martes, 29 de diciembre de 2015

Michael Schumacher, dos años ya...

                             El Kaiser y yo






Ahora que se han cumplido dos años de su dramático accidente os voy a hablar de lo que fue para mí Michael Schumacher, el Kaiser.
Los  que me conocen personalmente creen que yo “odiaba” a Schumacher hasta que ingresó en Ferrari, siendo entonces y sólo entonces cuando lo adoré. Nada más lejos, y a la vez cerca, de la realidad. Eso sí, todo el mundo debe saber que cualquier piloto que entra en la Scuderia sufre una redención y se le perdonan todos los pecados anteriormente cometidos. Luego, dependiendo de su actitud, entrará o no en el cielo Ferrarista. El Kaiser lo logró con creces.
Para empezar, y en mi descargo, decir que yo no soy en realidad un seguidor de pilotos, y que de entrada suelo aborrecer a todo aquel que llega rompiendo moldes y con todo el beneplácito de prensa y público. Cómo Senna, Alesi o el mismo Schumi, sólo por citar a algunos. Este año le tocó a Verstappen…
Algún día explicaré mi retorcido sistema de valores para pilotos, tan retorcido que ni yo mismo entiendo del todo. 






A Michael Schumacher lo conocí cuando empezó a correr con Mercedes en el mundial de Sport-Prototipos en el programa de jóvenes promesas que  tenía Mercedes. Junto a él estaban Karl Wendlinger, Fritz Kreutzpointner y Heinz Harald Frentzen.
De los cuatro, con el que más me quedé fue con Schumacher, simplemente porque se llamaba –apellidaba- igual que el portero de la selección alemana, que por cierto, me gustaba mucho.
No pareció destacar mucho Schumi en los Sports, al menos para mí. Pero para eso había que seguir bien las carreras, no sólo las clasificaciones, algo que entonces era poco menos que una quimera a menos que fueses periodista y, aparte de ir al circuito, tuvieses una lista de tiempos vuelta a vuelta. El hecho de competir contra viejas glorias, muchas de ellas estrellas frustradas de F1, tampoco ayudaba a que yo lo valorase como merecía.
Schumi también corrió en la F3000 japonesa y ganó a la emergente estrella finlandesa Mika Hakkinen el prestigioso GP de Macau de F-3. Por cierto, que su triunfo en Macau fue con colisión con Mika incluida.






Debutó  brillantemente en el GP de Bélgica de 1991 con Jordan, en el que sería su GP fetiche, pese lo acontecido ahí en 1998 (ver artículo).
Era el GP que nadie quiso ganar (se lo llevó finalmente Senna pese a quedarse sin 1ª y 2ª velocidades). Schumacher deslumbró en los entrenamientos, pero en carrera no iría muy lejos al achicharrar el embrague en la salida. Mansell, Alesi y  Prost  abandonaron y  Senna, Berger  y  Patrese tuvieron problemas.  Esto permitió al compañero de Michael en Jordan, Andrea de Cesaris luchar por el triunfo. Lo que da lugar a pensar que  tal vez Michael hubiera logrado repetir la hazaña de Giancarlo Baghetti en el GP del A.C.F. de 1961, es decir, debut con victoria, en caso de no haber abandonado.
Ya en el siguiente GP, el de Italia, lo corrió para Benetton, dónde doblegó a su nuevo compañero , el tricampeón mundial Nelson Piquet, al lograr la 5º posición. Un Nelson que celebraba su 200 GP y que fue 6º.






Llegó 1992 y Schumi siguió en Benetton, esta vez con Martin Brundle como compañero de equipo. Logró en Méjico su primer podio y en Bélgica su primer triunfo. No me preocupaba, ni me gustaba el alemán este… de momento.






Pero llegó 1993, con la Scuderia sin levantar cabeza tras su lamentable año 1992 y sin mi querido Mansell, campeón en título (primera vez que ganaba el título el piloto que yo quería, aunque no pudiese ser en Ferrari) haciendo las américas y teniendo que soportar  de nuevo como ganadores a Prost y a Senna. Dos genios del volante que jamás contaron con mi cariño.
El caso es que Prost, con el aplastante Williams Renault FW15 tenía el arma definitiva, y Senna era, a priori, su único rival con su excelente y sencillo Mclaren Ford Mp4/8. Rival para algunas carreras. Del título ni hablar.
Así que tuve que hacerme del único que podía inquietarlos, y ese no era otro que Michael Schumacher, el cual me enamoró con su impresionante actuación a lo largo del GP de España, en una demostración de fuerza y dominio sin igual. Al menos eso me pareció a mí cuando remontaba en la fase final de la carrera.
Así que me hice fan del Kaiser desde entonces, por tanto lo apoyé en 1994 en su carrera hacia el título en esa dramática y rocambolesca temporada (ver artículo).






Y llegó 1995, y llegó a Benetton un piloto que me caía muy, pero que muy bien, y que había hecho grandes cosas con coches modestos, Johnny Herbert. Y Schumacher lo machacó, Johnny no lo supo aceptar –y yo tampoco- buscando excusas dónde no las había, Schumacher tuvo alguna que otra declaración salida de tiesto -¿y quién no?- y aparte de alguna que otra maniobra al límite tuvo la desfachatez, la caradura, la falta de decoro, la… de ganarle a Jean Alesi la carrera de Nurburgring. Carrera en la que Jean los barrió a todos bajo la lluvia con su Ferrari cargado hasta los topes de gasolina. En seco, el superior Benetton de Schumi con ruedas más nuevas -ya que hizo tres paradas,  por una de Alesi, que además duró 16 segundos-fue irresistible para el Ferrarista que perdió el mando a tres vueltas de la meta.

De modo que sumando todo le tomé de nuevo “odio” al alemán este, que además fichó por una Ferrari  que largó a Alesi, todo un referente, un verdadero ídolo Ferrarista.  Y lo será por siempre, igual que el Kaiser






Un Alesi que no contento con su expulsión de Ferrari, ni tampoco con ciertas declaraciones del Kaiser que daba a entender que parte de los problemas de Ferrari venían de sus pilotos, hizo a Jean decidirse a darle un empujoncito  a Schumi en la última cita del año, en Adelaida, en la que fue la única maniobra antideportiva de su carrera. Porque Jean era y es todo un caballero, pero en Adelaida estalló y dio un “capón” a su rival.

Llegó 1996 y para mí era lo siguiente: si Schumi ganaba, bien porque ganaba Ferrari. Y si no ganaba, al menos se jodía el Kaiser. Eso hasta que llegaron las victorias. No la primera, bajo el diluvio en España, sino las de Spa y Monza. El Kaiser recobró todo mi apoyo y se ganó mi corazón ya para siempre. Desde entonces siempre le apoyé. Incluso cuando no debí hacerlo, y lamenté, cuanto retornó a la F1 con Mercedes sin ser ya el que era, la pole de Mónaco 2012 que el reglamento le arrebató.
Fue gracias a él que por fin pude ver a mi querida Ferrari campeona de pilotos de una vez por todas, y no sólo una única vez, sino cinco.






