De película
Si John Frankenheimer hubiese realizado su película de F1
–que no sólo es una obra maestra, sino que es la única película dedicada al
automovilismo que merece ser considerada como tal- en 1994 en lugar de en 1966,
la realidad habría superado a la ficción.
En dicha temporada hubo de todo, emoción hasta la última
cita -con choque incluido- drama, descalificaciones, cambio de reglamentación
en plena temporada, etc…
La temporada se
inició sin dos de sus máximas estrellas, Prost y Mansell. El francés había
colgado definitivamente su casco mientras que el inglés seguía haciendo las
Américas tras su salida –vía Renault, vía Prost- de Williams en 1992 como campeón.
De modo que Senna aparentemente se quedaba solo, sin rivales
de cara al título, ya que además se
había agenciado el mejor monoplaza, el Williams arrollador de las dos
temporadas precedentes que tanto anhelaba. Pero eso era porque aparentemente
nadie contaba con el Benetton de Michael Schumacher y su modesto motor V8 Ford
HB.
El caso es que Schumacher marcaba maneras y si bien Senna
antes tuvo rivales, sobre todo Prost,
nadie dudaba de quién era el mejor. Pero con Schumi las cosas estaban
cambiando, era un piloto, seguramente el primero, al que Senna podía considerar
como su igual.
Al igual que Senna y Schumi, Williams y Benetton estaban
igualados. Contra todo pronóstico, Williams había perdido su ventaja y
pese a los 80CV de más que daba su motor
V10 Renault, el chasis del Benetton lo compensaba. De modo que ambos coches
eran igual de buenos, es decir, los dos mejores.
Ayrton Senna era el claro favorito al título de 1994. |
Y así empezó la temporada, con Senna, el rey de la pole, en
la pole, y con el Kaiser acechándolo. Senna no pudo ganar en casa, haciendo un
trompo cuando perseguía a Schumacher que lo obligó a abandonar. 10-0 para
Schumi.
En la segunda cita, en el GP del pacífico se repitió la
historia en entrenamientos, no así en carrera, al abandonar Senna en la primera
curva. 20-0
El carismático y espectacular Jean Alesi no tomó parte en
esta cita –ni en la siguiente- por una lesión de espalda que tuvo al
accidentarse cuando probaba el Ferrari. Nada del otro mundo, pero ya eran
varios los accidentes de pilotos en los que aunque salían por su propio pie,
tenían que estar de baja. Eran avisos por lo que estaba por venir, pero nadie
lo supo –supimos- ver. Quince días después toda la suerte pareció abandonar
Imola, quedándose en ese circuito la fatalidad campando a sus anchas.
Ese dramático fin de semana de Imola empezó con un serio
aviso, el tremendo accidente en la variante bassa de Rubens Barrichello –que
quedó inconsciente- y su Jordan el
viernes, causando baja para el resto del fin de semana. Un augurio de lo que
estaba por venir.
El sábado ocurrió lo impensable, un piloto perdía la vida,
algo que no sucedía en un GP desde Ricardo Paletti en Canadá 1982, aunque el
último piloto fallecido en F1 hasta la fecha era Elio de Angelis en unas
pruebas privadas en Paul Ricard (Francia) en 1985
Roland Ratzenberg tuvo una breve carrera en la F1 que terminó de la peor de las maneras. |
El debutante austríaco Roland Ratzenberger, con el modesto
Simtek era quien perdía la vida al desprendérsele un alerón en el Tamburello
estrellándose en Villeneuve. El luto volvía a la F1, pero las cosas no iban a
acabar ahí, en ese fin de semana negro de Imola.
En la arrancada el Benetton de Letho se queda parado y Pedro
Lamy con el Lotus, no lo puede evitar, estrellándose contra él y obligando a
salir al coche de seguridad. En la reanudación unas vueltas después y en su
segunda vuelta lanzada Senna se salió en el Tamburello, al igual que Piquet en
1987 y Berger en 1989, debido a la rotura de la dirección. El impacto no fue
nada espectacular en comparación a los dos anteriores –uno mortal- de ese mismo
fin de semana, ni siquiera respecto a
los de Piquet y Berger en esa misma zona años atrás. Todos esperábamos verlo
salir por su propio pie, pero ya saben lo que pasó. Una pieza de la suspensión
le atravesó el casco causándole la muerte.
