viernes, 28 de agosto de 2015

GP de Bélgica 2015

               Hamilton imperial


Tras el descanso estival, llegaba el GP de Bélgica en el circuito favorito de todos (bueno, de casi todos): la montaña rusa de Spa-Francorchamps. Un circuito tildado de desafiante que en realidad no lo es. Un maravilloso circuito de los de antes, con muchos desniveles y curvas de alta velocidad que, junto a la mítica Eau-Rouge, transmiten a los pilotos las mejores sensaciones posibles a los mandos de cualquier máquina de competición, ya sea un monoplaza, un sport, un GT o un turismo.

Un gran premio en el que Ferrari celebraba su GP número 900, ya estamos esperando que llegue el número 1000.







El pequeño culebrón de Kimi Raikkönen acerca de su renovación o despido, que iba a ser solucionado en Monza a más tardar, llegaba solucionado para este GP. Kimi sigue, como todos saben, y ahora que ha conseguido uno de sus objetivos tras temporada y media de sinsabores, tiene el resto de la temporada para dar lo mejor de sí mismo sin preocuparse de causas externas. Los candidatos al puesto del finlandés tendrán que esperar al menos un año más. Una lástima sobre todo por Hulkenberg, un gran piloto al que todos quieren como amigo.



Raikkönen era uno de los centros de atención antes de iniciarse el gran premio




Mclaren llegaba con Hondas potenciados, merced al uso de “tokens” (anda que la lían estos triscas de la FIA) y, depende a quien quisieras creer, con buenas o nulas expectativas. Visto como se han ido desmintiendo muchas de ellas (podios desde Austria) estaba claro que no esperar nada de ellos, sobre todo en Spa y Monza, era lo más sensato.

Los libres fueron accidentados. En los primeros, Pastor Maldonado (cómo no) estrelló su Lotus; en los segundos, un reventón a 306 km/h dio a Rosberg un gran susto, despertando los viejos fantasmas acerca de la seguridad de las cubiertas Pirelli. Poco después, en Pouhon, era el Sauber de Markus Ericsson el que se salía de nuevo. Las dos sesiones fueron dominadas por Rosberg con Hamilton en su nuca, mientras los Red Bull daban síntomas de brillantez.



Rosberg se pegó un gran susto el viernes. Cortesía de Pirelli.




Los últimos libres fueron más tranquilos, sin sobresaltos. Si no que se lo digan a Fernando Alonso y a Mclaren. Con sus Hondas en baja forma, Button apenas rodó y Alonso se quedó inédito. Con las evoluciones de motor, sustitución de piezas y demás, los Mclaren acumulaban tantas sanciones (105 puestos entre los dos) que se podía hacer un dossier con ellas. El caso es que en una nueva rectificación del reglamento, para bien, ahora no se acumulan los puestos, de modo que simplemente saldrían últimos sin tener que hacer ningún paso por boxes adicional ni nada. Y sin acumular sanciones de cara a los siguientes Gps. De hecho, tienen tantas, que si así fuera estarían sancionados el resto de la temporada.

En la Q1, se quedaron los inevitables Manor, con Stevens de nuevo por delante de Merhi, que se quejaba de falta de potencia, los Mclaren, con Button precediendo a Alonso, perjudicado por no haber dado una sola vuelta hasta la calificación, y el Sauber de Felipe Nasr, que sacó 1” a Jenson, lo cual demuestra la falta de velocidad que arrastra Mclaren. Es de suponer que en Singapur vengan tiempos mucho mejores, estilo Mónaco. No me cabe duda de que si pudieran, no acudirían a Monza.

La Q2 vio caer a Hulkemberg a causa de su error en La Source, a Daniil Kvyat y Markus Ericsson, que se unieron a Verstappen, que no marcó tiempo (tenía 10 posiciones de penalización por cambiar motor) y a Raikkönen, al que su motor lo dejó tirado.
La lucha por la pole en la Q3 era cosa de dos. Rosberg y Hamilton, no dando este último opción alguna a su compañero, logrando su novena pole de diez. La lucha por la tercera plaza se preveía intensa, como de hecho lo fue, decepcionando un Sebastian Vettel que sólo pudo ser noveno por delante de Sainz, que bastante hizo con meter su Toro Rosso entre los diez primeros. Bottas se llevó el premio de consolación de primero del resto, por delante de Grosjean, un nuevamente excepcional Pérez, Ricciardo, Maldonado, Massa, Vettel y Sainz.
Siete motores Mercedes entre los diez primeros hablan por sí solos de las cualidades de este propulsor en un circuito donde prima la potencia. Quienes decían que el motor Ferrari estaba a la altura, o incluso por encima del motor alemán (made in England) tendrán que replanteárselo. Veremos como rula el Ferrari en casa dentro de quince días.

Grosjean partiría noveno por cambio de la caja de cambios, Raikkönen décimo sexto por cambiar motor (le falló la bomba de aceite), Verstappen décimo octavo por el motor, y los Mclaren los últimos como ya se sabía desde el viernes por las múltiples sanciones acumuladas.
No se preveía lluvia para la carrera, y la salida se iba a dar bajo el cielo soleado con la “nueva” modalidad en la que el piloto no contaría con ayuda externa para regular el embrague y demás parámetros de salida. Algunos pensaban que habría un cataclismo, pero lo normal es que no notásemos diferencia alguna respecto a las salidas anteriores, salida que se retrasó por problemas en el coche de Hulkenberg, obligando a reiniciar el proceso. Y en esas estábamos cuando falló de nuevo el Toro Rosso de Sainz, que acompañó a Hulkenberg a los boxes, dejando así, la décima y undécima plazas libres.







La carrera sería entonces a 43 vueltas, Hulkenberg no saldría, y Sainz lo haría con más de una vuelta perdida. Hamilton arrancó bien, Pérez muy bien, Rosberg mal, y los Mclaren fenomenal, ganando Alonso seis posiciones y Button cuatro, aunque de poco les iba a valer.
Hamilton pasó cómodo líder la primera vuelta tras aguantar el ataque de Pérez en Les Combes, seguido de Pérez, Ricciardo, Rosberg -que adelantó en la última curva a Bottas-, el propio Bottas, Vettel, Maldonado, Grosjean, Massa, Eriksson, etc...Maldonado abandonó al inicio de la segunda vuelta por un problema eléctrico, tiene cenizo el hombre.
Vettel, aprovechándose de la lucha entre Rosberg-Bottas, adelantó asimismo al finlandés.
Kvyat, Verstappen y Raikkönen venían por detrás remontando, mientras que Ericsson retrocedía, siendo adelantado espectacularmente por el holandés, que nuevamente nos deleitaba con maniobras espectaculares. Merhi controlaba a su compañero Stevens y de paso aguantaba un poco el ritmo de Button, un Button que, eso lo sabríamos después, tenía problemas con su unidad de potencia.

