jueves, 4 de agosto de 2022

GP de Hungría 2022

 



              Verstappen y Red Bull, intratables




Por si había alguna duda tras el GP de Francia, Max y sus hombres lo dejaron bien claro en el Hungaroring: los títulos van a ser para ellos. Cuando no han tenido el coche más rápido lo han compensado con Verstappen, a día de hoy el mejor piloto, estrategia y fiabilidad. Y eso que empezaron rompiendo. Pero es que Ferrari a roto más, además liderando, ha cometido graves fallos de estrategia -como en Mónaco- y también sus pilotos han cometido errores. Max casi no ha fallado y, cuando lo ha hecho, como este fin de semana, no ha tenido consecuencias.

El GP de Hungría empezaba con la despedida de Vettel, que anunciaba su retirada a final de año, algo que se veía venir. Lo que no se veía venir y se supo el lunes, es que Alonso iba a ser su sustituto.

Los libres parecían mostrar una Ferrari favorita, aunque en los últimos llovió y el mejor tiempo, nada significativo, fue para Latifi, que suele desenvolverse bien bajo estas circunstancias.

La cuali fue en seco, aunque bajo amenaza de lluvia y fue siempre extraña, ya que nunca se supo el potencial real de los coches. Tsunoda, Albon, Vettel, Gasly y Latifi eran los primeros en caer. Pérez, Zhou, Magnussen, Stroll y Schumacher los siguientes. Llama la atención no pasase Pérez, al que le tocaron las narices de nuevo con los límites de pista. Esta vez sin razón. Eso influyó en que no pasara el corte. Sobre estos límites de pista, debo decir que no se puede ser estricto los sábados y levantar la mano el domingo, como se ha hecho en los tres últimos GGPP. O se hace siempre, o nunca. Otro tema es que estemos o no de acuerdo con ciertos “fuera pista”, pero lo que no deja lugar a dudas es que el domingo muchos se los pasan por el forro y no pasa nada, a diferencia del sábado.



Sorpresa el Sábado: pole de Russell, primera de su carrera y de Mercedes este año.


La última ronda vio hacerse con la pole a Russell, la primera de su vida, 105 de la historia, 94 si quitamos las 500 de Indianápolis. Sorprendió porque no parecía fueran tan fuertes. Los favoritos eran los Ferrari, con permiso de Verstappen, que se habían mostrado sumamente veloces con neumático usado. Pero en Q3 también los Mercedes mostraron su fortaleza con rueda usada. Y si Hamilton no pudo exhibirse y luchar por la pole fue debido a un fallo en su DRS. Max, con un error en su primera vuelta y un fallo de motor en la segunda, quedó descartado y último.

Sainz, de no fallar, hubiera sido pole, pero como falló, fue segundo tras el sorpresivo Russell, precediendo a su compañero Leclerc, Norris, Ocon, Alonso, Hamilton , Bottas, Ricciardo y Max.

Llama la atención como Alonso no mejoró su tiempo de Q2 y fue superado por Ocon, cuando hasta entonces lo había dominado con claridad. Con su tiempo de Q2, lo habría superado.

La carrera se disputó en seco, pero con temperaturas muy bajas y amenaza de lluvia. Aunque parezca mentira, esas bajas temperaturas influyeron lo suyo, como veremos.

De entrada, Russell, Norris, Verstappen y Pérez decidían partir con blandos, lo que era una sorpresa. Al apagarse las luces, los cuatro primeros mantuvieron posiciones, mientras Hamilton volvió a realizar otra gran salida -últimamente le salen muy bien- ventilándose a los Alpine de Ocon y Alonso para ubicarse quinto, Verstappen por su parte, pese a no arrancar muy bien, se las apañó para acabar la primera vuelta octavo por delante de su compañero Pérez y de Magnussen.



La genial estratega de Red Bull: Hannah Schmitz. Ella da sus indicaciones, el resto es cosa de Max.


