martes, 15 de noviembre de 2022

GP de Brasil 2022

 



    Russell gana, pero Magnussen es la estrella




Antes de nada, este GP se celebraba días después del fallecimiento de Mauro Forghieri, (13-1-1935 2-11-2022) el genial diseñador italiano de Ferrari. No en exclusiva, pero casi. Fue un ingeniero total, un “hombre orquesta”, ya que lo tocaba todo: motor, cambio, chasis aerodinámica... y no sólo en F1, también en vehículos del mundial de marcas -los sport-prototipos-, etc... Evidentemente tenía ayuda, y la especialización le hizo tener que concentrarse más en unas zonas que en otras, delegando más pero, ¿quién no delega? Eso sin contar que todos los grandes siempre han tenido detrás un gran equipo a su cargo. Más aún si uno se dedicaba a todo.

Su coche más emblemático y recordado quizá sería el Ferrari 312T -el que sale en el bodrio de “Rush”-, cuya saga acabó en el 312T5 -el peor Ferrari F1 de la historia-, pero entre todos ellos ganaron 3 títulos de pilotos, 4 de constructores y 27 carreras en seis años. Su motor, el 12 cilindros plano, es toda una leyenda, otra culminación de Forghieri, un propulsor emblemático que en F1 ganó 37 carreras -27 en la saga T-, más 12 en el mundial de marcas, título que ganó con el 312PB en 1972 con 10 triunfos ese año.



Forghieri junto a su obra maestra, el Ferrari 312T con su motor plano de 12 cilindros.


El usuario, por su parte, también podía disfrutarlo en la saga BB y Testarossa. Y eso sin contar que estuvo involucrado, como no, en el diseño del quizá Ferrari más bello de todos los tiempos, el 330P4, que ganó el mundial de marcas en 1967 y que se quedó a las puertas de Le Mans porque Ford, aparte del magnifico GT40 pilotado por Dan Gurney, tenía un motor de 7 litros por 4 del Ferrari. Más datos en mi blog en el artículo: https://elsofadelaf1.blogspot.com/2017/02/mauro-forghieri.html

Ferrari le rendía un homenaje, muy pequeño a mi modo de ver, con un recuerdo a modo de adhesivo en el lateral del F1-75 que rezaba: “ciao Furia”.





Sobre el Gran Premio, con ese formato nuevo de carreras cortas, tuvo un inicio el viernes que eclipsó lo que fuera que sucediera el fin de semana: Kevin Magnussen, “K-Mag” para los amigos, se hacía con la pole de modo increíble. Cierto que fue el primero en salir y que la pista iba a ir a peor, pero no es menos cierto que le echó más valor, “mas huevos” que se dice, que el resto. Todos los que vinieron por detrás, que no lo hicieron por delante porque en Haas estuvieron más vivos y aprovecharon su posición en boxes, la última, para salir primeros, dispusieron de una pista prácticamente igual pero con unos coches superiores, muuuuy superiores. A una vuelta quizá no tanto, pero lo suficiente como para haber dejado a K-Mag fuera de las dos primeras lineas, como poco. Pero el Danés, en un día inspirado, fue rápido de inicio, a diferencia de los demás. Especialistas como Verstappen, Hamilton y Alonso fallaron, él no. Leclerc, al que su equipo montó intermedias en un fallo garrafal, no pudo hacer nada, aparte de fastidiar la vuelta a Pérez, que venía por detrás. La pasada de frenada de Russell, que al intentar volver hacía un trompo y encallaba su Mercedes, ponía “fin” a la sesión a falta de ocho minutos. Quizá hubiera habido tiempo para una segunda vuelta, pero afortunadamente para Magnussen, no se pudo dar. Como en los cuentos de Hadas, Kevin Magnussen, sin asiento a principios de año, lograba con el modesto Haas, una pole histórica y lo que hicieron o fueran a hacer los demás el resto del fin de semana, quedaría en segundo plano.