Así que los que me conocen personalmente si leen esta crónica ahora  ya saben que no siempre “odie” a Schumacher. No es tan simple. Claro que de no haber fichado Schumi por Ferrari puedo asegurar casi con total certeza no me interesaría ni pizca. Pero eso se lo puedo aplicar a la casi totalidad de pilotos que me gustan, de modo que…
Y llegó aquel fatídico día de hace dos años en el que el mundo nos arrebató cruelmente a Schumacher. Un accidente que en principio parecía no revestir gravedad alguna, pero que en menos de 24 horas dio un dramático giro de 180 grados.
La fatalidad nos lo arrebató pero a la vez nos lo dejó.
 Schumacher permanece en coma desde entonces y el mutismo y la falta de información –pese a que estamos en la era de la sobreinformación- nos deja en un estado de frustración realmente insoportable.





jueves, 10 de diciembre de 2015

Temporada 1994

                                    De película





Si John Frankenheimer hubiese realizado su película de F1 –que no sólo es una obra maestra, sino que es la única película dedicada al automovilismo que merece ser considerada como tal- en 1994 en lugar de en 1966, la realidad habría superado a la ficción.
En dicha temporada hubo de todo, emoción hasta la última cita -con choque incluido- drama, descalificaciones, cambio de reglamentación en plena temporada, etc…
La temporada  se inició sin dos de sus máximas estrellas, Prost y Mansell. El francés había colgado definitivamente su casco mientras que el inglés seguía haciendo las Américas tras su salida –vía Renault, vía Prost-  de Williams en 1992 como campeón.
De modo que Senna aparentemente se quedaba solo, sin rivales de cara al título, ya que además  se había agenciado el mejor monoplaza, el Williams arrollador de las dos temporadas precedentes que tanto anhelaba. Pero eso era porque aparentemente nadie contaba con el Benetton de Michael Schumacher y su modesto motor V8 Ford HB.
El caso es que Schumacher marcaba maneras y si bien Senna antes  tuvo rivales, sobre todo Prost, nadie dudaba de quién era el mejor. Pero con Schumi las cosas estaban cambiando, era un piloto, seguramente el primero, al que Senna podía considerar como su igual.
Al igual que Senna y Schumi, Williams y Benetton estaban igualados. Contra todo pronóstico, Williams había perdido su ventaja y pese  a los 80CV de más que daba su motor V10 Renault, el chasis del Benetton lo compensaba. De modo que ambos coches eran igual de buenos, es decir, los dos mejores.



Ayrton Senna era el claro favorito al título de 1994.



Y así empezó la temporada, con Senna, el rey de la pole, en la pole, y con el Kaiser acechándolo. Senna no pudo ganar en casa, haciendo un trompo cuando perseguía a Schumacher que lo obligó a abandonar. 10-0 para Schumi.
En la segunda cita, en el GP del pacífico se repitió la historia en entrenamientos, no así en carrera, al abandonar Senna en la primera curva. 20-0
El carismático y espectacular Jean Alesi no tomó parte en esta cita –ni en la siguiente- por una lesión de espalda que tuvo al accidentarse cuando probaba el Ferrari. Nada del otro mundo, pero ya eran varios los accidentes de pilotos en los que aunque salían por su propio pie, tenían que estar de baja. Eran avisos por lo que estaba por venir, pero nadie lo supo –supimos- ver. Quince días después toda la suerte pareció abandonar Imola, quedándose en ese circuito la fatalidad campando a sus anchas.
Ese dramático fin de semana de Imola empezó con un serio aviso, el tremendo accidente en la variante bassa de Rubens Barrichello –que quedó inconsciente-  y su Jordan el viernes, causando baja para el resto del fin de semana. Un augurio de lo que estaba por venir.
El sábado ocurrió lo impensable, un piloto perdía la vida, algo que no sucedía en un GP desde Ricardo Paletti en Canadá 1982, aunque el último piloto fallecido en F1 hasta la fecha era Elio de Angelis en unas pruebas privadas en Paul Ricard (Francia) en 1985



Roland Ratzenberg tuvo una breve carrera en la F1 que terminó de la peor de las maneras.



El debutante austríaco Roland Ratzenberger, con el modesto Simtek era quien perdía la vida al desprendérsele un alerón en el Tamburello estrellándose en Villeneuve. El luto volvía a la F1, pero las cosas no iban a acabar ahí, en ese fin de semana negro de Imola.
En la arrancada el Benetton de Letho se queda parado y Pedro Lamy con el Lotus, no lo puede evitar, estrellándose contra él y obligando a salir al coche de seguridad. En la reanudación unas vueltas después y en su segunda vuelta lanzada Senna se salió en el Tamburello, al igual que Piquet en 1987 y Berger en 1989, debido a la rotura de la dirección. El impacto no fue nada espectacular en comparación a los dos anteriores –uno mortal- de ese mismo fin de semana, ni siquiera respecto  a los de Piquet y Berger en esa misma zona años atrás. Todos esperábamos verlo salir por su propio pie, pero ya saben lo que pasó. Una pieza de la suspensión le atravesó el casco causándole la muerte.
La carrera se detuvo y se reanudó más tarde, usándose la norma ahora en desuso de la suma de tiempos. Por eso en los cuentavueltas aparece Schumacher primero cuando era Berger  quien lideraba físicamente en pista hasta su parada primero, y abandono después.



Senna dejó este mundo como más le gustaba: en cabeza de una carrera de F1.



Para rematar el dramático  fin de semana, en su última parada en boxes, el Minardi de Michele Alboreto perdió una rueda, la cual arrolló a dos mecánicos de Ferrari y a otros dos de Lotus, llendo a parar a la grada, esta vez sin consecuencias.
La carrera la ganó Schumacher flanqueado en el podio por Larini, el sustituto de Alesi en Ferrari, y Hakkinen. 30-0, sólo que lamentablemente iba a dar igual ya que Senna no iba a poder disputarle el título. Un título al que era claro favorito antes de iniciarse la temporada.
Este negro fin de semana provocó, de facto y al estilo de lo acontecido en el mundial de rallyes tras el accidente mortal de Toivonen y Cresto en el Tour de Córcega 1986, un cambio repentino en la reglamentación con la temporada en curso.
Para empezar, se estableció un límite de velocidad en boxes en carrera, diciendo adiós a las espectaculares salidas de boxes. Gerhard Berger con el Ferrari 412T fue él que nos brindó la última salida de este tipo realmente espectacular en ese mismo fin de semana. Los coches tuvieron que aumentar la altura respecto al suelo y se les incorporó un patín de madera bajo el fondo para, aparte de elevarlos, reducir su efecto suelo. A eso habría que añadir la sicosis de los pilotos a partir de entonces respecto a las medidas de seguridad de los circuitos. Su asociación, la GPDA, adquirió fuerza de nuevo, e impusieron ciertas condiciones, algunas de ellas totalmente absurdas, como los conos  colocados antes de la curva Campsa en el circuito de Montmelo.



