viernes, 30 de diciembre de 2016

Forzarnoux

Para finalizar el año les dejo una síntesis de una crónica maravillosa, de esas que da gusto leer y releer varias veces, cuyo título es “Forzarnoux”. La crónica está escrita por el gran periodista francés Didier Braillon para la revista Grand Prix International en su sección: “al borde de la pista”, y gira en torno a la pole de René Arnoux en San Marino 1983 con el Ferrari 126 C2B.
De aquí en adelante, los dejo en sus manos. Manos que a través de una Olivetti dieron lugar a estas hermosas lineas.







Hirsuto hasta el extremo que la parte superior de su cráneo parecía un puñado de petardos, René Arnoux acaba justo de quitarse su verdugo. Unos instantes antes, su Ferrari ha entrado en boxes con el motor calado.
En 1,33”419 el piloto francés acaba de obtener la pole position para la primera jornada de entrenamientos.
Los espectadores, esos tifosi al mismo tiempo insoportables y entrañables, forman una única marea humana; en bloque se han levantado y en medio de los emblemas con la efigie del Cavallino Rampante agitados con devoción, un canto surge de pronto. Con fervor, una coral improvisada canta una vibrante Marsellesa; la letra no se parece en nada al himno nacional francés y supone de hecho una amalgama populista y facilona a gloria de los maravillosos coches rojos y de sus pilotos franceses.
Escondido al fondo de los stands Arnoux es interrogado por la prensa transalpina. Se le podía creer feliz. De pronto, se decide: “si no hubiera estado entorpecido por dos tíos en mi mejor vuelta, hubiera bajado del 1,32”
Esa es pues la espina que le impide comulgar plenamente con el equipo.
Acostumbrado a realizar las proezas más increíbles, René ha olvidado decir lo más importante: la pole la ha conseguido con su segundo juego de neumáticos, cuando estos estaban ya usados. Un resultado increíble del que el propio Forghieri le creía incapaz. Cuando Arnoux salió de los stands para su última tentativa, el neumático trasero izquierdo tenía un bulto. Mauro había advertido de ello a su piloto con un gesto breve.
Estrechamente atado en su cockpit sobrecalentado, Arnoux “ojos de canica” no parecía darle la menor importancia: la manipulación de la presión del turbo bastaba para persuadirle de que estaba en condiciones de conseguir el resultado esperado por toda Italia... De hecho, este viernes, el Ferrari había parecido más ayudado por la fantástica potencia de su motor que por su motricidad.
Al día siguiente la pista estaba entre tres y cuatro décimas más rápida. Conjugado a la esperanza de una vuelta sin estorbos esta mejora de velocidad parecía pronosticar que se pasará la barrera del 1,33”.






Para René Arnoux no hay ninguna duda posible: tiene que ser de nuevo el mejor.
Esta vez no son 25.000 sino 65.000 pares de ojos los que vigilan la entrada en la pista de su Ferrari.
“En ningún caso se podrá bajar de 1,32”5” nos había avisado la víspera Eddie Cheever durante la cena. Opinión sensata puesto que, con su primer tren, René no conseguía más que mejorar ligeramente su tiempo de la víspera. Ello no impedía al locutor acalorarse como un energúmeno. A medida que el tiempo pasa, Tambay, que ha cogido el relevo de René, se hace superar por Prost, luego por Piquet, ambos copiosamente abucheados por el público en cada uno de sus pasos. Minuto tras minuto, el entusiasmo irá decayendo y las banderas de Ferrari parecerán agitadas con menos vigor. Queda menos de un cuarto de hora cuando Arnoux sale con su segundo y último juego de neumáticos. Desde el borde de la pista, se piensa que ha perdido, hasta el punto que el Ferrari traza “limpio” en contraste con la espectacularidad de la víspera. Más que eso, cuando se asiste a la auténtica vuelta de calificación no se está seguro de que se trate realmente de la próxima.
Unos segundos más tarde, sin embargo, un clamor gigantesco sumerge el circuito cuyo eco se escucha desde muy lejos. El locutor, al borde del infarto, acaba de lanzar al público un 1,31”238. Durante varios minutos, los cantos de alegría prosiguen y, delante de los stands de Brabham y Renault, los tifosi, de pie, manifiestan su nacionalismo hacia las dos escuderías.
Comportamiento de una elegancia tipicamente latina y ligeramente presuntuoso en la medida que Alain Prost no ha jugado aún su última carta.
Pero como en los cuantos para niños, el hada buena impedirá al Renault ahogar el delirio existente en el ambiente mediante el consabido artilugio de algunos monoplazas interpuestos a lo largo de su paso. La moral estaba a salvo, los tifosi estaban totalmente felices y el día siguiente prometía unos embotellamientos aún más gigantescos de lo habitual...

