miércoles, 3 de julio de 2019

GP de Austria 2019




                         No moleste, Ferrari




Leclerc-Verstappen, las dos caras de la moneda. Uno jugó limpio y el otro no.




Parece que al equipo más laureado, carismático y con mayor número de seguidores, sinónimo de F1, esta no le da ni agua.
Cada vez que hay que tomar una decisión, ante la duda, esta nunca cae del lado de los de Maranello. Sanción extremadamente rigurosa en Canadá a Vettel pero sin embargo, en Austria, por algo peor, Verstappen, como no, -los otros podrían ser Hamilton o Magnussen- se libró. No sé si no hubo valor al correr Red Bull en casa -y Max casi, con tanto aficionado holandés- o simplemente cuadró así.
Es verdad que la Ferrari de Schumacher ha gozado de la permisividad de la FIA, al igual que antes la tuvo Senna, pero en general, cuando toca tomar una decisión difícil, prefieren contentar a los que no viven de la F1 -Red Bull, Mercedes, Honda, Renault- que a los que sí -el resto-, y no es que se trate de favorecer a nadie, sino de ser justo.
En Canadá Vettel no merecía sanción, porque cerró el hueco teniendo el coche por delante. La única excusa para sancionarlo es que, al hacerlo, no pagó por su error. En Austria sin embargo, Verstappen sacó de pista al Ferrari de Leclerc, aprovechando que hay escapatoria asfaltada, para consumar su adelantamiento. Se mire como se mire, no fue correcto. Y la intencionalidad, fue clara. En el giro precedente se comportó como debía, pero eso permitió a Leclerc recuperar la posición. A la segunda tocaba jugar sucio. Y es lo que hizo.
Aunque no lo hubiera hecho a propósito, no se puede adelantar sacando de pista al rival. Unos comisarios hábiles le habrían dicho al equipo esa misma vuelta que Max tenía que devolver la posición. Así habría podido intentarlo de nuevo, pero limpiamente, y sería más justo que una sanción de tiempo. En caso de no obedecer, se aplicaría dicha sanción.



Aunque Seb no hubiera sido penalizado en Canadá, eso no excusaría lo de Verstappen en Austria. Los comisarios deberían hacérselo mirar.



Aquí se dejó acabar la carrera y luego se investigó y, al igual que en Spa 2015, se libró. Aunque en Austin 2017 recibió un castigo desproporcionado. Sea como sea, los comisarios, de nuevo, mal.
Es lamentable la falta de criterio de comisarios, prensa y público, aunque estos dos últimos, en realidad, poco importen. Según les interese, dicen una cosa o la contraria.
Hay que dejar luchar a los pilotos, sí, pero limpiamente. Los límites de pista deben ser sagrados. ¿Acaso creen que Verstappen hubiera hecho lo mismo de haber un muro como en Canadá? Ni en broma, ¿verdad? Pues exactamente así es como debía haber actuado. Por desgracia no es el único que lo hace. Lo hacen muchos ante la pasividad de FIA y sus comisarios. Normal que lo hiciera él -de nuevo-, al fin y al cabo, rara es la vez que se sanciona a un piloto por esto. Y con la victoria por medio, ¡nunca! A lo que hay que añadir la falta de escrúpulos del holandés, otro ídolo lamentable. Por poner un paralelismo, nadie dudaba de la calidad de McEnroe, al igual que nadie dudaba de su irrespetuoso comportamiento. Pues Max, igual, como Rossi en las motos. Pero en estos casos se pasa por alto.
Verstappen mezcla lo mejor y lo peor de un piloto de F1. Rápido, espectacular, combativo... pero antideportivo e incapaz de reconocer error alguno. Él, que defendió su maniobra -lógico-, habría puesto el grito en el cielo de haberla recibido. Eso es lo peor, que no es consecuente. Como Senna, como Hamilton. Al menos Schumacher sí lo era. Aceptaba recibir de su medicina. Los otros, en cambio, no.
Una vez aclarado como Versttapen, autor de una carrera extraordinaria, carrera soñada, la cagó al final, vayamos con el GP en sí.
Se esperaba Ferrari fuese competitiva y lo fue. Que lo fuese Red Bull, pese a la victoria del año anterior, no tanto. A todo esto, Mclaren parecía confirmar lo visto en Francia.



Mclaren cada vez mejor. Alfa brilló, pero fueron perdiendo fuelle. Kimi, una vez más, muy bien.



Fue un GP plagado de sanciones, Albon y Sainz se iban al fondo por el uso de más piezas en el motor, el cuarto motor, más bien, Hulkenberg cedía cinco puestos por más piezas en la “unidad de potencia”, Magnussen otras tantas por la caja de cambios, mientras que Russell y Hamilton retrocedían tres por estorbar a Kvyat y Raikkönen respectivamente, en calificación.
Lo cierto es que fueron acciones involuntarias y, en el caso de Hamilton, dado que Kimi pasó el corte, no mereció sanción. Otra cosa es que lo sancionaran por acumulación de “tarjetas”, dado que en Francia molestó a Max en los libres al volver a la pista de manera peligrosa, como dicen de Vettel en Canadá y a Stroll en Brasil 2018 en Q1. Pero no se trató de una sanción por reiteración, por falta de atención, ya que nunca hubo mala fe, sino sencillamente una sanción estúpida más. Al final, por la sanción a Magnussen, sólo perdió dos plazas. ¿Lo entienden? Yo no.
En calificación, un problema del motor impidió a Vettel luchar por la pole, que nunca estuvo en peligro en poder de Leclerc, pese a un último y formidable intento de Hamilton.
La carrera empezó con la mala salida de Verstappen, que cruzó la primera vuelta en séptima posición, una por detrás de Vettel, que partía noveno.
Los Ferrari, que partían con blandas, por medias de sus rivales, a elección propia pese al intenso calor, parecían tener la carrera controlada. Bueno, controlada Leclerc, aunque Vettel nada mal, ya que se situó cuarto a espaldas de Hamilton a menos de 3”, mientras Verstappen era quinto a lo mismo de Seb cuando se inició el “baile” de paradas.