La remontada al segundo lugar de Rosberg se produjo por las detenciones en boxes de los pilotos que lo precedían, colocándose a espaldas de su compañero a 6” en la vuelta siete, tras las detenciones de Ricciardo (vuelta seis) y Pérez (vuelta siete), aupándose, de paso, Vettel al tercer lugar, que sería primero -aunque no lo reflejasen los cuenta vueltas- en la vuelta catorce tras las detenciones de los líderes. En esa vuelta Vettel paró en la que iba a ser su única parada, siendo el único en hacer esta táctica. El resto iban a ir a dos o, en caso de Mclaren, a tres, lo que explica su gran velocidad en la fase final del gran premio, aunque eso no les permitió salir del pozo. Sólo Alonso se pudo permitir el lujo de luchar contra el Sauber de Nasr durante media carrera. Aunque perdió.
Hamilton mantenía controlado a Rosberg con unos 3” de ventaja, mientras que Bottas tenía que cumplir un drive-trougth al haberle montado su equipo tres ruedas blandas y una dura (la trasera derecha), algo habitual en los ´80 pero actualmente prohibido. De hecho, se prohíbe incluso la combinación de juegos del mismo tipo. Eso le hizo perder a Bottas toda opción de lograr un buen resultado.



A Bottas no le pusieron bien las "bottas". Algo habitual en los 80, que hoy día está prohibido.




El abandono de Ricciardo en la vuelta veinte, tras haber sido adelantado por un fenomenal Grosjean, justo cuando Pérez efectuaba su segunda detención, causó la salida del coche de seguridad virtual, algo que aprovecharon casi todos para efectuar su segunda y última parada (tres en el caso de los Mclaren), a excepción de los líderes, Vettel y Kvyat.
El coche de seguridad virtual hace girar a los monoplazas a un ritmo determinado, que les es indicado a los pilotos a través de su instrumentación. Como nadie puede mantener un ritmo exacto, las distancias no se mantienen inalteradas como se pretende, pero no varían mucho y siempre será mejor -más justo- perder un segundo o dos, que un reagrupamiento.
En la vuelta veintidós se relanzó la prueba con Hamilton precediendo con más de 2” a Rosberg (antes estaba a 3”5), Vettel, Grosjean, Kvyat, Pérez, Massa, Raikkönen, Verstappen, etc.

Los cambios de ruedas de los líderes no iban a cambiar las cosas, que se mantuvieron así hasta el final. Kvyat paró en la vuelta veintiséis retrocediendo al décimo lugar, y recuperando hasta dónde estaba gracias a sus ruedas nuevas.
De este modo, el único interés se centraba en la lucha por la tercera posición, por la que luchaban Vettel, que no pensaba parar más, y Grosjean, que con sus dos paradas efectuadas estaba a 4” del ferrarista. Grosjean estaba haciendo una carrera excepcional, a lo Prost, poco a poco saliendo de la nada y quitándose de en medio a sus rivales facilmente. Gracias a que realizó su segunda parada con el coche de seguridad virtual, tenía a Vettel a tiro de piedra. De lo contrario, estaría a una docena de segundos y regalos así no se pueden dejar pasar. Recortó poco a poco la distancia, a la vez que Sainz abandonaba voluntariamente para preservar la mecánica, toda vez era sabido que no iba a puntuar.

A falta de 5 vueltas Grosjean estaba a menos de un segundo de Vettel, que mantenía un buen ritmo pese al porrón de vueltas que tenían sus ruedas. A diferencia de en las otras ocasiones, esta vez Grosjean no llegó y venció; de hecho, parecía que se iba a tener que conformar con la cuarta posición cuando el neumático trasero derecho de Vettel estalló justo al después de coronar el Radillon en la anteúltima vuelta. Esto permitió a Grosjean y Lotus sumar un podio muy merecido tras una temporada negra (como sus colores). Además, lo han hecho en otro polémico fin de semana al estar pendientes de una denuncia de su ex-piloto Charles Pic.



Vettel se libraba de un buen susto, o algo peor, al reventar su neumático después del temible Radillon.




La última dosis de emoción la dio, cómo no, Verstappen luchando con Raikkönen por la séptima posición. El finlandés aguantó por los pelos en un fin de semana no muy bueno por su parte en “su” circuito.
De modo que la carrera concluyó así: Hamilton, Rosberg, Grosjean, Kvyat, Pérez, Massa, Raikkönen, Verstappen, Bottas, Ericson, Nasr, Vettel (en boxes tras el reventón), Alonso, Button, Merhi y Stevens.



Romain Grosjean cuajó una excelente actuación en Spa, y era, junto a Hamilton, el más feliz al acabar el gran premio.



Las conclusiones son las siguientes: Hamilton es más que el favorito para el título, mientras Mercedes ya se sabe bicampeona. Ferrari, más que centrarse en un milagro de cara a un título, debe seguir como lo está haciendo, carrera a carrera, y a esperar algún que otro triunfo si se presenta la oportunidad. Los demás, salvo sorpresa, a las migajas de lo que estos dejen. Mclaren y Honda, a esperar circuitos favorables. Es difícil establecer qué déficit de potencia tienen respecto al resto, pero mínimo 60CV creo yo. Y debido a ese déficit, es difícil saber cuan bueno -o malo- es su chasis.

