miércoles, 10 de agosto de 2016

Primera parte de la temporada 2016, análisis

Dominio irritante de Mercedes


Y no, no lo digo porque quiera que gane otro, Ferrari para más señas, ni porque no se lo merezcan ni nada por el estilo, sino porque Mercedes aunque ha arrasado, su margen es cada vez menor.
No cabe duda de que con 11 victorias y 11 poles de 12 posibles están masacrando a la oposición, si es que a esta se la puede denominar así, pero no es menos cierto que sus victorias son por márgenes cada vez menores. De hecho, cada vez que uno de los pilotos de la estrella fallaba en la salida -su punto débil- no recuperaban facilmente hasta la segunda plaza tras su intocable compañero, como era de esperar, sino que en ocasiones se quedaban incluso fuera del podio. Y eso para un equipo que arroya no es normal.
El año pasado, los fallos en las salidas de sus pilotos no les habrían impedido el doblete. Este año sí. Ni Hamilton en Barhein ni Rosberg en Alemania, sólo por citar dos ejemplos, pudieron enmendar sus malas salidas, algo que hace nada -un año apenas- no les hubiese supuesto un gran problema.
Eso sin contar que algunas de sus victorias: Barhein, Mónaco, Canada, Hungría y Alemania, lo han sido con escaso margen. Cierto es que han controlado esas carreras y no han dado opción real a sus rivales, pero no es menos cierto que han estado en un margen ajustado sin lograr grandes diferencias. Sus rivales han estado cerca pero sin tener opción. De ahí lo de “irritante” de su dominio. Un dominio merecido, sin duda, pero irritante por el modo. Prefiero que se larguen y dejan a todos tirados que esto, a tiro pero sin poder ser alcanzados. Da más rabia.
Evidentemente el accidente en la primera vuelta del GP de España ha impedido que ganen todas las carreras, pero no es menos cierto que en Mónaco, aparte del error en boxes de Red Bull, Hamilton ganó saltándose una chicane frente a la pasividad de los comisarios.
Y si nos ponemos a malas, si a Ferrari le hubiesen salido las cosas bien en Australia y Canadá, Mercedes tampoco habría ganado ahí, y “solo” tendría 8 triunfos.
No cabe duda de que van a revalidar ambos títulos, y la única duda es si Rosberg va a poder plantar cara a Hamilton. Rosberg luego de haber ganado las cuatro primeras carreras y llegar a tener 43 puntos de ventaja se ha ido al descanso veraniego a 19 puntos del inglés.



Hamilton y Rosberg se jugarán el título por tercer año consecutivo.



Pero no nos equivoquemos, los 43 puntos no eran gran cosa, el equivalente a 16 -18 puntos en los tiempos en los que las victorias valían entre 9 y 10 puntos. De hecho, este asqueroso sistema de puntuación, que evita cualquier comparativa con los anteriores, facilita más la regularidad que las victorias. Y era justo lo contrario lo que se pretendía.
17 puntos de ventaja (los 43 de Nico a falta de 17 pruebas) ya los perdieron pilotos como Reutemman en 1981 a falta de seis carreras y Prost en 1983 a falta de cuatro. Por tanto, la situación del campeonato no me sorprende, solo espero que haya lucha hasta el final y que Hamilton, el que parece más fuerte, no sentencie. A todo esto, creo que Rosberg se estará acordando de cuando lo dejó pasar en Mónaco al tener problemas de frenos, y como luego se lo pagó Hamilton sacándolo de pista en Canadá. Esos puntos pueden ser cruciales.
El segundo equipo no es Ferrari, como se esperaba, sino Red Bull, que se ha recuperado de un flojo inicio de temporada gracias a las buenas evoluciones tanto en chasis como en motor, esa a cargo de Renault, aunque en su caso se lo denomine TAG-Heuer. Los austríacos han aprovechado todas sus oportunidades menos una -la de Mónaco- y han conseguido los máximos puntos posibles. La sustitución de Kvyat por la estrella emergente -y engreida- Max Verstappen se ha revelado como todo un acierto pese a que las formas no fueran las más, digamos, elegantes.
Verstappen lo está haciendo genial en pista, a diferencia de lo bocas que es fuera de ella, y sus grandes actuaciones le han granjeado aún más respeto del que ya tenía y, de paso, han encumbrado a su ex-compañero Sainz, que le plantó cara en Toro Rosso.
Max se convirtió en el ganador más joven de la historia al ganar con sólo 18 años en Barcelona. De momento todo le parece salir bien y parece estar tocado con la gracia de los dioses.



Max Verstappen tiene el récord de precocidad en F1, y va para largo.