¿Hace cuanto de una pole así de sorpresiva? No recuerdo, lo más parecido las de Hulkenberg y Vettel en Brasil 2010 y Monza 2008 respectivamente. Algo igual hubiera sido si Pierluigi Martini con su modesto Minardi hubiese logrado la pole en Phoenix 1990. 67 milésimas y el Mclaren de Berger se lo impidieron.



Felipe Massa entrega el trofeo de la pole a Magnussen, la pole más sorprendente en años.


Sábado sabadete y carrera corta para alegrar al “membrete” (forma coloquial mía de decir membrillo, en este caso en referencia a Liberty media por sus ideitas). El favorito era Verstappen, el único de los favoritos en montar medias, por blandas de los demás. Nada cambió entre los diez primeros en la salida, de modo que tras la primera vuelta el orden era: Magnussen, Verstappen, Russell, Norris, Sainz, Ocon, Alonso, Hamilton, Pérez y Leclerc. Claro que iba a durar poco. Los Alpine se tocaban -de nuevo- entre sí, teniendo Alonso que parar a cambiar el alerón mientras que Ocon, con el coche dañado, se iba a ir para atrás.

Magnussen duraba en cabeza dos vueltas, Verstappen tomaba el liderato pero no se despegaba de Russell. Sorprendentemente, los Mercedes eran de los más rápidos en recta, como lo fueron en Barcelona, y eso le ayudaba mucho a George. Eso y el DRS.

Por detrás Sainz se ventilaba a Norris y Kevin para situarse tercero, toda vez que Hamilton, aparte de a estos había superado a los Alpine -en realidad se auto-eliminaron- para situarse cuarto.

Siempre marcado a menos de 1” por Russell, cuando parecía que Max se largaba, de repente el del Mercedes apretó más fuerte que nunca. Lo intentaba a final de recta de meta y en la segunda recta antes de la curva cuatro. Su superioridad era clara, pero Max es mucho Max y le aguantó varias vueltas. Al final tuvo que ceder. Para entonces llegó Sainz, que no se lo pensó y lo adelantó apuradamente a final de recta. Tan apurado fue, que Max, en un error de cálculo, dañó su alerón al tocarse con el Ferrari. Max, que ya lo tenía difícil con Ham, que venía a continuación, ahora lo tenía crudo. Le aguantó una vuelta, lo suficiente para dar oxígeno a Sainz y así poder terminar este segundo tras Russell -que ganaba sin ganar-, cosas de las carreras cortas estas de la F1, por primera vez.



Gran estreno para Russell, dos victorias y vuelta rápida. No se dejó ni un sólo punto.


Verstappen aguantaba el cuarto lugar por los pelos, por delante de Pérez y Leclerc, que no mostraron gran ritmo. Norris y Magnussen cerraron el cupo de pilotos que puntuaron, que en estas carreras son ocho.

Magnussen logró el último punto gracias a no perder el tiempo defendiendo lo indefendible, a diferencia de otras veces, y porque los Alpine se hundieron. Eso y que Stroll -otro que tal baila-, casi saca de pista a su compañero Vettel. De no importunarle tal vez Seb hubiese podido con Magnussen. La maniobra de Lance, que no se tomó como un “lance” de carrera, le acarreó una sanción de 10”. Como fuere, mejor así, ya que tanto el danés, como su equipo, merecían ese punto. Eso sí, acabó a 28” del ganador tras liderar las dos primeras vueltas de veinticuatro. Eso para quienes todavía dicen se benefició de salir antes a calificar.

Acabada la carrera, los comisarios, por su cara bonita, decidieron revisar el toque entre Alonso y Ocon en el que el asturiano perdió el alerón. Lo juzgaron culpable y le metieron 5” de sanción. Más allá de que Alonso lo fuera o no, cosa más que discutible, se trata, en todo caso, de un error de apreciación, y eso no es motivo de sanción. Pero lo peor no es eso, lo peor es juzgar a posteriori maniobras que nadie a reclamado. En ese caso se podían revisar muchas, todas ya puestos. Mal precedente. Y respecto a las sanciones, si le metieron 10” a Stroll por lo de Vettel, ¿cuanto deberían haberle metido a Hamilton en Silvertone 2021? Porque lo del inglés fue mucho más grave.



