viernes, 26 de junio de 2015

GP de Austria 2015

        "Nico, ¿por qué no pilotas siempre así?"


   Le dijo Gerhard Berger en la rueda de prensa del podio. Y tiene razón, con este Nico, tenemos asegurado un campeonato fantástico, de lo contrario, Hamilton nos aburrirá.






El gran premio de Austria, octava prueba de la temporada, se celebraba en el precioso, aunque amputado, antiguo circuito de Austria, hoy propiedad de Red Bull y rebautizado como circuito Red Bull. Red Bull era, asimismo, una de las noticias de este gran premio debido a sus pobres resultados y a la pataleta de sus dueños que volvían a declarar a todo aquel que desease escucharlos, que iban a abandonar la F1 si esta seguía así. ¿Y cómo es así?, pues simplemente que ellos tienen que ganar constantemente, de lo contrario, adiós. Pataleta de malos perdedores. Nada nuevo, algo típico de los constructores que vienen y van, pero al menos no se quejan y uno sabe a qué atenerse con ellos. ¿Red Bull fuera de la F1?, sin problema. Equipos infinitamente más carismáticos se fueron. De modo que pena, ninguna. Cansa escucharlos, como también cansa escuchar un día tras otro las promesas de competitividad que lanzan algunos miembros de Mclaren. No es la primera vez que sucede, algo parecido pasó en 2005 con Ferrari, anunciando constantemente una competitividad que nunca llegó esa temporada. A Mclaren le queda un duro camino por delante y ya se ha visto que las promesas de puntos, incluso podio en Austria, eran algo demasiado optimista. Las declaraciones de Eric Boullier (director deportivo) alegando que podrían ser competitivos a finales de 2016 son mucho más razonables.
Tres apuntes históricos del GP Austriaco: En 1964 tuvo lugar su primera edición realizada en el aeródromo de Zeltweg, y el ganador fue Lorenzo Bandini, con Ferrari, su primera y única victoria en F1. Sólo ese año se corrió allí.
En 1982 Elio de Angelis resistió el feroz ataque de Keke Rosberg para conseguir su primera victoria en F1 y la 150 del mítico motor Ford-Cosworth DFV, el motor más emblemático de la categoría.



Elio de Angelis (Lotus) superó por 50 milésimas a Keke Rosberg (Williams)



