jueves, 18 de junio de 2015

Gilles & Henri

     Gilles & Henri, ¿tan buenos eran?


   Hoy vamos a hablar de dos mitos, uno de F1 y otro de rallyes. Conocidos de siempre, pero hoy todavía más gracias a internet y las redes sociales. Es muy fácil encontrar de ellos hoy día tal cantidad de fotos que, en su época, nos parecería inimaginable.
  Me refiero al canadiense Gilles Villeneuve y al finlandés Henri Toivonen,  ambos encumbrados a la categoría de mito gracias a sus cualidades dentro y fuera de la pista y, lamentablemente, por su prematura muerte haciendo lo que les gustaba.
  No son los primeros pilotos buenos y queridos que se dejan la piel en el asfalto, bien es cierto que en el mundial de rallyes apenas ha habido víctimas mortales, no así en la F1, dónde hubo muchos, algo que, afortunadamente, ya no sucede.
   No voy a tratar aquí de porqué se convirtieron en las leyendas que son hoy día, sino en intentar ver lo buenos o no que eran realmente.
 ¿Eran tan buenos como se dice? Yo creo que no. Eran muy buenos, claro que sí, fabulosos, y en determinadas ocasiones simplemente inalcanzables pero, ¿los mejores?  No lo creo, al menos no siempre. Lo que hubiera sucedido de no haberse truncado sus carreras nunca lo sabremos, pero se tiende a imaginarlos dominando de una manera aplastante y, ciertamente, mientras corrieron eso jamás sucedió.



Gilles Villeneuve.



 Empezaré por el canadiense, Gilles Villeneuve, un piloto rápido -obvio-tremendamente espectacular, limpio, que caía la mar de bien y con una pasión por las carreras prácticamente insuperable. A propósito de esto último hay una entrevista que le hicieron en 1980 en la que refiriéndose al accidente sufrido por Clay Regazzoni en Long Beach, dónde el suizo perdió la movilidad de las piernas, Gilles comentó: “Lo que sentiría es tener un accidente como el de Regazzoni. Es terrible, no podría continuar corriendo”
  Ojo, no dice lo terrible que es el no poder caminar, sino el no poder correr, tal era su pasión.
   Sus comienzos no fueron fáciles, pero le cayó en gracia al comendatore Enzo Ferrari quién le protegió. No sólo le perdonaba sus muy habituales salidas de pista sino que le ayudó a mejorar como piloto, mostrando una paciencia con el canadiense para nada habitual. Una vez, al ver que Gilles no hacía muy buenas salidas, lo plantó en Fiorano a hacer arrancadas, “rompe todos los cambios que quieras, pero aprende a salir”    Evidentemente el poderío de Ferrari permitía esos lujos, pero cualquier otro hubiera sido reemplazado. Gilles tenía “algo”.
  Su carrera en F1 continuó y logró éxitos, grandes luchas rueda con rueda-la más recordada contra el Renault de Arnoux en Dijon en 1979-adelantamientos inverosímiles, como el exterior que le hizo-también en 1979, a Alan Jones en la curva del Tarzan en Holanda, etc…pero de ahí a verlo como una fuerza dominante, al estilo Clark, Senna o Schumacher, hay un abismo. Analizando sus resultados no se le vé aplastando a sus compañeros, en 1978 fue ampliamente superado por Reutemann y en 1979 estuvo a la par con Scheckter, al cual dominó ampliamente en 1980, como hizo, con menos margen, con Pironi en 1981. Pero Pironi ya dio muestras de que Villeneuve no lo iba a tener tan fácil en el futuro. Su trágica muerte nos impidió ver como disputaba el título en 1982 contra su compañero Pironi. Tal vez ese era su año, jamás lo sabremos y, aunque le admiro enormemente y creo que un piloto no son sólo sus resultados, en honor a la verdad, a la vista de estos, yo no colocaría a Gilles a la altura de Fangio, Ascari, Stewart, Prost, Senna o Schumacher. Claro que, por pasión, estilo, honradez, y dominio puro y duro del coche, sin duda que está por encima de todos ellos.



