lunes, 4 de septiembre de 2017

GP de Italia 2017

                           Waiting for Whiting







El GP de Italia de 2017 -en el que Ferrari celebraba su 70 aniversario- fue un GP aburrido, monótono y predecible, pero fue un GP con cosas dignas de recordar y que, de no haber llovido, habría tenido un nuevo récord de velocidad. Pero llovió, y como sucede en la F1 ultimamente en estos casos, cuando llueve, la lluvia no es la protagonista, ni los pilotos, sino que lo es la FIA, concretamente Charlie Whiting.
Y es que Charlie Whiting ha demostrado por activa y por pasiva que no está a la altura del cargo que ostenta. Ya va siendo hora de que dimita, o le dimitan.
No es de recibo lo de la calificación del sábado, parada durante casi dos horas y media, dando lugar a tres y media de calificación. Y todo al final para acabar la sesión, la Q3, en unas condiciones iguales o peores a las que hubo durante el parón. Incluso diría que igual de malas que cuando esta se interrumpió por el accidente de Grosjean. Creo que lo suyo habría sido reanudarla, sino en el acto, pasadas las dos y media de la tarde, porque ya se veía que la situación no empeoraba. Y es que la pista estaba para correr.
Claro que entiendo que Whiting no se la quiera jugar, porque sabe que si luego pasa algo, la mayoría de los que le critican por parar la sesión, luego se le van a tirar a la yugular por no haberla detenido. Pero hay que estar por encima de esas cosas y obrar con sensatez. Si no puedes, entonces deja paso a otro que sí pueda hacerlo.



Whiting no se cansa de dar razones para que pidamos su dimisión.



Dicho esto, la FIA, que tanto “mira por la seguridad”, debería dejarse de estupideces y permitir excepciones en el parque cerrado en caso de cambios climáticos. Digan lo que digan, un coche reglado para agua siempre será más seguro que uno que no lo está. Eso no supone ningún sobrecoste para los equipos y el trabajo extra de los mecánicos es ridículo. A cambio tenemos coches más seguros en pista. Vuelvo a repetir, que de haber estado reglados para agua los coches en aquel fatídico GP de Japón 2013, tal vez ni Sutil ni Bianchi se habrían salido de pista, o no los dos. Como fuere, los coches son más seguros de estar adaptados a las condiciones a las que se han de enfrentar que si no lo están. Es de cajón, ¿no?
Y ya de paso, aprovecho para decir que no hay que limitar los neumáticos de agua (mixtos y de lluvia) ya que eso también es jugar con la seguridad de los pilotos. Y con el espectáculo, porque en caso de un GP enterito pasado por agua, los pilotos apenas rodarían en los libres para ahorrar gomas de cara a la calificación y carrera. Un sinsentido. Y un dato más, detalle sin importancia pero que tengo que decir: lo mismo que no hay neumáticos de seco extremo, no los hay de lluvia extrema. Hay de seco (con varios compuestos), mixtos para cuando la pista se está secando y de lluvia, estos dos últimos con un único compuesto.
La calificación pasada por agua, cuando por fin se disputó, fue una delicia, un placer para los sentidos, sobre todo la Q3, con más agua. Hamilton marcó la pole y desempató con el Kaiser logrando su pole número 69 haciendo un vueltón siendo, además, el más listo de la clase, ya que puso un juego nuevo al final. Sólo él lo hizo y acertó. De cualquier manera los protagonistas fueron Ocon y, sobre todo, Stroll.



Lance Stroll fue la sorpresa -y el héroe- del sábado.



Que Ocon era bueno en agua era algo sabido, pero lo de Stroll fue una grata sorpresa. Del canadiense en estas condiciones lo único que me esperaba es que se mojase. Pero estuvo excepcional. Está haciendo una temporada no muy buena, lo que le ha valido duras críticas, que si está ahí por el dinero de papá, etc... olvidando que ha ganado en fórmulas inferiores. El caso es que en Baku, circuito difícil, lo hizo muy bien. Y ahora en Monza bajo la lluvia, también.
Los Ferrari naufragaron y los RB secundaron a Lewis -aventajando por muy poco a Stroll y Ocon, cuyos coches son claramente inferiores. Las penalizaciones de los RBs permitieron a Stroll situarse en primera linea y ser el piloto más joven en lograrlo sucediendo a Verstappen.
Los RB, por las penalizaciones, nunca disputaron la pole. Yo soy de la opinión de que, en caso de haberla logrado, sumase a su palmarés, cosa que no sucede actualmente. El no partir en la pole no quiere decir que no la hayas logrado, por tanto, debería sumar.



