El hombre tranquilo
Michele Alboreto es para mí un piloto
especial, al que me une un extraño vínculo. Tal vez sea debido a
sus cinco años y 80 GGPP en Ferrari, que en su momento fueron todo
un récord. De hecho, es el piloto italiano con más GGPP disputados
para la Scuderia.
Y es que durante sus años en Ferrari,
de 1984 a 1988, yo estaba en mi juventud, saliendo de la infancia. La
F1 entonces me parecía maravillosa y el tiempo transcurría lento.
¿Quién no recuerda sus veranos de niño?, larguísimos, como si el
tiempo se detuviera. Sin embargo, de adulto, parecen pasar en un
parpadeo.
El caso el que los cinco años de
Alboreto en Ferrari me parecieron más del doble y, si a eso le
añadimos la magia que por entonces tenía para mí la F1, así como
el carácter tranquilo y amigable que Michele transmitía, tenemos el
elixir que poco a poco fue haciendo poso en mí y que convirtió a
Alboreto, más que a un ídolo, en un personaje entrañable,
cercano, más un amigo que un admirado piloto de F1.
Alboreto era un piloto rápido, lo cual
es una redundancia cuando de un piloto de F1 que ha llegado a Ferrari
se trata, frío -con sus calentones- fino, y todo un artista con el
cambio. Todo un señor del “punta-tacón” y dobles embragues. En
eso era todo un maestro, y podía dar lecciones a cualquiera, repito,
a cualquiera.
Tuvo entre sus compañeros de equipo en
Ferrari a Stefan Johansson y Gerhard Berger. Cito a estos dos pilotos
del norte porque sus caracteres chocaban con los de Michele. Ellos,
los norteños, eran calientes y apasionados, llenos de garra y ardor
en las carreras, en tanto que Alboreto era lo contrario. Para que
luego hablen de estereotipos. Alboreto cuadraba más como sueco o
austríaco que Johansson y Berger, los cuales tenían en pista un
carácter totalmente latino.
Como piloto de Ferrari que fue, siempre
quise a Alboreto, y mi admiración por él, que siempre fue más
cariño que admiración, fue en aumento con el paso de los años.
Mientras que en 1987-88 yo apoyaba, como hago en el 99% de las veces,
al piloto Ferrari más veloz, que por entonces era Berger, el paso de
los años ha dejado un recuerdo de Alboreto que perdura muy por
encima de todos ellos.
Como dije, Alboreto era para mí
alguien entrañable más que un super-piloto. De hecho, el estilo de
Alboreto no es de los que a mí me emocionen. Me gustan pilotos
espectaculares y agresivos, que se desenvuelvan bien en situaciones
adversas. Y Alboreto no era de esos. Su estilo iba más por el camino
marcado por Lauda y Prost. O Piquet, tal vez.
Como es lógico, seguí la carrera de
Alboreto cuando no estaba en Ferrari, al ser despedido de cara a
1989.
Alboreto debutó en F1 en el GP de San
Marino de 1981 con Tyrrell tras haber ganado el campeonato de europa
de F3 en 1980. Ken Tyrrell jamás se arrepintió de haberle dado la
oportunidad, ya que Alboreto logró para él, las dos últimas
victorias de su equipo, en Las Vegas 1982 y en Detroit 1983, que fue
también la última (la 155) del mítico motor Ford Cosworth DFV, en
ese caso en su versión de carrera corta DFY.
Alboreto en Detroit 1983 logrando la última victoria de Tyrrell, y dándole de paso a Ford, el triunfo en casa. |
Para 1984 pasó a Ferrari, como tantos
otros pilotos de Tyrrell hicieron antes y después: Scheckter,
Pironi, Alesi... como dijo en su momento el tío Ken: “tendría que
cobrarle algo a Enzo”
1984 no fue bueno para Ferrari, así
todo Alboreto se las apañó para conseguir su primera pole y una
victoria más, ambas en Zolder, en un año de monopolio Mclaren-TAG
Porsche.
1985 podría haber sido su año.
Ferrari, como el resto de la parrilla, hizo su versión-copia del
Mclaren Mp4 y funcionó, tanto es así, que lo llevó a liderar el
campeonato hasta la décima cita, el GP de Austria, tras una
temporada regular, sumando muchos podios, y con dos espléndidas
victorias: Canadá y Alemania. Esta última la recuerdo especialmente
porque, en su lucha contra Senna-Rosberg-Prost-De Angelis, me dio la
impresión de que el ganador iba a ser él, Alboreto. Una premonición si
prefieren.
Fue en un GP marcado por la primera
pole de Toleman y de Teo Fabi y por el salidón de Alboreto, de
octavo a tercero. Alboreto estuvo impecable y agresivo en esa
carrera, tomando el liderato en la vuelta 45 en un adelantamiento a
Rosberg con toque incluido.