La carrera se detuvo y se reanudó más tarde, usándose la
norma ahora en desuso de la suma de tiempos. Por eso en los cuentavueltas
aparece Schumacher primero cuando era Berger quien lideraba físicamente en pista hasta su
parada primero, y abandono después.
Senna dejó este mundo como más le gustaba: en cabeza de una carrera de F1. |
Para rematar el dramático fin de semana, en su última parada en boxes,
el Minardi de Michele Alboreto perdió una rueda, la cual arrolló a dos
mecánicos de Ferrari y a otros dos de Lotus, llendo a parar a la grada, esta
vez sin consecuencias.
La carrera la ganó Schumacher flanqueado en el podio por
Larini, el sustituto de Alesi en Ferrari, y Hakkinen. 30-0, sólo que
lamentablemente iba a dar igual ya que Senna no iba a poder disputarle el
título. Un título al que era claro favorito antes de iniciarse la temporada.
Este negro fin de semana provocó, de facto y al estilo de lo
acontecido en el mundial de rallyes tras el accidente mortal de Toivonen y
Cresto en el Tour de Córcega 1986, un cambio repentino en la reglamentación con
la temporada en curso.
Para empezar, se estableció un límite de velocidad en boxes
en carrera, diciendo adiós a las espectaculares salidas de boxes. Gerhard
Berger con el Ferrari 412T fue él que nos brindó la última salida de este tipo
realmente espectacular en ese mismo fin de semana. Los coches tuvieron que
aumentar la altura respecto al suelo y se les incorporó un patín de madera bajo
el fondo para, aparte de elevarlos, reducir su efecto suelo. A eso habría que
añadir la sicosis de los pilotos a partir de entonces respecto a las medidas de
seguridad de los circuitos. Su asociación, la GPDA, adquirió fuerza de nuevo, e
impusieron ciertas condiciones, algunas de ellas totalmente absurdas, como los
conos colocados antes de la curva Campsa
en el circuito de Montmelo.
La absurda chicane implantada en Montmelo. |
15 días después casi se repite el drama con el gravísimo
accidente de Karl Wendlinger a la salida del túnel de Mónaco, quedando en coma,
logrando recuperarse plenamente tiempo
después pero perdiéndose el resto de la temporada. Schumacher logró en Mónaco su primera pole y
se hizo con la cuarta victoria consecutiva. Ya había campeón 1994, el primer
alemán…o eso creíamos.
La quinta prueba del mundial celebrada en Barcelona no vio
la quinta victoria del Kaiser porque su Benetton se quedó clavado en quinta
velocidad a partir de la vuelta 23, tras su primera parada. Pese a tener que
hacer otra parada (arrancando en quinta) y tener que cubrir más de 40 vueltas
en esa marcha, acabó la carrera en una más que brillante segunda posición, en
una exhibición de pilotaje inmensa. En Williams, sorprendidos por la hazaña
–que no acabaron de creerse- le dieron a Benetton una caja llena de piñones de
quinta velocidad…
A destacar que David Coulthard hacía su debut en F1 como
sustituto del insustituible, Ayrton Senna, ocupando el puesto hasta final de
temporada y ganándose la renovación. Eso sí, en Francia, Jerez, Japón y
Australia sería el espectacular y emotivo Nigel Mansell, el piloto más laureado
en la historia de Williams, el que se haría cargo del Williams número 2, y en
su caso, rojo.
Schumi ganó de nuevo en Canadá y Francia, donde Mansell se
hizo cargo del Williams número 2 mostrando una rapidez envidiable en los
entrenamientos, casi logrando la pole.
Mansell retornó con éxito a la F1. |
Y así llegamos al GP de Gran Bretaña, en Silverstone, punto
de inflexión de la temporada.
