¡Y Senna gratis!
En 1992 Nigel Mansell cerró la boca a
los escépticos, a esos que decían que ya nunca sería campeón del
mundo. Sin duda lo decían en base a las dos oportunidades perdidas
por el León en 1986-87, que mayormente achacaban a su culpa.
Sin duda pensaban que el “tren” no
pasaría una tercera vez. Pero pasó, y no sólo una tercera -1991-
sino una cuarta, en 1992, para ver al “toro de la isla de Mann”
proclamarse campeón del mundo. Y el mundo de la F1 -incluidos los
que no creían en él- se alegró.
Mansell ganó el título con el
Williams-Renault FW14B “activo” de Patrick Head y Adrian Newey
-no sólo de este último como muchos listillos venden- con
insultante facilidad. Algunos le quitan mérito porque el Williams
era tan superior, que casi la práctica totalidad de la parrilla se
hubiera proclamado campeón en él. Y era cierto, como cierto era que
la suficiencia con la que Mansell se proclamó campeón solo estaba
al alcance de unos pocos: Senna, Schumi y tal vez Alesi -como se
apuntó en su día- y para de contar.
Es decir, que campeones sí, pero no
sacando el partido que Mansell sacó al coche, que fue excepcional.
Como Ascari en 1952-53 con el Ferrari 500, o Clark con el Lotus 25 en
1963, o Schumacher con el Ferrari F-2002 en 2002; por sólo poner
tres ejemplos. Y es que Mansell no ha sido el primer piloto, ni
tampoco el primer gran piloto, en disponer de una supermáquina que
barría a la oposición, si es que en tales circunstancias se la
podía denominar así.
Clark y el Lotus 25, un grande con un coche superior. Nadie le quitó mérito. |
El Williams FW14B era tan superior, que
sólo la falta de fiabilidad le impidió ser tan bueno como el
Mclaren Mp4/4 de 1988, el que seguramente es el mejor monoplaza de
todos los tiempos, con permiso del Ferrari 500.
Mansell obtuvo 9 victorias, 14 poles y
8 vueltas rápidas. Registros todos ellos que en su momento fueron
récord.
Y si Mansell no logró más victorias
fue por la falta de fiabilidad de su coche, amén de un par de
accidentes con “su amigo de toda la vida” Ayrton Senna. Y es que
estos dos tienen una cifra de incidentes juntos que también debe ser
récord. Se juntan el hambre y las ganas de comer: uno que siempre lo
intenta -Mansell- y otro que jamás cede -Senna-, en fin, que así
era la vida de la F1 en los 80-90.
En resumen, que sin las averías de
Mónaco -problemas con un neumático a causa de un freno-, Bélgica
-un escape rajado-, más los abandonos de Italia -caja de cambios- y
Japón -motor- sumados a sus accidentes de Canadá y Australia con
Senna, sumarían un total de 15 triunfos para el León, que sólo
habría cedido ante Senna -y Patrese, que lideraba hasta su abandono-
en Hungría, en donde justamente se proclamó campeón del mundo con
cinco carreras de anticipación, también récord en su momento.
Claro que uno podría decir que Mansell
no habría podido adelantar a Schumi en Spa -estaba a 3” a falta de
5 vueltas- que iba a dejar ganar a Patrese una carrera -le cedió de
manera humillante la primera posición en Italia y Japón, como en
1991 hiciera de manera igual de humillante Senna con Berger en
Suzuka- o que un Senna en plena forma tal vez le hubiese ganado en
Adelaida -en su lugar se lo llevó por delante-, pero de cualquier
modo hubieran sido 12 triunfos de 16.
Como fuere, en 1993 Mansell abandonó
la F1 y se fue a hacer las américas, convirtiéndose, de paso, en el
primer y único hasta la fecha, piloto que ha ganado ambos títulos
-de F1 e Indy- de forma consecutiva.
Senna quería ganar a toda costa y por eso no dudó en ofrecerse gratis a Williams. |
Fue raro la situación, todo se torció
una vez se proclamó campeón en Hungría, llegando a Bélgica con
líos en el equipo. Por lo visto Mansell había renovado en abril por
10 millones de dólares, pero la oferta de Senna de correr gratis
-luego hablaré de esto- le puso contra las cuerdas. Le colgó el
teléfono a Williams diciéndole: “si Senna corre gratis, cogedle a
él”.
