Welcome to Marlboro Country
En
el GP de las américas disputado en Austin, ganó el equipo más
prestigioso, laureado, querido y polémico del mundo del automóvil:
Ferrari, y a su volante estaba el piloto que probablemente es, a día
de hoy, el más carismático de quienes pueblan la F1: Kimi
Raikkönen. Para redondearlo, este equipo está patrocinado -de
manera encubierta para burlar la prohibición anti-tabaco-, por
Philip Morris, o sea, Marlboro, que así ha sido profeta en su tierra
de cowboys.
Kimi
Raikkönen obtuvo un emotivo y trabajado triunfo, tal y como veremos
a continuación, logrando el récord de número de GGPP más largo
entre una victoria y otra: 114. Aunque no así de tiempo entre ellas.
Ese récord pertenece a Ricardo Patrese con seis años y siete meses.
Kimi es quinto con cinco años y siete meses. Sería la leche lo
tuviera también, porque el de número de GGPP y tiempo entre una
pole y otra, son suyos.
El
GP empezó sobre mojado, con unos libres dominados claramente por
Mercedes y Hamilton, mientras que los Ferrari tenían dificultades.
Por si fuera poco, Vettel, el cenizo, no respetó una bandera roja
-curiosa coincidencia- y fue sancionado con tres posiciones en
parrilla.
El
sábado mejoró el tiempo y también los Ferrari, que apuntaban a
pole, aunque algunos no se lo creían. ¿Y por qué no se lo creían?
Pues sencillamente, porque por mucha tontería que se dijese sobre
que el Ferrari era el mejor coche del año, eso no se lo creía
nadie, ni siquiera quienes así lo afirmaban. Lo decían, sí, pero
no creían en ello.
Llegado
el momento de la verdad, Hamilton tiró de galones y arrebató a Kimi
una pole que parecía suya, al realizar el inglés un último sector
sorprendente. Y digo se la arrebató a Kimi y no a Seb -que fue
segundo- porque por la sanción que este tenía, la pole jamás iba a
ser suya. Y es que la FIA no aprende de sus errores. Un piloto
sancionado no puede salir en la pole, pero sí marcarla. Una cosa es
una irregularidad en los entrenamientos y que, por tanto, se anule
el tiempo obtenido, y otra arrastrar una sanción. Anda que no hay
pilotos que han marcado la pole pero que no han partido de ella. Por
ejemplo, Schumacher -al menos dos veces- en Francia 1996, al romper
en la vuelta de calentamiento y en Japón 1998, al no arrancar su
coche para la vuelta de formación. Una cosa es no salir en pole, y
otra que esta no suba a tu palmarés. Eso sí, luego hacen la
entrevista como si tal cosa, como a Schumi en Mónaco 2012. Pues si
no le vas a contar la pole, no le entrevistes en la rueda de prensa
oficial. ¿Se imaginan uds. a un piloto que cruza la meta primero,
pero que luego, por una sanción de tiempo, acaba segundo, suba a lo
más alto del podio? No verdad, pues es exactamente lo mismo. Eso es
falta de seriedad.
Disertaciones
aparte, Vettel partía quinto tras Hamilton, Kimi, Bottas y Ricciardo
dándose por contento, ya que su bestia negra, Max Verstappen, partía
décimo octavo, luego de romper la suspensión y cambiar caja de
cambios.
En
la salida Kimi se impuso a Hamilton mientras Verstappen acababa la
primera vuelta noveno gracias a que cuatro coches delante de él se
la dieron. Entre ellos el inefable Vettel, que lleva una pila de
errores inconmensurables. Y cuando no falla él, ahí aparece
Verstappen para joderlo, como en China y Japón.
Cuando
salió el coche de seguridad virtual en la vuelta diez, sorprendió
que fuese Hamilton y no Kimi, quien parase, ya que era el finlandés
el que llevaba las gomas más blandas de los de delante. Parecía que
todo había salido a pedir de boca de Mercedes y Hamilton, porque se
reincorporaron a sólo 9” de Kimi. Hubieran sido 12”, pero Kimi
perdió 3” respecto a todos sus perseguidores. No sé lo que le
pasó, pero poner un coche de seguridad virtual y que las distancias
varíen como varían, no me parece en absoluto serio. Que hagan como
en el mundial de resistencia, todos a velocidad constante y fin del
problema.
Reiniciada
la carrera, Hamilton, con su cuasi gratuita parada, se lanzó en
tromba a por Kimi. Bottas se apartó -lógica manda- y, cuando
parecía Kimi iba a parar para no ser superado en pista, se mantuvo
tres vueltas más conteniendo magistralmente al futuro pentacampeón,
demostrando que cuando tiene el día, él es tan bueno como el que
más. Esas tres vueltas que paró a Hamilton se tornaron decisivas de
cara a la victoria. Eso, y que Hamilton, como le sucedió a él en
Monza, achicharró los neumáticos y empezó a perder mucho terreno.
Y es que Kimi no quería recortárselo, sino que estaba cuidando sus
ruedas a fin de no parar más. Pero como las de Hamilton se vinieron
abajo y su equipo, incompresiblemente, tardó un montón en pararlo,
para cuando lo hizo, salió quinto a 12” de Kimi. Pasar, de nuevo,
a su compañero no fue problema, pero es que para llegar a Kimi había
que adelantar primero al siempre correoso Verstappen.
