Stupid days
Los “filming days” o días de
rodaje, provienen del GP de Brasil de 2004 cuando todos los equipos
de F1, sin excepción y sin pensar en las consecuencias, se
confabularon contra Ferrari – y por el bien de la F1 ¡!- con el
único objetivo de limitar el uso de la pista de Fiorano a la
Scuderia. El objetivo era cortar las alas a una Ferrari dominante
impidiéndole probar a su aire -cosa que hacían todos- pero que
Ferrari podía hacer de manera más cómoda al tener un circuito en
sus instalaciones.
El hecho de que esa pista datase de
1972 o que hubiera equipos -como Williams- que hacían más
kilómetros de pruebas no lo tuvieron en cuenta.
El acuerdo al no ser firmado por
Ferrari no tuvo validez por el pacto de la concordia, que exigía
unanimidad de los equipos para tales cambios, pero el resto de
equipos quiso “cumplirlo” para hacer fuerza.
BAR, uno de los firmantes, buscó en la
letra pequeña de ese supuesto acuerdo entre caballeros para
burlarlo...
Finalmente Ferrari fue cediendo, y de
la limitación de test, se pasó a su prohibición, con apenas unos
pocos días marcados en el calendario para ello.
No hace falta decir que la falta de
pruebas de los coches se ha compensado de mala manera con los
simuladores. Al final, por mucho simulador que tengas, no hay nada
como poner el coche en pista, y el no poder hacerlo ha perjudicado
mucho a los equipos en primera instancia y a Pirelli en segunda.
No hay más que ver como Mercedes se
saltó la prohibición en 2013 -y se saldó sólo con una ligera
multa- porque tenían que encontrar soluciones sus problemas de
neumáticos como fuera, saltándose la legalidad sí era preciso.
Cosa que hicieron.
O como en Mclaren se quejaban de no
poder probar el coche en pista en 2015, lo que les impedía un
correcto desarrollo. Eso pasa por firmar chorradas, que luego se
vuelven en tu contra.
Entre eso, y que las ideas estúpidas
suelen cuajar, tenemos a la F1 como único deporte -creo que las
motos se han sumado hace poco- que tiene prohibido entrenar.
El nuevo Ferrari SF70H rodando tras un modelo de calle en un día de rodaje. Que desperdicio, que idiotez. |
De ahí que se hagan inventos como los “filming days” cuyo único fin es rodar el coche, pero rodar de andar, no de filmar, para ver si todo está correcto.
Las imágenes rodadas no valen en
realidad para nada, salvo para verlas en youtube, mientras que el
coche puede hacer un máximo de 100km a bajo ritmo, que al menos vale
para detectar pequeños problemas y poder solucionarlos de cara a los
test “de verdad” evitando valiosas pérdidas de tiempo.
Que se dejen de imbecilidades y dejen
de una puta vez probar a todo Dios. ¡Test libres ya!
Con eso además gana el público, que
tiene más oportunidades de ver a los coches en acción.
El simulador nunca podrá igualar un
coche en pista, y si a eso le añadimos que los simuladores sólo
valen como elemento de pruebas científico -como poner un motor en el
banco- queda claro que no son el sustituto de las pruebas, sino un
complemento más.
Que prefieren, ¿ver a los coches en
pista o que se ensaye a base de simuladores en fábrica?
Ya sé la respuesta. Y que nadie se
engañe, el que tenga más medios siempre va a salir beneficiado, así
no busquen formas artificiales de cortarle las alas a un equipo.
Sin duda que a Ferrari no le ha venido
bien esta estúpida norma, pero a los demás tampoco, ya que el hecho
de prohibir las pruebas en pista no favorece a los pequeños, puesto
que tienen que recurrir a caros y sofisticados simuladores que, o
bien no están a su alcance, o los que tienen son peores que los de
los equipos grandes. En cambio, las pistas son iguales para todos.
Otra cosa es que puedan probar más o menos, pero eso es cuestión de
pasta. Y volvemos a lo de siempre.
En resumen, que limitar las pruebas no
redunda en una mejor competición ni en más oportunidades para los
menos pudientes. La cosa queda exactamente igual sólo que con una
estúpida limitación más.
".. las ideas estúpidas suelen cuajar..", ¡qué gran verdad!, y no sólo con el tema que nos ocupa. Además se trata de ideas generadas por altos cargos y personal que se supone competente.. Me imagino que el sentido común está en algún sitio, probablemente en la cola del paro..
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