En 1987 Nigel Mansell celebró su centésima carrera en F1 logrando la victoria en un doloroso fin de semana: a la extracción de una muela del juicio, añádasele el coscorrón que se dio en el coche descapotable que le llevaba al podio con una viga.
Volviendo a la actualidad, lo más destacado previo a este GP, al margen de lo comentado antes, fueron las profundas novedades aerodinámicas del Mclaren Mp4/30, que incluían: fondo, morro y alerones; la victoria en Le Mans hace una semana de Nico Hulkenberg y la cada vez menos sólida situación de Raikkönen en Ferrari.
Alonso era quien disponía de todas las novedades, pero no por trato de número 1, sino porque en China le habían tocado a Button, y ahora a él, al no haber piezas suficientes.
El gran premio empezó con problemas de caja de cambios para el Ferrari de Vettel y muchos para ambos Mclaren, y un Hamilton que no acababa de cogerle el pulso al circuito.
El más rápido del día fue finalmente Vettel, aunque con Rosberg a sus talones. Nada iba a cambiar el sábado, y menos cuando a mitad de sesión cayó un chaparrón.
La sesión de calificación estuvo muy entretenida, sobre todo la primera ronda al encontrarse el piso secándose. En esas circunstancias, los tiempos caen vuelta tras vuelta, y los pilotos con menos oportunidades suelen destacar más, mientras que los favoritos esperan a que la pista mejore. Al principio, todos salieron con mixtas menos los Williams y finalmente todos acabaron rodando con el superblando, aunque Williams probó antes el blando . En estas circunstancias la clasificación está constantemente variando, teniendo a los sorprendentes Sauber con el mejor tiempo por momentos. Incluso el Mclaren “viejo” de Button llegó a liderar la tabla de tiempos. Al final se impuso la cordura, a excepción de un nada eficaz Raikkönen que se quedó a 1”7 de su compañero Vettel y no pasó el corte. Es verdad que abortó su última vuelta por un malentendido con el equipo, pero eso es lo de menos. Tenía que haber hecho un tiempo razonable antes. No hay excusas, junto a él se cayeron el Force India de Pérez, el Mclaren de Button, ambos por delante del finlandés, que sólo pudo superar a los Manor de Merhi y Stevens. Muy mal Kimi.
El nuevo "pack" aerodinámico de Mclaren.
Y muy bien Roberto, que le metió 1”3 a su compañero en estas difíciles condiciones. Alonso pasó el corte, pero sólo aventajó a Button en una décima. Por tanto, las mejoras no parecen haber influido demasiado, más o menos como le pasó a Ferrari en Barcelona.
Las tirolesas animan como nadie el ambiente en el padock.
En la Q2 los Mercedes despertaron y empezaron a marcar territorio respecto a los demás, especialmente con los Ferrari –con el que quedaba- en tanto que Maldonado, Ericsson, Sainz, Ricciardo y Alonso se quedaban a verlas venir. Ninguna sorpresa con Alonso, cuyo coche estuvo durante todo el fin de semana a un nivel deplorable, pero Carlos Sainz estuvo desafortunado con el tráfico. Y qué decir de Ricciardo, el hombre de moda el año pasado, un tanto apagado este.
La ronda final estuvo bien. Tras un escarceo inicial de Vettel luchando con los Mercedes, estos marcaron la pauta en su segundo intento con su primer juego de superblandos. Lewis superó a Nico. Cuando montaron su segundo juego, repitieron la táctica pero no lo pudieron aprovechar, Hamilton se salió de pista en la primera curva y Nico en la última –cuando tenía la pole a la vista- permitiendo que el Ferrari de Vettel se les acercase un poco pero sin llegar a inquietarles.  Tras estos tres, Massa, Hulkenberg, Bottas, Verstappen, Kvyat, Nasr y Grosjean, destacando la solidez de Massa y las excelentes actuaciones de Hulkenberg, Verstappen y Nasr.
Por el tema de los motores, Kvat y Ricciardo tenían 10 posiciones de penalización, Alonso 20 y Button 25. Alonso, además, había cambiado caja de cambios. Evidentemente, todos ellos salían los últimos y los pilotos de Mclaren tenían además que cumplir durante las tres primeras vueltas de carrera un paso por boxes (Alonso) y un stop and go (Button) por no ser suficiente el retroceso en parrilla.
Con los neumáticos más duros que hace Pirelli este año, los coches, pese a ser claramente más veloces que el año anterior, apenas mejoran los tiempos. Massa, por ejemplo, poleman el año pasado, fue este año medio segundo más lento a pesar de que usaban el compuesto más blando posible. Eso haría que la carrera se disputase a una sóla parada -por las dos del año anterior- en una política de neumáticos bastante lamentable. Parece que van para atrás en lugar de progresar. Eso no es buena publicidad para sus productos. Qué diferencia de cuando antes Pirelli, en inferioridad de medios, se batía el cobre ante los gigantes Michelin y Good year con soluciones tan ingeniosas como sus neumáticos de calificación de los años 90, que podían usarse dos veces una vez raspados.
Pese a que estuvo todo el fin de semana nublado y llegó a llover, la carrera iba a ser en seco.
En la arrancada, Rosberg fue ligeramente más veloz que Hamilton y le arrebató la posición, cosa que también hizo Verstappen con Bottas. Hamilton estuvo incisivo intentando devolverle la moneda a Rosberg, pero este se defendió bien; por detrás, Raikkönen, muy hábil esta temporada en los metros iniciales, esta vez no lo fue tanto, y al salir de la curva 2 perdió el incomprensiblemente el control del coche llevándose consigo a Fernando Alonso, que pasaba por allí. El accidente fue muy espectacular, con el Mclaren encima del Ferrari pero sin caer encima de él, afortunadamente para Raikkönen, que vio pasar el Mclaren muy cerca de su cabeza. Todo quedó en un susto. El accidente provocó la salida del coche de seguridad, que no se retiró hasta la vuelta siete, habiendo abandonado ya entonces Will Stevens.



De esta guisa quedaron los monoplazas de Alonso y Raikkönen.



El reinicio vio como Rosberg lideraba seguido de Hamilton, Vettel, Massa, Hulkenberg, Verstappen, Bottas, Nasr, Sainz, Grosjean, Pérez, etc…
Rosberg se distanciaba poco a poco de Hamilton que, a su vez, hacia lo propio con Vettel, este con Massa y así hasta Felipe Nasr, que estaba en duelo con Carlos Sainz, que había evitado en la resalida que lo superase Grosjean, con la mala suerte para el francés que no sólo no pudo adelantar, sino que se vio adelantado. Sergio Pérez fue el beneficiado.
En la vuelta diez, el Mclaren superviviente paraba en boxes y decía adiós en un fin de semana decepcionante, justo en el  fin de semana que, de manera muy optimista, habían aventurado podios.
Todo estaba más o menos estable por delante. El que más progresó fue Bottas,  en la vuelta quince superó al correoso Verstappen y en la veinticinco a Hulkenberg, en un precioso exterior en la curva tres. En esa vuelta, Hulkenberg paró a cambiar ruedas abriendo la veda. La parada de Hulkenberg le permitió volver a superar a Bottas, que paró un par de vueltas después, en tanto que Sainz volvía a tener problemas en el cambio de ruedas y, además, se pasaba de velocidad en boxes, con lo que sus posibilidades de puntuar se venían abajo. Aunque poco iba a importar, porque poco después abandonaba por la rotura de una de las baterías.
En la vuelta treinta y tres Nico Rosberg hacía su parada cuando contaba con más de 2” sobre Hamilton –había llegado a tener más de 3”- y entro espectacularmente, al estilo de su padre, con las cuatro ruedas blocadas. Al reincorporarse marcó la vuelta rápida definitiva para defenderse de Hamilton, que paró a continuación de forma más convencional, pero sin dejarse nada. Apuró tanto el inglés, que a la salida piso la raya que delimita el carril de boxes con el circuito y recibió 5 segundos de sanción. Salvo sorpresa, la carrera era de Rosberg.
Cuando esto sucedía, Bottas volvió a adelantar a Hulkenberg y abandonaban al unísono Sainz y Grosjean.
Vettel paró el último del grupo de cabeza –en la vuelta treinta y seis- y, en lo que debía ser una parada tranquila, el equipo volvió a fallar como hace quince días en Canadá, y Sebastian perdió su posición de podio, reincorporándose cuarto a casi 5” de Massa. Como era de esperar, alcanzó al brasileño pero no lo pudo pasar.



