miércoles, 13 de diciembre de 2017

Mujeres en la F1



                     Y en el mundo del motor




María Teresa de Filippis, pionera en la F1



Las mujer ha estado ligada al mundo del motor desde siempre, y no sólo como reclámo publicitario o simples espectadoras, sino ocupando distintos puestos, incluso el de piloto, como María Antonietta Avanzo y Elisabetta Junek en los años 20.
Sea como sea, la mujer siempre ha estado minimamente representada en el mundo del motor a cualquiera de los niveles. Entiéndase representada como que no ocupa apenas puestos. Y no me refiero sólo a la F1 o al deporte del motor, sino a su industria y todo lo que la rodea.
Vaya por delante que una mujer no tiene que estar en la industria de la automoción o, para el tema que más nos concierne, el deporte del motor, si no quiere. Una mujer ha de estar donde le de la real gana, porque de lo que se trata es de tener las mismas oportunidades, no de ocupar puestos por leyes absurdas, como la de paridad. Y es que a día de hoy, aunque falte mucho para una integración total de la mujer en el terreno laboral, se han hecho grandes progresos -al menos en occidente- y si apenas hay mujeres en el mundo del motor, eso es debido, principalmente, a que a ellas les gusta menos el tema que a los hombres.
Basta con darse una vuelta por concesionarios y demás, para ver que apenas hay chicas. Es muy raro verlas en las escuelas de formación profesional en la rama de mecánica y, en las concesiones, las ves en ventas y administración, rara vez oficiándo de mécanico o chapista. Las hay, sin duda, pero yo no las he visto.
Mi hermano sí vio una, y esta le dijo que el 131 era uno de los mejores coches de serie, lo cual, teniendo en cuenta que mi hermano y yo tenemos uno -y nos encanta- era, como me comentó luego un amigo, para pedirla matrimonio.



Hay pocas mujeres en el mundo del motor, y mecánicas, todavía menos.



Anécdotas aparte, simplemente digo que el mundo del motor interesa más a los hombres que a las mujeres. Y esto no es ni bueno ni malo, sencillamente es así. Ahora bien, si una mujer quiere dedicarse a ello, puede perfectamente. No vemos a negar que, como el mundo no es perfecto, puede tener -de hecho muchas veces así es- más dificultades a causa de prejuicios y, ¿por qué no decirlo?, del machismo. Así todo, la mayor causa de tan gran diferencia entre el número de hombres y mujeres que hay en este sector se debe más a que, en lineas generales, este es un mundo que a ellas les apasiona menos, por encima de cualquier otra consideración, ya sea de orden político o social.
En referencia al deporte, en el tema del pilotaje, el por qué llegan tan pocas y con escaso éxito, es algo que desconzco. Lo desconozco porque creo que la mujer está igual de capacitada que el hombre para conducir. No veo diferencia alguna. No creo que por ser hombre uno tenga más habilidad -ni arrojo- para ello. Cierto que la diferencia física entre hombres y mujeres hace que en la mayoría de los deportes haya categorías masculina y femenina, pero en el automovilismo eso no creo que influya, no de forma determinante.
Un ejemplo, creo que la mayoría estamos de acuerdo en que Hamilton es mejor que Bottas, y lo atribuimos al mayor talento o habilidad del inglés, no a una mejor condición física. Jensson Button, que practicaba triatlon como entrenamiento -y diversión- a la vez que pilotaba, seguramente era el piloto más en forma de todos, pero eso no lo convertía en el mejor. Creo que ya saben por donde voy.
En resumen, entiendo que haya menos mujeres piloto en la F1 porque les gusta menos por un lado, y tienen más dificultades por otro pero, ¿que no haya apenas? ¿Y que las pocas que han llegado apenas destacaran? La verdad que eso no lo entiendo porque creo que pueden hacerlo igual de bien que sus colegas masculinos y, una vez hayan llegado a la F1 -o lo que cuadre-, deberían poder confirmarse.
Ya hemos visto que de momento no es así, pero no deja de llamarme la atención como hay niñas que son capaces de ganar los disputadísimos campeonatos de karts a niños y luego, por los motivos que sea, no tienen proyeción, se diluyen por el camino.



Muchas niñas triunfan en los karts, pero luego no terminan de eclosionar. En la foto: Marta Garcia, Marta Ariza, Maya Weug, Laia Fontecha y Marta Lago




A día de hoy no vamos a negar que, quién más quién menos, todos estamos deseando llegue una mujer a la F1 y, a ser posible, pueda imponerse.
Taru Rinne, la bella piloto de motos finlandesa, se inició en los karts, donde en 1981 le ganó el campeonato de Finlandia de 85cc mini-class a nada más ni nada menos que a Mika Hakkinen. Y hay más ejemplos, algunos de ellos recientes, como el de Marta Ariza, becada dentro de la academia Ferrari en 2014.


La mujer en la F1



Dentro del campeonato del mundo ha habido cinco: María Teresa de Filippis, Lella Lombardi, Divina Galica, Desiré Wilson y Giovanna Amati, que serían el doble si contamos a las que han estado -o están- en el rol de probadoras: María de Villota, Simona de Silvestro, Sussie Wolff (antes Stoddart), Carmen Jordá y Tatiana Calderón.
De estas últimas diría que Sussie Wolff es la más cualificada y Carmen Jordá, la que menos. De hecho, la primera podría, en mi humilde opinión, estar en una parrilla de F1, mientras que la Jordá ni en broma. Y que conste que esto último no me agrada decirlo, pero es así.
Respecto a las primeras, a las pilotos "oficiales", sólo las dos primeras, las italianas De Filippis y la Lombardi, han conseguido correr en la F1. Las otras no consiguieron calificarse.
Cierto es que De Filippis nunca estuvo nada cerca de los tiempos de cabeza -de hecho, estuvo muy lejos- pero también habría que ver la calidad del material de que disponía. Corrió tres carreras en 1958 con un Maserati 250F, mientras que en Mónaco 1958 y 59, la primera con Maserati y la segunda cn Porsche, no pudo clasificarse.



