domingo, 19 de mayo de 2019

Previo Mónaco




           El enemigo de mi enemigo, es mi amigo








El inicio aplastante de Mercedes esta temporada, con cinco dobletes en cinco carreras, más su buen comportamiento en curva lenta, hace que la llegada de Mónaco sea para ellos más propicia que nunca.
Y eso pese a que llevan desde 2014 dominando como nadie en la historia. Mónaco, Hungría y Singapur, vaaaaale, y México, son sus escasos puntos débiles. Pero ahora, ¿quién sabe?
Ferrari ya no parece fuerte -pese a que merecieron el doblete en Barhein- en Mónaco ni en ningún sitio. Pueden ganar carreras este año -ojalá que muchas- pero en principio será difícil saber cuando van a ir bien.
Y es ahí donde entra Red Bull, con un Verstappen en estado de gracia que, acostumbrados a inicios de año titubeantes, acaban muy bien. Este año no parece vayan a ser tan fuertes en Mónaco como los años precedentes, al igual que Ferrari, ya que ambos equipos antes, en esta pista, eran capaces de doblegar a Mercedes, pero al holandés y a su coche se les ve más en forma a la hora de disputar el GP monegasco que a Ferrari



Leclerc correrá en casa, pero en Ferrari no llegan como favoritos, sino un tanto perdidos.



Es el GP de casa de Charles Leclerc que, pese a ello, difícilmente será el favorito. Una victoria del monegasco sería histórica, pero a la hora de poder batir a unos Mercedes en estado de gracia, creo la opción Verstappen-Red Bull es más segura que cualquier otra. De ahí el titular.
Max es un piloto cuyo estilo me encanta, no así su carácter, pero ante tanto aburrimiento y dominio “estelar”, se convierte en mi aliado, en “mi querido” amigo.
Una victoria NO Mercedes en el principado sería una grata noticia para la F1, y los fans de Mercedes ni lo iban a notar porque, ¿quién diablos sigue a Mercedes?

1 comentario:

  1. Lo mejor este año es ver las motos, que dan más alegrías y cuesta más barato. La F1 gana Mercedes o por méritos propios o por la flor en el culo que tienen desde el año pasado. Es más aburrido que una procesión de Semana Santa. Los cambios de reglamentación no sirven de nada aunque los ingenie Ross Brawn. Los pilotos parecen de mantequilla, los coches suenan como una aspiradora y la única emoción que debe haber es por ver si el comentarista se duerme en directo..

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