¿Y si Bellof y Brundle hubiesen
ganado?
Claro que la pregunta correcta es: “¿y
si Bellof hubiera ganado?” , y no porque Brundle no hubiese podido
hacerlo -acabó segundo en Detroit a menos de 1” de un Piquet que
pedía la hora- sino por el tema de las descalificaciones.
El equipo del venerable tío Ken estaba
ese año de capa caída. Había perdido -otra vez- su patrocinio,
Benetton se había ido a Alfa Romeo, y no tenía dinero para poder
pagar un motor turbo. De modo que se quedó como último paladín de
los motores atmosféricos. Cierto es que Arrows estuvo corriendo
media temporada con un coche con motor turbo BMW y otro con el mítico
Ford Cosworth, antes de pasarse definitivamente al turbo, dejando a solas con los atmosféricos al leñador Ken Tyrrell.
El caso es que Tyrrell, aparte del V8
Cosworth, tenía un chasis de aluminio, cuando lo suyo ya era uno de
fibra de carbono. Así todo, el 012 de Maurice Phillippe era muy bueno
-dentro de sus posibilidades- y contaba con dos jóvenes y
prometedores pilotos: Stefan Bellof y Martin Brundle. El primero de
ellos es el más recordado, sin embargo fue el segundo el que debutó
con una excelente quinta posición en Brasil.
Bellof es más recordado sobre todo por
su excelente actuación bajo la lluvia en Mónaco, donde acabó
tercero, siendo en el momento de la detención de la carrera el más
veloz en pista, más incluso que Ayrton Senna, que no es poco. Luego
volveré sobre ello.
También era más recordado por ser
campeón del mundo de resistencia en 1984 con Porsche y por perder la
vida en 1985, lo que hace que muchos se pregunten hasta dónde podría
haber llegado la promesa alemana.
Brundle, que no desentonaba en relación
a su afamado compañero, tuvo una larga carrera deportiva en la que
pudo mostrar sus posibilidades, a diferencia del alemán. Jamás
consiguió victoria alguna en F1, aunque nunca dispuso de los medios
adecuados. En mi opinión, fue un buen piloto que nunca tuvo una
verdadera oportunidad. Es uno de tantos que merecieron, al menos, un
triunfo. Pero que no lo pudieron consumar.
Volviendo a 1984, Tyrrell, para ser
minimamente competitivo, hacía trampa con el peso de sus monoplazas.
Como ya no se podían rellenar líquidos a final de carrera como en
1982, lo que dio lugar a los depósitos de agua para refrigerar
frenos, que en realidad servían para correr con el coche con el peso
por debajo del mínimo permitido, lo que hacía Tyrrell en 1984 era
rellenar en carrera un depósito de agua “para abastecer la
inyección de agua del motor” cuando para lo que en realidad servía
era para correr con el coche por debajo del peso mínimo. De hecho,
el depósito en cuestión lo rellenaban con unas bolitas de plomo
para dar el peso. Cuando los trabaron, en Detroit, en una revisión
más a fondo, había 45 kilos de plomo en el depósito. O sea, que
los Tyrrell corrían pesando menos de 500kg, ya que el límite eran
540.
Volviendo a Mónaco, el Tyrrell de
Bellof acabó en una más que brillante tercera posición y, de no
haberse detenido la carrera, tal vez hubiese podido luchar por la
victoria contra Ayrton Senna.
Desconozco si iba también en esa
carrera con el coche ilegal, pero el caso es que la suspensión de la
carrera, en la vuelta 31 de 75, impidió saber si iba o no a parar a
cargar lastre, como en las otras carreras. El caso es que nadie debió
de pesar el coche al finalizar la carrera. Supongo que fue así,
porque el caso es que su resultado se dio por bueno, y sólo se anuló
meses más tarde cuando la FISA descubrió el truco, aunque no sé
bajo que baremo probaron -otra cosa es que se supiera o sospechara-
que en Mónaco ya estaban fuera de la ley.
Fue en las verificaciones post-carrera
del GP de Detroit cuando, al acabar Martin Brundle segundo, la FISA
revisó a fondo el 012 y descubrieron el apaño.
Brundle y Bellof en su exhibición de Detroit, luego vendrían los comisarios. |
En esa carrera ambos Tyrrell fueron
como tiros y, aunque Bellof acabó contra el muro, Brundle no, y tras
cargar lastre a poco del final, siguió como un obús tirando como un
poseso, estando a un tris de alcanzar a Piquet, que algún problema
pese a todo debería tener, ya que perdió 19 segundos en cuatro
vueltas. Tal vez reguló al límite por el consumo, quien sabe.
Las verificaciones tras la carrera
revelaron el engaño y el Tyrrell fue, logicamente, descalificado.
Lo que ya no fue tan lógico es que a
Tyrrell se lo excluyese de lo que faltaba de campeonato y que sus
resultados anteriores fuesen anulados.
