jueves, 23 de junio de 2016

Temporada 2008

           Justo ganador, ganador injusto








Veníamos de una polémica, disputada y con sorprendente final temporada 2007 y la de 2008 no iba a ser para menos.
Hamilton y Ferrari se coronaron como campeones del mundo, justo premio al mejor piloto -de los que tenían opciones de título- y al mejor equipo/coche. Sin embargo, el ganador debería haber sido Felipe Massa.
No es que Hamilton no se lo mereciera más, de hecho, así era por pilotaje, pero desde un punto de vista simple a base de resultados no. Y no voy a entrar en las múltiples sanciones tanto en parrilla como en carrera que tuvieron los dos protagonistas, en un campeonato lleno de polémicas y que pudieron cambiar el resultado final, pero sí comentaré que la victoria arrebatada a Hamilton en Spa me pareció justa, ya que de no haber las escapatorias que había, su primer intento de adelantamiento a Kimi Raikkönen habría acabado en abandono. La escapatoria lo impidió y, aprovechándose del impulso en ella adquirido, lo adelantó. Por tanto, justo castigo a Hamilton. Del resto de sanciones, me abstengo de hacer comentarios, ya que tanto uno como otro tuvieron las suyas por cosas parecidas. Es decir, lo comido por lo servido. Hoy ganas tú, mañana yo.
Lo que fue determinante, para mí al menos, a la hora de decir que Massa tenía que haberse llevado el entorchado sucedió en Singapur, cuando Renault, con todos los miembros del equipo -TODOS- al tanto, hizo estrellarse a Piquet para que Alonso, que había parado pronto, aprovechándose de una estúpida normativa del coche de seguridad, tomase el liderato. El hecho de que el resultado más probable de la carrera hubiera sido victoria de Massa con Hamilton y Kimi disputándose el segundo lugar es lo de menos. Cualquier resultado es lo de menos. La cuestión es que Renault hizo tongo y alteró el transcurso y resultado de la carrera, por tanto, esta no debió ser valedera para el campeonato. El que saliese tarde a la luz la jugarreta de Renault, que aparentemente muchos sospechaban -y algunos sabían- fue lo que evitó mayores polémicas y a la postre decidió el título en favor de Hamilton. Un Hamilton que, de no haber contado Singapur para el título, lo hubiese perdido.



El accidente de Piquet propició la victoria de Alonso, y de rebote, el título para Hamilton.



Cierto es que Hamilton fue un convidado de piedra en esto y que no tuvo absolutamente nada que ver, pero el caso es que le vino al pelo.
La carrera final, la que decidió el título, fue la más emocionante de todas, y una de las que tuvo uno de los finales más emocionantes de todos los tiempos. Desde luego, de cara al título no ha habido carrera que tuviese más emoción, con golpe de teatro final, en el que Massa y Ferrari celebraron un título que no consiguieron. De lo malo malo -para mí- me dí cuenta y no celebré nada. Al menos me dolió un poco menos.
Hamilton llegaba a Brasil con todo a su favor para ser campeón: 7 puntos de ventaja y un coche, el Mclaren, que sólo podía en condiciones normales ser batido por los Ferrari. Así que salvo sorpresa, sería un cómodo tercero, ya que su compañero Kovalainen no le iba a molestar.
Pero la carrera no iba a ser nada fácil, hubo lluvia intermitente, lo que abre la carrera más que cualquier otra cosa, y además, Massa estuvo excepcional.
Teóricamente esas condiciones deberían haber permitido el lucimiento de Hamilton, a priori más a sus anchas, justo lo contrario que Felipe, pero fue el brasileño, que jugaba en casa, el que dio todo un recital.
Massa dominó la carrera de punta a punta, sólo dejando brevemente el liderato cuando paraba en boxes, mientras que Hamilton hizo una carrera a la defensiva -acojonado, como Schumacher en Japón 2003 o Alonso y Ferrari en Abu Dabhi 2010- y fue perdiendo posiciones hasta que, a falta de tres vueltas y bajo una lluvia intermitente, la entonces promesa alemana Sebastian Vettel con el Toro Rosso lo superaba y caía a la sexta posición, perdiendo el título.
Massa cruzaba en cabeza y celebraban en su box el título prematuramente, había que esperar la entrada de Hamilton, que a rebufo de Vettel, podría superarlo. Cosa que no hizo, pero que sí logro -y Vettel también- con Timo Glock en la última curva, cuyo Toyota, que iba con ruedas de seco, no pudo aguantarles el ritmo y fue superado.