La absurda chicane implantada en Montmelo.



15 días después casi se repite el drama con el gravísimo accidente de Karl Wendlinger a la salida del túnel de Mónaco, quedando en coma, logrando  recuperarse plenamente tiempo después pero perdiéndose el resto de la temporada.  Schumacher logró en Mónaco su primera pole y se hizo con la cuarta victoria consecutiva. Ya había campeón 1994, el primer alemán…o eso creíamos.
La quinta prueba del mundial celebrada en Barcelona no vio la quinta victoria del Kaiser porque su Benetton se quedó clavado en quinta velocidad a partir de la vuelta 23, tras su primera parada. Pese a tener que hacer otra parada (arrancando en quinta) y tener que cubrir más de 40 vueltas en esa marcha, acabó la carrera en una más que brillante segunda posición, en una exhibición de pilotaje inmensa. En Williams, sorprendidos por la hazaña –que no acabaron de creerse- le dieron a Benetton una caja llena de piñones de quinta velocidad…
A destacar que David Coulthard hacía su debut en F1 como sustituto del insustituible, Ayrton Senna, ocupando el puesto hasta final de temporada y ganándose la renovación. Eso sí, en Francia, Jerez, Japón y Australia sería el espectacular y emotivo Nigel Mansell, el piloto más laureado en la historia de Williams, el que se haría cargo del Williams número 2, y en su caso, rojo.
Schumi ganó de nuevo en Canadá y Francia, donde Mansell se hizo cargo del Williams número 2 mostrando una rapidez envidiable en los entrenamientos, casi logrando la pole.



Mansell retornó con éxito a la F1.



Y así llegamos al GP de Gran Bretaña, en Silverstone, punto de inflexión de la temporada.
Y es el punto de inflexión no sólo porque ya el Williams era el mejor coche, sino porque Schumacher va a liarla de manera  innecesaria y estúpida, siguiendo los acontecimientos  un rumbo dantesco que  le van a suponer a Schumacher la exclusión de tres GPs. Unido eso a que Hill va a tener un coche mejor con el que plantarle cara. El campeonato que parecía muerto, fue artificialmente revivido.
Schumacher, en segunda posición en parrilla, adelantó por dos veces al poleman, Damon Hill durante la vuelta de reconocimiento con la excusa de: “refrigerar el motor” la realidad era incordiarlo. Eso estaba prohibido por el reglamento De modo que le sacaron bandera negra y Schumi la ignoró porque el equipo le pidió –vía radio- que siguiera en pista mientas hablaban con los comisarios a ver si se replanteaban el castigo. Y así fue, en lugar de la exclusión le metieron un Stop and Go de 5 segundos en boxes. Y tras cumplirlos, acabó segundo. Sin esa tontería hubiera ganado. Pero la cosa no acabó ahí. Después de la carrera la FIA anuló la decisión de los comisarios, desclasificó a Schumi de la carrera (adiós segundo puesto y 6 puntos) y le metieron una carrera de sanción por ignorar la bandera negra, ¡cómo si no bastase ya con la descalificación!



Damon Hill fue profeta en su tierra.



La carrera la ganó Damon Hill, que empezó ahí su recuperación de cara a luchar por un título que daban por perdido meses atrás.
Al margen de que la sanción la debía cumplir en el GP de Alemania, siguiente GP, y que era un  lugar propicio al ser el GP más desfavorable para el Benetton por su inferior potencia, apelaron para, al menos, que Schumi se luciera en casa. No se lució, ya que abandono, al igual que Damon Hill y otros tantos, pero Ferrari, con el motor más potente de todos –y el más violento- se hizo con Berger con la pole y la victoria, cerrando una sequía de triunfos que duraba tres años. Aunque  ese GP también se lo recuerda por cómo ardió en boxes el Benetton de Jos Verstappen. Se decía que Benetton había quitado unos filtros de las mangueras para así repostar más rápido…claro que también decían que tenían control de tracción, lo cual era absolutamente falso.



Verstappen antes de...
...y durante.
Gerhard Berger puso fin a la sequía de triunfos en Maranello 3 años y 58 GPs después.



Schumacher ganaba de nuevo en Hungría y en Bélgica, cobrando más ventaja en el campeonato, pero al finalizar la carrera belga, los comisarios lo descalificaban por excesivo desgaste del patín de madera, causado quizá, por un trompo que efectuó durante el transcurso de la carrera. Esa falta ya se dio en otros coches en carreras anteriores –como en el Ferrari victorioso de Berger- pero se pasó por alto por ser una pieza incorporada durante el transcurso de la temporada y a  la que se le permitían ciertas tolerancias de desgaste. En este caso no.  El beneficiado fue Damon Hill, que se hacía con un nuevo triunfo.
Respecto a la sanción que le quedaba por cumplir de un GP a Schumi, la FIA no sólo declinó la reclamación del equipo Benetton al respecto, sino que aumentó el castigo de uno a dos GPs.  Schumacher se quedaba sin correr los GPs de Italia y Portugal que eran ganados por su máximo rival, Damon Hill, que redujo la ventaja a un solo punto y que ya se mostraba como un candidato más que serio de cara al título, de hecho, era como si el campeonato empezara de nuevo.
El GP de europa celebrado en Jerez fue ganado por Schumacher  seguido de Hill mientras que el siguiente, en Japón, fue ganado por un sensacional Damon Hill por delante de Schumacher bajo la torrencial lluvia, en toda una exhibición de pilotaje por su parte. Estaba claro que Damon Hill no era ni Schumacher ni Senna, pero no era para nada un pelele, era un grandioso piloto.
Así que se llegó a la última cita, Australia, en el insuperable Adelaida, con Schumacher líder por un solo punto frente a Hill.
El Williams estaba en plena forma, como lo corroboraba el hecho de que Mansell se hiciese con la pole con autoridad por delante de Schumacher y Hill, los candidatos al título. Sin embargo, si bien Nigel era rapidísimo a una vuelta, en carrera ya no era el que era, y flaqueaba un poco, como se vio en las citas anteriores que corrió con el Williams (aunque lo hizo mejor que Coulthard)
La carrera fue un mano a mano entre Schumacher y Hill que finalizó en la vuelta 36 cuando Schumacher se salió de pista, tocó contra un muro, dañó la dirección de su coche, se reincorporó y cerró el paso a Hill cuando este lo adelantaba, causando el abandono del inglés y se proclamaba campeón del mundo.



