domingo, 21 de enero de 2018

Control presupuestario

Círculo vicioso, contradicciones y falta de imaginación








Cualquier deporte que queramos hacer supone un gasto, como poco, de tiempo. Salvo salir a correr y poco más -y aún así hay quien se gasta una pasta en equipación-, cualquier deporte requiere unas instalaciones y una inversión. Jugar al fútbol ya no es tan sencillo como antaño, de niño llegué a jugarlo en un cruce de carrereta, y ahora mismo hay que irse a unas instalaciones. Y no siempre son gratuitas ni baratas. Sino que se lo digan a quienes quieren jugar al tenis.
En resumen, que dedicarse al deporte a nivel profesional es caro porque requiere de mucha inversión.
Y si este deporte es del mundo del motor, ni te cuento. A lo básico hay que añadir el vehículo, su mantenimiento y preparación, etc... Así que la cosa se dispara.
En F1, donde se fabrican los coches más sofisticados del planeta -y los más rápidos- teniendo que llevarlos, cual Phileas Fogg, a dar la vuelta al mundo, los presupuestos de los equipos punteros, que llegan a contar con hasta cerca de un millar de empleados -al circuito van bastante menos, 20 o 30- roza los 500 millones de euros. Eso es lo que gastan Ferrari, Mercedes, Red Bull y Mclaren. Renault está en un término medio con 270 y los siguientes no llegan a 200 (Force India, Williams), y de ahí para abajo.
En comparación con los presupuestos que manejan los grandes clubs de fútbol de Europa -hasta 900 millones- que no tienen que fabricar nada y sus desplazamientos y número de empleados es menor, la cosa no se me hace en absoluto cara.
Sin embargo la FIA quiere controlar los gastos. Hace años querían limitarlo a 40 millones, ¿o eran 90?, al año. Ridículo. Eso está bien para una fórmula de promoción pero, ¿para F1? Por favor...
Eso sí, la FIA debe poner límites a los fabricantes para evitar gastos absurdos y que se metan en espirales de gasto sin sentido, lo mismo que pone límites a los coches para que no sean ni demasiado rápidos, ni peligrosos.
Po ejemplo, limitando los test en pista o el uso del túnel de viento. Y es que algunos equipos, en su afán de no dejar nada al azar, llegaban al absurdo de hacer kilómetros y kilómetros en pista sin ton ni son, de usar los túneles de viento -a tres turnos- 24 horas al día los 365 días del año y, a ser posible, dos mejor que uno, etc...



Eddie Jordan, a quién no se le puede acusar de no disfrutar de la vida, fue el principal impulsor del descanso estival.



Es lógico pues, que la FIA controle eso, obligue a tomar vacaciones -el famoso descanso estival impulsado por Eddie Jordan-, limite el uso del túnel y demás.
Al respecto de las vaciones forzosas, me pasa un poco como con los motores, que dicen dan -la parte elcéctrica- 163CV durante medio minuto, que no giran a mas de 15,000rpm, etc... vamos, cosas que me tengo que creer más por fe que por otra cosa.
La limitación de test no me parece mal, pero que nadie se lleve a engaño, hablo de limitarlos, no de prohibirlos. Y esta sería una limitación dentro de lo razonable, para que a nadie se le ocurra irse a entrenar en invierno a sudamérica, entrenar a lo largo del año casi todas las semanas con un equipo "B" y cosas por el estilo. Estoy a favor de probar en pista, pero sin que se nos vaya la "olla".
La FIA debe controlar esas cosas para evitar los círculos viciosos de gastos de esta índole, unicamente porque: "como los demás los hacen, lo haremos nosotros también, por si acaso". Y es que somos así. El que tiene los medios, la pasta, no escatimará en gastos, por absurdos que puedan llegar a ser, para ganar, hasta que viene el gestor de turno y cierra el grifo. Y cuando lo hace, la mayor de la veces es abandonando la competición.

Las contradicciones vienen dadas, entre otras cosas, por cosas sencillas en las que se podría ahorrar y por cosas que se prohiben pero que no suponen sobrecoste alguno.
De lo primero se puede citar la absurda obligación de obligar a fabricar el coche -el chasis- a los participantes y a la vez -esto es peor- obligarles a hacer uno nuevo cada año, teniendo que alinear dos coches. Una cosa es no querer que la F1 acabe como un campeonato de promoción -un solo o un par de fabricantes de chasis y de motores- y otra muy distinta no dejar a equipos correr con material alquilado o comprado. En las motos sucede -de lo contrario correrían cuatro gatos en MotoGP- y además, eso permitiría a equipos con menos presupuesto poder correr aquilatando los gastos. Si a eso añadimos el dejar alinear un único monoplaza, el ahorro es todavía mayor.
Lo mismo que se venden motores a otros equipos, ¿por qué no el coche entero? Luego, ese equipo se encargará de mantenerlo y de mejorarlo, como hacen los preparadores con los turismo. Nadie obliga a estos a hacerse su propio turismo. Pues aquí, igual.




Con un Mclaren privado, Emilio de Villota se inscribió en el GP de Inglaterra de 1977. Hoy día no es posible.



