Hamilton, el pistolero más rápido de la F1
La F1 aterrizaba por tercer año consecutivo en Austin, Texas, el mejor circuito Tilke. Su obra maestra. Un gran circuito y un GP USA que parece haber llegado para quedarse, ya que es todo un éxito. Se llegaba sin novedades aparentes en el estado de salud de Jules Bianchi, que sigue en coma, y casi lo mismo en el caso de Michael Schumacher, del cual el hermetismo que lo rodea no presagia nada bueno. Las noticias al respecto son, a menudo, contradictorias.
Tampoco había novedades en el mercado de pilotos, el
hermetismo es total y sólo hay elucubraciones. Se da por hecho que Vettel irá a
Ferrari y que Alonso abandonará esta con destino al “equipo de sus amores”,
Mclaren. Pero de momento, no hay nada confirmado. Lo que sí parece claro es que
Alonso tal vez tomo la decisión, como él dice, hace meses. Pero sólo en parte,
como demuestran los hechos. Todavía no tiene equipo, es decir, que hace meses
decidió abandonar Ferrari sin ningún destino confirmado.
Lo que sí era una novedad era la ausencia por falta de
dinero, de Caterham y Marussia. Los nuevos motores casi cinco veces más caros,
seguro que no ayudaron a estos pequeños equipos. Motores caros que no dejan
evolucionar y que, de cara al espectáculo, no aportan nada. Justo al contrario.
De ese modo, se decidía variar la calificación al haber sólo
dieciocho coches. En la Q1 caerían cuatro y otros cuatro en la Q2
Tras los libres, ampliamente dominados por los Mercedes,
especialmente con Hamilton, se llegaba al momento de la verdad, la
clasificación.
La primera ronda en la que caían sólo cuatro, hacía prever,
visto lo visto en los últimos GPs, que Lotus y Sauber iban a ser los
principales candidatos, pero a la hora de la verdad las cosas resultaron ser
muy distintas.
Sebastian Vettel, que por usar el sexto motor partiría sí o
sí desde los boxes, no pasaba el corte, aunque por lo menos daba una vuelta
para cubrir el expediente. Le acompañarían el Lotus de Grosjean, el Sauber de
Gutiérrez y el Toro Rosso de Vergné.
En la Q2 cayó el otro Toro Rosso, el de Kvyat, ambos Force
India, y por los pelos Maldonado, cuyo Lotus a punto estuvo de llegar por
primera vez a la ronda final. El que sí lo logró por primera vez en la
temporada, para él y para su equipo, fue Adrián Sutil con el Sauber.
Sebastian Vettel no tuvo un buen fin de semana en Austin, pero se consoló bien. |
En la Q3 sólo había dos cosas claras: que Sutil sería –salvo
avería o incidente- décimo, y que la pole era cosas de los chicos de la
estrella, los “sheriffs” del gran premio.
Dicho y hecho, así fue. Rosberg lograba imponerse sin
problemas a Hamilton y por detrás los Williams de Bottas y Massa, el Red Bull
de Ricciardo, el Ferrari de Alonso, los Mclaren de Button y Magnussen, el
Ferrari de Raikkönen y el Sauber de Sutil. A destacar que por primera vez en lo
que va de temporada la pole es más veloz que la del año anterior.
De cara a la parrilla con Vettel en boxes, Kvyat bajaba a
decimoséptimo por el uso del séptimo motor y Button, retrocedía a decimosegundo
por sustituir la caja de cambios.
A diferencia del año pasado, el público no tenía la
posibilidad de acallar con sus gritos el rugido de los motores, ya que estos no
rugen, ronronean, y un leve murmullo los acalla.
En la salida Rosberg se mantuvo firme, Massa superó a
Bottas, Alonso era quinto y Ricciardo realizó, una vez más, una pésima salida
cayendo al octavo lugar tras Magnussen y
Raikkonen, a los cuales superó pronto. El accidente provocado por un exceso de
optimismo de Checo Pérez al intentar adelantar a Sutil y tocando de rebote a
Raikkönen, provocó la salida del coche de seguridad, que se mantuvo ahí durante
tres vueltas. En ese período de tiempo, Vettel paró dos veces para quitarse de
encima los neumáticos blandos. También pararon, por haber pasado por encima de
trozos de fibra de carbono, Hulkenberg, Magnussen Gutiérrez y Button.