No sólo en Barcelona, donde la mala calificación de los Ferrari, el accidente de los Mercedes, y la mala táctica de su compañero Ricciardo que le facilitaron su victoria ha jugado a favor de él, también en Canadá, Inglaterra y Hungría ha tenido la suerte de su lado.
En Inglaterra estuvo sensacional, pero el segundo puesto debió ser para Rosberg, que fue sancionado por recibir ayuda vía radio. Pero Max, que se salió dos veces de pista, heredó el puesto ante un Rosberg que siempre estuvo por lo negro. Y a Rosberg se lo descalificó “por ayudas en la conducción”. No sé que clase de justicia hay si el piloto que se sale de pista, no una vez, sino dos, sin apenas perder tiempo gracias a las escapatorias asfaltadas acaba por delante de quien no ha fallado a causa de una sanción a todas luces injusta. Eso sí que son ayudas a la conducción.
Ricciardo, pese a no ganar ninguna carrera, se está mostrando muy sólido, sobre todo en calificación, y puede que de aquí a fin de temporada inaugure su casillero de victorias.
Quien parece tenerlo crudo para las victorias este año es Ferrari, Es cierto que las han rozado, pero por un motivo u otro no han podido consumar. La bandera roja y su mala táctica posterior hipotecaron un posible triunfo inaugural mientras que en Canadá, tal vez tendrían que haberse mantenido en pista, pero no deja de ser por ello menos cierto que parar a Vettel con el coche de seguridad virtual en pista hubiera sido un acierto si este hubiese durado apenas 20 segundos más.
En España, su inexplicable bajón en calificación les impidió ganar una carrera que, libres de los Mercedes, debería haber sido suya.



Un Ferrari siempre es algo bello por definición. Las victorias son otra cosa.



Sus malas actuaciones de Silverstone y Alemania, unido al claro progreso y consistencia de Red Bull, hace que Ferrari tenga en estas últimas nueve carreras todavía más difícil -que no imposible- el triunfo.
Uno de los puntos flacos del Ferrari de este año es su falta de velocidad en calificación. Otro es el estrecho margen de temperatura con el que consiguen hacer funcionar de manera óptima los neumáticos. Al menos el motor es tan bueno como el que más, y eso siempre es un consuelo si uno es Ferrarista.
Williams es el primero de los demás, aunque sin brillo y sólo con un podio, el de Bottas en Canadá logrado de manera brillante. Pero Williams cada vez está más lejos de Mercedes, con el que comparte motor. Tanto en 2014 (Austria y Abu Dabhi) como en 2015 (Silverstone) lucharon por la victoria y, de haber estado listos en las paradas, hubieran logrado el triunfo. Pero lamentablemente, al equipo que dominó tantos años la F1 en los 80 y 90 no se le espera. Y es una pena. Pero es que Williams no da salido del hoyo. Y no es de extrañar, ya que cuentan con menos de la mitad de presupuesto que Ferrari, Mercedes, Red Bull y Mclaren. Todos ellos superan los 400 millones de presupuesto, mientras que Williams no llega a los 200, y además se tiene que pagar los motores, a diferencia de Mclaren.
El quinto equipo es Force India, cuyo coche funciona bien en unas pistas y en otras, no tanto. Su sólida pareja de pilotos hace el resto. Y es que tanto Checo Pérez como Nico Hulkenberg son dos excelentes pilotos que merecen una oportunidad. Sería una injusticia, una de tantas, que no lograsen un triunfo en la F1. Hulkenberg pudo ganar en Brasil 2012 bajo la lluvia con su Force india y, también en 2012 y bajo la lluvia, Pérez pudo ganar en Malasia con el Sauber. De modo que clase no les falta.
Checo Pérez dijo que con los Mercedes en pista en Barcelona, Verstappen no habría llegado al podio. Independiente del posible resquemor de estas palabras, sabedor de que él también hubiera podido ganar en análogas circunstancias que Verstappen, no deja de tener su razón. Y es que para ganar hace falta máquina, por bueno que seas. Y claro, al Checo, que no la ha tenido, no le habrá sentado bien el triunfo -merecido- del holandés. Y es que Checo Pérez, al que muchos injustamente llaman piloto de pago, es merecedor también de una máquina con la que poder aspirar a victorias. Lo mismo que su compañero.



Con dos podios (Montecarlo y Europa) Pérez puede estar más que satisfecho de la primera parte de la temporada.