Respecto a Pirelli, mal, muy mal. Dos reventones y siguen sin reconocer nada. En eso los comprendo, ya que si dicen que lo que pasó fue debido a un falló en sus productos, que lo lamentan profundamente y que procurarán que no se vuelva a repetir, prensa y aficionados se les echararían encima. Como si pudiesen ser infalibles. El caso es que la cosa no fue normal en ninguno de los dos casos (Rosberg y Vettel) y en el de Vettel concretamente, decir que el neumático reventó por el elevado número de vueltas es de risa. Una rueda no puede -no debe- reventar cuando tiene buen aspecto y, sobre todo, mantiene un comportamiento bueno. Las ruedas de Vettel no se habían venido abajo. El famoso “clic”, bajón de los Pirelli, no se había producido. En ese caso, Vettel habría sido superado y perdería segundos a porrillo, y ahí si podría haber un pinchazo por desgaste, que así todo es difícil que suceda. Esperemos que Pirelli lo resuelva de cara a Monza, aunque su imagen de marca desde que se quedó como suministrador en F1, va de mal en peor. Y es una lástima, porque siempre he apreciado sus esfuerzos frente a marcas más poderosas, como Goodyear y Michelín, con los que se batió el cobre con brillantez, sin olvidar sus neumáticos de clasificación de fines de los 80, que una vez raspados, se podían volver a usar.
Hasta dentro de quince días en el templo de la velocidad, el autódromo nacional de Monza, en casa de Ferrari. Saludos.


sábado, 15 de agosto de 2015

GP de Portugal 1989

             Mansell en negativo-ovitagen ne llesnaM





El Gran Premio de Portugal de 1989 tuvo muchos ingredientes históricos para los amantes –como yo- de las estadísticas. Prost celebraba su GP número 150, Onix logró su primer y único podio, que fue el 12º y último de Stefan Johansson, Minardi – y su piloto Pierluigi Martini- lideraron por primera y única vez un GP, y Berger logró su 5º triunfo en F1 y el 97 de Ferrari, que lo acercaba más a la mágica cifra de 100.
Pero vamos con el GP en sí. Por segunda y última vez en la temporada –la otra fue Hungría- los Mclaren no eran los mejores monoplazas de la parrilla. Podían ser batidos en circunstancias normales, como de hecho así fue.
Pese a ello, Senna logró su enésima pole, la 39ª de su vida, seguido de Berger y Mansell con los Ferrari.  Prost completaba el exterior de la segunda línea por delante de un excelentísimo Pierluigi Martini con el Minardi.
En la arrancada Berger superó a Senna y se escapó. El brasileño no podía seguir el ritmo y además tenía que contener a un Mansell que lo perseguía a paso de carga. En la vuelta siete Mansell superaba a final de recta a Senna y se iba a por Berger, que lo aventajaba en 8 segundos.
Poco a poco se fue acercando, se pegó a él, y al inicio de la vuelta veintitrés, aprovechando a los doblados, salió de la parabólica con más aceleración que Berger, se emparejó a él mientras Dereck Warwick (Arrows) adelantaba a Stefano Módena (Brabham) y lo superó, y de paso, también superó en la frenada de fin de recta a Módena y Warwick. Mágnífico, tres adelantamientos de un golpe. Y los doblados no se apartaron, los adelantó como sí les estuviese disputando la posición.
Poco a poco se fue alejando de Berger, el cual estaba marcado de cerca por Senna y, en la vuelta treinta y tres, cuando Mansell le sacaba 4” a Berger, y este 1” a Senna, paró el austríaco de Ferrari, tardando 6” en la parada. En la vuelta siguiente lo hacía Senna y, pese a tardar el doble, 12 segundos, se reincorporó a la espalda del Ferrarista.
Mansell se detuvo en la vuelta treinta y nueve, se paso de largo el box y, mientras los mecánicos corrían a devolverlo al box, metió marcha atrás y se ubicó en su sitio. Ruedas nuevas y 18 segundos después se reincorpora a la pista tras Martini –que no ha parado- Berger y Senna. Y vuelta a empezar, sólo que esta vez sólo quedaban treinta vueltas. Estaba a 5” de Berger y a 3”5 de Senna.






Alcanzó a Senna en menos de cinco vueltas, justo cuando los comisarios le sacaron bandera negra por haber dado marcha atrás en boxes, y tres después repitió su ataque a fin de recta como hiciera al principio. Sólo que esta vez no salió bien, y él y Ayrton se quedaron en la puzolana, en lo que fue un lance de carrera. Lance que Ayrton podría haber evitado de haber dejado hueco para que Nigel trazara. Pero se juntó el hambre con las ganas de comer. Un piloto, Mansell, que nunca se daba por vencido, y Senna, un piloto que jamás cedía por muy superado que estuviese. Lo cierto es que Nigel casi se emparejó con Senna, el cual trazó como si estuviese solo y Mansell, pese a frenar más, no pudo evitar la colisión.
Berger, que con 6” de ventaja sobre este dúo tenía la carrera en el bolsillo (porque Mansell estaba descalificado que si no…) con la eliminación de Senna, blindó su victoria. Sólo era cuestión de esperar el banderazo, que se dio por este orden: Berger, Prost, Johansson, Nannini, Martini y Palmer como pilotos con derecho a puntos.
Pero la cosa no acabó ahí, de hecho, acababa de empezar. Estaba el tema de la bandera negra, el enfado de Dennis con Mansell, etc…
A Mansell se lo acusó de no haber respetado la bandera negra, Nigel dijo que no la vio –yo le creo- y Balestre, con su histrionismo habitual dijo: “si no vio ud. la bandera, y no escuchó la radio, es decir, si ud. está ciego y sordo, no sé como es capaz de pilotar un F1”
Fuera aparte de eso, Nigel no vio la bandera entre otras cosas porque Senna, que iba por delante y con la pista libre, tampoco la vio, de ahí su mayor enfado –de Senna- por el accidente. Y si Senna no la vio con pista libre, es lógico creer que Mansell, pegado a la caja de cambios del Mclaren, no la pudiera ver.
Respecto a la radio, en esa época no se usaban tanto como hoy día, fallaban más, de modo que no es seguro que la escuchase en el caso de que le dijeran algo, en el caso de que lo hicieran. ¿Escuchó el mensaje y pasó de él? ¿No le quisieron comunicar nada? Ni idea, que cada uno piense lo que quiera. Muchos acusaron a Fiorio de pasarse de listo. Yo creo que Fiorio actuó bien. De cualquier manera, si Fiorio se pasó de listo, Dennis de tonto, porque lo mismo que Fiorio podía haber avisado a Mansell de la bandera negra, Dennis podía haber hecho lo propio con Senna. Y si Dennis no dijo nada –y nadie dijo a ese respecto nada-, no veo porque tanto revuelo con Fiorio, un Fiorio al que también acusaron de no impedir que su piloto engranase la marcha atrás en los boxes. Como si en el parpadeo que tardó Mansell en actuar le hubiera dado tiempo a impedírselo. Es que…



Nigel Mansell y el director deportivo de Ferrari, Cesare Fiorio.



Total, que Mansell fue descalificado para el siguiente GP por ignorar –según la FISA- la bandera negra, lo cual fue una verdadera pena para el espectáculo de cara a Jerez.