Y es el punto de inflexión no sólo porque ya el Williams era
el mejor coche, sino porque Schumacher va a liarla de manera innecesaria y estúpida, siguiendo los acontecimientos un rumbo dantesco que le van a suponer a Schumacher la exclusión de
tres GPs. Unido eso a que Hill va a tener un coche mejor con el que plantarle
cara. El campeonato que parecía muerto, fue artificialmente revivido.
Schumacher, en segunda posición en parrilla, adelantó por
dos veces al poleman, Damon Hill durante la vuelta de reconocimiento con la
excusa de: “refrigerar el motor” la realidad era incordiarlo. Eso estaba
prohibido por el reglamento De modo que le sacaron bandera negra y Schumi la
ignoró porque el equipo le pidió –vía radio- que siguiera en pista mientas
hablaban con los comisarios a ver si se replanteaban el castigo. Y así fue, en
lugar de la exclusión le metieron un Stop and Go de 5 segundos en boxes. Y tras
cumplirlos, acabó segundo. Sin esa tontería hubiera ganado. Pero la cosa no
acabó ahí. Después de la carrera la FIA anuló la decisión de los comisarios,
desclasificó a Schumi de la carrera (adiós segundo puesto y 6 puntos) y le
metieron una carrera de sanción por ignorar la bandera negra, ¡cómo si no bastase
ya con la descalificación!
Damon Hill fue profeta en su tierra. |
La carrera la ganó Damon Hill, que empezó ahí su
recuperación de cara a luchar por un título que daban por perdido meses atrás.
Al margen de que la sanción la debía cumplir en el GP de
Alemania, siguiente GP, y que era un lugar propicio al ser el GP más desfavorable
para el Benetton por su inferior potencia, apelaron para, al menos, que Schumi
se luciera en casa. No se lució, ya que abandono, al igual que Damon Hill y
otros tantos, pero Ferrari, con el motor más potente de todos –y el más
violento- se hizo con Berger con la pole y la victoria, cerrando una sequía de
triunfos que duraba tres años. Aunque
ese GP también se lo recuerda por cómo ardió en boxes el Benetton de Jos
Verstappen. Se decía que Benetton había quitado unos filtros de las mangueras
para así repostar más rápido…claro que también decían que tenían control de
tracción, lo cual era absolutamente falso.
Verstappen antes de... |
...y durante. |
Gerhard Berger puso fin a la sequía de triunfos en Maranello 3 años y 58 GPs después. |
Schumacher ganaba de nuevo en Hungría y en Bélgica, cobrando
más ventaja en el campeonato, pero al finalizar la carrera belga, los
comisarios lo descalificaban por excesivo desgaste del patín de madera, causado
quizá, por un trompo que efectuó durante el transcurso de la carrera. Esa falta
ya se dio en otros coches en carreras anteriores –como en el Ferrari victorioso
de Berger- pero se pasó por alto por ser una pieza incorporada durante el
transcurso de la temporada y a la que se
le permitían ciertas tolerancias de desgaste. En este caso no. El beneficiado fue Damon Hill, que se hacía
con un nuevo triunfo.
Respecto a la sanción que le quedaba por cumplir de un GP a
Schumi, la FIA no sólo declinó la reclamación del equipo Benetton al respecto,
sino que aumentó el castigo de uno a dos GPs. Schumacher se quedaba sin correr los GPs de
Italia y Portugal que eran ganados por su máximo rival, Damon Hill, que redujo
la ventaja a un solo punto y que ya se mostraba como un candidato más que serio
de cara al título, de hecho, era como si el campeonato empezara de nuevo.
El GP de europa celebrado en Jerez fue ganado por Schumacher
seguido de Hill mientras que el
siguiente, en Japón, fue ganado por un sensacional Damon Hill por delante de
Schumacher bajo la torrencial lluvia, en toda una exhibición de pilotaje por su
parte. Estaba claro que Damon Hill no era ni Schumacher ni Senna, pero no era
para nada un pelele, era un grandioso piloto.