Hubo un “virtual” que duró un par de vueltas por un toque de Albon, toda vez que a Magnussen lo hacían parar -esto va camino de ser un clásico-, al tener tocado su alerón, bajando al último lugar.

En la vuelta siete Verstappen ya había superado a los Alpine, en los que destacaba de nuevo Ocon, por lo aguerrido que se mostraba con...¡Alonso! También Pérez los superó dos vueltas después.

Por delante Russell, que inicialmente alejó a 2”6 a los Ferrari, se mantenía por encima de los 2” sin ser inquietado, a diferencia de Norris, al que se le fundieron las ruedas blandas y fue superado por Hamilton y Verstappen en la misma vuelta, la doce, parando a continuación dejando el camino libre a Pérez.

En la vuelta dieciséis, cuando los Ferrari estaban a poco más de 1”, Russell se detuvo, parando Sainz a continuación en un vano intento de adelantarlo en boxes, más que nada porque, aparte de la dificultad del “overcut”, sus mecánicos se dejaron 2” de más en la maniobra. A la vez que Sainz, paraba Verstappen, que también perdía ritmo, parte por las blandas, parte por el embrague. Pérez paró dos vueltas después y Hamilton, una más tarde, ya que perdía tiempo con Leclerc, el líder.



Esteban Ocon y su fijación con sus compañeros. Ahora le toca a Alonso, pero todo el equipo se resiente.


Charles paró en la veintidós y se reincorporó segundo a 2”6 de Russell y medio segundo por delante de Sainz. En esa vuelta también paró Alonso y, en la siguiente, su “amigo” Ocon, que, más pendiente de Alonso que de nada -ni nadie- más, permitió, en su defensa de posición, que Ricciardo los superase a los dos. La sonrisa del ya de por sí sonriente australiano se le salía del casco.

Con todos los importantes ya habiendo hecho su primera parada, el orden era: Russell, Leclerc a 2”3, Sainz a 4”, Verstappen a 6”8, Hamilton a 12”9 y Pérez a 20”9. El resto ya estaba demasiado lejos.

Leclerc se puso en plan “maximum attack” y en cinco vueltas alcanzó a Russell. Tres mas tarde lo adelantó en una gran maniobra. El monegasco se empezó a marchar mientras, por detrás, las cosas se apretaban. En la vuelta treinta y ocho Leclerc lideraba con 5” sobre Russell, 6”3 sobre Sainz, 7” sobre Verstappen, 12”8 sobre Hamilton y ya a 22”2 marchaba Pérez perdiendo comba. Y como en Red Bull no se andan con historias, acto seguido paraba Verstappen y, en Ferrari, obligados a poner el blando o el duro, ya que habían hecho medio-medio, en lugar de mantener a sus pilotos en pista, decidieron parar a Leclerc colocándole duros, que ya se había visto en los Alpine que no funcionaban, en un estéril intento de mantener posición. ¡Como si en el Hungaroring de hoy se pudieran mantener las posiciones como antaño! Russell paró junto a Charles y puso medios.



Nadie esperaba a los Mercedes en Hungría, pero vaya si aparecieron. Hamilton realizó otra gran carrera. Ahora tiene más prestigio que cuando se paseaba con sus superiores máquinas.


Sólo una vuelta después de haber parado Charles, Max lo superó. Es decir, que perdió SIETE segundos en dos vueltas. Así de bien iban los duros. Claro que ese adelantamiento no se reflejó en el cuenta vueltas porque Verstappen hizo un trompo en la anteúltima curva, sin más consecuencias que un puñado de segundos perdidos y la posición con Leclerc. Suerte de campeón. Sin duda la pista estaba delicada, porque al mismo tiempo le dio a Leclerc un latigazo que no veas su F1-75.

Con Hamilton a 2” del líder Sainz, Verstappen a 10”6, Leclerc a 12”9, Russell a 14”7 y Pérez ya ha 37”3 tras su segunda parada, en Ferrari decidieron parar a Sainz en la vuelta 48, poniéndole blandos en otra “gran parada” de más de 4”.