Mansell fue un poco teatral al dar una rueda de prensa anunciando una posible retirada debido al gran disgusto que tenía. De sus colegas, sólo Philippe Alliot lo apoyó, dijo que lo que hizo la FISA fue muy arbitrario. Tenía toda la razón.

jueves, 13 de agosto de 2015

Senna automuro.

                      Senna y el muro mágico


Senna con el Toleman Hart en Dallas 1984



No voy a hablar, en contra de lo que pueda parecer, más que de refilón de Senna en este GP. Voy a hablar de los artículos y comentarios que suscitó, años después, un simple comentario del as brasileño durante la celebración del GP de Dallas de Fórmula 1 de 1984.
El GP de Dallas se disputó únicamente en 1984, bajo un sol abrasador y con la pista a más de 60º. Los dominadores Mclaren-Tag Porsche allí no lo fueron en absoluto, y lo más recordado de ese GP es el desmayo de Mansell cuando empujaba su Lotus para cruzar la línea de meta.
En ese GP Mansell logró su primera pole en F1, el Honda V6 Turbo logró su primera victoria en F1 en el chasis Williams con Rosberg al volante, siendo, asimismo, la primera victoria de la asociación anglo-japonesa y, como más destacado, Arnoux logró su 22º y último podio en F1 en una carrera que, según sus propias palabras, fue la mejor de su vida. Remontó de 26º -por no arrancarle el coche en la vuelta de reconocimiento- a 2º y, de haber partido en su posición de partida, la 4ª, no les quepa duda de que habría ganado.
En cuanto a Senna, calificó 6º -nada mal para un Toleman- sacándole nada menos que 1”8 a su compañero Johnny Cecotto, que calificó 15º. Al finalizar la primera vuelta era 4º pero al iniciarse la segunda realizó un trompo, al parecer por rozar contra un muro, y cayó a la anteúltima posición sólo por delante de su compañero. Abandonó en la vuelta 47 por un problema de transmisión sin haber hecho nada destacable.
Lo curioso es que tras su abandono, cuando Pat Symons, el director deportivo de Toleman, le preguntó por su accidente, Senna comentó: “el muro se ha movido…” Esto no tendría más importancia que lo que fue, un comentario jocoso, o con mala leche, por parte de Senna, sin duda disgustado consigo mismo por haber perdido una buena oportunidad de brillar. Sin embargo, la cosa no acaba ahí. Según cuenta la leyenda, porque no les quepa duda de que eso es exactamente lo que es, Pat Symonds fue a la zona del accidente y por lo visto comprobó que efectivamente, el muro se había movido, dando a entender, que Senna era tan bueno y apuraba tanto las trazadas –mucho más que el resto de pilotos-, que se la pegó al estrecharse de repente el circuito.



El debut de Senna en la F-1 no dejó indiferente a nadie, un nuevo grande había llegado. Para muchos, el más grande.



Lo que la leyenda no cuenta, es decir, lo que no cuentan los periodistas que narran estos hechos (he leído tres mini artículos al respecto, todos hilarantes) es cómo comprobó el señor Symonds que realmente el muro no estaba dónde se supone que debía estar. No se dice que referencias tomó, cómo lo midió, ni nada por el estilo. Tampoco se dice cuanto se movió ni da una explicación del porque el muro no estaba dónde le correspondía.
Los muros no se mueven solos, eso lo sabemos todos, de modo que, en el hipotético caso de que el muro se hubiese desplazado, habría que buscar una explicación, a saber: accidentes de otros monoplazas que obligaron a sustituir el muro, o que incluso lo desplazaron en caso de no estar más sujeto que por su propio peso, reparaciones de la pista por parte de los promotores ante posibles fallos –nada extraño en circuitos urbanos nuevos, etc… pero nada de nada.
Evidentemente, para provocar una colisión un muro a de moverse de manera considerable. En el caso de estar a la salida de una curva con unos centímetros bastaría, pero no me cabe duda de que más pilotos -o todos-  se hubieran dado cuenta y se habrían quejado, porque toda modificación en la pista se les debe comunicar. Aunque en este hipotético caso se habría debido más a una mala recolocación que a una modificación.
Mi opinión es que Senna lo dijo en broma, que los muros no se movieron por ninguna circunstancia a lo largo del fin de semana, y que basta que alguien diga una mentira lo bastante grande como para que todos se la traguen. Tal vez esos periodistas se creían que Senna, en determinadas circunstancias, era capaz de adaptar los circuitos a voluntad, de ahí sus increíbles prestaciones y su apodo “Magic”. Ya saben, quito un bache por aquí, rebajo un bordillo por allá, alejo un muro por otro lado…todo eso sólo para él y en determinadas circunstancias. Sólo que en Dallas 1984 –y en Mónaco 1988- falló.
Bromas aparte, esto me recuerda a cuando un periodista escribió la memez, cuando en Imola 2005 Alonso ganó brillantemente por delante del Kaiser: “el Renault perdió al final 200CV…”, en fin. Todo divertido y penoso a la vez. Pero eso nunca parará, de hecho, la última, bueno, anteúltima, porque seguro que mientras escribo esto se está produciendo otra, es que este año muchos opinan que en Malasia y Hungría de este año, los Mercedes perdieron adrede. ¿Les parece serio? Pues eso.




El único e inimitable Keke Rosberg fue el ganador de este caótico GP

sábado, 8 de agosto de 2015

Nigel Mansell

Nigel Mansell, el León cumple 62 años


Aprovechando que hoy cumple 62 años el León inglés Nigel Mansell hablaré un poco de él, influido (obligado casi) por mi amigo internauta Gianfranco Papini Lxc.
Mansell tuvo una dura carrera hasta llegar a la F1, que era su sueño. No siempre dispuso del material ni del apoyo adecuado, pero tenía su garra (la del León) y a su mujer, Rossane, que lo apoyaba en todo, llegando incluso a vender su casa para seguir corriendo.
Se recuperó de dos accidentes gravísimos en fórmulas inferiores. En la fórmula Ford en 1977 sufrió un accidente en Brands Hatch rompiéndose el cuello estando a punto de quedar en silla de ruedas. En 1979, ya en fórmula 3, en Silverstone tuvo un encontronazo con De Cesaris y se aplastó una vértebra. Se recuperó como ya hizo anteriormente y siguió hacia la F1, debutando en Lotus en Austria de la mano de Colin Chapman, que creía en él. En su debut, un derrame de combustible le quemó parte del cuerpo, pero siguió adelante, tal era su deseo de pilotar. Ese incidente le dejó secuelas al quemársele los tendones de detrás de las rodillas, que perdieron parte de su movilidad.



