Un hombre y una mujer
Y ganó la mujer. Esta pequeña broma
viene a cuento de cuando, hace algunos años, preguntando a los
pilotos de F1 por la chica más guapa del paddock, Mark Webber, en
broma -y con mala leche- dijo: “Nico Rosberg”.
Esta broma me permite copiar
literalmente el titular del: “Año automóvil nº 10” -y que
también es el título de una película- correspondiente al año
1982, en el que el título del mundo de rallyes se lo jugaron,
efectivamente, un hombre y una mujer: Walter Röhrl y Michelle
Mouton, ganando el primero.
En el GP de Abu Dabi, Nico Rosberg se
convertía en el 33º campeón del mundo, 34 años luego de que lo
lograse su padre Keke en 1982, siendo así, el segundo piloto hijo de
campeón del mundo que repetía la hazaña de su padre. El anterior
fue Damon Hill en 1996. Claro que ahora, por suerte sí estaba el
progenitor para disfrutar del momento, a diferencia de Damon, cuyo
padre: Graham, había fallecido en un accidente aéreo en 1975 junto
a la joven promesa del automovilismo británico Tony Brise.
Graham y Damon Hill, los primeros padre e hijo campeones del mundo de F1. |
Nico es un campeón justo. Ha ganado
por constancia frente a un compañero, Hamilton, más brillante, pero
que también cometió más errores -como en las salidas de varios
GGPP- y que tuvo más averías. En contrapartida, a Hamilton se le
permitió seguir tan campante y ganar en Mónaco y Méjico, tras
cortar la pista. El caso es que algún sector se queja del triunfo de
Nico, e incluso hablan de posible sabotaje a Lewis. ¡Que risa tía
Felisa! Cuando Piquet ganó el título a Mansell en 1987 con la mitad
de triunfos que el británico, de lo único que se hablaba era de lo
estúpido y rompecoches que era el León, que arriesgaba mucho, y que
Piquet, más inteligente, lo ganó por astucia. Sin embargo, cuando
es a otros a quien les pasa, el que les gana no es un astuto, sino un
suertudo. Al final son todo prejuicios y, dependiendo de a quién le
pase qué, las reacciones son diametralmente opuestas. En los 80
Mansell siempre “rompía el coche”, pero a otros -como Prost-
siempre se “le rompía”. Mismo hecho, distintos pilotos,
reacciones opuestas.
Este año el campeonato me ha recordado
mucho -aparte del de 1987- a los de 1984 y 1989, en los que en ambos
casos, se hizo con el título el piloto más regular frente al más
brillante. Lauda se impuso a Prost en 1984 con 5 triunfos por 7 del
francés, el cual superó en 1989 a Senna con 4 victorias por 6 del
brasileño.
Niki Lauda fue campeón en 1984 con menos victorias que su compañero Prost. Nadie le faltó al respeto. |
Como dato curioso, decir que el estilo
de Hamilton es más parecido -mucho más- al de keke Rosberg, que el
de su retoño.
La carrera, que relataré a
continuación, fue dominada de principio a fin por Hamilton, un
Hamilton que la ralentizó para complicarle la vida a Rosberg, y en
el que los equipos -con sus excepciones- pararon demasiado pronto.
Tanto Lewis como Ricciardo pararon cuando iban en cabeza marcando sus
mejores vueltas. Absurdo total. De eso se aprovecharon Verstappen
primero y Vettel después, como veremos.
Al hilo de la ralentización de
Hamilton, tengo mis dudas de cuanto tiempo perdió a propósito el
amigo, porque, de ralentizar mucho, es de suponer que Rosberg se
hubiera puesto a su rebufo, a tiro de piedra para adelantarlo, y eso
jamás sucedió. Por tanto, salvo que Nico se pasara de prudente al
final -sobre todo viendo como venía Vettel- tengo mis dudas al
respecto de lo que realmente llegó a ralentizar Hamilton. Sea como
sea, la carrera fue magnífica, la mejor de la temporada.
A la última cita de la temporada se
llegaba con el título de pilotos en juego. A saber, Nico Rosberg o
Lewis Hamilton, algo que más o menos desde Mónaco se daba por
hecho: que nadie más que los dos citados iban a poder lograr el
entorchado.