Michael Schumacher estaba eufórico con su primer título, ganándolo con lo que sería marca "de la casa"



Mansell heredó el liderato, y tras luchar con Berger, se hizo con la victoria cuando el austríaco se pasó de frenada dejándole la carrera en bandeja.
Mucho se habló de este incidente, el primero de muchos por parte del Kaiser, en una larga carrera llena de claroscuros. A Schumi, también conocido como “cara de galleta” o “Schummel Schumi”  (Schumacher el tramposo) público y periodistas en general no  le pasaron ni una, lo cual estaba bien, lástima que no actuasen igual con el resto.
El caso es que Prost, tal vez acordándose de su actuación en Japón 89 lo justificó como una maniobra defensiva, y tal vez pudo serlo, aunque las actuaciones posteriores de Schumi invitan a creer lo contrario.
Pero lo que nadie comenta es  el por qué de esa situación. Tal vez Schumi actuó por desesperación al ver cómo se le escapaba un título que parecía suyo, y es que no debe olvidarse que por una imbecilidad, como es el adelantar  en la vuelta de reconocimiento, le cayeron  tres GPs de sanción, más un cuarto por una irregularidad que ese mismo año, a otros se la pasaron por alto. Huelga decir que hubiera llegado no a Adelaida, sino a Suzuka como campeón. No descubro nada si digo que pilotos y constructores, por cosas infinitamente más graves, se fueron de rositas.
En mi opinión la FIA quedó encantada, ya que de ese modo Renault ganó de nuevo el título de constructores con Williams. Y es que a la FIA le encanta tener contentos a los grandes fabricantes,  no  sea que se vayan y dejen sola a Ferrari, en cuyo caso los de Maranello partirían con mucha ventaja.
En cuanto a Benetton-Ford, contentos por el título de pilotos y un pelín decepcionado por el de constructores. Hay que decir que Ford, que siempre ha realizado grandes coches y motores, es de lo peor promocionándose. Casi parecía un secreto que hubiesen ganado el título. Y cuando arrasaban con el mítico Cosworth DFV, más de lo mismo. ¿Se imaginan el partido que le hubiera sacado a semejante éxito cualquier otro constructor?  Y lo penoso de Ford es trasladable a los rallyes, con excelentes vehículos pero con equipos muy mal organizados.
Pero volviendo a la temporada 1994 de F1, esta fue sin duda una temporada de película. No confundir de película con: “de ensueño”, no tiene nada que ver. El drama está muy bien en la ficción, pero en la vida real no tiene ni pizca de gracia.



 
Damon Hill, el subcampeón, no tuvo que esperar a peinar canas para convertirse en el primer hijo de campeón del mundo que emulaba a su padre.







miércoles, 9 de diciembre de 2015

Curiosidades sobre Lauda

                                      El abuelo


Niki Lauda, inconfundible con su gorra.




Antes de hablar del abuelo de Niki Lauda, de su procedencia concretamente, una pequeña biografía del individuo en cuestión.
Niki Lauda destacó como piloto de F1 de gran fama, éxitos y calidad. Destacaba sobremanera, en la puesta a punto y por lo cerebral que era en las carreras. Tal vez eso fuera debido a que en 1974, ya en Ferrari, fue rapidísimo logrando 9 poles pero apenas 2 victorias y muchos abandonos que le impidieron luchar por el campeonato. Las 9 poles las logró de nuevo al año siguiente, pero esta vez acompañadas de 5 victorias y del título. Título que no repitió en 1976 por su gravísimo accidente en el “infierno verde” el Nurburgring de 22.8 km que casi le costó la vida.



Lauda en los entrenamientos en Nurburgring. En carrera sufriría su terrible accidente.



En 1977 fue de nuevo campeón y abandonó Ferrari por diferencias con el Comendatore,  declarando: “veremos cómo está Ferrari dentro de dos años y cómo estoy yo”, huelga decir, que dos años después Ferrari ganaba los títulos de pilotos y constructores mientras que un desmotivado Lauda abandonaba la F1. Esta parte es la que los ineptos y mentirosos de Antena 3 no dijeron cuando querían justificar -y  glorificar- la marcha de Alonso de Ferrari.
También a este respecto Lauda declaró, años después, que la actuación de Ferrari era lógica ya que velaba por los intereses del equipo, no del piloto. De modo que pelillos a la mar.
Lauda regresó a la F1 en 1982 y se retiró definitivamente en 1985, logrando en 1984 con Mclaren TAG-Porsche su tercer y último título, en una temporada en la que le ganó a su compañero Prost por 0.5 puntos . Como dato curioso decir que no logró ni una sola pole en su retorno a la F1, así todo fue campeón.



Lauda camino de su tercer título en 1984. Un título sin poles.



Retirado definitivamente  se dedicó a su empresa, Lauda Air, y luego tuvo varios cargos en F1. Director deportivo de Jaguar por ejemplo, destacando por sus comentarios despectivos hacia los pilotos –era el año 2000- al declarar: “un F1 actual lo pilota hasta un mono”, y dicho y hecho, se subió al Jaguar él, que no es un mono precisamente, y se portó como tal. Trompo va, trompo viene.
Pero a lo que viene este artículo no es a nada de esto, ni a lo que pudo lograr de haber seguido en Ferrari –según Enzo igualar a Fangio- ni lo bocazas que era ni nada por el estilo, sino a un artículo que publicó el diario orensano la región en la que decía: “ El abuelo de Niki Lauda es de Orense, de Loña del Monte…”



Enmarcado en rojo: Loña do Monte. Orense.



Vaya una sorpresa, desconozco todavía a día de hoy, si es o no cierto pero en caso de serlo ¿Por qué no se lo preguntó Mercedes Milá cuando lo entrevisto –cuando ella todavía era periodista- en la entrevista que le hizo para TVE e a principios de los 80? Seguramente desconocía ese dato. Dato que por lo visto nadie ha preguntado a Mr. Lauda ahora que la F1 es un deporte popular en España.
Ni ahora ni antes, lo que hubiera sido un bombazo cuando España no era NADA en la F1 decir que una de sus mayores estrellas tenía ascendencia española.
Aquí un extracto de la noticia, en este caso de La Voz de Galicia:  “lo de Niki Lauda no dirán que no es interesante. ¿Galicia corre por las venas de quién corrió con tanto éxito en las pistas? ¡Y tanto! La Voz de Galicia ya publicó en agosto del 2000 una lista de gallegos que lo incluía. Porque Lauda, Niki, nació en Viena en 1949 y es hijo de José Lauda Soto, piloto de aviación de los estados unidos de América durante la Segunda Guerra Mundial. Pero…¿Y el abuelo?, ¿Quién era el abuelo de Lauda? Nada menos que un gallego de Loña del Monte, en el ayuntamiento de Nogueira de Ramuín, Juan Lauda Crespo, que emigró en 1908”
De modo que si Niki tiene ascendencia española nunca ha mostrado el más mínimo interés por sus raíces, ningún interés por España. Al margen de Ibiza y Mallorca. Qué pena Niki, qué pena. Y qué pena no haberlo sabido antes cuando en España seguíamos la F1 unos pocos. Gracias a ti hubiera habido muchos más.