Ten compañeros para esto, pensará Vettel. Pues que Alonso no se ilusione por dejar a Ocon.


Volviendo al GP, de cara al domingo Mercedes partiría en primera fila justo por delante de los Red Bull, toda vez que Sainz, con sanción por motor, retrocedía de segundo a séptimo, tras los mencionados y Leclerc y Norris, justo por delante del poleman Magnussen. Visto lo visto, los MB partían con vitola de favoritos. Sólo la lluvia y Max podrían impedir su victoria, por lo visto de la carrera del sábado. Y es que fueron muy superiores. Así todo, a mí me dio la impresión de que el mal ritmo de Verstappen, más que por su ruedas, fue porque tenía algo mal en el coche, como en Silverstone. Como no leí nada al respecto, tendría que esperar al domingo para resolver mi duda.

Y el domingo hubo nuevo y brillante vencedor de grandes premios: George Russell, que así todo no podía hacer olvidar al buen aficionado quién había sido el héroe del fin de semana: Kevin Magnussen.

La victoria del joven inglés se fraguó en la vuelta seis, cuando se relanzó la carrera tras la aparición del coche de seguridad en la vuelta uno cuando un Ricciardo un tanto empanado provocó el trompo de Magnussen, que acabó impactando con el coche del australiano, lo que se llama justicia poética. Ambos abandonaron y para el danés se acabó el sueño. Vuelta a la realidad.



Mercedes casi lo acaparó todo, como desde 2014 a 2021. Sólo se dejaron la pole y el segundo lugar de la carrera del sábado.


Volviendo a la cabeza, en en la reanudación Max intentó adelantar a Hamilton por fuera en la curva uno, no lo consiguió, pero estaba bien situado para el interior de la dos. Ham estaba ligeramente por delante y debía dejar hueco... sólo que no lo hizo. Perdió posiciones y, a prácticamente igualdad de ritmo con su compañero, le dejó doblemente la victoria en bandeja. Y digo doblemente porque Verstappen, que dañó su coche, también quedó fuera de la ecuación. Y como sólo ellos tres tenían ritmo para la victoria, al caer dos, Russell lo tenía a huevo. Y no falló. No hubo lucha por la victoria, pero así todo fue una gran carrera porque por detrás hubo una gran lucha. Y esto fue debido a un gran circuito en el que se puede adelantar incluso sin DRS, unido una degradación alta que daba lugar a diversidad de tácticas. En resumen, el cóctel de lo que debe tener una carrera de F1. No hubo emoción por la victoria, pero la carrera fue magnífica.

En ella, el otro Mclaren, el del cumpleañero Norris, en la reanudación, con espacio y sin necesidad porque iba a ser superado sí o sí, sacó de pista a Leclerc en la seis que increiblemente, no abandonó. Se reincorporó décimo octavo y último tras Verstappen. Ambos iniciaron una remontada no espectacular, pero sí efectiva. La de Max con el lastre de una injusta penalización de 5” por su toque con Hamilton. Desde luego los comisarios no se cansan de equivocarse, aunque a veces acierten, como con Norris. En su comunicado dicen que Hamilton podría haber dejado más espacio...¡y así todo sancionan a Verstappen! Si pudo dejar espació, pudo evitar el accidente, y como no lo hizo, si alguien mereció sanción, debió ser él. Así todo, al hombre más favorecido por los comisarios de la historia de la F1 -de ahí su pataleta de Abu Dabhi el año pasado, al no jugar Masi a su favor-, le iba a dar igual, ya que la sanción no le habría impedido acabar segundo. Y como ganar no lo iba a hacer, pues entonces le daba igual.



Sin opciones de victoria por su toque con Hamilton, Verstappen mostró su peor cara al no querer ayudar a su compañero Pérez.