A todo esto, Prost ya había firmado
por el equipo como número dos de Mansell -eso decían, a mí no me
cuadra mucho- desde marzo, y el hecho de tener Williams a su
disposición a Senna y Prost ponía en difícil situación a Mansell,
al menos con sus exigencias.
Los mismos que decían que Mansell
había renovado y que Prost era su número dos, también decían que
las exigencias de Mansell eran desorbitadas, ridículas. Al final
Williams cedió. Pero ya era tarde, Mansell anunció la víspera del
GP de Italia su abandono de la F1 y que correría la Indy en 1993 en
el equipo Newman-Hass con un Lola.
Aunque quedó un asiento libre en
Williams, el “gratuito” Senna no pudo ocupar el sitio al ser
vetado por Prost. Dado que esto último está confirmado por el
propio Prost, se me hace raro que el astuto Alain fichase así, sin
más, como número dos de Mansell en Williams. Tal vez el británico,
al ver lo que le esperaba con Prost, que nunca iba de frente y que
era un liante de campeonato, optó por tomar las de villadiego, ya
que si Prost fue capaz de vetar a Senna, ¿que no hubiera podido
hacer con Nigel?
Como fuere, Prost se quitó de en medio
a Mansell y a Senna de cara a 1993 haciéndose con el mejor coche.
Por tanto, no cabe duda de que Prost inició la lucha por su cuarto
entorchado de campeón del mundo de F1 durante el transcurso de la
temporada 1992.
Mansell no se sintió valorado en Williams y llevó su mítico 5 rojo a la conquista de América. |
En cuanto al gratuito Senna, es
evidente que no iba a correr gratis, ya que cobrar iba a cobrar, pero
de sus patrocinadores personales, no de Williams. Eso demuestra su
ambición por ganar y que era consciente de que para ello, por muy
bueno que sea uno, hace falta máquina, y que esta es lo
preponderante. Guste o no, es así.
Es curioso que esa oferta no reventase el mercado, o que Dennis -que ya lo tenía perdido de cara al
futuro- no le rebajase de forma sustancial su contrato, al fin y al
cabo, si podía correr “gratis”, ¿a que fin pagarle más? De ese
modo, el dinero de su ficha se podría invertir en desarrollar el
coche, ¿no?
Bromas aparte -era evidente que Ron le
iba a pagar- el hecho de ofrecerse gratis, más que reventar el
mercado de pilotos, lo que podía reventar eran las exigencias de los
pilotos “top”. Sin duda esta situación no le vino bien a
Mansell.
Prost cumplió el objetivo que se había propuesto de cara a 1993. Ganar el título y luego retirarse. |
Finalmente Prost se proclamó campeón
en 1993 como todo el mundo preveía, aunque con menos brillantez de
la esperada a pesar de lograr 13 poles. Se salió de pista en Brasil y estuvo totalmente desdibujado en
Dogninton -dónde Senna deslumbró-, carreras en
agua las dos; anticipó la salida en Mónaco, falló
clamorosamente en la arrancada en Hungría y en las tres últimas
citas: Portugal, Japón y Australia, pareció desmotivado.
Eso me hace pensar que Mansell lo
hubiera hecho mucho mejor con el FW15 y, de esa guisa,
“Superman...sell” habría repetido título incluso con más
autoridad que en 1992, superando la cifra de 40 victorias y poles. No
pudo ser. Ídem de ídem de haber llegado Senna.
Al final pasó lo que pasó, y Alain,
el astuto Alain, salió de nuevo como vencedor tras haber maquinado
su título de 1993 entre bastidores en 1992.
Pero luego tuvo que correr, y sus 13
poles demuestran que relajado no estuvo y que se esforzó. En mi
opinión, lo que pasó es que lo hizo muy bien, pero simplemente bien
para ser Alain Prost, ya que cometió demasiados errores. De él
cabría esperar más. Seguramente en 1993 el mejor Alain ya se había
ido. Pero el que quedaba bastó y sobró para ganar.
Aunque la gente no lo vea así, para mi tiene más mérito el título de la Indy conseguido por Mansell en el '93, parecía que seguía con el Williams en las Américas!
ResponderEliminarPues sí, los Penske eran mucho mejores.
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