sábado, 5 de diciembre de 2015

GP de Bélgica 1998


                     Schumi contra los "elementos"







Recuerdo el GP de Bélgica de 1998 con indignación, no tanto por lo sucedido, sino por cómo se reaccionó a ello. Los prejuicios de nuevo por delante de los hechos .  Y mira que era obvio. Es que hay que ser imbécil para acusar a Schumacher por lo acontecido en ese GP.
Pero no adelantemos acontecimientos.
Ese gran premio lo mal vi. Cierto que desde el GP de Italia de 1993 tenía parabólica en casa y lo podía ver todo, pero en esa ocasión estaba fuera y tuve que recurrir de nuevo a TVE, con lo que la posibilidad de ver el GP era una lotería.
El caso es que lo pude ver casi íntegro gracias al retraso que hubo en la salida, ya que esta se tuvo que hacer por segunda vez tras la gran colisión que se produjo en la primera, al parecer provocada involuntariamente por Coulthard al arrancar una tapa de alcantarilla en la que se vieron involucrados  12 coches, de los cuales 4 (Rosset, Salo, Barrichello y Panis) no volverían a tomar parte en la segunda salida. Hay que decir que llovía a cántaros.
En esta volvió ha haber un enganchón y se quedaron Herbert, Hakkinen y Wurz, saliendo el coche de seguridad. La carrera no se relanzó hasta la vuelta 3, con Damon Hill en cabeza seguido de Michael Schumacher, que no lo pudo pasar hasta la vuelta 7, momento en que TVE conectó. Por tanto, de ahí en adelante lo vi todo en directo. No fue tan dramática la cosa. Casi iba a ver la carrera enterita gracias al retraso, y además iba a ganarla Ferrari en su GP nº 600 con su rival de cara al título KO, o eso creía yo.






El caso es que en la vuelta 25, al ir Schumacher a doblar a Coulthard, colisiona con este en un accidente que le costó la victoria. En ese momento aventajaba en más de 33” a Damon Hill, segundo clasificado. El accidente fue culpa total y exclusiva de David Coulthard en una acción muy peligrosa. Si el acto fue deliberado –incitado por sus jefes Ron Dennis o Norbert  Haug- o sólo un gravísimo error, lo desconozco, y ahora no importa. Pero lo que hasta el más tonto del mundo ve es de quién es la culpa. Está clarísimo. Pero hay mucho idiota y fanático. Una cosa es que en  Schumacher  la deportividad y limpieza brillen por su ausencia –aunque es consecuente con sus actos, a diferencia de otros como Rossi o Senna- y otra muy distinta que siempre tenga la culpa. Me parece bien que muchos se alegrasen del abandono del Kaiser, y que dijeran que nadie se lo merecía más –cierto hasta ese día, a partir de ahí, Coulthard podía tomar perfectamente el relevo-  pero de ahí a culparlo... De acuerdo con que siempre, en caso de duda, se le culpa, es normal, hasta yo lo hacía; pero es que  lo de Spa 1998 fue tan descarado que no admite duda alguna. Y los periódicos españoles titulando: “El arrogante alemán saca a Coulthard de pista…” ¡Como si Schumi ganase algo con ello!
Va líder y se dedica a impactar con un doblado. Es de locos pensar eso. Pero ahí están y encima les pagan.
Los hechos fueron así: Schumacher alcanza a Coulthard en Les Combes y está rodando tras él durante medio minuto –tiempo más que de sobra para apartarse- hasta que a la salida de una curva, antes de llegar a Pouhon, en plena aceleración choca con Coulthard, que no sólo se mantiene en la trazada, sino que decelera bruscamente, y dada la baja visibilidad Schumacher no puede evitarlo.
No hay que ser un lince para pensar cómo hubiese reaccionado el respetable –público, periodistas y la FIA- si  los mismos hechos hubieran tenido otros protagonistas.
Por ejemplo: Hakkinen e Irvine en análoga situación a Schumi-Coulthard. ¿Alguien duda de que se la hubiese mamado –y con razón- el irlandés? Pues claro que no. Y además no le hubieran permitido correr en Italia, siguiente cita. Y todo el mundo hubiera criticado a Todt, por incitar la maniobra, cosa que no se hizo con Dennis y, sobretodo, con Norbert  Haug. Porque este último, director deportivo de Mercedes, ya tenía tras de sí más de una que otra maniobra más que antideportiva en el DTM.
Pero como fue al revés, la mala fama –merecida, no lo niego- perjudicó al Kaiser, lo mismo que le pasó casi una década antes a Senna con Prost en Japón, sólo que esto fue más descarado aún.
¿Qué le pasó a Coulthard?  Nada, al ser británico, de facto se lo considera caballero, y por tanto se fue de rositas, aunque años después reconoció su culpa. Algo es algo.



Hill celebra su victoria acompañado por el "hermanísimo" y por Alesi.



La carrera fue ganada por Damon Hill, con su compañero Ralf Schumacher segundo y el gran Jean Alesi tercero. Un Alesi que le mostró a Coulthard cómo ha de dejarse pasar un piloto, y eso que Jean no tenía por que hacerlo, ya que Coulthard se desdoblaba.
De modo que Jordan consiguió su primera victoria y además con doblete. Y Damon Hill su 21ª  y última, aunque eso lo sabríamos después. 

Lo que hubiera podido ser un gran GP se convirtió en una carrera de las más sucias que se recuerdan. ¿Que se recuerdan? Bueno, que se recordarían si la gente tuviera cerebro y se olvidase de fanatismos. Tal vez algún día.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Resumen temporada 2015

                           Platero y los demás...



Fin de temporada 2015, toca hacer balance a una temporada plateada. En realidad gris, no sólo por su falta de emoción, sino porque los coches que dominaron, los antaño denominados “flechas de plata”, lucen el color más tirando a gris que a plata. Un gris plata si se quiere.
Cuestiones cromáticas aparte, el equipo Mercedes capitaneado por Toto Wolff, un tipo de lo más agradable y sensato –aprende, Ron- arrasó como era de esperar.



A golpe de récord, el Mercedes F1 W06  no dio opción.