Mansell en su debút en la F1 con Lotus.



La muerte del genial Colin Chapman en 1982 no le ayudó, ya que los nuevos jefes en Lotus no estaban nada contentos con él y centraron todos sus esfuerzos en su compañero Elio de Angelis.
Con Lotus Nigel jamás logró triunfar, aunque iba camino de ello en el recordado GP de Mónaco de 1984, recordado sobre todo por la gran actuación de Senna, que deslumbró al mundo. Aunque Stefan Belloff pilotó igual o mejor que el brasileño, pero en el recuerdo general casi nadie lo tiene en cuenta, pero esa es otra historia. Muy bravos los dos, y una lástima el bordillazo de Nigel cuando dominaba claramente. Tal vez no hubiera sido tan brillante en ese GP como los dos debutantes antes mencionados, pero sin duda estaba pulverizando al ganador de la carrera, Alain Prost, de modo que, mala suerte para Mansell que veía como la victoria seguía resistiéndosele.



Mansell acabó desmayado tras empujar su coche para cruzar la línea de meta en el infierno de Dallas.



De Mansell y Lotus lo más recordado no es esto, sino la carrera de Dallas de 1984 –que lideró durante muchas vueltas y en la que logró su primera pole- en la que acabó desmayándose al final de carrera tras empujar su coche para cruzar la línea de meta.
En 1985 formó, junto a Keke Rosberg (los dos bigotudos) una –sino la que más- de las parejas de pilotos más explosivas y espectaculares de todos los tiempos, y al final llegó su primera victoria en casa, en Brands Hatch en el GP de Europa, y luego la segunda en Kyalami (Sudáfrica) y no pudo luchar por una tercera por lo que acabaría convirtiéndose en un clásico, toque con Senna en Adelaida (Australia).



Camino de su primera victoria en F1



En 1986 rozó el título, realizando magistrales carreras, sobre todo en el GP de su país, en Brands Hatch, dónde tras una salida abortada, le ganó a Piquet con el muleto, reglado por y para Nelson, cosas de la vida.
Pero el título se le escapó, Prost, que realizó una campaña magnífica con un coche rápido y fiable (aunque no tan rápido como el Williams) estuvo muy hábil y se aprovechó de los escasos fallos de Williams y de sus pilotos para birlarles el título en última instancia. A mí, al igual que a mi amigo Gianfranco – en su caso a posteriori-, me hubiera gustado una victoria de Keke Rosberg en Adelaida en su despedida de la F1 y título de Nigel. Pero ni lo uno ni lo otro. Eso sí, que nadie piense que Prost allí fue genial, nada de eso, un pinchazo lento le hizo parar en boxes, y eso impidió que acabase como Rosberg o Mansell, es decir, abandonado por un reventón.  Eso le habría dado el título a Nelson, que paró a cambiar ruedas por precaución visto lo que le pasó a Nigel. Pero como en todo en la vida, la suerte siempre cuenta, para bien o para mal, y también es cierto que Alain estuvo perfecto durante 1986, tal vez más perfecto que nunca.
En 1987 volvió a quedarse sin título, aunque se debe decir algo que a todos se les olvida, que Mansell no sólo lo mereció más que Piquet -6 victorias por 3 del brasileño- sino que los 12 puntos que lo separaron del galardón los perdió en Hungría, carrera que lideraba con más de 30 segundos sobre Piquet cuando, a pocas vueltas del final se le aflojó una rueda y tuvo que abandonar. Perdió 9 puntos, y Piquet, de segundo pasó a primero y sumó 3 más. 9+3=12, ahí perdió Mansell el título. Sin esa mala suerte magiar, era suyo por mayor número de victorias. Destacar, de nuevo, su deslumbrante actuación en casa, en Silverstone, recuperándole a Piquet medio minuto de desventaja tras un inesperado cambio de ruedas.
 Mansell fichó por Ferrari en 1989, fue el último piloto que fichó Enzo Ferrari. Dado que Enzo falleció en agosto de 1988, no pudo ver el debut de su último fichaje. ¡Y que debút!, logrando la victoria, y también la de un coche equipado con cambio semiautomático.



Debút y victoria con el Cavallino en el demolido Japarecaguá.



En Francia remontó arrancando desde los boxes con el muleto de Berger hasta el segundo lugar y en Hungría ganó de nuevo, remontando de 12º a 1º , sin coches de seguridad, lluvia, ni abandonos, adelantando en pista, con un magnífico adelantamiento a Senna aprovechándose del doblaje al Onix de Stefan Johansson.
Y en Portugal fue descalificado por una tontería reglamentaria, pero realizó una soberbia demostración adelantando a Senna para situarse segundo y posteriormente a su compañero Berger –a la vez que a dos doblados- para situarse líder. La carrera era suya hasta que entró en boxes y la lió. 
Pero para entonces Nigel ya no era un piloto sólo popular en su país, sino en Italia y en todo el mundo. Es lo que tiene ser piloto de Ferrari. Llevó el 27 con honor, nadie lo llevó como él, salvo Jean Alesi posteriormente.
En 1990 portaba el Ferrari número 2, pero realmente seguía con el 27. Sus demostraciones en Imola, México, con un adelantamiento espeluznante por el exterior de la bacheada parabólica a Berger –en un duelo muy parecido al de Villeneuve-Arnoux de Dijon ´79-, Inglaterra y Adelaida entre otros, convirtieron a Mansell, il Leone, en un Dios.
De paso, con su pole en Francia, la 108 de la Scuderia, permitió a Ferrari superar a Lotus en el ranking de todos los tiempos. Hasta ahora.



Mansell camino de su ansiado título.



Volvió a Williams en 1991 y luchó de nuevo por el título. Su desafortunado final en el GP de Canadá no ayudo, se le paró el coche en la última vuelta (otros afirman que Mansell, saludando al público caló el motor), pero las bases estaban puestas de cara a 1992, dónde de nuevo estuvo desafortunado en Mónaco y muy mal educado con su compañero Patrese en Monza y Japón –ya con el título-, dejándolo pasar de forma muy poco deportiva. El caso es que el FW14B “activo” era, en sus manos, un arma infalible, y sólo los fallos de fiabilidad impidieron a Nigel ganar más de 12 carreras. Así todo, ganó el título en Hungría a los 39 años con la mayor anticipación hasta la fecha, con récord de poles -14- y victorias -9- en una temporada.
Para la temporada siguiente Mansell, que incomprensiblemente no fue renovado en Williams, en parte “gracias” al maquiavelico Prost, se fue al campeonato Indycart de EEUU y logró el entorchado, con debút victorioso en Surfers Paradise (Australia), siendo el primer y único –hasta la fecha- en lograr ambos títulos de forma consecutiva.



