El Ligier que no fue
René Arnoux. |
En 1987, Ligier afrontaba con ilusión un nuevo proyecto asociado, de nuevo, a un motorista de prestigio. Antes con Matra, ahora con Alfa Romeo, tras haber sido clientes de Cosworth y de Renault.
El problema vino de Milán, bueno, en realidad de Turín. FIAT
había comprado hace poco Alfa Romeo, y no veía con buenos ojos que la marca
milanesa compitiese en F1. La política de FIAT a tal efecto era clara con las
marcas de su grupo: Ferrari en F1, Lancia en Rallyes y Alfa Romeo en turismos.
En resumen, que no les apetecía que Alfa estuviera en F1, pero como el acuerdo
entre Ligier y Alfa se había cerrado antes de la compra, FIAT tuvo que tragar…o
eso creía Guy Ligier.
Alfa Romeo había creado un motor de 4 cilindros doble turbo,
uno pequeño para bajas vueltas y otro grande para altas. El proyecto era
interesante pero nunca pudimos ver lo bueno que podría haber sido. Tal vez Alfa
no puso los medios adecuados en su preparación por culpa de FIAT, o simplemente
es que ellos funcionaban así. El caso es que en un test de pretemporada el
piloto de Ligier, René Arnoux, hizo unas declaraciones duras contra Alfa Romeo
acusándoles de no involucrarse en el proyecto: “rompemos un turbo cada dos por
tres y apenas hay mecánicos de Alfa, mientras que en Williams, cada vez que
paran en boxes, el coche está rodeado por técnicos de Honda…esto es peor que el
año pasado con Renault, que ya es decir…”
Dado que en el contrato de suministro de motores –gratis- a
Ligier, había una clausula que decía que ningún miembro de Ligier podía criticar
públicamente a Alfa Romeo, estas declaraciones le vinieron al pelo a FIAT para
rescindir el contrato, y eso que Guy Ligier, viéndoselo venir, emitió un
comunicado pidiendo disculpas. Ya era tarde, Alfa, es decir FIAT, ya tenía la
excusa para retirar los motores a Ligier, y los franceses se quedaron, a quince
días del comienzo de la temporada, sin motores, y se perdieron el GP inaugural
en Rio. Para salir del paso tuvieron que recurrir, pagando, al motor Megatron,
que era el 4 cilindros turbo de BMW que corría bajo esa denominación -la del
preparador, ya que BMW se había
retirado- y que era el motor que mejor se adaptaba a su chasis pensado para el
motor Alfa. La temporada, ni decir tiene, fue un desastre. Ligier sumo un único
punto a lo largo de toda la temporada.
Piercarlo Ghinzani. |
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