Al Checo le llovieron las críticas por estas palabras, sobre todo de los fans de Verstappen. Pero repito, no dejaba de tener razón.
Toro Rosso es el sexto equipo, aunque por poco tiempo. Sus inicios fueron muy buenos, quedando por delante en parrilla en la carrera inaugural de sus hermanos mayores y pisándole los talones a Ferrari. Y eso a pesar de que en Ferrari, para evitar que les sacasen los colores alguna vez, no accedió a darles el motor actual, teniendo que conformarse con el de 2015 que además, al no poder evolucionar conforme avance la temporada irá cada vez a peor por las mejoras de la competencia. Una lástima, aunque en Toro Rosso ya sabían a lo que se exponían cuando accedieron a ello. Pero es una lástima que Ferrari se negase a suministrarles el motor actual.
Verstappen estuvo, como el año pasado, más afortunado en carrera que Sainz y cuando se largó a Red Bull fue el hijo del “matador” el que cogió, doblemente nunca mejor dicho, el toro por los cuernos del equipo al pasarse su mala suerte a su nuevo compañero, el ruso Kvyat.
Un Kvyat que parece tener los días contados en la F1. Desde que lo descabalgaron de Red Bull no ha estado ni fino, ni afortunado. Sólo brilló en la calificación del GP de Europa. En el resto de citas, bastante por debajo de lo esperado.
Y Mclaren, el séptimo equipo, espera acabar la temporada más arriba. ¿Cuanto? Nadie lo sabe, pero la sexta plaza es algo bastante asumible teniendo en cuenta la diferencia de medios con Toro Rosso. Eso y que van mejorando poco a poco para llegar al nivel que se espera de ellos. Además tienen dos pilotazos.
De Alonso poco se puede decir, siempre en el candelero, y de Button, siempre seguro, ídem de ídem. De hecho, Button me está sorprendiendo gratamente, y es que el veterano inglés también es de los que se crecen en la adversidad y saben sacar buen partido de cualquier cosa que piloten. Eso y sus grandes dotes en carreras bajo condiciones cambiantes, hacen de él un valor seguro y pone difícil la llegada de nuevos valores al equipo. Vandoorne no lo tiene nada fácil.
Mclaren sigue mejorando aunque la excusa de Honda ya no les vale. El propulsor japones ya es digno de esa denominación y aunque tiene que mejorar más, tiene un buen nivel. El déficit de Mclaren hay que buscarlo a partes iguales entre en chasis-aerodinámica y motor. El año que viene el cambio de reglamento les vendrá bien y se les acabarán las excusas. Si no hacen podios, será un fracaso. Otro más.



Mclaren sigue progresando. Pero el paso más difícil está por llegar.



Hass, el equipo debutante que cuenta con apoyo de Ferrari y con motores idénticos a los oficiales -como Sauber- debutó puntuando y con una excelente segunda carrera. Luego se han venido un poco para abajo aunque realmente, para ser su primera temporada no lo están haciendo nada mal. El tiempo dirá a lo que podrán aspirar en años venideros, puesto que en el actual han cumplido su objetivo con creces, a diferencia de Renault, lo que era el año pasado Lotus-Mercedes, que está en un proceso de reconversión similar al de Mclaren el año pasado -aunque sin caer tan bajo- y su único objetivo es mejorar carrera a carrera. A pesar de tener a un debutante, Joylon Palmer y a otro jovenzuelo, Kevin Magnussen, con solo un año de experiencia, los pilotos, ambos hijos de ex-pilotos de F1, no son el problema de una Renault que ha llegado a ser en el GP de Europa el equipo más lento en parrilla.
La mejora de Manor este año ha sido excepcional, cosa lógica si tenemos en cuenta que han pasado de un motor Ferrari de 2014, que no era gran cosa, a un Mercedes actual. Sólo con eso han podido ganar un centenar de caballos, así, por la cara, con lo que su progresión es evidente.
Sus pilotos no lo han hecho nada mal, y el campeón del DTM Pascal Werhlein logró puntuar en Austria, lo que les sitúa por delante del farolillo rojo de este año, el equipo Sauber, que nunca antes había ocupado este lugar, aunque en 2014 fueron anteúltimos sin sumar un solo punto.
Rio Haryanto, pese a las críticas, ha funcionado de manera más que correcta y en alguna ocasión se ha permitido el lujo de superar a su compañero. Nada mal, aprobado. Pero el dinero se acabó, como dice la canción de Amaral, y su puesto lo ocupará a partir del 28 de agosto el francés Esteban Ocon, y es que a Manor no le sobra pasta y tiene que recurrir a quien pueda pagar. C´est la vie.



Sauber 2016: en la cuerda floja.



Sauber es la sorpresa negativa de la temporada, este podría ser su peor año en la F1 e incluso, el ultimo. Sin dinero, con acreedores, el Sauber no evoluciona y por tanto, se queda atrás. Poco que decir de un equipo que como BMW Sauber logró una victoria en 2008 y mantuvo a Kubica en liza por el título. Veremos que pasa con ellos, si logran sobrevivir -aunque sea bajo otro nombre- o si por el contrario, desaparecen.
Como cierre, la buena noticia de la liberación de la suegra de Bernie Ecclestone a cargo de la policía de Sau Paulo.

Nos vemos en Spa.

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