Ocon fue otro de los destacados del sábado. Pero eso de decir que no iba a atacar a Hamilton está fuera de lugar.



La lluvia, además de alargar innecesariamente la calificación, evitó que se superase la pole récord de Barrichello de 2004 en 1,20”089 a 260,365 km/h, la pole más rápida de la historia de la F1. No así su vuelta más veloz, ya que ese mismo año Montoya, en la preclasificatoria, giró en 1,19”525 a 262,242 km/h.
Antes se calificaba con gasolina para la carrera -en la preclasificatoria era una vuelta de calificación pura- por eso la pole es más lenta. Barrichello fue medio segundo más veloz que Montoya y Schumi, pero mientras que el colombiano llevaba la misma carga de gasolina que el brasileño -iban a dos paradas- Schumi llevaba más combustible, ya que iba a solo una. Eso hace suponer que, en caso de calificar como es debido, los Ferrari hubiesen podido bajar a 1,19”0.
Teniendo en cuenta que este año se ha mejorado la vuelta rápida en 2”, y que se suele mejorar menos en calificación que en carrera, parece que el récord de la pole podría haber caído, no así el absoluto.
Los récords de vuelta de Barrichello en 2004 (1,21”046 a 257,321 km/h) y el de carrera de Schumacher en 2003 a una media de 247,586 km/h, nunca estuvieron en peligro. Tal vez el año que viene, si no llueve, la FIA no ralentiza los coches y no se cambia el trazado, puedan caer. Que conste que todos estos récords son los de velocidad media más alta de la historia de la F1 en su categoría: pole, vuelta rápida y carrera.



Montoya, Williams BMW, sigue siendo el más rápido a una vuelta de la historia de la F1. De manera oficiosa, eso sí.



La carrera tuvo poca historia, lo más destacado el gran adelantamiento de Ricciardo a Raikkönen y poco más. Poco más pero hay que comentarlo.
Los Mercedes volaron y, una de dos, o tienen un coche que funciona al pelo con poca carga, o el motor Mercedes es mucho mejor que el Ferrari y, por tanto, que los demás. Tal vez un poco de todo. Fue el GP que han ganado con más autoridad. Si los Ferrari estuvieron más cerca de lo esperado de los Mercedes en Spa, aquí estuvieron mucho más lejos. Fue su peor fin de semana de carrera del año por prestaciones y, de no haber penalizado los RB, dificilmente hubieran hecho podio. En esta carrera fueron el tercer coche. Para que luego RB se queje de Renault...
Verstappen hizo un favor a Ferrari cuando arruinó su carrera al colisionar con Massa. No es la primera vez que anda metido en esta clase de jaleos. Sería bueno que se calmase y reconociese sus errores alguna vez. Fue claramente su culpa.



Vettel salvó los muebles -y el honor- de Ferrari en casa.




Alonso se quejó de Palmer, que se saltó la chicana y no devolvió posición. Los 5” que le endosaron les pareció “de risa”. En esa tesitura, ¿que le deberían haber metido a Hamilton en Mónaco y, sobre todo, a Hamilton y a Max en México el año pasado? Sólo Max tuvo una triste penalización de 5” por tragarse medio circuito y taponar a Vettel, lo cual propició que Ricciardo lo atacase y luego, el alemán fuese castigado por su defensa de posición (en realidad la defensa fue la excusa, lo castigaron por insultar a Whiting). A todo esto, Lewis de rositas.
Como fuere, Alonso tendría razón en estos casos, pero no en el suyo, ya que no dejó espacio a Palmer -que estaba a su lado- para trazar. Por eso se saltó la chicane el inglés. La típica inconsistencia de los comisarios.
En el podio, unos silbidos a Hamilton por eso de ser el nuevo líder. De nuevo grande, se lo tomó con humor, ya que sabía que era “el enemigo” y que no había nada personal, simplemente disgusto por haber aguado la fiesta a los tifosi en el GP de casa.
Un GP en el que Ferrari celebró sus 70 años como fabricante de automóviles.



Ferrari celebró su 70 aniversario, pero no como le hubiera gustado.




Para finalizar, Marchionne, el presidente de Ferrari. No es que me guste mucho este presidente, pero me han gustado sus palabras: “no importa que saliésemos atrás en parrilla, el domingo todos podíamos correr y nosotros no lo hicimos. Tenemos que trabajar el doble para borrarles la sonrisa de la cara”. Esa es la actitud, si señor.

2 comentarios: