La paranoia del peso
El peso en la F1, como en toda competición automovilística, es muy importante. Cuanto menos, mejor. No es nada nuevo, siempre se han querido realizar los coches lo más ligeros posible, y lo más potentes también. Cuanto menos peso: mejor aceleración, frenada, paso por curva, menor consumo, etc…
Colin Chapman, de Lotus, era de los que más se obsesionaban
por ahorrar peso en sus coches, dándose la situación de muchas averías por
roturas al arriesgar demasiado en ese aspecto.
En otro artículo hablaré de cómo los equipos ingleses hacían
unas burdas trampas con el peso para compensar su falta de potencia respecto a
los coches dotados de turbo. Ellos se justificaban diciendo que, como los
constructores eran muy malos porque tenían motores muy potentes y ellos no, se
veían obligados a actuar de ese modo mientras se ponían al día. Justificaban sus trampas descaradas porque otros lo
hacían mejor. Es lo que lo ingleses llaman fair play.
El caso es que en los últimos años pilotos y equipos se han
obsesionado tanto con el peso que raya en lo absurdo. Pilotos como Robert
Kubica, para justificar un año en el que Heifeld rindió mejor que él, adujo que
se debía a la diferencia de peso entre él y Nick –y eso que el peso mínimo del
coche era ya entonces con piloto incluido- pero es que, según Kubica, al pesar
él más, los lastres para llegar al peso mínimo en su caso eran menores, y
perdía rendimiento… algo así también dijo Vergné respecto de Kvyat en 2014, y
eso que la diferencia entre ellos era de apenas 5 kg –pero en peso total la diferencia es
cero- alegando que le costaba ¡2 décimas por vuelta! En ese caso, ¿cuánto
perdían pilotos pesados, sobre los 80 kilos, como Mansell, Jones o Patrese,
respecto a la media, que era de 70 kilos? Una barbaridad según los
razonamientos de Kubica y Vergné.
En otro orden de cosas, cuando se calificaba con gasolina
para comenzar la carrera, muchos flipaban cuando un piloto cargado con más gasolina superaba a
otro, aunque fuera por milésimas. Generalmente
la diferencia era de unos 5 litros, esto es, 3.5 kilos. Que esto lo diga un
periodista mal informado, pase, que los pilotos se quieran justificar por ello, también, pero que los ingenieros lo den por bueno…en fin.
Según dicen los ingenieros, 10 kg equivalen a 3 décimas por
vuelta. Falso. Por esa regla de tres – redondeando- Mansell, de 80 kg, en una carrera de 60 vueltas
partiría con unos 18 segundos de déficit respecto a Senna, de 70 kg, y de 36
sobre Piquet y Prost, de 60 kg. ¿Alguien de
veras se lo cree? Yo no, desde luego.
Vayamos por partes, esas famosas 3 décimas que dicen los
ingenieros –menudos lumbreras- vienen del simple hecho de que un F1 cargado de
210 litros de gasolina -160 kg- es de 6 a 8 segundos por vuelta más lento que al final
de carrera, cuando cuenta con apenas 10 kg. Eso a igualdad de estado de
neumáticos. Hagan la cuenta y cuadra cuasi a la perfección. Pero es que la influencia
del peso no aumenta en progresión aritmética. Es decir, 100 kg no influyen 10
veces más que 10 kg. Influyen muchísimo más. Lo mismo que 200 kg no influyen el
doble que 100 kg. Influyen más. No llega a ser una progresión geométrica, pero
desde luego se aproxima más a esta última que a la primera.
De modo que si, que los pilotos más pesados siempre han
tenido un hándicap respecto de los más ligeros. Pero dudo que este fuera
determinante, y ahora menos, ya que el peso mínimo desde 1995 incluye al
piloto, de modo que…¡menos lobos y menos
tontería señores!
En el DTM y otros campeonatos de turismos, se penalizaba al ganador con hasta 50kg de lastre.
ResponderEliminarY así todo, muchas veces seguían ganando.
Para que luego me vendan la moto de 10kg 3 décimas en la F1.