Didier Braillon

© Grand Prix International, Ediciones ochenta, nº 49, 1983

lunes, 26 de diciembre de 2016

Muletos

     Amuletos








Si usted es un seguidor de la f1 “de toda la vida” recordará los muletos, término usado para el vehículo de reserva que llevaban los equipos a las pistas. A veces y en circunstancias especiales, algunos equipos llegaron a llevar dos muletos a un GP, uno para cada piloto.
Los muletos están prohibidos desde 2008, sino me falla la memoria, con ese afán de “recortar” gastos de la FIA.
Como en tantas otras cosas, limitación de motores, cajas de cambio, test, etc... la FIA sólo va a lo que le conviene y, si bien es cierto que es bueno controlar a los equipos para que no se excedan, ciertas limitaciones -muchas de ellas liberticidas- son estúpidas. Prohibir por prohibir que se dice.
Los muletos cada vez hacen menos falta, entre otras cosas, por la gran fiabilidad de los monoplazas actuales. Pero así todo no estarían nunca de más. Y casi no supondrían sobrecosto alguno, ya que entre llevar un chasis “desnudo” y recambios, un muleto apenas se notaría. Y además, no es obligatorio.
Más caro es obligar a los equipos a hacer un coche nuevo cada temporada y tener que alinear dos, sí o sí, cosa que para un equipo pequeño es una faena de las gordas, pero....
El caso es que el muleto a salvado más de un piloto y carrera.
Muchos han ganado con él (Prost, Schumacher, Mansell, etc...) incluso cuando al usarlo, este estaba reglado para su compañero de equipo.



El gran duelo Mansell-Piquet de Brands Hatch 1986 hoy no hubiera sido posible al no haber muletos.



Recuerdo, por ejemplo, el GP de Inglaterra de 1986 en Brands Hatch, una carrera magnífica entre Piquet y Mansell pero que, en caso de no haber habido muletos, nos hubiéramos quedado sin ella, porque a Mansell se le rompió la transmisión en la primera salida. Pero como hubo un accidente y la carrera se detuvo, pudo salir de nuevo en el muleto de Piquet, con el que ganó la carrera. Y de paso hubo emoción. De lo contrario Piquet se habría paseado.
O Schumacher en Europa 2001, que ganó con el muleto luego de que su coche titular lo dejase tirado de camino a la parrilla.
Eso sin contar el absurdo de los mecánicos de Ferrari trabajando a destajo en Mónaco 2010 para preparar el coche de Alonso, pasándole toda la mecánica a un chasis de reserva tras su accidente en los libres y no pudiendo participar en los oficiales por falta de tiempo. Un sinsentido.
Sin el muleto nos hubiéramos quedado sin muchos participantes -algunos de ellos los máximos favoritos- en muchas carreras, y es gracias a ellos que hemos podido tenerlos sin falta en las parrillas.
Este año Romain Grosjean con el Hass, es decir Romain NADIE con el NADA, se perdió dos carreras: la de Singapur y la de Brasil, por avería y accidente respectivamente. De tener un muleto habría corrido. ¿Alguien dijo algo? ¿A alguien le importó? A nadie. Por eso digo lo de Romain nadie. No por faltarle al respeto, sino porque ese hecho pasó desapercibido. Claro que si en lugar de quedarse el francés “a verlas venir” se hubiera quedado un aspirante al título -sobre todo en la última carrera- se hubiera puesto el grito en el cielo.



¿Y si en lugar de Grosjean se hubieran quedado alguno de los aspirantes al título en boxes por no haber muletos?



Nadie obliga a usar muletos, pero de permitirse, los equipos los llevarían -porque el sobrecosto es casi nulo- y porque se evitarían algunos problemas, como el tener que hacer horas extras cambiando mecánicas. Es más sencillo cambiar de asiento que de motor.
Al hilo de esto, soy partidario de que en caso de accidente en las dos primeras vueltas de la carrera esta se detuviese y se reanudase de nuevo -como antaño- en vez de sacar el coche de seguridad. Así, los pilotos accidentados podrían salir de nuevo con sus coches de reserva.
¿No es eso mejor para el espectáculo? Yo creo que sí.
A otro rato hablamos de las cajas de cambio y motores. Del absurdo de no poder cambiar relaciones y de que tengan que durar cinco veces la distancia de Le Mans.
Otro día quizá.


Agradecimientos a Carlos Eymann

viernes, 16 de diciembre de 2016

Mercedes busca piloto

¿No era tan sencillo?





La retirada de Rosberg ha dejado el asiento más jugoso de la F1 libre.