En la rueda de prensa previa a la
carrera Hamilton buscaba presionar a su rival prometiendo en el
futuro desvelar secretos “interesantes” acerca del intercambio de
mecánicos entre él y Rosberg este año. Ninguna respuesta a Lewis
mejor que la que dio Ben Ja Pérez en “El rincón de la F1” :
“Bueno Lewis...tampoco te pases, porque al final vamos a atribuir
tus títulos a tus mecánicos...yo creía que te los habías ganado
en pista, pero estás dando a entender que no es así...” Mas
claro: agua, mejor expresado, imposible.
Siguiendo Hamilton con esa linea de “la
culpa de mi situación es de la sociedad”, entiéndase esta por
Mercedes y sus fallos mecánicos, Lewis declaró: “no creo haber
cometido ningún error a lo largo de la temporada”, olvidando
totalmente sus pésimas salidas -que le costaron victorias- y dando a
entender que si no era ya campeón -o lideraba la tabla- era por su
mala suerte y no por el buen trabajo de Nico. Para que luego digan de
la caballerosidad británica y su fair play.
Felipe Massa y Jenson Button celebraban
aquí su última comparecencia como pilotos de F1, aunque Jenson, que
llevaba un casco especial para la ocasión, al quedarse como piloto
de pruebas de Mclaren, tal vez podría volver esporadicamente. Más
aún teniendo en cuenta lo mucho que se lesionan los pilotos
titulares últimamente.
Button se autohomenajeaba en su despedida de la F1 |
La parrilla de cara al año que viene
se iba completando con la renovación de Ericsson en Sauber, quedando
sólo por saber su compañero y quienes conducirán los Manor.
Banco de Brasil, anunciaba que no
seguiría en la F1 y con ello merma las posibilidades de renovación
de Nasr. Wehrlein por su parte, tampoco las tiene todas consigo, ya
que dicen que es bastante insoportable, como Verstappen, pero a
diferencia de este, no se lo puede permitir. Ya de momento, Force
India a preferido a Ocon. Veremos dónde acaba.
Respecto a Mclaren, Ron Dennis fue
“dimitido” de su cargo por los accionistas: el fondo de inversión
Muntalakat de la familia real de Barhein, poseedor del 50% de las
acciones de Mclaren, así como Mansour Ojjeh, de TAG, a cargo del 25%
(el otro 25% es de Dennis), el cual dio una puñalada trapera a
Dennis, que no se lo esperaba de “su socio de toda la vida”.
Tras 35 años al frente de Mclaren,
Dennis deja su puesto a Zak Brown, un estadounidense experto en la
caza de patrocinadores, algo que sin duda vendrá muy bien al equipo
de Woking.
Massa dejaba la F1. Su equipo le regalaba un comic sobre su trayectoria en la categoría y... ¡su FW38! |
Los libres del viernes vieron a las
flechitas liderar la tabla, con el Ferrari de Vettel y los Red Bull
cerca. Claro que es pronto para sacar conclusiones. Los Toro Rosso
tuvieron muchos problemas en la suspensión y bujes traseros, que le
provocaron dos pinchazos a Kvyat,. Esto hizo que apenas rodasen,
metiendo a Sainz en boxes por precaución.
Entre los libres dos y los tres, se
celebró una reunión de pilotos a la que se invitó a Pirelli para
hablar de los problemas de las ruedas de lluvia. Sin echarse las
culpas a nadie, se debatieron muchas cosas, entre ellas el hacer
neumáticos de agua adaptados a las distintas pistas -no es igual
Mónaco que Silverstone- sin embargo, y esto les juro que no lo acabo
de entender, no se habló de quitar la limitación de ruedas de agua
y, lo que es más importante, de reglar el coche para agua. ¿De que
sirve mejorar y adaptar ruedas de agua a las distintas condiciones y
pistas si luego los coches donde van a ir montadas no pueden ser
reglados correctamente para esas circunstancias por la equivocada,
estúpida y peligrosa normativa del parque cerrado? El que lo
entienda, me lo explique, por favor. Esto es tan absurdo como hacer
coches y pistas más seguros pero permitir que los pilotos corran de
manga corta si hace calor, o sin cinturón, casco, etc...
Los libres tres, mostraron a unos
Mercedes cautos, que permitieron a los Ferrari de Vettel y Raikkönen
emparedar al Red Bull de Verstappen ocupando las tres primeras
posiciones por delante de los susodichos Mercedes de Hamilton y
Rosberg. Toro Rosso seguía con su calvario particular, reparando la
parte trasera del coche a base de rotaflex y lija. Los métodos de
toda la vida siguen vigentes en la hipertecnológica F1 actual. El
caso es que apenas rodaron.