Verstappen y Maldonado estuvieron sensacionales, aunque el holandés se emocionó un poco.



Estando así las cosas, la emoción final la puso Pastor Maldonado en su duelo con Max Verstappen, que fue lo mejor de la carrera con cruzadas espectaculares del venezolano y férreas defensas del holandés. Al final, entre tanta defensa se le fue un poco la olla al joven piloto, pero eso permitió que Maldonado lo superase en una espectacular doble maniobra en la que primero lo esquivó y luego lo adelantó. Era la vuelta número sesenta y nueve. A destacar la carrera llena de problemas de Ericsson, que tuvo que pulsar “control alt suprimir” en su volante para reiniciar su cacharrillo. Cosas de la electrónica.
La clasificación final fue: Rosberg, Hamilton, Massa, Vettel, Bottas, Hulkenberg, Maldonado, Verstappen, Pérez, un desdibujado Ricciardo, etc… Roberto Merhi entro 14º y último a tres vueltas.
El pódium estuvo muy divertido con el expiloto de Ferrari, Mclaren, Benetton, Arrows y ATS –creo que no me dejo ninguno- Gerhard Berger, que estuvo bromeando con los protagonistas, tirando algunas veces con bala. Es, hasta la fecha, el mejor entrevistador de todos, con mucho ingenio y vis cómica.
Por si quedaba alguna duda, ahora ya no la hay, Mercedes se va a hacer con ambos títulos y es de esperar que Nico Rosberg, como dijo Berger, siga pilotando como en este GP para evitar el paseo de Hamilton.
Los Williams no estuvieron tan fuertes como el año pasado, pero no estuvieron nada mal, en tanto que Ferrari tiene que pensar seriamente en un sustituto para Kimi, a menos que el finés se muestre excepcional de aquí a final de temporada, cosa que dudo. Entre los nombres que se barajan, los mejores son los de Hulkenberg y Ricciardo. Fichar a Bottas sería, bajo mi punto de vista, como no hacer cambio alguno. Tampoco estaría mal que Ferrari fuese más lejos en su política de fichajes. Fichar a cualquiera de los pilotos de Red Bull o Toro Rosso no estaría mal. Haciendo patria, yo ficharía al hijo del matador, que apunta maneras.
Respecto al accidente entre Kimi y Alonso, un par de detalles: fue muy feo –aunque él es así- el gesto de desprecio de Kimi hacia Alonso cuando este fue a interesarse por su estado. No es que sea muy grave la cosa, ya que Kimi no lo hace con mala intención, pero no estaría de más un poco de amabilidad.
Por otro lado, Alonso sufrió, según dijo, 34Gs de deceleración en el impacto, más o menos las mismas que cuando se detuvo al borde de la pista en Barcelona en pretemporada, sólo que esta vez salió tan campante, no estuvo inconsciente, ni pasó varios días ingresado. Esto lo digo –y podría poner ejemplos para aburrir sólo de esta temporada- que lo que sucedió en pretemporada con Alonso y su Mp4/30 no se debió a impacto alguno.  Todos mintieron como bellacos y ahora casi nadie se acuerda de ello. Tal vez dentro de unos años, con Alonso retirado de la F1, le dé por contárnoslo. Sería de agradecer, como también lo sería que dentro de quince días en el majestuoso Silverstone, hubiese una gran carrera.



De izquierda a derecha: Danner, Patrese, Berger -en el Ferrari- Lauda, Alesi, Piquet, Martini y Prost.
Una última cosa, fue estupendo ver a viejas glorias de la F1 en Spielberg, tanto de máquinas como de pilotos. Entre las primeras estaban: el Ferrari F187/88C de Gerhard Berger –que es de su propiedad- Minardi M-186, Zakspeed, Sauber, dos Mclaren Mp4, Renault RE 50 Y Brabham BMW BT52. Entre los pilotos: Nelson Piquet, Niki Lauda, Jean Alesi, Alain Prost, Christian Danner, Ricardo Patrese y Pierluigi Martini. Perdón si me dejo alguno.
Hasta dentro de quince días.





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