Pues parece que no. Desde que Nico Rosberg anunció de manera sorpresiva su retirada apenas cinco días después de proclamarse campeón del mundo, cogió a todo el mundo por sorpresa. Y a su equipo el primero.
No en vano había renovado luego de una dura negociación y, además, había declarado en una entrevista reciente que, en caso de lograr el campeonato, querría más.
Pero claro, del dicho al hecho... y es que Nico, cuya ambición era ser campeón del mundo de F1, ya lo logró, y como parece ser que ha gastado demasiada energía en él, ha preferido seguir por otro camino, dejando claro que “hay vida más allá de la F1”. Se ha retirado en lo más alto y superando, a igualdad de coche, a su compañero de equipo, Lewis Hamilton, uno de los mejores de siempre, pese a quien pese.
Desde que en 2014 Mercedes se “adueñó” de la F1, ha habido una tendencia injusta de la prensa y público -medir hechos bajo el mismo rasero es una utopía- que consistía en hablar de sabotaje cuando era el Mercedes de Hamilton el que fallaba y de “cosas de las carreras” cuando eso mismo le sucedía a Nico. Si bien hasta el año pasado las roturas eran equiparables, este año se han cebado más en Lewis. Pero más allá de hablar de sabotajes -o manos negras- como el propio Hamilton insinuó -en caliente- este año en Malasia, habría que decir que, en el caso de otros pilotos (Mansell, Raikkönen), se diría que eran estos quienes rompían sus monoplazas. Por tanto, es mejor no buscar conspiraciones ni echar las culpas según a quien basándonos en prejuicios.



Hamilton tendrá que esperar -mejor sentado- para saber quien será su compañero en 2017.



Desde que comparten equipo Hamilton y Rosberg, el inglés ha sido el dominador, pero sin apabullar a su compañero. 32 victorias por 22, 35 poles por 29 y 2 campeonatos por 1. Está claro quien es el ganador, lo mismo que está claro que el perdedor lo ha hecho con dignidad.
Por tanto, ahora que éste se ha ido -y ganando por cierto-, Mercedes no tiene nada claro quien va a ser su sustituto porque, de querer ascender al equipo a Wehrlein, ya lo hubieran anunciado no a las 24 horas del anuncio de retirada de Nico, sino a los 24 minutos, o segundos...
Aunque el Mercedes es el asiento más codiciado, y que los germanos tienen pasta para pagar abultados salarios e indemnizaciones (como ruptura de contratos), la “bromita” de Rosberg los ha pillado desprevenidos y con el mercado cerrado. Todos los que Mercedes hubiera querido están pillados. Mala suerte para Mercedes y, por supuesto, para los candidatos.
Mercedes tiene tres opciones: contratar a un piloto “top” como Alonso, Vettel, Verstappen, etc... a uno bueno con experiencia pero sin palmarés (Bottas, Hulkenberg, Pérez, incluso Sainz, entre otros) o ascender a uno de los pupilos de su cantera, es decir: Wehrlein u Ocon.



Fernando Alonso ha sonado mucho como sustituto de Rosberg, pero no va a ser posible...¿o sí?



De los primeros, todos están con contrato, y aunque todo es negociable, no es tan sencillo. Para la F1-y para el ínclito- el fichaje de Alonso por Mercedes sería lo mejor por el morbo de ver a estos dos gallos en el, probablemente, mejor coche de la parrilla y reeditar su duelo de 2007.
Si bien es cierto que de los “top” Alonso es el que más motivos tiene para querer abandonar su equipo -Mclaren lleva dos años negros, como su nuevo color- no es menos cierto que tal vez eso no sea lo que le interesa a Mercedes. Eso sin contar que si Mclaren no lo quiere liberar y no hay clausulas que lo permitan, sencillamente Alonso no podría ir.
La siguiente opción más interesante para los aficionados a la F1 sería, a mi entender, el fichaje de Verstappen, lo que colocaría a los dos pilotos más espectaculares -y creídos- en el mejor monoplaza. Pasa lo mismo que con el asturiano, con la salvedad de que Max, como Ricciardo al igual que Vettel y Raikkönen, está en un equipo con aspiraciones de cara al año próximo. De hecho, Red Bull es la gran esperanza para acabar en 2017 con la monotonía de Mercedes, al igual que lo era Ferrari este año. Algo que de Mclaren no se puede -debe- esperar. Pero que nadie se piense que si Max ha cerrado la boca es por lealtad a Red Bull ni nada parecido. Si el año que viene, en Australia el Red Bull es un fiasco, de poder se ofrecería incluso gratis a Mercedes sin pensárselo dos veces.
Todos estos pilotos se han mantenido callados y fieles a sus equipos, independientemente de si hubieran querido o no ir a Mercedes de tener la posibilidad. Y los mismo para el resto de pilotos con contrato.



Valtteri Bottas no hace oídos sordos a los cantos de sirena de Mercedes, pero no depende solo de él.



De las segundas opciones, sobresale con fuerza Valtteri Bottas, cuyo representante es, además, Toto Wolff. De momento parece que es en quien más interesado anda Mercedes, no sólo por la calidad de Bottas, sino porque su posible traspaso es más “factible” que el de otros, ya que tienen más cosas con las que negociar.
Wehrlein, de la cantera de pilotos de Mercedes, sería el indicado a llegar si Mercedes confiara en él lo suficiente, o si creyesen que iban a tener una gran superioridad mecánica que les permitiese arriesgarse, al estilo de Williams con Damon Hill en 1993, que por cierto, luego se mostró como un fichaje acertado.
Pero no las tienen todas consigo, ni tampoco con Ocon, y es por eso, salvo que nos estén toreando, que todavía no sabemos quien será el compañero de Lewis Hamilton en 2017. Y hasta enero permanecerá la incógnita.
¿Habrá sorpresa?




