lunes, 4 de mayo de 2020

John Watson




                                Elemental...








Querido Watson, decía el personaje de Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes. Y eso fue lo primero que pensé al escuchar el nombre de este célebre piloto irlandés. Me llamó la atención a mis, entonces, siete años, e hizo que me cayera bien de entrada. Además, al no representar -para mí- una amenaza a mis queridos Ferrari -para eso estaban los “malvados Renault”- contribuía a tenerle cariño, más aún cuando era un competidor fenomenal, casi mágico, que aparecía de la nada, cual conejo en chistera, al final de carrera con un ritmo endiablado haciendo temblar a los líderes. Tanto es así, que logró, por dos veces seguidas, el récord -imbatido- de “ganador desde atrás”. Primero en Detroit 1982, superando el récord de Sudáfrica 1973 de Stewart que partió décimo sexto. “Wattie” subió la apuesta al décimo séptimo y, en Long Beach 1983 ganó, nada más y nada menos, que partiendo del vigésimo segundo lugar, a lo que habría que añadir que su compañero Lauda acabó segundo luego de partir un puesto por detrás en parrilla. Y sin coches de seguridad ni nada. Todo un récord para ellos y, por supuesto, para Mclaren. No hace falta decir que, a día de hoy, este récord no se puede mejorar.
Todo ello hace de él un piloto legendario que es uno de mis favoritos pese a no haber nunca corrido para Ferrari.



A Watson se lo asocia con el  Mclaren número 7, un icóno de la F1 por sus asombrosas remontadas.



Nacido en Belfast un día como hoy hace 74 años (1946), John Marshall Watson fue un piloto que corrió 152 GGPP logrando triunfar en cinco y que dejó escapar el título, más que en 1982, en 1984.
Sí, en 1984, porque se retiró a finales de 1983 y, como dijo su compañero Lauda, compañero en Mclaren y antes en Brabham: “si ese estúpido de Watson no se hubiese retirado...” en referencia a que le tocó bregar con Alain Prost en 1984, pasándolas canutas para lograr el título por apenas medio punto, mínima diferencia histórica. Pues de haber corrido en 1984, Watson, que nunca desentonó ante Niki, quizás habría podido hacerse con el título.
Para mí destacó, aparte de por ser el “Rey de la remontada”, por ser uno de los últimos defensores -que remedio- del Ford Cosworth DFV y por lo desafortunado que estuvo en 1977 con el Brabham Alfa, liderando varios GGPP sin ganar ninguno. Retirado en 1983, regresó, o iba a hacerlo, en 1985 con Toleman, aunque al final volvió al equipo de sus amores -Mclaren- para sustituir al actual campeón del mundo, Niki Lauda, el día que Prost lograba sucederle en el trono, día en que Nigel Mansell se subía a lo más alto del cajón por primera vez en Brands Hatch.



 "Se pasó al enemigo" decían, cuando dispuso del Mclaren Tag-Porsche turbo a final del año 83.



Acabada su estancia en la F1, corrió para Jaguar en Sport Prototipos, categoría en la que ya había corrido con anterioridad- en 1987, ganando tres carreras y siendo subcampeón. Corrió algo más en años sucesivos, sin demasiado éxito para luego dedicarse a las retransmisones de TV, la primera de ellas de F1 en Eurosport.
Es, sin duda, un piloto querido de gran talento que, a día de hoy, su palmarés puede parecer escaso, pero que entonces no lo era en absoluto, menos aún si tenemos en cuenta que corrió en los años de mayor igualdad de la historia de la F1, los 70 y principios de los 80, la era dorada del Ford Cosworth DFV, una era irrepetible en la que unos pocos, con dicho motor, entusiasmo e ideas, podía correr y ganar en F1. Hoy día, esto no es posible, y dudo mucho lo vuelva a ser.

1 comentario:

  1. Fenomenal reseña de un piloto especial y extraordinario. En 1977 debió haber sido campeón. Y sólo marco 9 puntos. Recuerden GP Francia, dijon... Y fue capaz de ganar con un penske en Austria 76. Un piloto de otra época.

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