Toro Rosso no vio la luz al final del túnel en Abu Dabi |
En Q1 Hamilton se mostró intratable,
sobre todo en el último sector, donde aventajaba en 0“6 al resto,
en una clara demostración de intenciones. Kvyat, Magnussen, Nasr,
Ocon, Sainz y Ericsson se quedaban ahí, destacando la peor
clasificación en lo que va de temporada para Toro Rosso y Sainz.
Destaca positivamente que Wehrlein lograse pasar el corte de nuevo,
como en Méjico. Nada mal para el chaval que anda buscando asiento.
¿En Sauber quizá?
La Q2 vio a Hamilton dominar pero ya
con un margen más normal, de hecho, Rosberg y Raikkönen estaban a
una y tres décimas respectivamente del británico.
Verstappen estuvo sensacional, a medio
segundo de Hamilton, mientras que Ricciardo se quedó a uno. Los dos
usaron superblandos, por tanto, el domingo partirían con una táctica
distinta a Mercedes y Ferrari, que usaron, como el resto, los
ultrablandos. Veremos si les sale.
Bottas, Buton, Gutiérrez, Grosjean,
Palmer y Wehrlein se quedaron fuera, pasando, contra pronóstico,
Alonso a Q3.
A la hora de la verdad, Hamilton no dio
opción, logrando finalmente un fantástico 1,38”755, el único en
bajar al 1,38. Con 1,39”058 Rosberg se aupó al segundo lugar
mientras que en 39 medios se quedaron: Ricciardo, Raikkönen, Vettel
y Verstappen -este último abortó su segundo intento- todos ellos
muy agrupados entre sí. Hamilton lograba así su pole número 61 y,
a este ritmo, muy pronto encabezará la tabla absoluta.
Hulkenberg, Pérez, Alonso y Massa
completaron los 10 primeros.
De cara a la carrera, al margen de lo
más importante -casi lo único en realidad- el título, estaba por
ver si Ferrari y Red Bull podían inmiscuirse en la lucha. Difícil
pero no imposible. También estaban las luchas de los equipos por los
puestos en la tabla de constructores que, salvo sorpresa, no
variarían. Willimas tenía una pequeña posibilidad de superar a
Force India, lo mismo que Toro Rosso a Mclaren, y que Sauber y Manor
a Renault, o Manor a Sauber. Aunque siendo realistas, lo único que
realmente podía cambiar en condiciones normales era la última
plaza. Apenas un punto separaba a Sauber y Manor.
Wehrlein -a lo CR7- dejaba muestras de su clase con unos excepcionles entrenamientos. |
También estaba la vidilla por el
cuarto lugar en la tabla de pilotos, entre los “amigos del alma”
Vettel y Verstappen, aunque en realidad, dudo que les importase
mucho.
Al darse la salida, Los Mercedes
mantuvieron posición, mientras que Raikkönen se impuso a Ricciardo
y, si Vettel no lo hizo también, fue porque no encontró hueco.
Hulkenberg adelantó a Verstappen, el cual se chocó contra él, con
la fortuna -y lleva unas cuantas- de sólo hacer un trompo y no dañar
nada. Eso sí, en el momento del accidente fue incapaz de reconocer
su culpa. Si luego de verlo una vez pasada la carrera, mantiene esa
postura, la cosa sería preocupante, ya que mostraría una actitud
soberbia y arrogante, que se puede juzgar de muchas maneras, pero no
de inteligente.
La primera vuelta finalizó con Lewis
líder, seguido de: Rosberg, Raikkönen, Ricciardo, Vettel, Pérez,
Hulkenberg, Massa, Bottas, Alonso, etc...
Verstappen, que había caído al último
lugar, pasó la primera vuelta ya décimo noveno, aprovechando el
toque entre Magnussen y Wehrlein. La remontada de Max sería
espectacular, de insultante facilidad, gracias a su talento y a la
enorme superioridad de su coche respecto de los demás.
Hulkenberg pasaba a Pérez en la
segunda vuelta, lo mismo que Bottas a Massa en la tercera, el cual la
recuperaría en la quinta, aprovechándose de los problemas de
Bottas, que tuvo que abandonar por problemas de suspensión, lo mismo
que Magnussen.