De fichar por Mercedes, Wehrlein estaría ante la oportunidad de su vida.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Temporada 1999

¿El turno de Irvine?... casi




Irvine y Hakkinen tuvieron un intenso e inesperdo duelo en 1999 por el título. (Dibujo temporada 1998)




1999 fue una de las temporadas de pronóstico más incierto que hubo. El aspirante de Ferrari, Michael Schumacher, se rompió una pierna en Silverstone y tomo -contra todo pronóstico- el relevo su compañero Eddie Irvine. Por si esto no fuera suficiente sorpresa, en una gran temporada, muy regular y sumando dos triunfos, Heinz Harald Frentzen, con el modesto Jordan Mugen-Honda estuvo en la pelea casi hasta el final. Pero fue Irvine, quien con la ayuda de Salo primero y Schumacher después, el que estuvo a punto de hacer morder el polvo a Mika Hakkinen. Un Hakkinen que tuvo una temporada llena de altibajos, con muchos abandonos producto de la mala suerte y otros, simplemente fallos técnicos, que sumado a toques y errores propios de conducción, le complicaron la vida de tal manera que tuvo que dar lo mejor de sí en la cita final para retener un cetro, que en Silverstone ya parecía suyo.
La temporada tuvo seis ganadores de cuatro equipos, que sin ser un récord, no está nada mal. Aunque lo más emocionante fue la lucha hasta el final entre dos pilotos que tuvieron muchos altibajos. Irvine, con un coche más lento, pero desde Inglaterra con todo el equipo volcado en él, realizó un digno papel y se aprovechó de casi todos los fallos de su contrincante, salvo en Italia y Europa, dónde no estuvo fino. Ahí perdió el título.
Vayamos con la temporada.
Esta comenzó, como ya es tradición, en Australia, en el bonito trazado -pero no tanto como el anterior de Adelaida- de Melbourne.
Eddie irvine se hizo con la su primera victoria en la F1 luego de que los favoritos Mclaren-Mercedes, que partían en primera fila, rompieran y que Michael Schumacher tuviera problemas acabando décimo. Frentzen con el Jordan y el otro Schumacher -el hermanísimo- con el Williams, completaron el podio.
En Brasil, pese a la extraordinaria demostración de Barrichello con el Stewart, tercer tiempo en entrenamientos tras los Mclaren de Hakkinen-Coulthard, y líder durante 23 vueltas, al final fue más de lo mismo y el actual campeón, Mika Hakkinen, se hizo con el triunfo marcado de cerca por Schumacher. Frentzen fue tercero e Irvine quinto.



Barrichello se exibió en casa, pero su motor lo traicionó.



De vuelta a casa, es decir, a Europa, se disputa el GP de San Marino en Imola. Los Mclaren coparan por tercera vez consecutiva la primera fila precediendo a los Ferrari, pero el accidente de Hakkinen -error suyo destacado en cabeza- en la vuelta 17 por un lado y la maestría del Kaiser por otro, dieron la victoria a Ferrari en casa por delante del Mclaren superviviente, el de Coulthard, con Barrichello en un espléndido tercer lugar.
Irvine (motor) y Frentzen, (accidente) no terminan la carrera.
En Mónaco Hakkinen logra la pole, pero ya no hay primera linea Mclaren porque Schumacher se les cuela.
En carrera Schumacher domina de principio a fin mientras que Hakkinen, segundo durante 2/3 de carrera, cede ante el empuje de Irvine y Ferrari se hace con el doblete por delante del Mclaren de Mika. Frentzen es cuarto.
En España un sorprendente Irvine se cuela entre los Mercedes en parrilla toda vez que Hakkinen se hace con una nueva pole, la quinta consecutiva. Claro que la gran sorpresa la da Alesi con su Sauber, quinto al final en parrilla pero liderando con autoridad durante la mayor parte de la sesión. Al final, sólo tres décimas lo apartan de la pole. La mala suerte de Jean no parece tener límites.
Esta vez los Mclaren no fallan y Hakkinen-Coulthard firman el doblete para los de Woking con los Ferrari de Schumi-Irvine a continuación. Frentzen, con el diferencial hecho papilla, no acaba.
En Montreal Schumacher logra la pole, desbancando por primera vez en la temporada a Hakkinen, que parecía abonado a ese lugar. En carrera Schumacher se va contra “el muro de los campeones” cuando lideraba, dejando el camino libre a Hakkinen para obtener este un nuevo triunfo, el tercero del año. Un gran Fisichella es segundo con Irvine completando el podio. Frentzen también se estampó y, de nuevo, no sumó punto alguno.



Barrichello -pole- y Schumi con problemas, no pudieron frenar a Frentzen en Magnuy Cours.



