martes, 13 de febrero de 2018

F1 y automovilismo, cine y televisión.



Con cuentagotas








Empezando por las películas de F1, aparte de "Grand Prix" y "Rush", de las que ya hablé en este blog en noviembre de 2016, resumiré diciendo que la primera es una obra maestra y la segunda, un bodrio. Y no hay más, a menos a un nivel que haya trascendido.
Luego están los documentales, que hay a montones y que a veces -las menos- se estrenan en el cine.
Turbotime era un documental de carreras de motos y F1 que se estrenó en la gran pantalla y en el que hablaban de Villeneuve. De hecho, decían hablaban de las causas de su accidente. En Santander, mi ciudad, lo pusieron en el cine y yo, inocente de mí, creí estaría en pantalla como una película normal. Esperando al fin de semana para ir a verlo, me lo perdí. No estuvo ni una semana en cartelera.
Los documentales, presentados en el cine o no, los hay de tres tipos: película-documental, documental, y reportaje. El primero es el más elaborado, rodando escenas ex profeso para intercalarlas con las reales a fin de complementar a la historia, como en "Ferrari race to innmortality", que recomiendo a todo el mundo encarecidamente.
En él, Ferrari hace de vínculo de unión de una historia de cinco pilotos: Alfonso de Portago, Eugenio Castellotti, Luigi Musso, Peter Collins y Mike Hawthorn, en el que destacan estos dós últimos. En realidad es la historia de amistad entre los ingleses que corrieron para Ferrari, más que otra cosa.
Está muy bien realizado, con filmaciones propias para contribuir al relato, muy buena música y montaje. De obligada visión. Y para los españoles, nada mejor que ver y escuchar a nuestro malogrado héroe romántico: Fon Portago.



Senna es un buen documental, pero no excepcional.



Los segundos y terceros, yo sólo los diferencio por su duración. Senna, el documental, es eso, un documental, no "la mejor película de F1 de la historia" como algunos -F1 Racing edición española- nos quisieron vender. Otros, más cortos, de 20 a 45 minutos, serían documentales a secas. Claro que podrían pasar también como reportajes, sobre todo los de menos de media hora. Muchos de ellos son de gran calidad e interés, como pude comprobar este año en Movistar.
"F1, life on the limit" es un documental de casi dos horas de duración de lo más recomendable, tanto o más que el de Senna. En el primero se habla de la evolución de la seguridad en la F1, con testimonios de lo más interesantes, mientras que en el segundo, al tratar sobre un personaje, pasa lo que pasa siempre en este tipo de documentales biográficos, que se pierde objetividad.
Poner a Balestre y Prost como villanos se entiende, pero el tema de los famosas colisiones entre Prost y Senna en Japón 1989-90, es tratado de un modo tan parcial, que hace perder credibilidad al resto del documental del cual, lo que más hecho de menos, son más imagenes del Lotus JPS, el coche más bello que pilotó Ayrton.
Respecto a los accidentes, ridiculizar a Prost por como se justificaba por lo injustificable -echar a Senna de pista en 1989-, es normal hasta cierto punto pero luego, poner a Ayrton haciendo lo propio cuando él fue el culpable en 1990, no es serio.



F1, life on the limit, un documental de lo más interesante.



Se podría -debería- haber sido más objetivo, y decir que Senna se equivocaba -un eufemismo porque, al igual que Prost un año antes, mentía- cuando decía que tras hacer la pole, le recompensaban cambiando el lugar de partida, situándolo en el lado malo. Eso no es cierto. Desde el interior, la zona sucia, se salía desde siempre, desde que en 1987 la F1 fue a Suzuka. Se podría alegar que se debería haber cambiado el lugar, pero lo cierto es que no hubo ninguna conspiración contra Senna, sencillamente, ese era el lugar de partida. Ayrton lo sabía mucho antes de llegar allí.
Al no hacer esto, al mentir, el documental pierde rigor histórico. Claro que en realidad, este tipo de documentales, sean de quien sean, rara vez buscan rigor, sino ensalzar al protagonista.
Por supuesto, hay muchos más documentales, tanto de F1 como de carreras. Tantos, que es para mí imposible enumerarlos.

Volviendo al cine, no tengo más pelis de carreras que recomendar, ya que todas las demás, me parecen prescindibles. Le Mans de Steve McQueen -que también tiene un documental- se salvaría sólo por ver a los Porsche 917, Ferrari 512 y demás sports de la época, pero como película, es un tostón.



Ni siquiera la estrella de Hollywood Steve McQueen logra salvar a "Le Mans"



Driven, de Stallone, en la que pilotos como Alesi, Verstappen -padre- y Montoya entre otros, hacen cameos, es tan exagerada en sus accidentes y carreras, que casi parece una comedia. Si la hubieran llamado: "conduzca como puedas", hubiera sido más acertado. 
Días de Trueno y 500 Millas, de Tom Cruise y Paul Newman respectivamente, tampoco son para tirar cohetes, aunque se dejan ver.
Aparte de la famosa persecución del antes mencionado "McQuenn" en "Bullit", la mejor película de persecuciones que yo he visto es "The Driver" de 1978, dirigida por Walter Hill y protagonizada por Ryan O´Neal, Bruce Dern e Isabelle Adjani. Aparte de ser, para mí, la mejor película de persecuciones, tiene el dato curioso de que nadie tiene nombre, como mucho apodos. A veces ni eso.
Las persecuciones de "Ronin" también son muy buenas, no en vano su director es John Frankenheimer (el de Grand Prix).
Baby Driver, estrenada el año pasado, tampoco está nada mal. Desde luego es infinitamente mejor que la saga Fast and Furious, que son una fantasmada.
Fuera de las persecuciones, de coches -coche y camión en realidad- me quedo con la obra maestra de suspense de Steven Spielberg: "El diablo sobre ruedas" de 1971 y, de coches míticos de películas, me quedo con el DeLorean de "Regreso al futuro" que además, tiene una historia real con la que se podría hacer una película, al estilo de la de "Tucker, un hombre y su sueño".



Esta película es para ver a modo irónico, sin tomársela en serio. De ese modo, es desternillante.



El DeLorean además, salió en un anuncio de productos de maquillaje "L´Oreál" por eso del parecido fonético.
Hay más películas con grandes coches como protagonistas, también imposible enumerarlas todas: "Los locos de cannonball", "La carrera del siglo" -esta última una gran comedia-, "Christine", "Todo en un día" etc...
Y lo mismo para las series, dónde la más famosa quizá es "el coche fantástico", con el que el Pontiac Trans Am se hizo mundialmente famoso. Los Ferrari 308 y Testarossa de "Magnum" y "Corrupción en Miami", también tienen lo suyo.

Y es que por mucho que las administraciones lo inflen a impuestos, el coche es parte de nuestra cultura y lo tenemos presente en todas partes, nos guste o no. Y a mí me gusta.

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