Force India realizó una carrera "a lo suyo" y fueron el cuarto equipo, lo mismo que en la tabla. |
El quinteto de cabeza se iba estirando
a la vez que Verstappen subía posiciones como la espuma. Era la
vuelta siete y Max ya estaba en los puntos a la vez que Hamilton,
tras marcar la vuelta rápida, entraba en boxes a poner blandos, al
igual que Kimi. El hecho de parar tan pronto y tras marcar la vuelta
rápida, demostraba una precipitación por parte de Mercedes y
Ferrari inauditas, perdiendo unas vueltas preciosas de un neumático
en buen estado. Para corroborarlo baste decir que a continuación
pararon Nico y Seb y, pese a que Nico perdió 2” extras al tener
que esperar la entrada de Seb a su respectivo box antes de poder
salir, no perdió posición con Kimi porque los blandos nuevos eran
igual de rápidos que los “ultra” usados.
Ricciardo era líder marcando
territorio -y vuelta rápida- cuando paró, a su vez, a poner blandos
en la vuelta nueve. Un sinsentido total que le costaría a Red Bull y
a Ricciardo, sino la victoria, sí al menos optar a ella, como
demostró Verstappen, que con idénticos neumáticos, aguantó el
tipo para ir a una sola parada, frente a la timorata táctica de
Mercedes y Ferrari.
Vuelta diez: Hamilton lidera por
delante de un gran Verstappen -que no había parado-, seguido de
Rosberg, Raikkönen, Ricciardo, Vettel, Button – también sin
parar- Hulkenberg, Pérez, etc...
Button no iría muy lejos ya que
abandonaría su último GP al romper la dirección en un bordillo
antes de realizar su primera parada.
El sexteto de cabeza era una especie de
“tren rápido” del que nadie se despegaba, ni se descolgaba.
Rosberg, tras un amago, se lo tomaba con calma con un Verstappen que
tenía que parar, pero cuando vio que iba a hacer una única parada,
y que Hamilton se estaba largado a más de 4”, pasó al ataque y se
ventiló al correoso Max en la vuelta veintiuno, dos antes de que
éste hiciese su única parada y montase, obviamente, blandos,
reincorporándose en la octava posición.
Verstappen realizó una magnífica carrera, recuperando desde el último lugar tras un trompo en la salida, al cuarto puesto. |
Ricciardo, que a punto estuvo de
adelantar en pista a Raikkönen, cuya defensa de posición
-totalmente limpia- le habría costado sanción en Méjico, decidió
parar para de nuevo en la veinticuatro, cuando sus ruedas todavía
estaban a medio uso, reincorporándose octavo tras su compañero
Verstappen. Esta parada abrió la veda de las segundas detenciones,
parando a continuación Kimi -para defender posición- y luego
Hamilton y Rosberg. Todos montaron blandos, mientras que Vettel, muy
inteligente, decidió no parar y se mantuvo en pista.
El caso es que era todavía pronto para
esa detención, y si Kimi perdió posición respecto a Ricciardo fue
porque, evidentemente, el blando a medio usar era menos efectivo que
un blando nuevo. Si bien Mercedes podía permitirse obrar así de
mal, Ferrari no, que se equivocó, de nuevo, con Raikkönen.
Vettel, que iba sexto a falta de una
parada -como sus predecesores- decidió hacer una táctica diferente
y lógica, nada suicida, que consistía en apurar lo máximo
aconsejable su neumático blando, y luego poner el superblando o el
“ultra” al final para un relevo final corto, pero “a toda
hostia” que, en caso de salirle mal, le iba a dejar exactamente
donde estaba, sexto. Por tanto, era ahora el líder a falta de su
última detención. Esa táctica la realizó también Fernando
Alonso.
La carrera, a falta de veinticinco
vueltas, estaba ahora liderada por Vettel, seguido a 8” por
Hamilton, 10” Rosberg, 14” Verstappen, 15” Ricciardo y 18”
Raikkönen, toda vez que los Force India, que se intercalaron
brevemente entre los líderes, pararon y se restableció el “orden
natural”.
A todo esto, Kvyat abandonaba con la
caja de cambios “muerta” en la vuelta veintiseis cuando era
décimo sexto precediendo a su compañero Sainz.
De modo que Vettel lideraba y, si bien
Hamilton no le recortaba mucho por no ir a tope, los Red Bull, que sí
lo iban y contra quienes se jugaba el podio, no se acercaban
demasiado.
