No es para tanto
Fangio y Prost, de los pocos -si no los únicos- en ganar con cuatro marcas distintas. |
Una de las nuevas estadísticas, o
curiosidades, es decir el número de marcas con las que un piloto ha
ganado carreras -o ha sido campeón- dando a entender que, a mayor
variedad, mayor calidad del piloto. Es decir, más polifacético.
En realidad no deja de ser una mera
estadística más, sin mayor consideración, como veremos a
continuación. Aunque algo de cierto podría tener, en el caso de la
F1, pues no. En el caso de los turismos, tal vez. Recuerdo a Fabrizio
Giovanardi, que hacía diabluras con los Alfa 155 y 156 de tracción
delantera pero que, cuando pasó a correr con los BMWs de propulsión,
no estuvo al mismo nivel. Y en las motos incluso más acusado el
tema. Ya hemos visto lo que ha tardado en cogerle el pulso a la
Ducati Jorge Lorenzo -más que cogerle el pulso, una adaptación por
ambas partes-, peor aún Valentino Rossi, que se las prometía muy
felices tras triunfar en Honda y Yamaha y que fracasó totalmente con
la Ducati, tanto, que a punto estuvo de retirarse. Eso por listo, por
menospreciar a Stoner, el único piloto que ha sabido llevar la
Ducati como había que llevarla. Y eso sencillamente porque es mucho
más versátil -más control y más huevos- que el italiano. Que el
italiano y que los demás, salvo Márquez.
En rallyes podría influir sobre
ciertos pilotos más adaptados a un determinado tipo de coche:
propulsión, tracción o 4x4, pero al final es casi igual. Juha
Kankkunen fue campeón del mundo con tres marcas distintas: Peugeot,
Lancia y Toyota., sin embargo, más que considerarlo versátil,
habría que considerarlo oportunista -en parte, ahora explico- porque
estuvo en el coche adecuado en el momento adecuado. No es que no
mereciera sus títulos, pero para alguien que hasta 1993 era un
negado en asfalto, versátil, lo que se dice versátil, no era.
Versátil, polifacético, capaz de ganar a cualquiera en donde sea y
con lo que sea, ese era Carlos Sainz, el primer piloto capaz de ganar
en cualquier superficie. Él lo cambió todo. Claro que de no haberse
matado Henri Toivonen en 1986 seguramente él hubiera sido el primero
capaz de ganar en cualquier sitio. Pero pasó lo que pasó y ese
honor al final recayó en Carlos Sainz.
Siguiendo este hilo, el arrollador
Sebastien Loeb, al que nadie puede poner en duda ni un ápice de su
calidad, siempre ganó con Citroen.
Casey Stoner, el único verdadero As con la Ducati. En F1, adaptarse no es ni la mitad de difícil. |
En F1, a diferencia de las motos y
turismos, esto es raro que pase, aunque siempre hay pilotos más
adaptables que otros. A día de hoy, ese es Fernando Alonso que,
aparte de correr con lo que sea, cuando este es ineficaz o tiene
problemas, le saca más partido que nadie. En esas circunstancias,
sus rivales flojean. Vettel va como un tiro cuando el coche está a
su gusto, pero no tanto cuando no está cómodo y Hamilton, por mucho
que vendan la moto, ídem de lienzo.
Con esto lo que quiero decir es que
ganar con más marcas de coches no pasa de mera anécdota. Es más, a
día de hoy es muy difícil cambiar de marca -y encima acertar-
porque los equipos suelen querer compromisos a varios años vista, no
como antes. Eso permitió a Juan Manuel Fangio, el mejor de la
historia por porcentajes de efectividad, cambiar de de coche casi
cada año, además acertando en la elección, lo que le hizo ganar
-eso y su indiscutible clase- campeonatos con cuatro marcas
distintas: Alfa Romeo, Mercedes, Ferrari y Maseratti. Bien por él
pero: ¿y si no hubiese podido cambiar de marca o no hubiese acertado
en los cambios? La historia podría ser bien distinta. La única vez
que no dispuso del mejor coche -o de uno de los mejores- fue en
1952-53, cuando dominó Ferrari. Se perdió 1952 por lesión, pero en
1953 sólo ganó una carrera, y gracias.
Un piloto muy bueno, pero algo
olvidado, Alain Prost, ganó carreras con cuatro marcas distintas:
Renault, Mclaren, Ferrari y Williams, teniendo además, muchos
rivales. Eso demuestra que aparte de ser un gran piloto, supo y pudo
elegir bien, a diferencia de otros, como Fernando Alonso sin ir más
lejos.
Por eso no me tomo en serio esta
estadística, porque de lo que se trata es de ganar, y para eso hace
falta el mejor coche -se puede ganar con el segundo mejor coche
siempre y cuando la diferencia con el primero no sea mucha- y lo suyo
es acceder a él, tarea nada fácil. Si un buen piloto logra estar en
el sitio adecuado en el momento adecuado, los títulos vienen solos.
Senna y Schumacher no siempre dispusieron del mejor material, pero demostraron poder ganar con él. |
A poco que repasemos la historia,
podemos sumar gran cantidad de títulos a pilotos a poco que las
cosas les hubieran salido un poco mejor hubiesen dispuesto de mejor
material. Al contrario igual.
Valtteri Bottas, que no es malo pero no
un superclase, de haber estado en Mercedes desde 2014 y tener un
compañero al que poder batir, tendría cuatro títulos y Vettel, que
sí es muy bueno pese a lo que digan las malas lenguas, podría ser
el hombre récord en el hipotético caso de haberse ido de Red Bull a
Mercedes en 2014.
Simplemente digo esto porque lo
importante es disponer del mejor material y, si cada año lo es un
equipo diferente y uno consigue estar en él, el resto es pan comido.
Si pilotos como Senna o Schumacher
hubiesen dispuesto siempre del mejor material, contarían sus
temporadas por campeonatos, pero como no siempre fue así, otros
pudieron ganar. Y es que el factor máquina siempre es lo más
importante, y en F1 más, ya que la problemática de adaptarse a un
coche distinto, de distinta marca, no supone apenas problema alguno,
a diferencia de una moto o, en menor medida, un turismo. A los hechos
me remito.
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