Webber, el último piloto
Aprovechando que Mark Webber ha escrito un libro, voy a
habla un poco sobre él, y sobre el famoso episodio de Malasia 2013, el famoso “multi
21”.
Aunque ya había oído hablar de él, cuando “conocí” realmente
a Mark Webber fue cuando sustituyó a Fernando Alonso en Minardi, al irse el
español de probador a Renault.
En su debut en F1, en su carrera de casa, acabó quinto con
el modesto Minardi, consiguiendo puntuar en su primer GP cuando puntuaban únicamente
los seis primeros, como era antes y como debería de ser ahora.
Alex Yoong, Paul Stoddart -padre de la probadora de Williams, Sussie- una preciosa modelo y el gran Mark Webber. |
Al bajarse del coche lo vi por primera vez y recuerdo que mi madre me preguntó: “¿quién es ese?”, “Mark Webber” respondí, “vaya” dijo mi madre, y su expresión indicaba que le gustaba. Lo cierto es que Mark Webber está muy bien, tiene cara de “comic” y no me cabe duda de que sería elegido como el piloto más guapo de la F1 por las mujeres. Más que pinta de piloto, tiene pinta de actor que hace de piloto.
A Webber le costó ganar su primer gran premio, lográndolo en
el GP de Alemania de 2009 después de haber disputado 130 GPs. Fue y sigue
siendo el piloto que más GPs disputó antes de lograr su primera victoria.
Webber, el de los carburadores, como yo lo llamo por razones
obvias, es un tipo majo, pero duro. De hecho, sus maniobras defendiendo posición
se podrían calificar en más de una ocasión como sucias o antideportivas. El
hecho de que no se las considerase así, se debía, entre otras cosas, a que no
estaba en el candelero. Pero por lo menos, a diferencia de otros, el aceptaba
que los demás jugasen al mismo juego que él. A eso se le llama ser consecuente.
Lo dicho, un gran tipo, con un buen sentido del humor, como demostró cuando le
preguntaron quién creía el que era la chica más guapa de la F1 y respondió: “
Nico Rosberg”.
Una verdadera lástima que en su última temporada no lograse
triunfo alguno.
Multi 21
De este episodio se ha hablado mucho, pero nunca de algo que yo considero primordial.
Por partes, de todos es sabido que Vettel ganó ese GP
pasándose por el “arco del triunfo” las órdenes de equipo. Bueno, pues eso a mí
me da igual. Un equipo tiene todo el derecho a dar órdenes –aunque estúpidamente
las ilegalizasen un tiempo-, y el piloto puede obedecer o no, allá él y sus
consecuencias. A los pilotos “top” se les suele consentir todo, como en este
caso, otros en cambio, lo pagan.
Lo que deseaba hacer Webber en Malasia pero que no hizo. |
Pero a mí lo que me molestó es que Vettel ganó a traición, aprovechándose de las órdenes de equipo a su favor. ¿Por qué? Pues simplemente porque Webber, que salió del último pit stop líder, se sabía (o se creía en realidad) al abrigo de cualquier ataque de Vettel por la famosa orden. Por tanto, no se mantuvo como el resto de la carrera, controlando a sus adversarios; aflojó el ritmo y de repente se encontró a mitad de la recta de meta con Vettel emparejado. Estuvieron varias curvas codo a codo y ya saben uds. el final.
No dudo de que Vettel tuviera más ritmo, un Vettel que
estaba segundo porque en su equipo erraron a la hora de hacerlo parar por vez
primera. Pero no podía pasar a Webber ni siquiera cuando este rodaba lentamente
controlando el consumo, “quitádmelo de la pista” bramaba por la radio. De modo
que de ninguna manera iba a poder emparejarse con Webber a mitad de la recta de
tribunas de no estar el australiano relajado. El ataque de Vettel lo pilló por
sorpresa porque no se lo esperaba. De no haber habido “multi 21” Webber hubiera
seguido tirando y habría ganado. Por eso me molestó tanto la actitud de Vettel,
que ganó injustamente a un relajado Webber que estaba ahorrando motor y demás.
Creo que hubiera
estado bien que Vettel, una vez tenía el título en el bolsillo, hubiera dejado a
Webber alguna victoria, cosa que pudo hacer en varias ocasiones, y que en
Brasil, en la despedida de Mark, hubiera sido genial y, de paso, el alemán se
habría redimido.
Mark Webber, el de los carburadores, el día de su despedida de la F1 en Brasil. Acabó segundo. |
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