En la vuelta siguiente el orden era: Hamilton, Verstappen a 3”6, Leclerc a 7”, Russell a 8”, Sainz a 15”6 y Pérez a 29”. Dos vueltas después, y a falta de dieciocho, Hamilton se detenía por segunda vez y montaba blandos, en lo que quizá era la mejor táctica. Al menos si llevabas un Mercedes, porque de ritmo iba parejo a Russell justo hasta ese momento, en el que Ham se disparó. Max lideraba con 5”8 sobre Leclerc, 6” sobre Russell, 10”7 sobre Alonso, 19”7 sobre Hamilton y 26”8 sobre Pérez.

En la vuelta cincuenta y cuatro Russell le devolvía el adelantamiento a Leclerc y se ponía segundo. Acto seguido paraba Charles, y sustituía las duras, que iban de pena, por las blandas, reincorporándose sexto a 6”6 de Pérez y a 34”5 de la cabeza. A diferencia de Hamilton, Leclerc no hizo funcionar tan bien sus ruedas, y no recuperó como el inglés, autor de una genial carrera, aunque no tan genial como la de Max, aunque eso sí, él no tuvo un trompo y no pilotaba un Red Bull. Pero claro, si vemos lo que hizo el otro Red Bull en comparación al de Max y lo que hizo el otro Mercedes respecto del de Ham, queda claro que, con trompo y todo, Max hizo más diferencia.



Leclerc estuvo sensacional, pero el equipo le perjudicó de nuevo. Con una buena táctita, el podio era suyo.


Las últimas quince vueltas vieron como Hamilton era el hombre más veloz en pista, ya que tenía las ruedas adecuadas en ese momento -Charles también, pero no tenía su ritmo ni de lejos- y así pudo recuperar de cuarto a segundo casi sin despeinarse. A Sainz lo adelantó en la vuelta sesenta y tres y a su compañero Russell en la sesenta y cinco. A 11” de Max a falta de cinco giros, la suerte estaba echada por mucho que llegase la lluvia en la última vuelta de forma tímida, favorecida por el coche de seguridad virtual provocado por Bottas, que retrasó un poco la carrera.

De ese modo la carrera acabó con un Max imperial, seguido de un gran Hamilton, un no menos genial Russell, Sainz, Pérez, Leclerc -que no pudo más que alcanzarlo-, Norris, Alonso, Ocon y Vettel.

A recalcar: Ferrari esperaba luchar no sólo por la victoria, sino por el doblete, ellos lo creían y yo también, pero las cosas fueron bien distintas. Ni siquiera un podio. Por lo visto las bajas temperaturas les perjudicaron. De todos modos, por el motivo que fuere, es cierto que no tuvieron ritmo al final. Les sobraron las últimas veinte vueltas. Esto es tan cierto como que cualquier cosa en Ferrari se magnifica, y como que sus fallos estratégicos este año están siendo de traca. Demasiados errores tácticos y malas paradas. Se puede fallar pero...¿tanto? Mira que poner duras a Leclerc, otra vez perjudicado el Ferrari más veloz. Y Sainz se dejó 4” en boxes, perdiendo así el podio.

Cambiando de tercio, Mercedes parece que por fin han llegado y que la lucha será de tres. Veremos si en las citas que quedan estrenan su casillero.



En tierra de nadie. Sin poder acosar a los tres grandes, Norris dominó al pelotón con suficiencia.


Me despido con Ocon, el piloto más necio de los últimos tiempos. Primero con Pérez y ahora con Alonso, parece tener una fijación obsesiva con sus compañeros de equipo. Vale que a tu compañero es al primero que quieres ganar, pero de ahí a tener tantas luchas y toques estúpidos... Y eso que Fernando, con su gran actuación de 2021 en esta pista le ayudó a ganar. Es más, sin la labor de Alonso, Ocon no gana. Y así se lo agradece. Estarás orgulloso, ¿no Esteban? Bueno, tu equipo parece que sí. Nos vemos tras el parón.

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