Enzo Ferrari, que siempre le tuvo en
gran estima, recordaba esa cita aludiendo a lo que esperaba de él en
años sucesivos: “espero que pilote como en Nurburgring 85”
Ese año Alboreto mereció el triunfo
también en Mónaco. Lideraba cuando se salió de la pista por una
mancha de aceite de otro coche, recuperó el liderato, pinchó,
cambió la rueda reincorporándose cuarto, y remontó a ritmo de
vuelta rápida hasta el segundo lugar a apenas 7” del ganador,
Prost. ¿Su mejor carrera quizá?
Alboreto supera a Rosberg camino de la victoria en Nurburgring 85 |
Ferrari montaba turbos alemanes KKK en
sus monoplazas desde siempre, una vez desechado el compresor
volumétrico Brown Boveri Comprex, pero Enzo no se fiaba de los
alemanes, pensando en un posible sabotaje de la casa alemana, que
también suministraba, entre otros, a TAG-Porsche. Nada más lejos de
la realidad. Pero a partir de ahí, el Ferrari perdió competitividad
y fiabilidad. Alboreto, que tras su triunfo en Alemania lideraba el
mundial por delante de Prost, apenas sumó 7 puntos en otros tantos
GGPP. Imposible ganar así. * (ver comentarios)
Poco después Enzo reconoció su error
y dijo que su decisión le costó el título a Alboreto.
1986 fue un año para olvidar, y eso
que según algunos estudios, el motor Ferrari era el más potente de
todos junto al BMW, pero el chasis era una m...
Participó de la recuperación de
Ferrari en 1987-88, pero para entonces su estrella había perdido
fulgor, y el furor austríaco Gerhard Berger tomó el mando. Enzo
Ferrari, en una de sus últimas decisiones como dueño-jefe de su
equipo, despidió a Alboreto y fichó a Nigel Mansell.
Enzo Ferrari nos dejó en agosto de
1988, días antes del GP de Bélgica, en el que Alboreto, cuando
rodaba tercero, rompió el motor, e incomprensiblemente, siguió
tirando varias vueltas hasta que este espiró definitivamente. Se
bajó del precioso F1 87/88C, tirando los tapones y los guantes al
suelo mostrando su frustración y enfado. Seguramente su relación
con Ferrari no estaba en su mejor momento. Declaró: “cuando un
motor te hace una faena como esta, lo mejor es seguir tirando para
escuchar como se destruye completamente”
Si a alguien en Ferrari le molestó
esta actitud de Alboreto, quince días después, en Monza, lo
olvidaría.
Fue un GP para Ferrari perfecto, y para
Michele casi. Estuvo a punto de superar en parrilla a su compañero
Berger, el único verdadero rival de Mclaren en un año en el que los
de Woking ganaron todas las carreras menos una.
Fue él quien se puso a tirar a mitad
de carrera, tras haber ahorrado combustible al principio, obligando a
Berger, que parecía resignado, a hacer lo mismo.
En su recuperación se hizo con la
vuelta rápida -su última vuelta rápida- y, al forzar a Berger,
este hizo lo propio con un Senna excesivamente relajado, que se dejó
recuperar demasiado y que luego tuvo un accidente por un exceso de
precipitación cuando tenía la carrera en el bolsillo, al ir a
doblar al sustituto en Williams de Nigel Mansell, Jean Louis
Schlesser, que se había pasado de frenada en la primera chicane.
Alboreto camino del tercer puesto por delante de su compañero Berger en Le Castellet 1988 |
Parecía que Enzo ayudaba a sus coches
desde el cielo, echándoles una manita para que pudiesen lograr en
casa un doblete en su memoria.
Aunque en ese momento me dio igual, ya
que Berger merecía el triunfo tras su gran temporada, años después
pensé que lo realmente perfecto para esa carrera hubiera sido el
triunfo de Michele, en lo que habría sido su gran despedida de
Ferrari.
Alboreto retornó a Tyrrell donde condujo magistralmente el precioso 018 |
En 1989 regresó a su otro equipo de
sus amores, Tyrrell, con el que logró un sensacional tercer puesto
en México, el que fue su ultimo podio en F1. Parecía que iba a
tener una nueva juventud cuando, por incompatibilidades de
patrocinio, Camel entraba a patrocinar a Tyrrell y Alboreto estaba con
Marlboro, tuvo que dejar el equipo y recaló en el paupérrimo
Larousse-Lamborghini, con el que iniciaría una serie de no
cualificaciones que tendrían su continuidad en Arrows-Footwork y en
Lola Scuderia Italia entre 1989 y 1993, no calificándose hasta en
veinte ocasiones. Pero no todo fue malo esos años, ya que volvió a
la senda de los puntos con el Arrows-Footwork en 1992.
Su carrera en F1 acabó como para
muchos empezó, con Minardi, dando muestras de su innegable clase al
sumar un punto con un espléndido sexto lugar en Mónaco, donde
destacan los héroes.
Fuera de la F1 corrió en la Indy, con
el equipo Scandia y el DTM con Alfa Romeo, con escaso éxito.
Así regresó a la resistencia, dónde
ya estuvo en los 80 compaginándola con la F1 en el equipo Lancia de
Cesare Fiorio, volviendo a la senda de los triunfos.