Era de esperar porque al no haber ningún cambio significativo en la reglamentación, no hacía falta ser un lince para darlos como más que claros favoritos. Más aún cuando Red Bull-Renault se vino abajo.
El caso es que con 16 victorias, 12 dobletes, 18 poles y 13 vueltas rápidas no cabe duda de quién mandaba.  Así todo,  su insultante dominio no lo era tanto. Es decir, fueron intocables, pero prestacionalmente hablando no lo fueron tanto como Ferrari en 2002 y 2004, Williams en 1992-93 o Mclaren en 1988-89, por no hablar de Alfa Romeo en 1950 o de Ferrari en 1953-53, aunque eso sí, fueron más sólidos. No dejaron tan atrás a la competencia pero fallaron muy poco.
Sus pilotos volvieron a luchar entre sí, algo de agradecer a Mercedes. Lo malo es que Hamilton estuvo imperial  y no dejó migaja alguna a Rosberg durante los dos primeros tercios de temporada. En ese periodo, Rosberg sólo plantó cara en Barcelona, mientras que en Mónaco se encontró con la victoria. A finales de temporada Nico pareció volver a ser el de 2014, incluso mejor, logrando las 6 últimas poles y 3 últimas victorias. Cierto que las poles de Japón y EEUU tuvieron el factor fortuna de su parte, pero el caso es que acabó la temporada mejor que el tricampeón. Esperemos que sea un augurio de cara a 2016.



Ferrari resurgió de sus cenizas y fue el único equipo capaz de plantar cara los Mercedes.



Ferrari fue la revelación positiva de la temporada –la negativa fue Mclaren- consiguiendo imponerse en tres carreras. A diferencia de las logradas por Red Bull el pasado año, todas favorecidas por algún problema en los Mercedes, Ferrari cuando ganó lo hizo porque fue el más rápido. Cierto que en Hungría Hamilton era el más fuerte, pero el otro Mercedes, el de Rosberg, no lo era, por tanto, el Ferrari estaba casi a la altura. En Singapur Mercedes  no pintó nada y en Malasia, segunda cita del año, por mucho que los papanatas de turno dijeran que les favoreció el coche de seguridad a los Ferrari, no tienen más que hacer el siguiente cálculo: Hamilton, líder, paró con el coche de seguridad y salió en tráfico, pero en fila india. Cuando se reanudó la carrera y se los quitó de en medio estaba a 10” de Vettel, mientras que de no haber habido coche de seguridad, habría salido a 23”. Está claro que el coche de seguridad de beneficiar a alguien, benefició a Mercedes. Así todo no pudieron con el Ferrari. Lamentablemente, no se repitió a lo largo de la temporada.
Ferrari cuajó una gran temporada pese a los múltiples cambios que se produjeron en el equipo, incluida la salida de su piloto estrella Fernando Alonso, que fue quién salvó los muebles del equipo en el último lustro. Pero su sustituto, Vettel, estuvo casi rozando la perfección, encajando mejor aún en el equipo, ya que da la impresión de que realmente quiere estar ahí, no sólo por conveniencia  como Alonso y Kimi. Ojo, que esto último no me parece mal. El caso es que Vettel dio un buen repaso a un Kimi fallón que no estuvo a la altura salvo en contadas ocasiones. Cierto que el equipo le falló más veces que a Vettel en los cambios de ruedas y que se le estropeó el coche en Hungría, pero Kimi arruinó su podio en Canadá el solito, y falló en calificación cuando había que marcar un tiempo rápido o en condiciones difíciles en Malasia y Austria. En resumen, Vettel  fue más veloz al menos el 80% de las veces que Kimi, tanto en calificación como en carrera. Su superioridad sobre “Iceman” no fue tan abrumadora como la de Alonso, pero no le anduvo a la zaga. En Ferrari le han renovado su confianza y todos deseamos que de la talla “el último campeón Ferrari”



Dados sus medios, Williams tuvo una temporada más que notable.



Williams volvió a ser el tercer equipo. Un coche con poca carga y muy bien resuelto sacó muy buen partido del motor que disponía, el Mercedes. Con dos buenos pilotos, pero no excepcionales, Bottas y Massa  y con un presupuesto de menos de la mitad que los grandes –Mercedes, Ferrari, Red Bull y Mclaren- 186 millones frente a los más de 400 de cada uno de estos, es muy loable su temporada. Coincido con Claire Williams –hija de Sir Frank- en que su temporada merece un 8, dejando a un lado lo ineptos que son tácticamente. En Inglaterra, con sus coches 1 y 2 y con los Mercedes incapaces de superarlos en pista, se dejaron sorprender doblemente en las paradas, como en Austria el año anterior. Si bien en Austria perdieron la carrera, en Inglaterra no dado que la lluvia les hundió en la clasificación.




Red Bull acusó la falta de desarrollo del motor Renault, de lo contrario, hubieran dado guerra.



Red Bull se quedó en blanco, ya que su coche no funcionó salvo en Mónaco, Hungría y Singapur, y sólo lideraron en Austin gracias a la lluvia. El motor Renault se mostró frágil y poco potente, siendo ese su mayor hándicap. Pero su chasis tampoco es que fuera perfecto, ni mucho menos, como atestigua el hecho de que su hermano menor les sacase los colores en más de una ocasión. Ricciardo, la revelación de 2014, brilló en momentos puntuales, pero su nuevo compañero, el ruso Kvyat, le mantuvo el tipo. Destacó menos, pero sumó más puntos.



Force India cuajó su mejor temporada, y sus pilotos mostraron nuevamente su gran categoría.



Force India bastante hizo con lo que tenía, un coche que tenía una gran velocidad punta, y que a principio de temporada estaba en la cola. Sin embargo, mantuvieron una buena evolución y con la ayuda de sus dos excelentes pilotos -de lo mejorcito- acabaron en una magnífica 5ª plaza de constructores. Y en Rusia Checo Pérez agarró un merecido podio.



Lotus estuvo toda la temporada de capa caída, a excepción de Bélgica.



Lotus anduvo de capa caída pese a tener un gran propulsor y un piloto nada malo como es Grosjean. Pero el coche nunca acabó de ir, salvo en Bélgica, dónde Grosjean se hizo con un fantástico tercer puesto.  Maldonado nunca pareció estar muy centrado. Propenso como nadie a los accidentes, aunque no los provocase, siempre estaba metido en fregados. Es el De Cesaris de la F1 actual, aunque prefiero a Andrea, aunque sólo sea por el hecho de que jamás ganó un GP.



Toro Rosso realizó un coche muy bueno, dadas su posibilidades, y los pilotos cumplieron más que de sobra. Pero les faltó fiabilidad y organización.