En el GP de Inglaterra de 1977 hubo 40 inscritos, con 8 Marchs, 5 Mclaren -equipo actual campeón-, 3 Hesqueth y 3 Surtees, fuera aparte de los dos habituales por equipo. Mucho mejor esto que las raquíticas parrillas actuales, ¿no?
En el segundo caso tenemos la mamarachada del parque cerrado y su imposibilidad de cambiar reglagles del coche. Eso está bien para que los mecánicos descansen y tal pero, en caso de cambio de las condiciones climáticas, no se permite tocar el coche, y modificarlo de seco a mojado no supone un gran esfuerzo, no hay sobrecoste -los mecánicos están ahí- y los coches son más seguros.
Lo mismo para los muletos -coche de reserva- ahora prohibidos. Cuando un chasis se daña, el equipo debe pasar toda la mecánica a un chasis "desnudo", lo que supone un trabajo extra desmesurado, mientras que de disponer de un muleto, que no tiene que ser obligatorio sino opcional, la cosa quedaría resuelta con cambiar el asiento. Eso habría permitido a Alonso calificar en Mónaco 2010 con el Ferrari, pero al no haber muleto, no hubo tiempo y salió último. Grosjean habría corrido en Singapur y Brasil 2016, y Kimi en Malasia 2017. Creo queda claro lo absurdo de la normativa.

Para finalizar, la falta de imaginación. Cuando hablan de ahorrar costes, lo único que se les ocurre es limitar los motores. Jean Todt retoma la absurda idea de motor único de Max Mosley. La idea hace aguas por dos motivos.
Uno es que Ferrari es un fabricante de coches "de verdad" y se hace el coche enterito, siendo el motor una pieza cable. Un Ferrari con un motor de otro, ni es Ferrari ni es nada. A los demás les puede dar igual, pero no así a Ferrari.



Por mucho que se empeñen, los tiempos del mítico Ford Cosworth DFV no van a volver.



Y dos, la época del mítico Cosworth DFV no va a volver, esa en la que una pequeña estructura con buenas ideas podía hacerlo bien -incluso ganar- instalando un DFV, ya pasó. Pueden equipar todos los F1 el mismo motor, que la cosa no va a mejorar demasido. El campeonto se lo van a seguir disputando los de siempre. No hay más que ver que el motor campeón de estos últimos cuatro años lo equipan -o han equipado- equipos medios -Force India- y pequeños -Manor- sin incordiar a los grandes. Y es que la cosa está tan especializada hoy día, que ni con el mejor motor puedes aspirar a nada si no tienes una muy buena estructura debajo. Puedes acertar y tener un día bueno, pero al final, te pasan por el rodillo. ¿De que sirvió la congelación de 2009? De nada. ¿Hubo más igualdad? No. ¿Más equipos? Tampoco.
No es fácil hacer recortes en un deporte en el que se fabrica el coche más sofisticado del mundo, pero poner límites sólo al motor, recortar sólo atacándolo a él, es absurdo. ¿Por qué no limitan las horas del túnel de viento? ¿Por qué no limitan el número de alerones, carrocerías y fondos planos a usar a lo largo del año?
Lo mismo que limitan los motores, pueden limitar el resto. Pero eso no lo tocan, porque aparte de falta de imaginación, la mayoría de los equipos de F1 se dedican a hacer chasis y aleroncitos, y no les hace ni pizca de gracia les digan: tienes tres configuraciones disponibles al año, como en la resistencia.
Es más fácil ir al motor, al fin y al cabo, aunque la F1 sea la cumbre de los deportes del motor, todos los equipos que participan en ella, salvo Ferrari, ven a este como un mal necesario.



Renault logró dos títulos de pilotos -y otros tantos de constructores- gastando casi la mitad que sus rivales.



Aclaro para quien dude: Mercedes y Renault han adquirido equipos de F1 establecidos, como si los hubieran subcontratado. Con un motor único, si no les interesa seguir, los venden y listo, alguien se ocupará de ellos. Ferrari no es el mismo caso, ni mucho menos.
No tengo muchas ideas para dar a la FIA para controlar los costes, lo poco que he dicho aquí y poco más, como simplificar los motores -reducir la parte híbrida por ejemplo-, pero de lo que no tengo ninguna duda es que acotando sólo a los motores no es el camino, no mientras queramos esté Ferrari. Y para mí una F1 sin Ferrari, es lo mismo que un Ferrari sin motor Ferrari.
Tal vez puedan pedir consejo a Ross Brawn, que ganó el título de 2009 sin un duro, o a los gestores de Renault, con el inefable Briatore a la cabeza. Porque cuando Alonso ganó sus dos títulos, Renault gastaba la mitad que Ferrari, Mclaren y Toyota.

Está claro que abaratar se puede, aunque no sea sencillo. A quien se gasta 500 milones no le va hacer gracia le digan que sólo puede gastarse 300, y no se puede obligar a nadie a un techo de gasto. Pero sí se pueden controlar otras cosas, sólo hay que echarle un poco de imaginación.

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