Ganó las míticas 24 horas de Le Mans
en 1997 junto a su ex-compañero Ferrarista Stefan Johansson y el
danés Tom Kristensem.
Recuerdo muy bien ese día, el de la
victoria de Alboreto en Le Mans, lo bien que me sentí y lo mucho que
me alegré por él.
Como curiosidad, ganó con un
TWR-Porsche Joest, que nació como Jaguar y que, tras mutar a Mazda,
acabó reconvertido años después a TWR-Porsche. El chasis que usó,
el 691, ya había ganado el año anterior, por tanto, repitió,
convirtiéndose en el cuarto coche que logra dos veces el triunfo en
la mítica carrera francesa, junto al Bentley Speed Six chasis LB2332, el Ford GT 40 chasis 1075 de John
Wyer y el Porsche 956 chasis 117 de Joest, al igual que el TWR.
Le Mans 1997, Alboreto de nuevo en la cumbre 12 años después. |
Su estilo suave y delicado con la
mecánica le valió para hacerse un puesto en el equipo oficial Audi,
dónde era muy apreciado.
El el año 2000 ganó con Rinaldo
Capello y Allan McNish la carrera “Petit Le Mans” en lo que fue
el preludio de su último gran triunfo justo en el año de su muerte.
Fue en las 12 horas de Sebring junto a Rinaldo Capello y Laurent
Aiello.
De modo que estábamos en 2001 y yo
andaba trabajando por Límpias, pueblo de Cantábria, cuando al
entrar en el “Atenas” a tomar un café vi en el Marca la triste
noticia del fallecimiento de uno de mis pilotos más queridos.
La foto mostraba un Audi destrozado,
cuya rueda trasera izquierda estaba sin banda de rodadura. Supe sin
duda cual fue la causa del accidente, el reventón del neumático.
Días despues lo confirmaban.
Nos dejó un gran piloto, todo un
caballero, que destacaba por su amabilidad.
Un par de curiosidades:
-El 6 de septiembre de 1981 ganó el GP
del Adiátrico de F2 para Minardi, la única victoria del equipo
según cuentan.
-Durante la disputa del GP de Bélgica
de 1990 le “perdoné” el tapón involuntario, pero tapón y al
fin y al cabo, que le hizo a Prost durante la carrera, y que
favoreció al líder, Senna. No influyó para nada, pero aunque lo
hubiera hecho no se lo habría tenido nunca en cuenta. Con Alboreto
uno no podía enfadarse.
Alboreto se encuentra ahora en el
Olimpo de los pilotos, pasándoselo la mar de bien corriendo con ellos.
Seguro que habrá hecho buenas migas con todos ellos, especialmente
con su ídolo, Ronnie Petersson, al que rendía homenaje con los
colores de su casco, inspirados en los del sueco.
Mientras, el viejo Lausitzring sigue
durmiendo ajeno a todo, y Michele Alboreto, mi querido amigo, sigue
descansando en paz.
Excelente.
ResponderEliminarRespecto al supuesto sabotaje, inexistente a todas luces, en su época no escuche nada al respecto ni del cambio de provedor de turbos de Ferrari. En 1986 y 1987 algo escuché sobre ello, sin más importancia. Años más tarde escuché los comentaros que reflejo, a los cuales no me atrevo a dar 100% veracidad, ya que no he podido contrastarlos como es devido. De cualquier manera, para Alboreto es igual, ya que el Ferrari en 1985 se desinfló, sea cual sea el motivo. ¡Ah! y gracias a mi hermano, que me dijo que gravara el GP de italia de 1988 por si ganaba Ferrari. No pensaba hacerlo tal y como iba la temporada..pero mi hermano acertó. ¡Gracias!
ResponderEliminar* Como bien apuntó mi amigo Carles Terradas, Ferrari cambió sus turbocompresores alemanes KKK por los norteamericanos Garrett. De ahí que Enzo lamentase su decisión y dijera que por ello Michele perdió el título. Estas informaciones sólo las he escuchado en vídeos y nunca las he podido contrastar. Sí sé que en 1987 Ferrari se decantó finalmete por Garrett, pero sí lo hizo antes, a mediados de 1985, lo desconozco. Y si su debacle de 1985 vino por ahí es algo que no puedo confirmar... ni desmentir. Cada cual que saque sus propias conclusiones. Me gustaría pensar que sí, que Ferrari erró y que Michele podría haber sido campeón.
ResponderEliminarLo de grabar la carrera, ya sabes, son de esos púlpitos que de vez en cuando le dan a uno... y touché! Gracias a ti, como siempre!
ResponderEliminarAunque no afecta al artículo en sí, decir que estaba entonces trabajando en la vía rápida de Colindres a Rasines y si digo que trabajaba en Limpias es porque es ahí donde estaba la oficina de Dragados. El café lo tome en el Atenas, cafetería sita en el pueblo de Colindres
ResponderEliminarBuenísimo el artículo. Muy cariñoso y, a la vez, detallado ;)
ResponderEliminarGracias, de eso se trataba.
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