jueves, 27 de noviembre de 2014

GP de Abu Dabhi 2014

       Hamilton bicampeón

Al último GP de la temporada en Adu Dabhi se llegaba con la incertidumbre de quien sería el nuevo campeón tras cuatro años de tiranía del duo Red Bull-Vettel. Hamilton era el claro favorito pese a la absurda doble puntuación de la última cita.
Las novedades de este GP eran el regreso de Caterham, que traía, de paso, un nuevo piloto, el británico Will Stevens.

Will Stevens debutaba en la F1.
El español Roberto Merhi tendrá que esperar para su debut en F1.
Otros nombres nuevos eran el chino Adderly Fong con Sauber y el francés Esteban Ocon con Lotus. Ambos sólo para los libres 1.
Williams estrenaba una nueva librea “Martini” por eso de no poder anunciar alcohol en los emiratos árabes. Otra sandez, como con el tabaco.
Como datos de interés humano destacar que Jules Bianchi salía del coma, aunque su estado sigue siendo muy grave, y que el heptacampeón Michael Schumacher sigue sin novedades, el hermetismo de su familia y entorno es total, como Fort Knox.



La nueva libre de Martini, para no ofender a los árabes, una pena que la consideración, tolerancia y respeto no sea mutua.



Ferrari confirmaba lo que era un secreto a voces, que Alonso se iba y que Vettel era su sustituto. El destino de Fernando no se revelaba, no oficialmente al menos, ya que su Majestad don Juan Carlos se encargaba de anunciarlo, en otra de sus meteduras de pata. Aunque estuvo bien, basta de tanta tontería. Se iba a Mclaren. Falta por saber quién será su compañero.
Los libres se salían un poco de la norma debido a que las mecánicas llegaban bastante castigadas a la última cita y algunos equipos debían ahorrar kilómetros.
Alonso por un fallo eléctrico se perdía los segundos libres y apenas rodaba seis vueltas en los terceros ya que debía parar a sustituir el motor por otro con menos kilometraje. Menos kilómetros pero ya fundido a pesar de todo. A Kimi las cosas no le iban mucho mejor en ese apartado y, como se vio en carrera, hubiera sido mejor salir desde boxes con motores nuevos, que arrastrarse como lo hicieron con los que tenían.
Al haber veinte monoplazas, la Q1 y Q2 variaban de nuevo, cayendo 5 y 5 en cada una.
Como era de prever los Caterham no pudieron superar el corte, lo mismo que los Lotus y que el Sauber de Esteban Gutiérrez. En el segundo corte se quedaron los Force india, el Sauber de Sutil,  el Toro Rosso de Vergné y el Mclaren de Magnussen. Los Ferrari pasaban el corte no exentos de problemas.
La lucha por la pole se dio, ¡oh sorpresa! entre los candidatos al título, siendo el más veloz, como viene siendo habitual, Nico Rosberg. Tras ellos, y con la caña puesta por si acaso, los Williams de Bottas y Massa, precediendo a los RBs de Ricciardo y Vettel. Kvyat, Button , Raikkönen y Alonso completaban los diez primeros.
La parrilla se veía alterada por la sanción a Grosjean por la utilización del sexto motor, que además le obligaba a cumplir un paso por boxes durante las tres primeras vueltas de carrera, así como por la anulación de los tiempos de ambos Red Bull. Eso los enviaba al fondo de la parrilla, aunque salieron desde boxes para poder usar otra táctica. El problema que tuvieron los Red Bull fue por la excesiva flexibilidad de sus alerones delanteros. La FIA no tuvo piedad. No duden que de haber estado Red Bull luchando por el título esto se habría zanjado con una multa. Así funciona esto.  No sólo se hace el ridículo en España a la hora de aplicar la ley.
El domingo al ocaso arrancó el último GP de 2014, Hamilton arrancó bien, Rosberg mal y Bottas de pena. Al final de la primera vuelta la situación era: Hamilton, Rosberg, Massa, Button, Raikkönen, Alonso, Kvyat, Bottas, Hulkenberg, Pérez, etc…
Hamilton, generalmente más efectivo en carrera que Rosberg –justo al revés que en los entrenos- no podía haber comenzado de mejor manera la carrera y, si a esto le añadimos que le metió un colchón de casi dos segundos que lo dejaban a cubierto del DRS, estaba en una cómoda situación para controlar el GP, y de rebote, el campeonato.