Al irse el coche de seguridad, se relanzaba la carrera por
este orden: Rosberg, Hamilton, Massa, Bottas, Alonso, Ricciardo, Raikkönen,
Maldonado, Vergné y Grosjean. Ricciardo se ventilaba de inmediato a Alonso y se
colocaba en su puesto de partida. El ritmo de los cinco primeros era tal, que
entre ellos y el resto -comandado por Alonso- había un abismo.
Las cosas no variaron hasta los cambios de ruedas. Massa y Ricciardo
fueron los primeros en hacerlo en la vuelta catorce, birlándole el australiano
la cartera a Bottas, que paró en la vuelta siguiente, al igual que Rosberg.
Hamilton y Alonso lo harían justo después.
En la vuelta dieciocho la cosa estaba así: Rosberg, con
Hamilton a sus talones, Massa, Ricciardo en lucha por el último escalón del
pódio, Bottas perdiendo comba, Kvyat, Magnussen y Button sin parar, y Alonso
por detrás recuperando tras ventilarse a un anormalmente lento, Vettel.
Kvyat para y se quita de en medio, y en la vuelta veintitrés, justo cuando Alonso rebasa -previa lucha- a Button, Hamilton pasa a
Rosberg como si de un doblado se tratase. Vuelco a la carrera y mazazo casi
definitivo al campeonato. Parecía como que a Rosberg le bastase con ser segundo
para ser campeón. Lamentable. Luego dijo que le sorprendió. La verdad es que
fue sorprendente cómo Nico se relajó. A partir de ahí la carrera se acabó.
Lo único destacable fueron las remontadas de Alonso y
Vettel, una vez superado este sus problemas iniciales. En la vuelta treinta y
dos, Ricciardo le hacía a Massa la misma jugada que previamente le había hecho
a Bottas –parando una vuelta antes- y se colocó en tercer lugar, cerca de los
Mercedes pero sin poder inquietarlos.
Alonso volvió a su lugar, el sexto puesto por delante de
Vettel, justo antes de su última parada. Al realizarla, en la vuelta cuarenta y
dos salió justo por detrás de Vettel, pero con ruedas nuevas y blandas
consiguió pasarlo pese a algunas dificultades. Detrás de ellos, los Mclaren de
Magnussen y Button se las veían contra Vergné y los Lotus de Grosjean y
Maldonado (increíble). Mientras en este grupo se iban “dando”, Vettel paró contra
pronóstico en la vuelta cuarenta y ocho para cambiar ruedas, montando blandas
en una decisión a priori errónea, pero que se reveló perfecta. Como en Canadá
2012. En táctica los hombres de Red Bull siguen siendo los mejores por goleada,
nadie lee como ellos la carrera. Vettel se reincorporó decimocuarto y empezó su
remontada, en la que de paso marcó la
vuelta rápida definitiva.
Raikkönen no estuvo muy fino en tierras americanas. |
En su recuperación adelantó a: Kvyat, Raikkönen, Grosjean –el cual había sido adelantado con contacto incluido por su compatriota Vergné- Button, Maldonado, Vergné y Magnussen, llegando así a la séptima posición. Posición que él mismo dio por buena el día anterior. No contento con eso, hizo sudar tinta a un Alonso sin neumáticos en la última vuelta, pero el asturiano, que tal vez conservó demasiado –Vettel le recuperó veintitrés segundos en siete vueltas- aguantó el envite. Unos y otros se fueron quedando sin ruedas y cada cual acabó como buenamente pudo. A eso había que añadir las distintas penalizaciones. Maldonado y Vergné tenían cinco segundos, el primero por exceso de velocidad en boxes y el segundo por su toque con Grosjean.
La carrera concluyó así: Hamilton, Rosberg, Ricciardo, Massa,
Bottas, Alonso, Vettel, Magnussen, Maldonado y Vegné entre los diez primeros. A
destacar negativamente el rendimiento de Raikkönen, que tras aguantar la
primera parte el ritmo de Alonso, poco a poco fue desinflándose y sólo pudo ser
un decepcionante decimotercero.
A destacar positivamente: Hamilton, a falta de dos carreras
y pese a la puntuación doble de la última, tiene el título bastante
encarrilado, aunque más lo tenía en análogas circunstancias en 2007 y lo tiró
por la borda; Maldonado consiguió puntos por primera vez en la temporada,
siendo la primera vez en la historia que el número 13 lo hace.
De cara a Brasil, dentro de siete días y para el que se
prevén tormentas, hay que mencionar la penalización de siete posiciones en
parrilla a Checo Pérez por su pequeña melé en la primera vuelta. Saludos.
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