En Francia llueve y en los entrenos se hace con la pole de manera sorprendente Rubens Barrichello, con el Stewart (primera pole y a la postre única del equipo) superando al “cenizo” Alesi con su Sauber que, pese a hacer toda una demostración, al igual que a la hora de las victorias, siempre le pasa, o se le escapa, “algo”. Panis es tercero por delante de Coulthard, Frentzen y Schumacher. Hakkinen sólo es décimo cuarto e Irvine décimo séptimo.
La carrera con lluvia intermitente es espectacular y con muchas alternativas. Pero hubiera tenido un ganador normal de no ser porque el Ferrari de Schumacher no tuvo su día, fallándole varias veces, sobre todo en la selección de marchas desde el volante y, aunque lo cambió en una de sus paradas, el fallo no se acabó de arreglar. Ganó un gran Heinz Harald Frentzen, que a punto estuvo de abandonar por un problema mecánico -por un momento parecía que iba a abandonar, para luego seguir hasta el final como si nada-, por delante de Hakkinen, Barrichello, Ralf Schumacher, Schumacher e Irvine. Un Irvine al que desde boxes no dejaron adelantar en última instancia a su jefe de filas, el cual tenía problemas. Algo normal pero que luego, de cara al título, resultó crucial pero ¿quien iba a pensar que sería Eddie y no Michael el que se jugase el pan a fin de temporada?
Llegó el GP de Inglaterra, en Silverstone, y Mclaren recobró en los entrenamientos, parte de su buena estrella -doble por eso de los motores- y firmó una contundente pole con el rápido Hakkinen en su sexta pole del año. A su lado, su rival por el título, ambos -Mika y Schumi- precediendo a sus respectivos escuderos.
En la carrera golpe de efecto, Schumacher se sale de pista -por una pérdida de líquido de frenos por un sangrador mal apretado- y se incrusta en las protecciones, rompiéndose una pierna.
La carrera se detiene y vuelta a empezar.



Schumacher iba a tener el peor fin de semana en F1 de su vida en Silverstone.




Supongo que serían muchos los que como yo, pensamos que el campeonato ya tenía dueño, con Hakkinen revalidando cómodamente su entorchado. Nada más lejos de la realidad. El cúmulo de fallos de Hakkinen y de su equipo de aquí a final de temporada por poco lo impide.
Para empezar, ya con la carrera en el bolsillo, Hakkinen abandona la carrera al salírsele una rueda mal apretada. Eso dejó la cabeza a su compañero Coulthard que, en duro duelo con Irvine, se hizo con la victoria. Ralf Schumacher completó el podio mientras Frentzen cuarto, a lo tonto, volvía a sumar.
Eso dejaba el campeonato, en su ecuador, con Hakkinen líder con 40 puntos por 32 de Irvine -y Schumi- 26 de Frentzen y 22 de Coulthard. Ferrari, por su parte, lideraba por 64 a 62 respecto a Mclaren en el capítulo de marcas.
Todo pintaba bien para Mclaren y Hakkinen en Austria, donde logra una nueva pole secundado por su compañero de equipo, con Irvine y Frentzen claramente por detrás.
Pero en la salida, un claro error de Coulthard provoca un toque entre los Mclaren que relega a Mika al último lugar.
Coulthard es líder seguido de un intrépido Barrichello mientras Irvine se lo toma con calma. Cosa que no hace Hakkinen, que remonta como un demonio.
Irvine consigue dar la vuelta a la tortilla, ayudado por los 6” extras que estuvo parado en su box Coulthard, y se puso líder pasado el ecuador de la carrera y la gana aguantando la presión de un Coulthard que “redondea” su fin de semana. Saca de pista a su compañero y pierde la carrera. Seguro que Dennis estaría como “unas castañuelas”.
Hakkinen acaba tercero, demostrando que habría ganado como nada, por delante de Frentzen. Barrichello, autor de una carrera magnífica, tuvo que abandonar.
El debut de Salo en Ferrari, como sustituto de Schumacher pasó desapercibido, aunque tuvo problemas a principio de carrera al tocarse con Herbert y tener que parar en boxes a sustituir el alerón delantero.



Irvine dando las gracias a Salo, que le cedió el triunfo.