Henri Toivonen y el coche con el que parecía lanzado a marcar una época, el Lancia Delta S4



 En cuanto al finés, Henri Toivonen, seré más breve. No puedo valorar justamente todos sus logos en rallies, eso que vaya por delante, pero por lo que he visto al respecto, no era una fuerza dominante. En la época en la que él corría, esa fuerza venía de alemania y era Walter Röhrl, un piloto que podría haber acabado con los especialistas de haberselo propuesto-y ganar más rallyes y títulos-pero que no quiso hacerlo. Le bastaba y sobraba con lo que tenía. Ser el mejor y punto.
  Henri superó el recórd de precocidad que tenía su compatriota Markku Alen (hoy ese recórd lo tiene Latvala) al ganar, con 24 años, el RAC Rally con un Talbot Sumbean Lotus en 1980. Hasta su segundo triunfo pasaron cinco años, al margén de coches más o menos competitivos, cinco años son muchos y, en Lancia, con el precioso 037 estuvo siempre a la sombra de Alen.
  A finales de 1985 llegó el Delta S4 y Henri pareció encontrar en él un coche a su medida. Ganó el Rac de nuevo y en 1986 ganó con autoridad el mítico Montecarlo. Tras un abandono en Suecia, la retirada voluntaria en Portugal-por lo peligroso que era conducir por las carreteras lusas con toda la gente en mitad del tramo-y saltarse el safari, llegó a Córcega, dónde su talento y dominio estaban en su plenitud. No se iba a convertir en el primer finés en ganar ahí-ya lo hizo Alen en 1983-84-ni el primero en ir rápido en un rally tan “de especialistas” como ese, ya fueron rápidos el própio Alen, Vatanen y Salonen, sin embargo, ese año, la manera de correr de Toivonen estaba a otro nivel, algo asombroso, dando lugar una de las mejores demostraciones de pilotaje  todos los tiempos. Sin embargo, el destino no le permitiría consumar tal despliegue de valor y eficacia dejándose la vida en él intento. Todo apuntaba, sobre todo por esa demostración, que Henri iba camino del título en 1986 con un coche, el S4, que parecía estar hecho por y para él. Sin embargo, una demostración, por buena que sea-la de Córcega fue algo más que buena- no lo es todo y visto lo que pasó a otros pilotos tan brillantes y prometedores como Vatanen, Salonen y, en menor medida, Biasion, no se puede dar por sentado que iba a marcar una época. Aunque así lo pareciese. Tenía toda la pinta-ya que Röhrl no quiso-de ser él quien iba a cargarse eso de los “especialistas” e iba a profesionalizar el mundial. Sí lo iba a hacer o no, no lo sabremos. Al final llegó alguien que lo hizo, y ese no fue otro que Carlos Saínz,  que por derecho propio se hizo un hueco en la historia de los grandes pilotos de rallyes de todos los tiempos.
  Una lástima lo que les sucedió a estos grandes pilotos, cuya credibilidad y fama están muy por encima de sus logros. Lo cual es bueno, no todo van a ser resultados. Se los echa de menos y a ambos se les puede aplicar lo que está escrito en la tumba del mítico piloto italiano Tazio Nuvolari:  “Correrai ancora piu veloce per le vie del cielo”, ahora correrán muy veloces por las carreteras del cielo.

4 comentarios:

  1. Te felicito por la creación de este blog y te deseo la mejor de las suertes en este emprendimiento!! Por el lado del comentario de tu nota, sólo me permito agregar que los grandes pilotos que perdieron la vida conduciendo estos monstruosos Grupo B por los peligrosos caminos de las puebas del Campeonato Mundial, han ingresado a la Gran Historia del Automovilismo Deportivo. Para los tifossis como yo, recalco que, sus entregas póstumas permitieron que el maravilloso Ferrari 288 GTO (que al momento de la prohibición del Grupo B estaba siendo afinado para participar en él) pueda ser presentado como un automóvil para circular en carretera. Este fue el primer súper-auto de Ferrari, iniciando así una serie de fantásticos modelos para el regocijo de varios cientos de millones de amantes de los Grandes Automóviles! Te saludo desde Buenos Aires, Argentina. Hasta la próxima!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Julio por tus comentarios y apoyo, te lo agradezco. En cuanto al GTO Evoluzione, el destino de ese coche no eran los rallyes, sino un campeonato de turismos "siluetas" en circuito. Como sólo Ferrari y Porsche respondieron a este campeonato, la FISA lo canceló sin llegar a estrenarlo. Posteriormente, a raíz de lo acontecido en Córcega, la FISA anuló el Gr B. Al menos Porsche, con su 961 (el 959 de circuitos) corrió en Le Mans mientras que el maravilloso GTO Evoluzione de Michelotto se quedó inédito, aunque sirvió de base para el mítico F-40

    ResponderEliminar
  3. Gran post y con anécdotas combinadas con la mejor información y datos. Seguramente Ramón no estará muy de acuerdo respecto a lo de Toivonen jejeje pero ha sido muy objetivo el post sinceramente. Enhorabuena!!

    ResponderEliminar