miércoles, 6 de julio de 2016

Reutemann-Jones 1981

                                   ¿Que pasó?





¿Que qué pasó? Pues a ciencia cierta, ni idea, solo puedo sacar conclusiones acerca de lo que he leído y, a partir de ahí, saco mis propias conclusiones. Si son acertadas o no, es algo que seguramente nunca sabré con certeza.
Por partes: en 1981 Williams y Jones eran los actuales campeones, en ambos casos por primera vez, y entre ellos -Williams y Alan Jones- se creó un vínculo muy estrecho por el cual Jones se convirtió en algo más que un piloto. De hecho, si los Ferraristas tienen a Villeneuve como patrón por el que cortar a sus pilotos, el equipo Williams, capitaneado por Fran Williams y Patrick Head, tiene como patrón para sus pilotos al rudo australiano. El que mejor parece ser que se adaptó a ese “rol” debió de ser Nigel Mansell, visto el aprecio que le tienen.
A quien no tenían ningún aprecio sin embargo, era a Carlos Reutemann, al que ficharon como número dos, y cuyo objetivo -para el equipo- era que sumase puntos para el mundial de constructores y apoyara sin reservas al la rutilante estrella australiana. Si Reutemann quería ganar, eso sería sólo en caso de que Alan no pudiese.



Brasil 1981, Reutemann supera a Jones sin contemplaciones y se desata "la guerra" entre el equipo y el argentino.



Las cosas fueron bien en 1980, pero en 1981 se torcieron cuando, en la segunda cita, en Brasil, Reutemann ganó la carrera de punta a punta bajo un intenso aguacero. Y no sólo eso, aventajó en un segundo a su compañero en calificación.
Bueno, pues aunque era la segunda cita del año y era muy pronto para dar ordenes, las dieron. Ordenaron a Reutemann dejar pasar a Jones, cosa que Reutemann no hizo. Y a partir de ahí, la relación se deterioró.
Cierto que Reutemann era el número dos del equipo por contrato pero arrebatarle un triunfo tan merecido de esa manera, no es de recibo . Curioso que nadie llame “traidor” a Reutemann por desobedecer al equipo, cosa que sin embargo sí se hace con Pironi, que por cierto, no desobedeció a nadie. El típico doble rasero, depende de sí te cae bien alguien, criticas o alabas su actitud de forma parcial. Muy bonito.
Fuera aparte de eso, Reutemann, por desobedecer, podía tener problemas en el equipo, pero nadie imaginó que tantos. No es la primera vez que un piloto desobedece, y no pasa de la reprimenda, o ni eso.



Las órdenes eran claras, pero todo el mundo entiende que, deportivamente hablando, eran injustas.



Mucho tuvo que ver la mezquina actitud de Alan Jones y de un equipo Williams plegado sus deseos. Alan Jones, piloto duro y curtido -recomiendo que lean sus crónicas en Grand Prix International en 1981, llenas de humor e ironía- demostró no ser ni la décima parte de duro como piloto que como persona. Si bien fuera de pista era capaz de partirse la cara con quien fuera -al GP de Italia de ese año llegó con un dedo roto por una pelea en un bar- en la pista no lo era tanto, ya que de serlo, hubiera aceptado la superioridad de Reutemann en Brasil y le hubiera quitado hierro al asunto.
Pero fue todo lo contrario. Agarró una pataleta de padre y muy Señor mío, negándose a subir al podio a por el trofeo y manteniendo, a partir de entonces, una actitud despótica y mezquina con su compañero.
Si Alan Jones fuera un verdadero campeón -que no lo era- habría felicitado a Reutemann. Pero no fue el caso, y en el equipo tiraron de forma descarada a su favor.
¿Quiere eso decir que tuvo Alan mejor material y sabotearon a Carlos? No, ese cuento de que un equipo hace un coche bueno y otro malo es eso, un cuento que sólo les sirve a algunos para justificar cuando el piloto que les gusta es superado por su compañero. Incluso hay pilotos que se creen ese cuento cuando su compañero es muy superior. ¿No es así Jos Verstappen y Johnny Herbert? En fin.
Pero de lo que no había ninguna duda era de que el equipo estaba con Alan, y sin duda eso mermaba las prestaciones de Reutemann. El que las novedades, cuando las hubiere, llegasen primero a Jones era lo de menos, al fin y al cabo eso pasa muchas veces y no supone gran cosa, pero el vacío al que sometieron al argentino sí. No fue nada bueno de cara a sus aspiraciones al título.
De ahí en adelante cada uno tiró por su lado. Jones destacó con actuaciones más brillantes, sobre todo en carrera, pero cometió más errores de conducción, y además tuvo varios abandonos por problemas mecánicos. Reutemann, sin embargo, jugó la baza de la regularidad,  y eso le permitió llegar a la última cita, la de las Vegas, con aspiraciones al título, a diferencia de Jones.
En las Vegas, la última cita a la que llegaba Reutemann con un punto de ventaja sobre Piquet en su lucha por el título, el argentino partía en la pole secundado por su compañero Jones.



Lo más cerca que estuvieron Reutemann y Jones fue en la pista. Fuera de ella, los separaba un abismo.



Todo apuntaba a título, pero en carrera su coche, con unos reglajes de suspensión inadecuados, se tornó inconducible y por si fuera poco, tuvo problemas de cambio.
Alan Jones ganó la carrera y Nelson Piquet, que sólo fue quinto, el título. Reutemann acabó octavo y lo perdió todo.
En Williams, sin embargo, parecían estar muy contentos celebrando la victoria de Jones, como si la pérdida del título de pilotos les diese lo mismo. Vale que ganaron el de constructores pero... ¿quien no quiere ganar el de pilotos, que además es el más conocido? Pues parece que les daba igual, contestaban casi con ironía: “parece que no acertamos con los reglajes de suspensión del coche de Carlos...”, ni se molestaban en disimular.
¿Sabotearon el coche de su piloto? Nunca se sabrá, ya que si lo hicieron, jamás lo reconocerían, pero yo, personalmente, creo que no. Creo que ningún equipo haría una cosa así a uno de sus pilotos, ni darle peor coche, como si fueran a hacer uno “malo”. Otra cosa es, que una vez perdido el título pensasen: “nos quedamos sin título de pilotos, vale, una faena, pero por lo menos lo perdió Reutemann y no Jones” y se consolaron con la victoria de Jones, todavía creyendo que le harían cambiar de idea y que el australiano no abandonaría la F1.
Una pena para el gran Carlos Alberto Reutemann, el Lole, por la expresión de cuando era crío y decía que iba a ver: “Lolechones”, el quedarse sin el ansiado y merecido título. Si en Williams le hubiesen apoyado, hubiera sido campeón.
Por cierto, ¿saben uds. que Reutemann ganó en 1981 el GP de Sudáfrica? Pues sí, lo ganó por delante de Piquet, y era la primera carrera puntuable del año. Pero la guerra FISA-FOCA, y el que los equipos partidarios de la primera: Ferrari, Renault y Alfa Romeo, no tomasen parte, hizo que la FISA la retirase del calendario, como hizo el año anterior con la carrera del Jarama. Supongo que habrán caído en la cuenta de que, de haber mantenido dicha carrera en el calendario, Reutemann sería el campeón del mundo 1981.
Lo mismo si la última cita, la de Las Vegas, incluida por la FISA con "calzador" fuera de plazo, no se hubiera celebrado.
Espero que estas líneas sean un pequeño homenaje. 

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