Sainz, en tercera posición y con medios -de los favoritos sólo Ferrari partió con medios- fue de los primeros en parar porque se le metió en la toma de aire de los frenos un visor de otro piloto. De modo que su táctica inicial se fue al traste. Paró en la vuelta diecisiete. Alonso, también con medias y sin razón aparente, paró incluso antes. Carlos no se sabe a ciencia cierta si iba aguantar a dos paradas, pero Alonso declaró ir a tres.

En cabeza Pérez, nunca a menos de 1”3 de Russell, empezó a perder comba y paró. Russell, con las ruedas en perfecto estado, se detuvo a continuación para evitar el “undercut”, aunque iba sobrado. Eso fue entre las vueltas veinticuatro y veinticinco. A Hamilton lo pararon más tarde, en la treinta, reincorporándose cuarto tras Russell, Pérez y Sainz. Los iba alcanzando, pero con Sainz no tuvo que luchar, ya que el madrileño hizo su segunda parada y se le quitó de en medio. Fue entonces a por un Pérez que perdía, más que tiempo, fuelle. Era cuestión de tiempo.

Por detrás todos se barajaban en función de sus ruedas y paradas en boxes. Leclerc alcanzó a su “amigo” Norris en la vuelta cuarenta y lo superó poco después para, acto seguido, detenerse de nuevo, por tercera y última vez. Bajó del puesto ocho al catorce y Max, que iba por detrás con idéntica táctica, paró más tarde y pasó del sexto al undécimo, momento en el cual Leclerc era octavo otra vez y Hamilton tercero.



Norris saca a Leclerc, que luego remontaría de último a cuarto. A Lando le cayeron 5" por listo.


Ham que había superado previamente a Pérez, paró a poner ruedas y se reincorporó tras Sainz, que no pudo liderar ni siquiera cuando Russell paró, estando en la tesitura de si parar otra vez o no. Ya se habían corrido medio centenar de vueltas por entonces y la clasificación era: Russell, Sainz, Hamilton, Pérez, Alonso, Bottas, Leclerc, Vettel, Ocon, Verstappen, etc...

Fue entonces cuando abandonó el Mclaren de Norris y con ello, aunque de modo un podo tardío, salió un “virtual”, que ayudó a Alonso a realizar una parada más corta, y también a Sainz, que se decidió -el equipo lo hizo- por una tercera parada. Russell y Ham se mantuvieron en pista, lo mismo que Pérez, que así adelantaba a Sainz, aunque al estar con medios de varias vueltas, quizá no fuese la mejor opción. Podría haberlo sido, pero como el “virtual” se transformó en real, el Checo se quedó a verlas venir... de luchar por el podio a tener que defenderse de los que venían por detrás que, aparte de Sainz eran: Bottas, Leclerc, Vettel, Ocon, Alonso, Verstappen, etc...

Bottas, Vettel y Ocon, que no tenían ruedas nuevas, no eran rivales para Checo, perjudicados por los coches de seguridad, pero los otros sí lo eran. No para Leclerc que, pese a no tener ruedas nuevas, al ser blandas, lo tenía mucho mejor. Seguramente el Checo con blandas habría aguantado, pero así...



Sainz estuvo muy bien en Interlagos, recuperando pese a las penalizaciones. Merecidos podios.


Antes de la reanudación, Alpine le puso las pilas a Ocon: nada de tonterías con Alonso, que estaba justo por detrás con ruedas nuevas. Algo rotestó el galo, pero lo aplomaron, que suele decirse.

