Elemental...
Querido Watson, decía el personaje de
Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes. Y eso fue lo primero que
pensé al escuchar el nombre de este célebre piloto irlandés. Me
llamó la atención a mis, entonces, siete años, e hizo que me
cayera bien de entrada. Además, al no representar -para mí- una
amenaza a mis queridos Ferrari -para eso estaban los “malvados
Renault”- contribuía a tenerle cariño, más aún cuando era un
competidor fenomenal, casi mágico, que aparecía de la nada, cual
conejo en chistera, al final de carrera con un ritmo endiablado
haciendo temblar a los líderes. Tanto es así, que logró, por dos
veces seguidas, el récord -imbatido- de “ganador desde atrás”.
Primero en Detroit 1982, superando el récord de Sudáfrica 1973 de
Stewart que partió décimo sexto. “Wattie” subió la apuesta al
décimo séptimo y, en Long Beach 1983 ganó, nada más y nada menos,
que partiendo del vigésimo segundo lugar, a lo que habría que
añadir que su compañero Lauda acabó segundo luego de partir un
puesto por detrás en parrilla. Y sin coches de seguridad ni nada.
Todo un récord para ellos y, por supuesto, para Mclaren. No hace
falta decir que, a día de hoy, este récord no se puede mejorar.
Todo ello hace de él un piloto
legendario que es uno de mis favoritos pese a no haber nunca corrido
para Ferrari.
A Watson se lo asocia con el Mclaren número 7, un icóno de la F1 por sus asombrosas remontadas. |
Nacido en Belfast un día como hoy hace
74 años (1946), John Marshall Watson fue un piloto que corrió 152
GGPP logrando triunfar en cinco y que dejó escapar el título, más
que en 1982, en 1984.
Sí, en 1984, porque se retiró a
finales de 1983 y, como dijo su compañero Lauda, compañero en
Mclaren y antes en Brabham: “si ese estúpido de Watson no se
hubiese retirado...” en referencia a que le tocó bregar con Alain
Prost en 1984, pasándolas canutas para lograr el título por apenas
medio punto, mínima diferencia histórica. Pues de haber corrido en
1984, Watson, que nunca desentonó ante Niki, quizás habría podido
hacerse con el título.
Para mí destacó, aparte de por ser el
“Rey de la remontada”, por ser uno de los últimos defensores
-que remedio- del Ford Cosworth DFV y por lo desafortunado que estuvo
en 1977 con el Brabham Alfa, liderando varios GGPP sin ganar ninguno.
Retirado en 1983, regresó, o iba a hacerlo, en 1985 con Toleman,
aunque al final volvió al equipo de sus amores -Mclaren- para
sustituir al actual campeón del mundo, Niki Lauda, el día que Prost
lograba sucederle en el trono, día en que Nigel Mansell se subía a
lo más alto del cajón por primera vez en Brands Hatch.
"Se pasó al enemigo" decían, cuando dispuso del Mclaren Tag-Porsche turbo a final del año 83. |
Acabada su estancia en la F1, corrió
para Jaguar en Sport Prototipos, categoría en la que ya había
corrido con anterioridad- en 1987, ganando tres carreras y siendo
subcampeón. Corrió algo más en años sucesivos, sin demasiado
éxito para luego dedicarse a las retransmisones de TV, la primera de
ellas de F1 en Eurosport.
Es, sin duda, un piloto querido de gran
talento que, a día de hoy, su palmarés puede parecer escaso, pero
que entonces no lo era en absoluto, menos aún si tenemos en cuenta
que corrió en los años de mayor igualdad de la historia de la F1,
los 70 y principios de los 80, la era dorada del Ford Cosworth DFV,
una era irrepetible en la que unos pocos, con dicho motor, entusiasmo
e ideas, podía correr y ganar en F1. Hoy día, esto no es posible, y
dudo mucho lo vuelva a ser.
Fenomenal reseña de un piloto especial y extraordinario. En 1977 debió haber sido campeón. Y sólo marco 9 puntos. Recuerden GP Francia, dijon... Y fue capaz de ganar con un penske en Austria 76. Un piloto de otra época.
ResponderEliminar