Momento clave del mundial: Vettel y Hamilton adelantando a Glock, lo que daba al inglés el título.



Muchos criticaron injustamente a Glock, aduciendo que se había dejado adelantar. Nada más lejos de la realidad, no sólo porque su vuelta final fue igual que la de su compañero Trulli, sino porque de haber parado a cambiar ruedas como hicieron la mayoría -como Hamilton- nunca hubiese estado por delante.
Tiempo después, a Vettel le comentaron que, de haber perdido el título Hamilton, tendría muchos enemigos en Inglaterra, a lo que Seb respondió: “pero tendría otros muchos amigos en Brasil”
El campeonato pudo tener tres -y hasta cinco- candidatos al título al final.  Kimi Raikkönen, el actual campeón y defensor del título, no estuvo tan brillante o afortunado como su compañero Massa; el piloto del segundo Mclaren, Heikki Kovalainen, no estuvo nunca a la altura y Robert Kubica, el tercer hombre, bastante hizo con el material a su disposición, que era el tercer coche de la parrilla, a cierta distancia de los Ferrari y Mclaren.
Kubica, con el BMW Sauber -que pena que no se llamase sólo Sauber- sacó el máximo de su coche y estuvo hasta casi el final como candidato al título, más o menos como lo estuvo Frentzen con el Jordan en 1999. Bien es cierto que era harto difícil que lograse el título. Pero matematicamente se mantuvo ahí casi hasta el final. Por lo menos ganó el GP de Canadá, dónde el año anterior sufrió un pavoroso accidente, y se convirtió en el primer -y hasta ahora único- Polaco vencedor de un gran premio. A su vez, le dio la única victoria a BMW Sauber, que casi es lo mismo que decir a Sauber, ya que el equipo es el mismo, aunque bajo el nombre Sauber nunca ha podido ganar. Si el coche hubiera sido un pelín mejor...¿quien sabe?



Kubica y BMW Sauber fueron los terceros en discordia. Con un poco más de máquina la hubieran podido liar. Al menos ganaron en Canadá.



Cuando se pierde, o se gana, un título en la última carrera y por tan estrecho margen, casi siempre salen los futiles -e inevitables- ¿y sí...?, generalmente reduciéndose a la última carrera y poco más.
Nadie habla de Singapur. Aunque sí hablaron de Hungría, donde una rotura de motor privó a Massa del triunfo. Aunque no estaría de más decir, que estaba luchando con Hamilton por el mismo y que, aunque lo aventajaba en cinco segundos, faltaba una parada y Hamilton iba a parar después. Yo creo que Massa tenía un 60% de posibilidades de victoria en el GP Magiar frente a Hamilton, pero sólo se comenta su abandono meta a la vista, y no como Hamilton pinchó facilitándole las cosas.
Hubo muchas carreras, algunas en las que Hamilton estuvo muy brillante, como en Inglaterra, dónde Massa naufragó, y otras en las que Massa estuvo excepcional.
Los dos pilotos tuvieron varias sanciones de puestos en parrilla y pasos por boxes en carrera por diversas acciones que, según se miren, hubieran cambiado el rumbo del campeonato. Tal vez se excedieron con uno más que con otro, pero no le doy importancia, cosas de las carreras de hoy.
Aludí a Singapur para decir el por qué, para mí, Massa debía haber sido el campeón. Ahora hablaré de Malasia, donde Massa, cómodo segundo tras su compañero Raikkönen, se salió de pista y dejó 8 puntos en la cuneta. El error fue gravísimo. Nadie por delante y nadie por detrás. Y buen tiempo. Sin excusas. Ahí perdió Massa el título.



Massa rozó el título en 2008 y en casa. Pero no pudo ser.




Por eso digo, entre otras cosas, que Hamilton fue el justo campeón, porque creo que Ferrari tenía un coche ligeramente superior y sus pilotos no lo aprovecharon. Y digo que fue injusto campeón, porque en Singapur, donde sumó 6 puntos, esta cita no debería haber contado para el campeonato del mundo, al alterar Renault artificialmente la carrera.

A modo de anécdota decir, que Felipe Massa hubiera sido campeón con todos los sistemas de puntos que hubo en la F1 hasta 2003. Pero con los nuevos no. Se suponía que los últimos cambios eran para favorecer al piloto con más victorias, Massa en este caso. Ahí está la prueba de que no.

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