheín, se dejaron comer “la tortilla” en China -para luego ser Vettel embestido por Verstappen- mientras en Baku, el coche de seguridad les perjudicó, al revés que en Australia. En su afán por recuperar, Vettel pasó de segundo a cuarto, y ahí se quedó. A eso añádanle los fallos de pilotaje de Vettel en Francia, Alemania, Monza y Austin -más alguno que otro táctico del equipo- y ya pueden ver con claridad meridiana que los primeros enemigos han sido ellos mismos.
Red Bull tuvo muchos altibajos. La
temporada comenzó con fallos de pilotaje y averías para Verstappen,
que luego se irían para el lado de un Ricciardo que, tal vez menos
brillante esta vez, cometió menos errores. Verstappen pareció a
mitad de temporada haber adquirido una madurez propia de los grandes
campeones. Realizó grandes carreras siendo agresivo pero justo, lo
que no quiere decir que no le vayamos a ver en el futuro “armándola”
de nuevo. Hay cosas que no cambian. Pero ya no va a ser tan,
digámoslo así, irresponsable.
Lo peor por parte de Max fue no dar su
brazo a torcer en Baku ante su compañero, que tenía más ritmo. Su
defensa de posición llegó a tal extremo, que provocó el accidente y abandono de ambos. Y eso que días antes se había llevado puesto a Vettel... Claro que en ese GP -China-, ganado por su compañero Ricciardo a base de
táctica, el holandés fue sacado de pista por Hamilton , sin que
nadie tomase medidas al respecto... y es que como hemos venido viendo
estos últimos años, Mercedes y Hamilton parecen tener carta blanca.
Dicho lo cual, Max tampoco debe quejarse, porque para las que ha
liado, ha salido muy bien parado, ya que a casa deberían haberlo
mandado alguna que otra vez para que se calmase. Su afán por ganar
lo llevó a autoeliminarse en Mónaco, donde podría haber sido el
poleman mas joven de la historia. Su siguiente oportunidad -y última
en condiciones normales- fue en México, pero claudicó ante su
compañero Ricciardo, y no le hizo ni pizca de gracia.
Este, Ricciardo, harto del ambiente
enrarecido en el equipo, que está claramente a favor de Verstappen,
decidió tomar las de “villadiego” e irse a Renault, en lo que
es una decisión arriesgada. Se va de un equipo que gana carreras y
que en 2020 -o antes- puede optar al título, a uno que difícilmente
ganará carreras hasta 2020. Lo bueno de su llegada será, entre
otras cosas, comprobar el verdadero nivel de Nico Hulkenberg, al que
muchos consideramos tan bueno como el que más.
Kimi volvió en Austin a los más alto, 5 años después, para alegría de todos. |
Una Renault que este año se colocó
como primera del resto. Hulkenberg y Sainz cuajaron grandes
actuaciones cuando su coche se lo permitió, eso sí, sin llegar al
podio, cosa que ambos pilotos merecen y que en el caso de Hulkenberg,
con 156 GGPP a sus espaldas, merece de sobra.
Haas-Ferrari, que para muchos en un
Ferrari B -eso mismo podrían decir, con más razón si cabe, del
Sauber- acabó quinto en la tabla, que hubiera sido sexto de no haber
cambiado de dueño Force India, perdiendo esta los puntos acumulados
hasta Hungría. Claro que, en mi opinión, tanto Grosjean como
Magnussen, no estuvieron a la altura del material de que dispusieron.
Demasiados errores y carreras poco sólidas. Creo podrían haberlo
hecho mejor y, en ese caso, Haas podría haber sido cuarta. Pero tal
vez no sea así, porque los dos han sido renovados.
Sus pilotos tienen “tela”. Grosjean
no es, a mi parecer, sucio, pero comete demasiados errores y causa
accidentes, en tanto que Magnussen es, sencillamente, de lo peor. Un
estilo Verstappen pero sin el talento de éste.