Pero en Alemania Salo no iba a pasar desapercibido, para nada. De no ser por las órdenes de equipo de cara al título con Irvine, Salo habría ganado. Así que doblete de Ferrari que sacó tajada del infortunio del poleman -y ya van- Hakkinen que lideraba la carrera hasta su repostaje, en el que perdió mucho tiempo a causa de la manguera, reincorporándose tercero a espaldas de los Ferrari. Su ataque apenas llegó, ya que se le reventó una rueda y abandonó. El otro Mclaren que hubiera podido dar guerra, se autoeliminó en un choque con salo -alerón delantero- más sanción. Así Frentzen completó el podio.
Hungría, el circuito preferido de Irvine, casi da la pole al irlandés, que se situó en primera línea junto al habitual Hakkinen. Pero en carrera no hubo nada que hacer, doblete de Mclaren -Mika-David- con Irvine y Frentzen por detrás.
Casi lo mismo que en Bélgica, solo que en esta carrera Mclaren se hizo con la primera fila -¿adivinan el poleman?, sí, ese- y en carrera nuevo doblete de los de Woking, aunque en su mejor carrera de la temporada, un Coulthard que no se daba por vencido, doblegó a su veloz compañero con todas las de la ley. Frentzen e Irvine acabaron por detrás y contentos de que no fuese Mika el ganador.
En Italia nueva pole de Hakkinen, que esta vez tenía a su lado a Frentzen, el Frentzen de los grandes días, que se intercaló entre los Mclaren. Los Ferrari, que “jugaban” en casa, desaparecidos. Salo sexto e Irvine octavo.
La carrera debería haber sido para Hakkinen, pero un fallo de pilotaje a final de recta acabó con sus esperanzas y, entre lágrimas, vio como Frentzen se alzaba con su segundo y merecido triunfo de la temporada. Salo salvó el honor de los Ferrari con el tercer puesto -segundo fue Ralf Schumacher- toda vez que Irvine sólo pudo ser sexto y no se aprovechó del error de su rival. Luego dirían que su chasis -muy usado por preferencias de Eddie- estaba un poco tocado y había perdido parte de su eficacia.



Frentzen sacó tajada del abandono de Hakkinen en Monza ganando brillantemente la carrera.



Como dato anecdótico decir que Zanardi iba tercero en la que era su mejor actuación del año pero, cuando empezó a perder comba, facilitó -o no puso la misma resistencia- al Ferrari de Salo, a diferencia del Stewart de Barrichello. Y es que Zanardi nunca escondió sus preferencias.
Sea como sea, Hakkinen-Irvine comandaban el mundial con 60 puntos cada uno, diez más que Frentzen y doce más que Coulthard. Con 30 puntos estaba Ralf Schumacher -todavía detrás de su hermano con 32- ya sin posibilidades matemáticas, porque sólo faltaban tres carreras.
Mclaren aventajaba en 6 puntos a Ferrari (108 por 102) en constructores.
El GP de Europa celebrado en Nurburgring sería, gracias a los chaparrones, movidito.
Claro que la sorpresa ya vino en calificación, cuando Frentzen dio la campanada y se hizo con la pole por delante de Coulthard y Hakkinen, mostrando así su candidatura al título. Irvine sólo era noveno...
La pole de Frentzen sería la segunda y última suya...y también de su equipo.
La carrera fue como sucede en estos casos, una lotería, lo que venía bien a Irvine, que en condiciones normales no tenía nada que hacer. Pero su equipo no estuvo fino y la pérdida de tiempo mientras le buscaban los neumáticos en una parada, resultaron decisivos. Claro que Hakkinen tampoco estuvo mucho más brillante.
Frentzen abandonó por un problema eléctrico cuando era líder, Coulthard, que heredó el mando, se estrelló cinco vueltas después y Físico, cuando iba camino de su primer triunfo, también se salió de pista. Eso dejó la carrera en manos de un Johnny Herbert que la ganó brillantemente por delante de Trulli y de su compañero Barichello.
De modo que tercera victoria de Herbert -la última del simpático inglés- y la primera y única del desaparecido equipo Stewart.



Herbert llevó al Stewart en Nurburgring a lo más alto.




Hakkinen acabó quinto tras Ralf Schumcher y sacó 2 valiosos puntos de ventaja a Irvine, que sólo pudo ser séptimo a espaldas de Marc Gene y su Minardi, que logró su primer y único punto en la F1, igualito que Pérez Sala en 1989 en Silverstone.
A destacar el abandono de Luca Badoer con el otro Minardi cuando rodaba cuarto y que, de no haber abandonado, habría sido quinto fácil, incluso cuarto. Una pena.
Malasia era el anteúltimo round, en el nuevo escenario malayo de Sepang, primera vez que se corría ahí, y en dicho país.
Schumacher retornaba a la Scudería, ¡y de que manera!, logrando la pole con casi 1” sobre su compañero Irvine y los dos por delante de los Mclaren, esta vez con David precediendo a Mika. Frentzen era décimo cuarto y, salvo milagro, se iba a despedir de la lucha por el título.
La carrera fue un paseo para Schumacher, que pudo haber ganado con 1 minuto de ventaja dado su superior ritmo y porque se pudo ahorrar una parada. Pero se dedicó a cubrir la espalda de su compañero. Aunque Coulthard logró colársele. Pero no iría mucho más lejos el escoces, que abandonó poco después.
De modo que doblete Ferrari con Irvine-Schumi y Hakkinen tercero por los pelos, ya que superó in extremis al flamante vencedor del GP anterior, Johnny Herbert en su pugna por la tercera posición. Frentzen, sexto, decía matematicamente adiós al título. Aunque tras su abandono en Nurburgring, ya casi nadie contaba con él.
Poco después de la carrera, los Ferraris fueron descalificados porque los deflectores laterales estaban 10mm más cerca de la carrocería de lo permitido. El coche no obtenía ventaja prestacional ninguna, pero era ilegal...
Hasta que el tribunal de apelación no se pronuciase definitivamente, tanto Hakkinen como Mclaren eran campeones provisionales.
Al final Ferrari ganó la apelación aprovechándose de una tolerancia de 5mm que permite el reglamento aduciendo un mal montaje. ¿Alguien lo entiende?