La carrera volvió a ser tal en la vuelta sesenta, luego de un tedioso periodo de coche de seguridad totalmente innecesario. Se puede agilizar mucho más la cosa, pero lo cierto es que en la FIA son unos inéptos. Fuera parte de que los pilotos nunca deberían desdoblarse, en todo caso “caer” hasta su posición real, lo que no puede ser es que la FIA y el director de carrera no dejen desdoblarse, como marca el reglamento, a un piloto, en este caso a Tsunoda, porque como iba tras Russell, al cambiar ruedas, apareció en sus monitores como desdoblado al ir por la calle de boxes más rápido. Pero claro, luego salió en medio del pelotón, pero el sistema de la FIA ya lo daba como desdoblado y no le dejaron hacerlo. Vale que esto es raro que pase y no estaba previsto pero, ¿para qué están los comisarios y dirección de carrera? ¿Sólo para sancionar a Alonso una vez finalizadas las carreras? ¡Que hostias! Mira que era fácil ver que Tsunoda tenía que desdoblarse. Un mensaje al equipo lo habría arreglado todo. Luego van y dicen que nada falló. ¡Vaya caraduras! Pues esto SÍ que es un motivo de despido de un director de carrera y de quién cuadre, no lo de Abu Dabhi el año pasado. ¿Como piensan compensar a Tsunoda y Alpha Tauri por ello? No sólo perdió dos posiciones, sino la posibilidad de remontar alguna más con sus ruedas nuevas. No le demos vueltas, no los van a compensar.



Más que humo, es fuego lo que hay entre Ocon y Alonso cuando se juntan en pista.


De modo que la carrera se reanudó con los Mercedes con el doblete a mano con un Hamilton que no iba a hacer chorradas aceptando las órdenes de mantener posiciones para evitar un accidente en una lucha con su compañero.

Pérez fue siendo superado sucesivamente por Sainz, Leclerc, Alonso y Verstappen, el cual le debía devolver posición sino supera a Alonso. No pudo con Alonso y no le devolvió posición, quedando como un cerdo -perdón por la expresión, pero es así- sin ninguna necesidad. Ni victoria, ni podio, ni nada, y no dejó pasar al Checo que tanto le ayudo en Abu Dabhi el año pasado, el que no opuso resistencia cuando le dijeron lo dejase pasar este año en Barcelona cuando lideraba. Muy mal Max, y las excusas sobre juego sucio del Checo en Mónaco no me valen, porque ni hubo juego sucio, ni ibas a lograr la pole, ni nada.

Russell ganó sin oposición -sus rivales se autoeliminaron al principio- pero merecidamente, Hamilton fue un contento segundo, al igual que lo fue Carlos como tercero y Alonso como quinto, ya que ambos realizaron un auténtico carrerón. El sprint final de Alonso fue merecedor de ser “el piloto del día”, él o Leclerc, que hizo una gran remontada. Pero no, eso se lo dieron a Hamilton aunque, ¿qué mas da?



Checo sin suerte, de luchar por el podio al séptimo lugar. Y encima, con el "feo" de Max.


Leclerc, por cierto, no acabó contento del todo, ya que pidió al equipo le dijera a Sainz lo dejara pasar por su lucha con Checo por el subcampeonato. Pero en Ferrari pensaron -y parte de razón tenían- que con Alonso tan cerca, era un riesgo que no merecía la pena. Nada que ver que lo de Max, que lo podía hacer como si nada y desobedeció. Carlos no, porque no se lo pidieron.

Lo dicho, Russell, Hamilton, Sainz, Leclerc, Alonso, Verstappen, Pérez, Ocon, Bottas y Stroll acabaron entre los diez primeros.

Ocon no hizo el indio con Alonso, aunque no tenía esta vez modo de pararlo, y Bottas salvó dos puntos que hubieran sido más de no haber coche de seguridad. A Seb le pasó lo mismo, pero su puesto lo heredó su compañero Stroll, de modo que para su equipo era lo mismo.

Al final Mercedes salvó la temporada y en siete días veremos si la salva Hamilton. Como fuere, lo que queda son luchas menores, pero no por ello menos interesantes. Mercedes acosa a Ferrari por el subcampenato, Leclerc y Pérez están empatados a puntos -con ventaja para el monegasco por victorias- por otro subcampeonato, y así unos cuantos más. En una semana veremos en qué acaba todo.



Tsunoda -a la derecha en la imagen- otra víctima de la ineptitud de la FIA.

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