Renault fue el primero de los mortales en Austin, Texas. |
Verstappen estaba haciendo una carrera de fábula y, pese -en realidad por- su retrasada posición de partida, salió con una estrategia de neumáticos que se tornó favorable. Al estilo de lo que le pasó a Hamilton en Alemania. ¿Habría ganado de salir en su posición normal? Quizá sí o quizá no, porque de haber partido con súper o ultra blandos, en lugar de blandos, seguramente no habría podido ser tan competitivo. ¿Una por otra? Nunca lo sabremos. Su rifirafe a dos vueltas del final con Hamilton, dio el aire necesario a Raikkönen para poder llegar a la última vuelta tranquilo sin tener que preocuparse de los doblados ni de ningún tipo de ataque suicida de Verstappen, que ya sabemos entra como un toro a trapo rojo siempre que tiene un Ferrari a su alcance. La analogía es tan evidente, que casi ofende, pero es cierta.
Vettel
acabó su remontada con el cuarto lugar luego de superar a un
desdibujado Bottas a dos vueltas el final. Antes de su única parada
recibió un espectacular adelantamiento de Verstappen -que venía con
gomas nuevas- y al que desistió de oponer resistencia, dado el éxito
que ultimamente está teniendo en el cuerpo a cuerpo. Pero en caso
contrario, no duden Max lo hubiera sacado de pista y luego, habría
dicho tan campante, que no lo vio, o que no había espacio. Eso sí,
con Hamilton luchó limpiamente.
Al
final todos contentos, salvo Toto Wolff, y eso que no lo han bajado
del pedestal. El día que eso suceda, a ver quien lo aguanta.
Ha
sido bonito ver a Kimi ganar de nuevo después de tanto tiempo. Creo
todos se alegraban por él. Verstasppen por su parte, contento con su
gran remontada y Hamilton también, ya que acaricia su quinto título
a la vez que se acerca a los registros de Schumacher, al que ya
supera claramente en poles. Y es que a este paso, el británico va a
llegar a las 100.
Se
comentaba que Mercedes sufrió con la subida de presiones que mandó
Pirelli por seguridad. Bueno, en caso de ser cierto, podrían haber
hecho como en Monza 2015, correr con las presiones más bajas y
ganar, para luego decir que es muy difícil medir eso y tal. Si coló
una vez, puede colar dos, ¿no?
¿Y
esto a que viene? Viene a recordatoria de dos cosas: de cómo se las
gastan, y de que cuando se buscan excusas es porque se piensa, se
sabe, aunque luego se diga lo contrario, que el Mercedes es el mejor
coche.
A
todo esto, a Alonso se lo llevaron puesto de nuevo y a Sainz le
metieron 5” de sanción por sacar ventaja de los exteriores de la
pista. También pudieron sancionar a Seb, la diferencia es que este
aparentemente no ganó nada, salvo quizá evitar una colisión
mientras que Sainz, aparte de evitar un toque, acabó adelantando a
un Force India. Creo esta vez estuvieron acertados los comisarios, no
como otras muchas veces, como con Hamilton en Mónaco y México 2016.
Pero bueno, ya sabemos de la inconsistencia de los comisarios y de
como a unos se les permite más que a otros.
El
título de pilotos tiene un receso de siete días mientras que el de
marcas tiene un pequeño soplo de aire fresco. Se abre un rayo de luz
en la oscuridad para Ferrari. Pero no nos engañemos, salvo milagro
en el apartado de marcas, a lo más que pueden optar es a victorias
parciales. Los títulos ya tienen dueño.
Dos
de los tres grandes equipos históricos siguen en apuros: Mclaren y
Williams. No sé cuando saldrán del pozo, si es que salen, lo que sí
sé, es que Red Bull y Mercedes nunca caerán tan bajo, simple y
llanamente porque cuando les empiece a ir mal, venderán los bártulos
y se irán.
Las dallas Cowboys Cheerleader animaron el cotarro pese al progre de Chase Carey. |
Dos
apuntes antes de largarnos a México, que Chase Carey, el “gato
bigotón”, hable claro sobre las chicas: ¿sí o no? Este postureo
patético que tiene da asco. No sólo corren en sitios dónde de
verdad no se respetan los derechos de las mujeres -Bareín, Abu Dabi-
sino que hace excepciones en Mónaco -pijoterío manda- y en otros
países, como Australia, Rusia o EEUU, dónde las deja pero sin estar
en parrilla. Muy guapas la animadoras yankees. Pero eso sí, fuera de
las parrillas. ¿A qué jugamos? O están, o no están, el resto son
tonterías. Y lo suyo es que estén.
Y
lo último, el ganador de hoy, Kimi Raikkönen. Aprovecho para decir
me sorprendió su no renovación con la Scuderia, pero más aún su
fichaje por Sauber. Salvo que quiera pilotar por placer, no le veo
sentido. La otra opción -y ahí me tiro a la piscina, dónde
seguramente me daré un planchazo- es que Ferrari le pague bien por
estar ahí ese año para que, en caso de que Leclerc no vaya, hacer
un cambio de cromos con su equipo “B”.
Saludos
helados.
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