Cierto es que Tyrrell apeló y se le
permitió correr, sin derecho a puntuar, hasta que se resolvió el
caso -a partir de Monza no hubo Tyrrells- y que luego el tío Ken
llevó el asunto a los tribunales ordinarios, sin éxito. Lo que no
me cuadra es lo duros que fueron anulándoles los demás resultados.
Si pasaron las verificaciones, no me
parece normal lo que hicieron. No discuto que no fueran culpables,
pero la FISA sólo tenía la prueba del fraude de Tyrrell en Detroit.
En el caso de deportes, soy partidario
de justicia rápida y de no sancionar con efecto retroactivo. Esas
burradas que hacen en el atletismo y ciclismo con el doping, no sólo
por lo desmedido de las sanciones, sino por quitar, años, muchos
años después, medallas y triunfos, no me parecen bien.
El caso es que la FISA lo hizo dentro
de un margen que considero correcto, en el año – a partir de ahí
considero mejor dejarlo correr- pero es curioso cómo no les tembló
la mano con un equipo pequeño como Tyrrell.
En 2007, cuando se pilló a Mclaren por
el asunto del espionaje a Ferrari, no obraron igual. Y ahí sí que
con más razón se les debieran haber anulado los resultados
obtenidos pero, ¿lo hicieron? No, que va. ¿Se les eliminó del
campeonato el resto de carreras que quedaban? No padre, y eso que era, no lo más justo -lo más justo era borrarlos, como a Tyrrell,
del campeonato- pero sí lo más razonable. No se tocaban los
resultados anteriores, en los que había victorias por medio, pero se
les impedía seguir. Pues no, se les dejó seguir, aunque de cara al
título de constructores quedaron fuera y con una multa de 100
millones de dólares. Luego Max Mosley diría: “de haber retirado a
Mclaren del campeonato, ellos no lo hubieran podido soportar y
hubieran tenido difícil su continuidad” JAJAJAJA... o sea, ¿que
un equipo pequeño como Tyrrell sí puede y uno grande como Mclaren
no? ¡Anda ya!
No los tocaron porque no les convenía
de cara al espectáculo, y dejaron que Hamilton y Alonso optaran al
título. Es que, de haber retirado a los Mclaren, Ferrari hubiera
dominado con más autoridad que Mercedes estos últimos años. El
típico doble rasero de siempre.
Ken Tyrrell y Stefan Bellof, otro talento cazado por el tío Ken. |
Respondiendo a la pregunta del principio: “ ¿y si Bellof y Brundle hubiesen ganado?”, sin duda a Brundle lo hubiesen descalificado pero...¿y a Bellof? ¿Lo hubieran desposeído de la victoria meses después? No lo creo, la FISA no suele hacer eso. Sólo quita triunfos de hacerse las reclamaciones el día de la carrera. Creo que, en caso de victoria de Bellof, a Tyrrell le hubiesen largado del campeonato igualmente, pero les hubieran mantenido los resultados anteriores.
Lo mismo que creo que, en caso de
título de Schumi en 1997, no se hubiesen atrevido a quitarle los
puntos, y por tanto, el título. La sanción que le pusieron a Schumi
no fue ni sanción ni nada, un paripé. Mantuvo las victorias y
demás. Perdió el oficialmente el subcampeonato. ¡Como si a alguien
le importase!
En resumen, un mal año para Tyrrell en
el que recibió un duro castigo por no cumplir las normas. Bueno,
quizá el castigo no fue tan duro objetivamente, pero si se compara
con las múltiples violaciones del reglamento que hacen la gran
mayoría de los equipos de vez en cuando y que quedan impunes, sí lo fue.
Se echa de menos al tío Ken, a su
equipo Tyrrell, y a Bellof, por supuesto.
FE DE ERRORES: He eliminado los datos referentes a Osella en los que decía que el peor coche -el Osella- era el que mejor sonaba, ya que disponía de un V12 Alfa Romeo. Cometí el error de suponer que por falta de dinero -Osella siempre estuvo en la cuerda floja- no pudo disponer de un motor turbo. Si a eso le añadimos que por falta de resultados y medios, Alfa les pidió que borraran de las culatas su nombre, es en parte comprensible -que no justificable- mi error. Osella corrió en 1984 con los V8 turbo de Alfa, por tanto, el coche que mejor melodía emitía es, para mí, un misterio, ya que los turbos no sonaban especialmente bien ninguno, y el V8 DFV tampoco es que me emocionase mucho. En 1983 Osella sí uso el V12 Alfa, y ese año sí tuvo el mejor sonido a sus espaldas. Hubiera ganado el título a mejor sonido.
ResponderEliminarBuenisimo, viendo en Carreras de Leyenda el gran premio de Canada del 84 y viendo la carga de agua en los Tyrrel me llamo la atencion y he encontrado tu excelente reseña. Saludos desde Chile
ResponderEliminarSaludos y muchas gracias.
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