Un Ferrari totalmente falto de competitividad y con un motor en las últimas impidió a Alonso despedirse como merecía de la Scuderia.



En la vuelta cuatro Alonso superó a Raikkonen, aunque más bien parece ser que este se dejó pasar, y al dejarse, aprovechó Kvyat la situación para adelantarlo igualmente. A todo esto Alonso paró en boxes a cambiar ruedas y se reincorporó tras el Caterham de Will Stevens, que lo retuvo lo suficiente como para que Button, que paró a continuación, no perdiera la posición. Todos fueron parando siendo Massa el último de los que montaban blandas en hacerlo en la vuelta trece.
La cosa iba así: Hamilton, Rosberg a 2”4, Massa a 7”5, Hulkenberg (sin parar y con cinco segundos de sanción por sacar de pista a Magnussen), Pérez, Vergné, Ricciardo, Magnussen, Vettel,; también sin parar al salir con duras y, ya por detrás, Bottas, Button, Alonso, Kvyat, Raikkönen, etc…todos estos con sus ruedas nuevecitas.
El más activo fue Bottas que entre paradas de los que le precedían y adelantamientos, se situó quinto a espaldas de Ricciardo, que estiraba la vida de sus neumáticos al máximo. Todo esto en apenas cuatro vueltas a la vez que las paradas iban ordenando al personal.
 Rosberg seguía sin poder con Hamilton pese a alguna que otra vuelta rápida. De cualquier modo, el calvario para Rosberg empezaría pasado la vuelta veinte. Su coche tendría problemas eléctricos, quedándose sin los 160CV que entrega el motorcillo eléctrico ese de marras e iría cediendo posiciones poco a poco. Massa lo adelantaba en la veintiséis, cuando estaba a 15” de Hamilton. Distancia que Lewis, conocedor de los problemas de Nico, se contentó con mantener. Aunque Massa le fue limando poco a poco hasta situarse a unos 11”
En la veintisiete, número mágico para los ferraristas, paró Alonso, dos vueltas después lo hizo Button que salió justo en las narices del español, el cual, tras un bonito duelo lo superó. Una vuelta después, el Ferrari sufrió el enésimo bajón –a Kimi le pasaba lo mismo- y Button recuperaba su posición, décima en ese instante, pero que con las paradas de los demás sería una quinta plaza tranquila. Tal y como salió, salvo que Ricciardo le superó en su irresistible remontada. Pero en compensación Rosberg se quitaba de en medio con su Mercedes herido.
En la vuelta treinta y uno paraba Hamilton a hacer su última detención y se reincorporó a 15” de Massa.
Mientras Rosberg continuaba su decadencia, Massa mantenía un buen ritmo y estiraba su última parada para montar blandas e ir a por el triunfo. Era prácticamente imposible, pero había que intentarlo. Apuró tanto, paró en la cuarenta y cuatro, que la distancia había bajado a los 11 segundos cuando apenas dos vueltas antes era de 14.



Felipe Massa estuvo fantástico y puso en jaque a Hamilton, hasta que el inglés reaccionó y evitó cualquier sorpresa.



Se reincorporó segundo a 14” de Hamilton y de record en record se le fue acercando hasta situarse a menos de 3” cuando eran tres las vueltas que faltaban. Pero entre que los neumáticos ya estaban muy tocados, y que Hamilton debió decir: “hasta aquí hemos llegado” la cosa no pasó de ahí y Hamilton mantuvo con autoridad su primera posición, justo a la vez que a Rosberg le decían por radio que abandonase el gran premio. Que listos en Mercedes, después del todo el pundonor mostrado por Rosberg, pedirle que se retirase era un insulto. Nico no hizo caso y acabó la carrera como un señor. Y como tal, felicitó al campeón, Hamilton, que cruzó la meta victorioso precediendo a: Massa, Bottas, Ricciardo (fabulosa demostración, de boxes a cuarto sin el mejor coche), Button, Hulkenberg, Pérez, Vettel, Alonso y Raikkönen completando los diez primeros.
La vuelta rápida definitiva fue para Ricciardo en su corto sprint final con blandas, que es la primera vuelta rápida del australiano.
Fin de campaña y justo campeón, Hamilton lo mereció más que nadie (el propio Rosberg lo dijo) y sus once triunfos así lo atestiguan. Se agradece que el injusto sistema de doble puntuación de la última cita no alterase para nada el resultado de ambos campeonatos. El año que viene parece que no lo va a haber.