Segunda pole de Leclerc que volvió a perder cruelmente la carrera. Su primera victoria se hace esperar.



Baile iniciado por Bottas en la vuelta 21 junto a Vettel -que no tenía las ruedas listas-; Leclerc paró en la siguiente justo cuando Ham marcó vuelta rápida y parecía ser una amenaza. Era un espejismo. Aunque aguantó diez vueltas más, sólo mantuvo el ritmo la mitad. Las otras perdió tiempo y, dada su agresividad, al dañar el morro, tuvo que cambiarlo. Sólo estuvo 11” parado, pero ya sin opciones.
Verstappen paró una vuelta después y e reincorporó cuarto, tras Leclerc, Bottas y Vettel. Y ahí empezó su carrera, la carrera. Uno tras otro todos cayeron bajo sus garras. Vettel presentó batalla, pero con las ruedas mal, una vez superado, paro en boxes. Bottas no opuso resistencia y cuando llegó a Leclerc, a cinco del final, su ritmo era tal, que poco pudo hacer el monegasco. Así todo, se defendió tan bien, que Verstappen tuvo que recurrir a sus malas artes. Una lástima como este chiquillo, este niñato, lo jode todo. Ganó pero perdió brillo, por mucho que sus fans estuvieran encantados. Unos fans que, al igual que él, en situación contraria, pedirían sanción. Sanción que no hubo.
Me pregunto si Ferrari, de haber aguantado más vueltas a Leclerc en pista antes de su primera parada -o de haber salido con medios- habrían podido ganar. ¿Otro error estratégico de Ferrari? Tal vez. O tal vez no. Vettel por su parte, tras su segunda parada, sólo pudo pasar a Hamilton, aunque acabó pisando los talones a Bottas.
Ferrari optó “por el bien del deporte” por no recurrir, cosa que Ross Brawn, agradeció. Yo creo más bien pasaron del tema sabedores no les iban a hacer ni puto caso, como en Canadá. Y se la guardan para otros menesteres.



Maravillosa victoria de Verstappen que el mismo se encargo de mancillar.



Quizá en otros GGPP sean ellos quienes jueguen sucio y esperarán esa perimisividad de la FIA y comisarios para con ellos. De ser así: error, no se debe hacer lo que está mal sólo porque otros lo hagan aprovechándose de la incompetencia de los comisarios. Lo que sí puede ocurrir, es que Leclerc sea más duro, menos ingenuo, menos buena gente, a la hora de defenderse y, ante ataques de matones como Verstappen, no se vuelva a ver sorprendido.
Olvidando los dos robos a Ferrari, destacar la buena actuación de Mclaren, con un Norris excelente -sexto- y un Sainz todavía mejor, que recuperó de décimo noveno a octavo con el cuarto mejor coche. El primer podio para el hijo del “matador” y de Mclaren desde Australia 2014, podría caer este mismo año.
A todo esto, Honda volvía a la senda del triunfo desde Hungría 2006 -Button- consiguiendo su victoria número 73 rompiendo, de paso, la hegemonía de Mercedes. Ahora llega Silvertone, donde serán de nuevo favoritos.
Ferrari, mientras tanto, a esperar. Este no es su año. No tienen coche para aspirar al título, pero con suerte, llevarían cuatro triunfos y, sin ella, un par. Pero tienen cero, lo cual es muy, muy mala pata. A ver en que cita rompen tan mala e inmerecida racha.

5 comentarios:

  1. Es increíble como los comisarios de la FIA respetan lo que se les da la gana. En Canada (Vettel) y Francia (Ricciardo) aplicaron el libro de reglas a Rajatable, sin dejar lugar a ninguna interpretación. En Austria... en vez de seguir por este hilo de las sanciones y penalizar a Verstappen (según las reglas, se la merecía sin discusión alguna) optan por "dejar a los pilotos correr"... Una verguenza. O penalizamos a todos, o a ninguno, como siempre escribes, la vara con la que se miden ciertos pilotos parece ser distinta según la ocasión.

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    1. Así es. No son consistentes ni consecuentes los comisarios muchas veces. Lo que vale hoy, mañana no y lo peor, es que dependiendo a quién, se le perdona más.

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  2. Cómo bien decís,dos caras de medir, en fin, de traca el robo a Ferrari con una semana de diferencia... Te robo en Canadá y te vuelvo a robar la semana siguiente en Austria.... Vaya jeta, descaro y falta de escrúpulos... Gentuza

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  3. "Dos caras de medir", no, quería decir dos varas, me traicionó el subconsciente sin duda pensando en la cara dura de esta gente

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    1. Una cara de cemento. Luego pasan cosas y nos llevamos las manos a la cabeza.

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