Los deflectores laterales del Ferrari, en el ojo del huracán en Sepang.



En mi opinión el coche era ilegal pero no hubo intención de hacer trampa -sólo un mal montaje- y el coche no era más veloz por ello, por tanto, aunque se los podía haber excluido, se tomó la decisión de readmitirlos aunque de una manera un tanto rebuscada. En Canadá 1992, el Mclaren ganador de Berger tenía el alerón trasero por encima de lo permitido por un mal montaje, y aunque ahí algo de ventaja sí se podía sacar, los comisarios vieron que, esa ganancia, en el caso de existir sería ridícula y que, efectivamente, hubo un fallo de montaje, no intención de hacer trampa. Berger y Mclaren conservaron su victoria. Pues aquí igual.
La cita decisiva, la de Japón vio a Schumi de nuevo en la pole con Hakkinen, Frentzen e Irvine a continuación. Eddie Jordan, irlandés como su tocayo Irvine, dijo a su pupilo Frentzen que no molestase a Eddie en su lucha por el título. Cosa normal si tenemos en cuenta que ellos no iban a ganarlo, ni la carrera tampoco, de modo que a mi me pareció lo más normal del mundo.
Hakkinen se impuso en la arrancada al Kaiser, y ahí ganó la carrera. Coulthard, cometió un fallo de pilotaje cuando era tercero y perdió toda opción de puntuar, sirviendo en bandeja de plata el título de constructores a Ferrari aunque, eso sí, fiel a su estilo -pero sin accidente- de Spa 98, volvió a hacer de las suyas y tras reincorporarse a pista entre Hakkinen y Schumi, esperó a este y zigzageó delante de él haciéndole perder tiempo. Para que luego hablen de la caballerosidad británica. Sea como sea, eso daba igual, porque Schumacher nunca iba a poder con Hakkinen, de modo que pasar del tema es lo mejor.
Irvine fue tercero a un “mundo” de Schumacher seguido de Frentzen y “el otro Schumacher” como sombras, pero sin llegar a inquietarlo.



Irvine felicita deportivamente a Hakkinen, de nuevo campeón del mundo.




Así fue, sufriendo hasta el final, como Hakkinen consiguió su segundo y último título. Ferrari se quedó sin su ansiado título de pilotos, pero al menos recuperó el de constructores 16 años después.
Hakkinen era, de los que se jugaban el título, el más rápido y el que disponía de mejor coche. Al menos en velocidad pura, y obtuvo nada menos que 11 pole-position. Pero tuvo dos fallos graves de conducción (Imola y Monza) así como abandonos por pura mala suerte (Silverstone y Hockenheim), no estuvo nada fino bajo la lluvia de Nurburgring y, por su fuera poco, su compañero lo sacó de pista en Austria, donde habría ganado con una mano.
De no haberse roto la pierna, Schumacher, el mejor de la parrilla sin discusión, pese a un Ferrari no tan veloz como el Mclaren-Mercedes, hubiera ganado el título comodamente, ya que la mala fortuna se cebó en Mika Hakkinen.
Fue de este modo y solo de este como Irvine pudo luchar por el título. La Scuderia le devolvió así el favor al irlandés, que siempre acató las órdenes de equipo sin pega ninguna. Cierto que dejó escapar unos puntos vitales en Francia, cuando le ordenaron mantenerse detrás de un Schumacher con problemas -cosa lógica en ese momento- pero los recuperó con creces cuando tomo las riendas del Cavallino y Salo primero, y Schumacher después, le cedieron las victorias de Alemania y Malasia.
De ganar, hubiera sido el triunfo de la regularidad y del trabajo en equipo frente a la velocidad. No ganó el título, pero en Malasia y Japón tuvo a uno de los mejores pilotos de la historia como su escudero, y eso pocos, por no decir ningún otro piloto, lo puede decir. Ahí Schumacher fue el mejor “numero 2” del mundo.



El piloto más rápido (Schumacher a parte) en el coche más rápido. Resultado: campeón del mundo.