Mansell "emparedado" entre Paul Newmann y Carl Hass, para quienes ganó el título de Indycart en 1993 con un  Lola



De cara a 1994 alternó el campeonato Indycar y la F1 sustituyendo al malogrado Senna. No estuvo afortunado en EEUU y, en la F1, seguía siendo rapidísimo, pero en carrera se le veía menos en forma. Así todo, logró una nueva victoria, la 31º y última de su carrera, en el que hubiera sido su último GP en Adelaida ´94. Un GP recordado por el título con choque incluido de Michael Schumacher.
Pero se empeño en seguir en la F1 fichando por Mclaren. Para ello le hizo a Ron Dennis dar una rueda de prensa disculpándose por los malos comentarios que el dueño de Mclaren había hecho sobre él en el pasado. La cosa no salió bien, no entraba en el coche y se le tuvo que adaptar uno, perdiéndose los primeros GPs del año. Tras dos GPs, abandonó definitivamente la F1 en 1995.
Hasta el año pasado era el piloto británico con mayor número de victorias, hasta que se le arrebató Hamilton, estos jóvenes es que no respetan nada...
Mansell es, hasta la fecha, el único piloto que ha corrido para los cuatro grandes equipos de F1, Ferrari, Lotus, Mclaren y Williams.
Piloto rápido, agresivo y limpio, con un gran control del coche pero frágil mentalmente en determinadas circunstancias, sobre todo si no se sentía arropado, en el GP de casa era inalcanzable, logrando llevar el coche al límite y más allá de él. Todas sus grandes carreras siempre son todo un espectáculo digno de ver. A aquél que nos las haya visto, se las recomiendo.
¡Feliz cumpleaños Nigel, y que cumplas muchos más!

Happy Birthday Nigel!

miércoles, 5 de agosto de 2015

GP de Hungría 2015

In memoriam


No pudo haber mejor homenaje para el malogrado Jules Bianchi que la victoria de un Ferrari, y no fue doblete por el fallo en el KERS del coche de Kimi. Un doblete que se les resiste a la Scuderia desde el famoso: "Alonso is faster than you" que le dijeron a Massa en Alemania 2010.



El caballo dominó a los toros en una carrera sin estrellas.



El mundial de F1 llegaba a Hungría a celebrar una trigésima edición de luto por el fallecimiento, tras nueve meses de coma, del piloto francés Jules Bianchi, que como todos Uds. saben, sufrió un gravísimo accidente la temporada pasada en el GP de Japón.
Muchos pilotos estuvieron muy afectados en el funeral celebrado días antes del GP magiar. Entre ellos, Maldonado, Bottas o Ricciardo, por citar sólo algunos. Sus ex-compañeros en Ferrari –no olvidemos que Bianchi, aunque pilotaba para Marussia, era piloto Ferrari- Alonso y Massa, fueron de los que más cerca estuvieron de los familiares de Jules, aunque el español prefirió no asistir al funeral.
Se llegó a este GP tres semanas después del de Silverstone por la caída del calendario del GP de Alemania. Debo decir que no es la primera vez que no hay GP alemán –como dije en anteriores artículos- ya que ni en 1950, 1955, 1960 y 2007 hubo ediciones del GP germano. Errar es humano. En 2007 sí se corrió en Alemania, en Nurburgring, aunque el GP era el de europa.
Respecto al GP en sí, que data de 1986, se debe comentar que tuvo una edición anterior que data de nada menos que 1936 y que tuvo participación española con José de Villapadiérniga con un Alfa.  La carrera fue ganada por Tazio Nuvolari –para muchos el mejor piloto de todos los tiempos- al volante de un Alfa Romeo de la Scuderia Ferrari después de que los favoritos alemanes, Mercedes y Auto unión abandonasen tras luchar duramente entre sí. ¿Les suena? Algo parecido a lo de este año. Pero no adelantemos acontecimientos.



Tazio Nuvolari en 1936.


Los entrenamientos libres fueron moviditos, escribiéndose con las iniciales “M” de Mercedes y “L” de Lewis Hamilton, dominadores absolutos. Los Ferrari tuvieron problemas, en primer lugar Vettel, que se perdió la primera parte de los libres 1, y Raikkönen después, con rotura de alerón incluida, no pudiendo finalizar los libres 3 por una pérdida de agua en el motor. Lotus, por un problema administrativo –no había pagado a Pirelli sus ruedas- inició tarde la primera sesión, mientras que Ricciardo, muy a tono en esta pista con su Red Bull, rompía el enésimo V6 Renault aunque sin consecuencias.
Fabio Leimer sustituía a Roberto Merhi en esta sesión con el Manor, y lo propio iba a hacer Joylon Palmer –hijo del ex-piloto de F1 Johnatan-  en Lotus, pero no pudo rodar. Los Mclaren se mostraron competitivos y fiables en un circuito que les venía bien. Mclaren montaba la sexta unidad de potencia, pero sin penalización por esa nueva normativa a la que han podido acogerse con efecto retroactivo. La nueva norma permite un quinto motor por año sin penalización a los motoristas nuevos. A mí no me parece bien la idea, ya que todo debe ser igual para todos. Juzgen Uds. mismos. Al pequeño en realidad no se le ayuda (Honda y Mclaren de pequeños  nada de nada), y esto sólo se hace porque el Honda es un paquete. Si sus motores fueran buenos, los otros equipos habrían puesto el grito en el cielo. Y con razón.
Pero lo más destacado de los libres fue el accidente con vuelco incluido del Force India de Sergio Pérez debido a la rotura de la suspensión trasera derecha. Eso hizo que por precaución no rodasen más durante el viernes ninguno de los dos.
La calificación preveía una pole de Hamilton, como así fue, pero hasta llegar a ello hubo que pasar por las Q1 y Q2.