Toro Rosso realizó un coche más que correcto y en más de una ocasión le plantó cara a su hermano mayor. Y no estuvo dando la tabarra GP tras GP quejándose de su motor, a diferencia de ellos.  Sus jóvenes pilotos estuvieron muy bien y Verstappen, la rutilante estrella, no defraudó. Estuvo fantástico en carrera, con grandes adelantamientos. Eso y que la fortuna –y el equipo- lo acompañaron. Su compañero Sainz fue tan rápido como él, pero tuvo más abandonos y el equipo mostró más predilección por el holandés, como cuando le “puentearon” en Hungría. Tenía que parar primero que Max, dado que iba por delante, pero en el equipo pararon al holandés. Otro mimado más de Red Bull, como antes lo fue Vettel. Y no me olvido de su comportamiento –de Max- en Singapur. Vestappen es muy brillante en los adelantamientos, pero muy egoísta respecto al equipo. Y no me vale la patraña de “los campeones son así…”



Sauber fue de más a menos a lo largo de la temporada.



Sauber contó con un buen motor gracias a Ferrari, y eso fue lo que les salvó. Eso, y su impresionante primera parte de la temporada, en la que su coche no iba nada mal, con un excelente 5º puesto de Nasr en Australia. Luego, faltos de dinero –deliciosa ironía siendo Suizos- fueron perdiendo fuelle y no pudieron aguantar el tipo ante Lotus y Toro Rosso. Sus pilotos cubrieron el expediente, sin más.



¿Lo mejor de Mclaren este año? Su decoración, sin duda. Tipo la furgoneta del equipo A. Del resto, mejor ni hablar...



Mclaren fue la sorpresa negativa del año. Nadie contaba con ellos de cara al título, ni tampoco para ganar carreras, pero de ahí a lo que hicieron hay un abismo. Lo cierto es que el Honda ha sido un “petardo”, falto de potencia, fiabilidad y consistencia. Tan malo es, que uno no puede saber a ciencia cierta qué nivel tenía el chasis Mclaren. Decían que era muy bueno, pero no hay que olvidar que el año pasado, con el mejor motor, hicieron un “hierro”. Claro que a los de Woking –o dónde narices tengan la fabrica- les ha venido muy bien para exculparse por su estrepitosa temporada, un fracaso sin paliativos. La peor de toda la historia del equipo de largo. Si puntuasen los seis primeros como antaño, apenas hubieran sumado 3 puntos, algo que sólo hicieron en sus dos primeras temporadas con el equipo formándose, en 1966 y 1967. No como ahora, con todos los medios a su alcance y con más carreras por temporada, ya que si en 1966 y 67 se hubieran corrido 19 pruebas, sin duda algún punto más habrían sumado. Los únicos que cumplieron fueron los pilotos.
El caso es que el equipo lo hizo tan mal en todos los apartados, que más de una sesión se quedaron  inéditos, y en Australia –Magnussen- y en Barhein –Button- los coches no tomaron siquiera la salida. Si a eso le añadimos el caso de Alonso, un mes de baja por aparcar el coche al borde de la pista, suceso que no quisieron aclarar (bajo mi punto de vista se electrocutó) queda claro que su temporada raya en lo ridículo. Menos mal que Mclaren es, como bien sabe – y bien que le duele- Ron Dennis, un equipo de segunda , y es por ello por lo que se ha sido muy comprensivo  pese a los múltiples fallos y falsas esperanzas.
Aclaro lo de equipo de segunda:  Mclaren es un gran equipo, pero es que el Equipo, la SCUDERIA, es Ferrari, y todos los demás, les ganen o no, son de segunda. Es así guste o no. ¿Se imaginan lo que les hubiera caído en Ferrari por una temporada la mitad de mala que esa? Pues eso.



Manor, la "Cenicienta" de la F1 bastante hizo con participar en todas las carreras, logrando acabar en la mayoría de ellas.




Por último Manor. Hay poco que decir. Con deudas, chasis del año pasado, motores Ferrari también del año pasado –que no eran muy buenos precisamente- bastante hicieron con lo que tuvieron a mano. A sus pilotos, dado el material, no se les puede juzgar. Aunque hay que destacar que Roberto Merhi tuvo, según él,  peor material que Will Stevens hasta Sochi . Sea como fuera, el inglés lo hacía un poco mejor salvo cuando las cosas se complicaban, lluvia o circuitos difíciles tipo Mónaco, entonces Merhi lo superaba sin contemplaciones. Respecto al sustituto eventual  Alexander Rossi, más de lo mismo. Lo hizo bien dadas las circunstancias.

GP de Abu Dabi 2015

                          Rosberg de Arabia



Rosberg no dio opción y dominó la carrera con autoridad.



La temporada finalizaba de nuevo en Abu Dabi. En los Emiratos Árabes Unidos, jamás serán vencidos. La carrera en sí no tenía mucho atractivo, salvo que hubiese una gran carrera cosa que, visto lo visto, no parecía probable.
Se confirmaba que Toro Rosso –lo que era Minardi- volvería a usar motores Ferrari, en tanto que Red Bull todavía no tiene muy claro su futuro, aunque por lo pronto, le ha birlado un patrocinador a Mclaren. Y no uno cualquiera, sino TAG-Heuer. Debe recalcarse que TAG, propiedad de Mansour Ojjeh con sede en Arabia Saudí,  está en Mclaren desde 1983 cuando le financió el motor Porsche, denominado oficialmente TAG aunque nadie lo llamase así. TAG-Porsche como mucho. Eso sin contar con que el hombre este llegó a tener hasta el 25% del accionariado de Mclaren, por tanto, la pérdida es más que significativa.



Tag (techniques d'avant garde) llevaba con Mclaren desde 1983



Al hilo de Mclaren, el tío Ron dio la cara y dijo que fue él quien vetó los motores Honda a Red Bull,  aduciendo que no podrían abastecer a los dos equipos teniendo que centrarse más en el desarrollo que en la producción. Se agradece que dé  la cara, y sus afirmaciones parecen tener sentido, aunque lo cierto es en realidad  no quiere que Honda le dé motores a un equipo que le puede sacar los colores. Bastante mal les va la cosa como para que encima otro lo haga mejor. Al fin y al cabo, los problemas de producción a los que alude Dennis podrían tener razón años atrás, cuando no había límite de motores, pero ahora, cuando apenas hay cuatro por coche/temporada, eso no influye en absoluto. Incluso puede que contar con dos equipos le facilitase a Honda el desarrollo de su propulsor, ya saben, más coches, más kilómetros, etc..
Ahora echan de menos las pruebas que en 2004 quisieron limitar…
Los libres no dijeron nada, aunque dieron la impresión de que los Force India iban mejor de lo esperado, al igual que los Mclaren, en tanto que los Williams todo lo contrario, justo al revés que hace un año.


El regreso de Merhi a la F1 no fue nada bien.