Monjuit 1975, por primera -y de momento única- vez, una mujer puntúa en la F1. El honor es de Lella Lombardi.



La Lombardi lo hizo bastante mejor. Corrió durante tres años, de 1974 a 1976 y, de 17 intentos, corrió en 12 ocasiones, destacando su sexto lugar en el GP de España de 1975 y el séptimo de Alemania -en el temible Nürburgring- de ese mismo año.
Su sexto lugar en Montjuic la convierten en el único piloto -de cualquier sexo- en haber sumado puntos sin lograr ni uno. Este juego de palabras es debido a que dicha carrera se detuvo antes de tiempo por el accidente del Embassy Hill de Stommelen -en el que fallecieron dos espectadores- y, al no cubrirse la distancia necesaria, se repartieron la mitad de los puntos, sumando ella 0,5. De cualquier modo, Lella Lombardi es la única mujer que ha logrado puntuar en la F1.
La británica Divina Galica lo intentó tres veces, una en 1976 y las otras dos en 1978, estando muy cerca la primera vez -Gran Bretaña 1976-, donde por cierto, superó claramente a Lella Lombardi.
Desiré Wilson -Sudáfrica- lo intentó, sin éxito, una sola vez, en Gran Bretaña 1980, aunque sí corrió, fuera de campeonato, el GP de Sudáfrica de 1981 que, de no ser por la guerra FISA-FOCA, habría sido puntuable. Asimismo, corrió el campeonato Aurora -que se disputaba con coches de F-1, entre otros- logrando ganar en Brands Hatch en 1980 con su Wolf.
Más intentos tuvo la italiana Giovana Amatti en 1992 con el Brabham, tres exactamente. Ni máquina ni piloto dieron la talla. Brabham la dio la oportunidad, entre otras cosas, en su intento de encontrar un patrocinador. Pero al no llegar este, ni acompañar los resultados de ella, la relación se rompió.


Fuera de la F1



Fuera de la F1 la mujer ha tenido, en el mundo del automóvil -y las motos- más exito.
En las motos tenemos a Ana Carrasco, ganadora de una carrera del mundial de Supersport 300 este mismo año, la antes mencionada Taru Rinne -pole en el GP de Alemania de 125 de 1989- o la dakariana Laia Sanz.
Taru Rinne.
En coches, en las pistas ha habido varias. La que más destaca es, sin duda, Danica Patrick, ganadora de una carrera de la Indy Car, capaz de liderar las 500 de indianápolis y brillar en la NASCAR.
Otra que recuerdo es Ellen Lörh, que no lo hacía nada mal en el DTM a mediados de los 90, al igual que Sussie Stoddart años después. Algo menos brillante era Vanina Ickx, la hija de Jackie.
Fuera de las pistas hay más: Jutta Kleinschmidt, ganadora del Dakar en 2001 -antes corría en motos- y, sobre todo, la grandísima Michelle Mouton, ganadora de cuatro rallyes del mundial: San Remo 81; Portugal, Acrópolis y Brasil 1982, siendo ese año además, subcampeona del mundo con más victorias que el campeón, el alemán Walter Röhrl.



Fabrizia Pons al lado del monstruo, la leyenda, la Diosa, Michelle Mouton.



Por si esto fuera poco, en 1985 ganó la Pikes Peak con récord de la prueba incluido -y eso que los organizadores no la querían dejar correr por ser mujer- y en 1986 ganó el campeonato alemán de rallyes.
La Mouton es la demostración de que sí se puede, siendo la francesa muy crítica con la española Carmen Jordá, a la que acusó de no tener nivel suficiente en el automovilismo. La francesa aduce que las mujeres pueden correr en igualdad de condiciones frente a los hombres -como ella ha demostrado- mientras que la española aboga por una disciplina del motor separada, como pasa en la mayoría de los deportes: tenis, atletismo, etc... y a esta la apoya el hecho de que las mujeres de éxito en el mundo del motor se reducen a Michelle Mouton y poco más. Las dos tienen parte de razón.
Por mi parte, creo que sería estupendo que más mujeres llegasen a la cima de los deportes del motor, pero está claro que no es fácil y los motivos, los desconozco.
Tal vez alguna mujer importante me he podido dejar en el tintero. En ese caso, mea culpa, pero creo haber puesto las más destacadas.


1 comentario:

  1. La sudafricana Desiré Wilson ganó una carrera del campeonato Aurora AFX de 1980 en Brands Hatch con su Wolf WR4. Única mujer en ganar una cita de este campeonato y una de las primeras -sino la primera- en ganar una prueba internacional de monoplazas. No lo puse en el artículo porque entonces, no lo sabía, pero sin duda es todo un logro. Ya correjí ese fallo.
    Además, corrio carreras de F1 no puntuables -como De Filippis, Gálica y Lombardi- pero una de ellas, el GP de Sudáfrica de 1981, hubiera sido puntuable de no ser por la guerra FISA-FOCA. Claro que la ausencia de Ferrari, Renault, Alfa Romeo y Ligier-Talbot le facilitó su calificación -salió 16ª-, pero sin duda se habría clasificado. Y lo hizo muy bien, a sólo medio segundo de su compañero Cheever. Y con ello habría puesto su nombre como participante en una carrera del mundial.
    De Filippis, por su parte, fue 5ª en el GP de Siracusa -no puntuable- de 1958, pero a cuatro vueltas del ganador, Luigi Musso.

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