Así que se llegó a la última cita, Australia, en el
insuperable Adelaida, con Schumacher líder por un solo punto frente a Hill.
El Williams estaba en plena forma, como lo corroboraba el
hecho de que Mansell se hiciese con la pole con autoridad por delante de Schumacher y Hill, los candidatos al título. Sin embargo, si bien
Nigel era rapidísimo a una vuelta, en carrera ya no era el que era, y flaqueaba
un poco, como se vio en las citas anteriores que corrió con el Williams (aunque
lo hizo mejor que Coulthard)
La carrera fue un mano a mano entre Schumacher y Hill que
finalizó en la vuelta 36 cuando Schumacher se salió de pista, tocó contra un
muro, dañó la dirección de su coche, se reincorporó y cerró el paso a Hill cuando
este lo adelantaba, causando el abandono del inglés y se proclamaba campeón del
mundo.
Michael Schumacher estaba eufórico con su primer título, ganándolo con lo que sería marca "de la casa" |
Mansell heredó el liderato, y tras luchar con Berger, se
hizo con la victoria cuando el austríaco se pasó de frenada dejándole la
carrera en bandeja.
Mucho se habló de este incidente, el primero de muchos por
parte del Kaiser, en una larga carrera llena de claroscuros. A Schumi, también
conocido como “cara de galleta” o “Schummel Schumi” (Schumacher el tramposo) público y periodistas
en general no le pasaron ni una, lo cual
estaba bien, lástima que no actuasen igual con el resto.
El caso es que Prost, tal vez acordándose de su actuación en
Japón 89 lo justificó como una maniobra defensiva, y tal vez pudo serlo, aunque
las actuaciones posteriores de Schumi invitan a creer lo contrario.
Pero lo que nadie comenta es
el por qué de esa situación. Tal vez Schumi actuó por desesperación al
ver cómo se le escapaba un título que parecía suyo, y es que no debe olvidarse
que por una imbecilidad, como es el adelantar
en la vuelta de reconocimiento, le cayeron tres GPs de sanción, más un cuarto por una
irregularidad que ese mismo año, a otros se la pasaron por alto. Huelga decir
que hubiera llegado no a Adelaida, sino a Suzuka como campeón. No descubro nada
si digo que pilotos y constructores, por cosas infinitamente más graves, se
fueron de rositas.
En mi opinión la FIA quedó encantada, ya que de ese modo
Renault ganó de nuevo el título de constructores con Williams. Y es que a la
FIA le encanta tener contentos a los grandes fabricantes, no sea
que se vayan y dejen sola a Ferrari, en cuyo caso los de Maranello partirían
con mucha ventaja.
En cuanto a Benetton-Ford, contentos por el título de
pilotos y un pelín decepcionado por el de constructores. Hay que decir que
Ford, que siempre ha realizado grandes coches y motores, es de lo peor
promocionándose. Casi parecía un secreto que hubiesen ganado el título. Y
cuando arrasaban con el mítico Cosworth DFV, más de lo mismo. ¿Se imaginan el
partido que le hubiera sacado a semejante éxito cualquier otro
constructor? Y lo penoso de Ford es
trasladable a los rallyes, con excelentes vehículos pero con equipos muy mal
organizados.
Pero volviendo a la temporada 1994 de F1, esta fue sin duda
una temporada de película. No confundir de película con: “de ensueño”, no tiene
nada que ver. El drama está muy bien en la ficción, pero en la vida real no
tiene ni pizca de gracia.
Damon Hill, el subcampeón, no tuvo que esperar a peinar canas para convertirse en el primer hijo de campeón del mundo que emulaba a su padre. |
Si la maFIA hubiese utilizado la misma vara de medir con todo el mundo como con Schumacher, a algunos se les habría reducido la temporada a la mitad....
ResponderEliminarSin duda. Y lo mismo para los aficionados y periodistas, que si midieran a todos bajo el mismo rasero se caerían unos cuantos mitos...
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