Fernando Alonso empujando a su Mclaren por el carril de deceleración camino de los boxes



En la primera de ellas se quedaron los inevitables Manor –esta vez con Merhi delante de Stevens- y los Sauber, nada a gusto aquí, con Ericsson delante de Nasr. Se les unió un decepcionado Jenson Button, que esperaba mucho más. De hecho, esperaba llegar a Q3. Alonso pasó el corte por los pelos, pero en la Q2 se quedó. De hecho, no pudo dar una vuelta siquiera, y  en su afán por seguir adelante llegó a boxes empujando el coche tras dejarlo tirado en la entrada a boxes. La acción era más de ganas y pundonor que otra cosa, pero peligrosa. Es de esas maniobras en las que nunca pasa nada, pero el riesgo está ahí. Se tuvo que sacar la bandera roja. Luego, sí llega a pasar algo, se echarían todos las manos a la cabeza. Si no miren lo que le pasó a Ignazio Giunti en los 1000Km de Buenos Aires de 1971, que se estrelló contra el coche que Beltoise estaba empujando y perdió la vida en el acto. En la Q2 tampoco pudieron pasar Hulkenberg –por los pelos- Sainz, Pérez y Maldonado.
La Q3 fue un paseo para Hamilton, nunca inquietado por un Rosberg que no estuvo a gusto con su coche. Vettel y Ricciardo, en su duelo por la tercera posición, se quedaron a menos de dos décimas de la primera fila. Raikkönen fue quinto, a 1”000 del poleman, seguido de: Bottas, Kvyat, Massa, Verstappen y Grosjean.
El domingo, minutos antes de la carrera, hubo un emotivo segundo minuto de silencio por Jules Bianchi –el primero fue en el GP de Rusia 2014- en el que estaban presentes los padres y hermanos del piloto galo.
Tras estos emotivos momentos comenzó el GP en sí, y lo hizo con retraso por culpa de Felipe Massa, que al estar mal ubicado en parrilla provocó la anulación de esta, obligando a dar una nueva vuelta de formación y a que la carrera durase una vuelta menos. Y Massa, de paso, se ganó 5 segundos de penalización a cumplir en su primera parada.
La arrancada fue espectacular, más incluso que la de hace tres semanas en Silverstone, y los Ferrari de Vettel y Raikkönen, 3º y 5º en parrilla, se pusieron por delante de Rosberg y Hamilton. Otro que progresó mucho en la salida fue, nuevamente, Hulkenberg, de 11º a 7º, que sería 6º cuando Hamilton, en un alarde de optimismo, quiso adelantar a Rosberg por donde no era posible y se fue largo en la chicane retrocediendo al 10º lugar. Y dando las gracias por no haberse quedado allí mismo.
Tras el primer paso por meta la cosa estaba así: Vettel, Raikkönen, Rosberg, Bottas, Kvyat, Hulkenberg, Ricciardo, Pérez, Massa, Hamilton, Sainz, Alonso, Verstappen…y Merhi 17º por delante de los dos Sauber, ¡increíble! En la segunda vuelta ya era 19º, mientras que Hulkenberg se ventilaba a Kvyat.



La salida del año, los Ferrari desbordan a los Mercedes.



Los Ferrari eran 1º y 2º, algo que no sucedía desde el GP de Alemania de 2010, y la cosa no era un espejismo, porque Rosberg poco a poco se iba quedando descolgado. Los Ferrari tenían ritmo, sólo Hamilton parecía tener más, algo increíble visto lo visto durante el fin de semana. Los Mclaren también rodaban de maravilla,  de maravilla visto lo visto esta temporada.
En la vuelta cinco, Merhi se detiene en boxes a que le cambien el reposacabezas, que se le había soltado impidiéndole la visión, retrocediendo al último lugar tras su compañero Stevens, al cual superaría claramente –y definitivamente- poco después.
Una vuelta después, Verstappen rebasaba a Alonso y el asturiano pasaba a ser décimo tercero, pero sin perder comba respecto a sus predecesores.
Kvyat no estaba nada cómodo con su coche, a diferencia de su compañero Ricciardo, el cual pidió que su compañero le cediese el paso, cosa que el ruso hizo en la vuelta siete.
Hamilton, atrapado en el tráfico, esta vez se lo tomó con calma y esperó su momento para adelantar a Massa, se dejó descolgar para refrigerar sus frenos y ¡zaca!, lo rebasó en la vuelta diez, justo a la vez que Ricciardo, en plan banzai, le daba un hachazo a Hulkenberg tirándose desde la nada.
Tres vueltas más tarde, Hamilton rebasa a Pérez. Ya es octavo y se convierte en séptimo por la entrada en boxes de Kvyat, que monta el neumático medio. A todo esto, nuevo adelantamiento banzai de Ricciardo a Bottas, el australiano es cuarto y el finés decide parar.



Ricciardo en el momento en el que efectuaba un soberbio adelantamiento a Valteri Bottas.



A partir de ahí, se abre la veda de las primeras paradas, acabándose en la vuelta veintitrés con la parada de Raikkönen. Entre tanto cambio, el más perjudicado fue Sainz, que no sólo fue “traicionado” por su equipo que paró antes a Verstappen, sino que encima se le trabó por enésima vez una rueda, perdiendo dos posiciones a favor de Max y Fernando.
En la vuelta veinte se tocan Pérez y Maldonado, saliendo perjudicado el mejicano. Pero el venezolano tendrá una sanción y se ve obligado a pasar por boxes.
En la vuelta 23 las cosas estaban así: Vettel, Raikkönen, Rosberg, Ricciardo, Hamilton, Bottas, Hulkenberg, Kvyat, Verstappen, Alonso, Sainz, etc…
Los Ferrari se siguen largando, Vettel se separa poco a poco de Raikkönen, y este, a su vez, de Rosberg. Un Rosberg que, al igual que Ricciardo, ha montado el neumático medio.
Hamilton prosiguió su remontada. Estuvo unas vueltas detrás del Red Bull de Ricciardo y lo pasó aprovechándose del sobreviraje que tuvo el australiano en la última curva. De este modo, Hamilton lo pasó como si de un GP3 se tratara. Era la vuelta número veintinueve.
En la vuelta número treinta y dos, la ventaja de Vettel es de más de 10” con Kimi y de más de 20” con Rosberg, mientras que Hamilton, a toda pastilla, navega a medio minuto del Ferrarista. La carrera parece de Vettel, y el doblete, de Ferrari, pero la mecánica le iba a jugar una mala pasada a Raikkönen al quedarse sin KERS. Eso permitió que Alonso se desdoblase, como ya hizo en Barhein.
En la vuelta cuarenta y uno, con Raikkönen cada vez más resignado a su (mala) suerte, Hulkenberg la tenía peor al rompérsele el alerón delantero y colársele bajo el coche, saliéndose recto a final de recta. No se llevó por delante a Bottas de milagro. Eso provocó la salida del coche de seguridad virtual. Los Mercedes aprovecharon para hacer su segunda y definitiva parada, no así los Ferrari, dado que cuando salió el coche de seguridad virtual ya habían pasado por meta. Lo arreglaron al parar la vuelta siguiente, justo antes de que saliera el coche de seguridad real y reagrupase la carrera. De haber salido el coche de seguridad real al principio, los Mercedes seguramente se hubieran alzado al liderato. Todos los coches pasaban por boxes para que los comisarios limpiasen mejor la pista, que estaba llena de trocitos del alerón de Hulkenberg.