Mclaren acabó el año como sexto
equipo, más que nada por la superclase de Alonso que, en opinión de
algunos, como Emerson Fittipaldi, es el piloto más completo de la F1
actual. Este año y con motores Renault, Mclaren se quitó la
máscara viéndose sin trampa ni cartón sus carencias. Algunos nos
dejamos engañar el año pasado -la mayoría, siempre-, cuando el Mclaren se arrastraba en
recta y luego era igual de veloz en curva, pero ya habíamos dicho
que Mclaren, en sus dos últimas temporadas con motor Mercedes, una
de ellas con el mejor motor de largo, no había hecho nada. Las
excusas con Honda, que sólo los equipaba a ellos, se acabaron este
año con Renault. Lo que es verdaderamente grave, no es que el coche no
fuera bueno, sino que tras tres años con Honda, no supiesen en realidad que no lo era. Eso, o se autoengañaban. Las excusas pueden
valer, pero has de saber en qué fallas para mejorar, y parece que
Mclaren no lo sabía. Y ahí la culpa es de todos, Alonso incluido. Un Alonso que se retiró con palabras bonitas de todos, Hamilton y Vettel incluidos. Seguro que de estar en un coche competitivo el Español, no lo echarían sus rivales tanto de menos, al contrario. ¡Que más que competir, nos gusta ganar, que no engañáis a nadie! E incluyo a TODOS.
Alonso abandonó la F1 harto de sinsabores. Malas y muy malas elecciones apartaron del éxito a uno de los mejores. |
Force India fue séptimo, que hubiera
sido quinto, de no habérsele quitado los puntos conseguidos hasta
Hungría, cuando el equipo cambió de dueños. Con escasos medios,
bastante hicieron y, al igual que Haas, sin los errores de sus
pilotos -que volvieron a chocar entre sí- hubieran optado al cuarto
lugar. Checo Pérez por su parte, fue el único fuera de los tres
equipos punteros que subió al podio, al acabar tercero en Baku.
Sauber fue octavo, luego de haber
empezado como el peor equipo, fue mejorando poco a poco y se
convirtió en un adicto a la Q3, aunque su rendimiento bajaba en
carrera. Ericsson y, sobre todo, su flojo inicio, les pesaron de cara
a una clasificación final mejor. El año que viene, con más
experiencia y con Kimi Raikkönen y Antonio Giovinazzi, una sólida
pareja de pilotos, sólo deberían mejorar.
Toro Rosso tuvo, al igual que sus
hermanos mayores, muchos altibajos, en este caso en parte por hacer
de “conejillo de Indias” del motor Honda para Red Bull, que lo
usará el año que viene. Brendon Hartley no cumplió las
expectativas, a diferencia de Pierre Gasly, que lo hizo tan bien, que
se ganó el pase a Red Bull. Una Red Bull que había dicho, poco
antes de ascenderlo, que en caso de irse uno se sus pilotos, subirían
a Sainz. Pero claro, a Verstappen no le apetece tener a Carlos a su
lado, de modo que suben a Gasly y asunto resuelto. Gasly brilló en
Barhein y Hungría, dónde fue cuarto y sexto respectivamente. Luego,
el equipo no pudo mantener ese nivel.
Por último, Williams, en la que es su
peor campaña desde su debut. Vale que Sirotkin y Stroll no son los
más adecuados para sacar partido a un coche difícil como ha sido
este año el Williams, pero un equipo de tal calibre no debería
nunca haber caído tan bajo. Con el mismo motor y unos medios
económicos similares -no así logísticos, que eran menores- Force
India lo ha hecho infinitamente mejor.
Leclerc y Sauber causaron sensación. El primero ganó su pase a Ferrari, nada menos. |
Un histórico como Williams no merece
estar en esta situación. Me gustaría pensar que han tocado fondo y
no pueden de aquí en adelante sino mejorar, pero no es tan sencillo,
porque a peor, pueden ir, aunque no lo deseo. El regreso de Robert
Kubica a su volante puede ser mediaticamente interesante e incluso
atraiga patrocinadores, pero si el polaco no va, se les puede volver
en su contra. Su otro piloto, George Russell es, al menos para mí,
toda una incógnita.
La temporada 2019 se presenta, a
priori, como la más emocionante y abierta desde 2010, con tres equipos que
pueden optar al título, si bien es verdad que si Red Bull no entra
en la lucha, no se les puede reprochar nada, ya que es su primer año
con Honda. Pero pese a eso, o por eso, nadie debe descartarlos. Ellos
no se esconden y apuntan alto, lo cual es de agradecer.
Ahora está por ver si la próxima
temporada cumple las expectativas.
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