En la Q1 se quedó el retornado Merhi, que nunca estuvo a gusto con el coche a lo largo del fin de semana, su compañero Stevens, el Sauber de Markus Ericsson, Fernando Alonso, al que se le pinchó una rueda y…¡Sebastian Vettel! que pecó de exceso de confianza al creerse a salvo –según dijo- con el tiempo efectuado con los duros. No tiene mucho sentido, ya que salió al final con los blandos, pero se quedó en pista sin efectuar la vuelta –y de paso estorbando a Merhi- lo cual no deja de ser un contrasentido.
En la Q2 se quedó el Sauber restante, los Lotus, con Grosjean inédito por problemas,  un excelente Jenson Button y un decepcionado, que no decepcionante, Max Verstappen.
La ronda final se inició con Sergio Pérez, que se destapó con un tiempazo, tan bueno era que Kimi no pudo con él a la primera (luego sí) y se quedó a apenas 4 décimas del mejor de los Mercedes en su primera vuelta.  Hamilton, que había sido el más rápido hasta ese momento, se vio superado por su compañero. Se esperaba su reacción pero fue justo al revés, fue Rosberg quien dio un puñetazo en la mesa –en el salpicadero más bien- haciéndose con la pole en un golpe de autoridad insultante. Fue, junto a Sergio Pérez, el héroe del sábado. Tras estos cuatro se clasificaron Ricciardo, Bottas, Hulkenberg, Massa, Kvyat y Sainz. Del madrileño hay que destacar que bastante tuvo con llegar a la Q3, por eso de la honrilla de superar a su compañero. Pero en la Q3 se limitó a cubrir el expediente sabedor de que no tenía nada que hacer.
De cara a la parrilla, Grosjean retrocedía 5 plazas por la caja de cambios y Merhi partía de boxes al cambiar sus reglajes de suspensión, en un vano intento de adaptar el coche a su conducción.






En la salida algunos temían –o esperaban- un toque entre los Mercedes, pero Hamilton bastante tuvo con no verse superado por Pérez y Raikkönen, el cual aguantó al aguerrido mejicano. Por atrás Alonso se tocaba con Nasr, perdía el control y colisionaba con Pastor Maldonado, que por una vez no tenía culpa de nada. Dirección de carrera sancionó al español en lo que fue la sanción más injusta de este tipo desde la que le impusieron a Hulkenberg en Brasil 2012.
Tras el primer giro en el que vimos a un Sainz muy incisivo y algún que otro toque, la cosa estaba así: Rosberg, Hamilton, Raikkönen, Pérez, Hulkenberg, Ricciardo, Sainz, Massa, Kvyat, Bottas, Verstappen, Vettel, Button, etc…
En la vuelta 6, justo cuando comenzaban las paradas, Ricciardo superó a Hulkenberg en una gran maniobra tan bien ejecutada y de tal limpieza, que uno diría que el Force India estaba parado.
Hasta la vuelta 12 duró el primer baile de cambio de ruedas, siendo Bottas el peor parado al embestir, cuando salía, al Mclaren de Button rompiendo su alerón. Eso le hizo tener que dar una vuelta  sin apoyo, y de paso tener que volver a parar. A todo eso hubo que sumarle 5 segundos de penalización. El segundo peor parado fue Sainz, al que sus mecánicos volvieron a perjudicar –involuntariamente- al atascársele una rueda, y van… Si  a eso le sumamos sus repetidos excesos de velocidad en el carril de boxes, queda claro que Sainz ha sido el piloto que más ha perdido en sus detenciones a lo largo de la temporada.



Checo Pérez estuvo muy inspirado a lo largo de todo el fin de semana. Puede irse de vacaciones la mar de contento.



Los pilotos que habían salido con duros recuperaron posiciones a espera de efectuar ellos su parada. Destacaba sobremanera  Vettel que  llegó a ir segundo. Antes de parar fue superado por Hamilton y luego por Raikkönen, al que facilitó el adelantamiento.
Sainz dejó pasar a Verstappen en la vuelta 17, aunque el Holandés no sacaría provecho de este favor, ya que se pasaba de frenada poco después arruinando sus neumáticos…y su carrera.
Hamilton se encontraba a 6 segundos de Rosberg, y poco a poco fue reduciendo la distancia hasta situarse a poco más de 1”. A todo eso, Vettel ya había parado y se encontraba en su posición real, la sexta.
Rosberg paró por segunda y última vez en la vuelta 30, mientras que Hamilton optó por alargar su relevo,  ya que de hacer la misma táctica que Rosberg  no tenía casi posibilidad alguna de ganar.  Paró 11 vueltas después, en la 41 y se reincorporó a 10” de su compañero.  Mientras tanto, Vettel nuevamente dejó pasar a Kimi, ya que su lucha no iba con él, sino con Pérez y Ricciardo.
Mientras, Hamilton, al que le habían montado ruedas duras, habiendo podido montar blandas, iniciaba su remontada recortando a Nico 3 segundos en 2 vueltas, Vettel se desacía  de Ricciardo primero y de Pérez después para acabar en su posición natural, la cuarta. Claro que de no haberla pifiado el sábado hubiera dado mucha guerra a Raikkönen, pero de ahí a ganarle como ha hecho este año  habitualmente, no lo creo. Kimi estuvo excepcional. Que se mantenga así en 2016.
Respecto a la cabeza, la remontada de Hamilton acabó ahí, con ese recorte en las dos vueltas iniciales. A partir de ahí no tuvo nada que hacer.




Raikkönen estuvo más que sensacional, a diferencia de sus mecánicos.



Por detrás lo único destacable fue la recuperación final con blandas de Grosjean en su despedida de Lotus, en la que se ventiló a Sainz y Kvyat para acabar 9º. Hay que destacar que los 5 segundillos que perdió el español en boxes le privaron de acabar en los puntos por detrás de Felipe Massa.
De modo que tras el banderazo final, la cosa quedó así: Rosberg, Hamilton (enésimo doblete), Raikkönen, Vettel,  Pérez, Ricciardo, Hulkenberg, Massa, Grosjean, Kvyat, Sainz, Verstappen, Button, Bottas, Ericsson, Nasr, Alonso, Stevens y Merhi.
Lo mejor del GP fue el renacido Rosberg, que domino con autoridad a Hamilton, que no es poco. Raikkönen  que estuvo como en sus mejores días (creer que Vettel lo hubiera ganado fácilmente y que incluso podría haber luchado con los Mercedes es un error) y Pérez, que sacó un partido extraordinario del Force India. A veces es él, y otras es Hulkenberg. En todo caso, Force India tiene dos de los mejores e infravalorados pilotos de la parrilla que piden a gritos un coche mejor. Y dudo que lo tengan en 2016.

Y colorín colorado (plateado, más bien) esta temporada se ha acabado.