Vettel paró en la vuelta treinta y
ocho y montó superblandos -lo mismo que Alonso una vuelta después-
y se reintegró sexto -Alonso décimo- y acto seguido, empezó su
recuperación -a bloque- siendo de ahí hasta el final, el piloto más
rápido en pista -el segundo lo sería Alonso aunque por poco- y
recuperando más de 1” por vuelta, estaba claro que el podio era
una opción real.
Vettel fue el más rápido al final. Rosberg aguantó su empuje por los pelos. |
El primero en caer fue su compañero
Kimi, ya descolgado, que le puso una alfombra -roja por supuesto- a
su compañero, en la vuelta cuarenta.
A la siguiente vuelta, Seb se libraba
de parte de los doblados -Sainz y Palmer- al llevarse puesto este
último al español en un error de frenada. Sainz, tras trompear,
tuvo que abandonar por problemas en la caja de cambios, mientras que
Palmer pudo seguir y acabar tras reparar desperfectos. Eso sí, le
cayó una sanción de 5” por el incidente.
Para eso tenemos comisarios, para
sancionar errores. Luego un piloto actúa de manera peligrosa o se
salta medio circuito, y no pasa nada. Bueno, aunque esto me parece
mal, si la tónica es sancionar cuando hay un choque sin más, que
hagan exactamente lo mismo cuando un piloto se sale de la pista, y además, nos ahorramos a los incompetentes comisarios. Fue
indignante ver durante este GP como Verstappen trazaba por fuera una
y otra vez la curva 3 impunemente, sin que nadie lo llamase al orden.
Total, que Vettel no tuvo que rebasar a
estos dos, y así pudo atacar antes a sus “queridos” Red Bull.
Ricciardo cayó en la vuelta cuarenta y cinco y Verstappen cinco
después, en análogas maniobras en la curva 11. No hubo lugar a
réplica, el Ferrari era imparable. Imparable para lo terrenal, no
para lo extraterrestre, y por eso no pudo con los Mercedes, pese a
que Hamilton ralentizó para poner a Rosberg en aprietos. Claro que
mucho no ralentizó, ya que se exponía a ser adelantado por Nico, el
cual se salvó de Vettel en parte porque acabó la carrera y en parte
porque los neumáticos del Ferrari ya habían perdido su mejor
momento.
La carrera acabó así: Hamilton,
Rosberg y Vettel en el podio y separados por 0”843, Verstappen fue
cuarto a 1”685, y ya a más de 5” Ricciardo. Raikkönen fue sexto
a 18” precediendo a Hulkenberg que acabó a 50” y, a casi un
minuto y en un pañuelo y completando los hombres con derecho a
puntos: Pérez, Massa y Alonso.
Los Hass de Grosjean y Gutiérrez
entraron a continuación, justo por delante de los Manor, en los que
Ocon se impuso a Wehrlein -con toque incluido- por la honrrilla. Los
Sauber de Ericsson y Nasr, más el Renault de Palmer, completaron la
última clasificación del año.
De este modo, y tras la más
apasionante carrera del año, Nico se proclamaba campeón, un justo
campeón, tal y como dije al inicio.
Festival de trompos en Abu Dabi. A los del campeón Nico hay que sumar los de Vettel y Massa. |
El caso es que Nico a tenido más
fortuna técnica que Lewis, pero éste a sacado partido de la
reglamentación y de la permisividad de los comisarios. Respecto a lo
primero, pudo montar varios motores en Bélgica -evitando así otra
sanción posterior-, respecto a lo segundo, se libró de sanción por
sus salidas de pista de Mónaco y Méjico y por echar a Rosberg en la
primera curva de Canadá. Claro que Rosberg no fue siempre “el niño
bueno” y también tuvo lo suyo. Quiso echar a Hamilton en Austria.
La diferencia es que a él le salió rana y perdió en lugar de
ganar. Hamilton ganó y él, por malo, pasó de segundo a cuarto. No
como Lewis en Canadá, que pudo ganar mientras Nico apenas remontaba
al quinto lugar.
Al final Nico fue un merecido campeón.
Al contrario también lo hubiera sido, salvo por la actitud de
Hamilton ya comentada. Al final Rosberg no ha tenido que arrepentirse
de haber dejado pasar a Lewis en Mónaco cuando el equipo se lo pidió
al tener problemas de frenos.
Se portó mejor, fue más regular y
mereció el título frente a un piloto rapidísimo, de los mejores de
siempre, que fue más brillante, pero que cometió más errores,
además de tener menos fiabilidad mecánica.
¡Enhorabuena Nico!
Niko y Keke -Keijo- Rosberg. |