Lewis Hamilton se coronó bicampeón a lo grande, ganando la carrera. No tuvo que sufrir agónicamente como en 2008



 Temporada de records en Mercedes, con records de victorias (16), poles (19), dobletes (11), pódiums (31) y tal y tal. Claro que también para ello han contado con más grandes premios que los anteriores poseedores de esos records, Ferrari y Mclaren. Si bien el Mercedes ha sido arrollador –sus números están ahí- no es menos cierto que su nivel real de dominio no ha sido tan contundente como el de Ferrari en 2002-2004 ni como el del Mclaren Mp4/4 de 1988, que no sólo metía más de un segundo al primero del resto en calificación, sino que muchas veces sólo el tercer clasificado se libraba de perder vuelta, a veces ni eso.
Gran carrera final de Massa en un efectivo Williams, pero creo que de haber un piloto mejor en ese coche Williams habría logrado ganar en más de una ocasión. Massa es un buen piloto, pero le falta un empujón para ser un grande. Pero el brasileño no es el culpable de la sequía de triunfos de  Williams este año, los culpables son ellos mismos, en Austria pudieron  –y debieron- ganar. Fue lamentable como tiraron todo el GP por la borda.
Lamentable fin de semana en Ferrari en el que Alonso no pudo despedirse con buen sabor de boca. Los motores de ambos Ferrari, tocados y con muchos kilómetros a sus espaldas, no dieron para más y el F14T era una tortuga. En condiciones normales lo suyo era acabar delante de Button. Para hacer 9º y 10º les hubiera valido salir de boxes con motores nuevos, y además hubieran dado una mejor imagen. Ferrari se arrastró en Abu Dabhi.
Como último apunte, de nuevo Williams. Esta vez nada que reprocharles, hicieron todo lo que pudieron, pero no puedo evitar pensar que tal vez hubiera sido mejor no hacer la última parada y obligar a Hamilton, en las doce vueltas que quedaban, a alcanzar y adelantar a Massa en pista. Tal vez el resultado hubiese sido el mismo, pero así Felipe habría tenido una oportunidad, cosa que en realidad no tuvo.
A destacar –negativamente- que finalmente Ferrari no consiguió triunfo alguno, algo que no le sucedía desde 1993 y que Mclaren sumaba una temporada más –y van dos- sin ganar. Las dos escuderías más laureadas están de capa caída, bueno, las tres más laureadas si incluimos a Williams.
Daniel Ricciardo se confirmó como la revelación del año, no tanto por sus victorias, sino por el asombroso partido que sacó de su máquina y, sobre todo, de sus neumáticos, superando en la segunda parte del campeonato a todo un tetracampeón del mundo como Vettel con total autoridad, ¿quién lo hubiera dicho?

Honda retorna a la F1 turbo con el equipo Mclaren, junto a quienes lograron el
hasta hoy, último campeonato de un motor turbo.
El año que viene, con la entrada de Honda y la mejora de los motores -todavía no se sabe cuanto - la temporada debería ser un  poco más disputada. Aunque no hay que engañarse, Mercedes es la clara favorita, y ahora mismo no se le ve rival posible. Veremos dentro de unos meses como está la cosa, en un año en el que tendremos dos españoles en pista. A Alonso se  une el hijo del bicampeón mundial de rallyes Carlos Sainz, Carlos Sainz, valga la redundancia,  que correrá con Toro Rosso.
Hasta entonces.





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