Hulkenberg no podía hacer nada para controlar el coche toda vez que se rompió su alerón, no era más que un pasajero.


En la vuelta cuarenta y nueve se reanuda la carrera, por este orden: Vettel, Raikkönen (sin KERS), Rosberg, Hamilton, Ricciardo, Bottas, Kvyat, Verstappen, Sainz, Button, Alonso, etc..
Rosberg, incomprensiblemente, montó de nuevo los medios, en tanto que Ricciardo, Kvyat y Alonso montaron los blandos, como les correspondía a los pilotos de Red Bull por haber montado (como Rosberg) el medio a mitad de carrera. Alonso, en cambio, aprovechó el coche de seguridad para hacer una tercera parada y deshacerse de los medios, ya que la parada le salía “gratis”, no perdía tiempo y sólo le superaban Sainz y su compañero Button, el cual se iba a quitar de en medio ipso-facto.
Al irse el coche de seguridad, Rosberg adelantó a un impotente Kimi, mientras que Ricciardo intentaba lo propio con Hamilton. Este se resistía más de lo debido y se tocaban a final de recta. El resultado fue que mientras Ricciardo seguía para adelante como si nada hubiese pasado, Hamilton tenía que parar a sustituir el alerón y además tenía que hacer un paso por boxes como penalización por su maniobra.
Bottas sufrió un pinchazo al ser tocado por Verstappen, perdiendo toda opción, mientras que Kvyat y Maldonado recibían 10 segundos de sanción (a añadir a final de carrera) por haber sacado ventaja fuera de pista el ruso y por adelantar antes de la línea del coche de seguridad el venezolano. Raikkönen tuvo su sanción de 5 segundos por exceso de velocidad en boxes, pero dado que al final abandonó, igual le daba. Incluso le resetearon el coche en boxes, sin éxito.
En cabeza, Vettel mantenía a raya a Rosberg, no dejándole acercarse a menos de un segundo (a tiro de DRS), mientras que Ricciardo se les acercaba como un misil. Por detrás, Hamilton volvía a remontar desde la decimotercera posición.
Alonso adelantó a su amigo Sainz en la vuelta cincuenta y cinco y poco después, por tercera carrera consecutiva, abandonaba el madrileño.
Rosberg, viendo imposible el adelantamiento a Vettel, tuvo como mayor preocupación contener a un Daniel Ricciardo que venía con sus ruedas blandas, fortísimo, y que esperaba repetir la victoria del año pasado.
No tenía velocidad punta para pasar a Rosberg, pero tampoco la tenía para pasar a Hulkenberg y Bottas y lo hizo, de modo que eso no lo iba a amedrentar. Cuando estuvo un poco más cerca de Rosberg, se tiró desde la nada, esta vez fracasando en el intento con la mala suerte (para Rosberg) de que se tocó con Nico pinchándole la rueda y arruinandole su carrera. Era la vuelta sesenta y cuatro, Rosberg tuvo que dar una vuelta completa en tres ruedas y se reincorporó décimo. Ricciardo –que se libró de una sanción- paró y sustituyó el morro, quedándose donde estaba, tercero. La segunda plaza la heredaba su compañero Kvyat, mientras que Vettel podía respirar tranquilo camino de su segunda victoria de la temporada y 41 de su carrera.
Vettel cruzó la meta como brillante vencedor, seguido de: Kvyat, Ricciardo, Verstappen, Alonso, Hamilton, Grosjean, Rosberg, Button, Ericsson, Nasr, Massa, Maldonado, Bottas, Merhi y Stevens.
Vettel, muy contento e integrado en la Scuderia, tanto como el mismísimo Kaiser, habló en italiano, inglés y francés. Recordó al equipo que en Maranello habría una bandera más (por la victoria) y recordó emotivamente a Jules Bianchi.



Segunda y emotiva victoria de Sebastian Vettel con el Cavallino.


En el podio estaba el comentarista de la RTL alemana (para quienes tuvimos que ver durante años la F1 por parabólica nos es de sobra conocido) Kay Ebel, para las entrevistas, y como era de esperar, todos tuvieron una frase en recuerdo de Bianchi.
Conclusiones para este mes de vacaciones: Mercedes sigue dominando, aunque en Hungría, Ferrari completó por fin un fin de semana de menos a más y, si bien es cierto que el hombre con más ritmo era Hamilton, Vettel y Kimi eran los siguientes más veloces.
Los Mclaren fueron fiables y rápidos (dentro de lo que cabe) y si bien no son tan buenos como demuestran sus posiciones del domingo –se les quitaron de en medio cinco coches al menos- tampoco están tan mal como en la calificación del sábado. Una inyección de moral para el equipo. Eso sin contar que las manos de Alonso sitúan al coche más arriba de su –escaso- potencial.
Los comisarios se comportaron como casi siempre, inconsistentes, penalizando el error y sin seguir patrón alguno. Por acciones similares, unos son castigados y otros no. Estoy en contra de este tipo de sanciones. En mi opinión, se deben perseguir las actitudes antideportivas o las conductas erráticas de pilotos. Aunque todo eso es muy subjetivo y es imposible contentar a todos.
Mercedes se quedó sin podio y sin liderar una sola vuelta por vez primera desde la nueva “era turbo”. Se han quedado en “sólo” 28 podios seguidos, por los 53 (récord) que tiene Ferrari. Pero tienen otros muchos récords en su poder. Al final de temporada hablaremos de ellos, lo cierto es que nos harán palidecer.
En un mes vuelve la F1 tras su descanso estival forzoso, y con Hamilton como claro favorito.