Frentzen fue el mejor de los que optaron al título, aunque es cierto que siempre fue a remolque y nunca estuvo en disposición real de ganarlo. Ni siquiera de haber ganado en Nurburgring habría cambiado la cosa. Pero teniendo en cuenta que dispuso del tercer coche, y que sus medios eran infinitamente menores que los de sus adversarios, bastante hizo. Tal vez no tan rápido como Mika, y sin un coche tan eficaz como Irvine, del Mclaren ni hablamos, lo de Frentzen en 1999 fue sobresaliente. Su mejor temporada, sin duda.
David Coulthard fue un fiasco, y si estuvo relativamente cerca fue más por deméritos de los demás que por méritos propios. Aunque en Bélgica expió a sus demonios. Así todo, más bien pareció trabajar para el enemigo, perdiendo puntos a lo tonto y dejando a Mclaren sin título de constructores. No es que fuera unicamente culpa de él que no lo ganasen, pero tuvo fallos de pilotaje innecesarios (Austria y Japón) que fueron vitales.
Al respecto de ciertos comentarios de la prensa de entonces, y de algunos aficionados de ahora, que dicen que Ferrari y Schumacher no apoyaron a Irvine, alegando que Ferrari no quería que el “1” se marchase a Jaguar, o que Schumi no quería que otro lograse el trabajo que a él se le encomendó (ganar el título), a esos les diría que revisasen la temporada. No sólo Salo dejó ganar a Eddie, sino que el propio Schumi lo hizo también en Malasia y que, en Japón, Schumacher simplemente no pudo con Hakkinen. ¿Alguien cree de verdad que a Ferrari le importaba que el número 1, habiendo ganado ellos el título, estuviera en otro coche? ¿Alguien de veras cree que Ferrari, que no ganaba un título de pilotos desde 1979, lo iba a echar a perder por algo tan mezquino? Y por último: ¿Alguien cree que Schumacher, que sacrificó la victoria de Malasia por su equipo -y por Irvine- iba a renunciar a ganar en Japón sólo para darle el título a Mika? Por favor...



Hakkinen gana el título de pilotos con Mcleren y Ferrari se lleva el de constructores 16 años después.



De querer Ferrari, o Schumi algo así, nadie habría ayudado a Irvine, y los puntos para el mundial de constructores se habrían sumado igual. Más si cabe si nos creemos que Schumacher se dejó vencer en Japón. A veces uno lee cada cosa. Lo peor es que hasta me sorprendo.
Sea como fuere, la temporada resultó apasionante y los Ferraristas nos consolamos con el título de constructores, a fin de cuentas, no se puede ganar siempre. A veces, ni siquiera se puede ganar.





sábado, 10 de diciembre de 2016

¿Y si Senna no se hubiese matado?...

     Hombre récord








Con este artículo inicio una serie dedicada a los inútiles, pero inevitables, “¿y si...?” que todos nos hacemos de vez en cuando.
Claro que procuraré que estos artículos tengan una base en la que apoyarse y no sean una simple fábula. No es lo mismo deducir lo que hubiera podido hacer Senna -o Clark-, que en mi opinión es “bastante predecible”, que lo que hubieran podido hacer Jones o Rindt, por ejemplo.
También trataré que estos artículos, que serán cortos, no se limiten a un par de líneas, cosa que para determinados “¿y si...?” sobra, como por ejemplo: “¿y si Vettel hubiese acabado la carrera de Brasil 2012 en la primera curva?” Bastaría con decir que el título no habría sido suyo, sin más.
Respecto a Senna, de no mediar su fatal accidente, es de suponer con una certeza casi absoluta, que habría permanecido en Williams hasta 1998, que fue cuando Williams perdió competitividad. A menos que hubiese decidido retirarse. Y como yo creo que no tendría ganas de irse a los 38 años, y tampoco querría seguir en una superada Williams, pediría puesto en el equipo que dominaba entonces, que no era otro que su ex-equipo Mclaren. Una Mclaren que no creo tuviera mucho problema en contratarlo licenciando a Coulthard.
La opción Ferrari, no tan competitiva y con Schumacher dentro, quedaría totalmente descartada. Por tanto, la posibilidad de ver a Ayrton, como muchos querían, en Ferrari, no es tan posible como la otra alternativa, a mi modo de ver, mucho mas “realista”.
Como Ayrton, rey de reyes, por bueno que fuera, no iba a ser eterno, yo le pongo la fecha de caducidad a los 40 años. Tan válida es esta como cualquier otra. Pero me parece que está en un término medio. Ni muy pronto ni muy tarde.
De modo que Ayrton “en mi realidad” se retira en el año 2000, justo antes del siglo XXI. Sí, el año 2000 es del siglo XX, eso nos pasa por no tener año cero.
Bajo estas premisas: “¿que hubiera logrado Ayrton?”
Pues yo creo que podría haber ganado todos los títulos menos el de 1998, y que se habría retirado con 9 entorchados. Pero como no es Loeb, y no todo le tiene por qué salir perfecto, yo le dejo “sólo” en 7, ya que el de 1994 y el del 2000 no los va a conseguir, aunque luchará por ellos.
El de 1994 no lo ganará porque aunque a partir de media temporada dispondrá del mejor coche -no en vano desde el principio tenía 80CV más bajo el pie que el Benetton de su rival Schumacher- 30 puntos son muchos y “en mi realidad” esta vez la FISA no se ceba en Schumacher-Benetton porque, entre otras cosas, no le hace falta para que haya emoción en el campeonato -y que el título de constructores lo gane Renault- gracias a la maestría del brasileño.



Senna y Ferrari: predestinados a no encontrarse.



Y el del 2000, al margen de que el Mclaren no era tan fiable como el Ferrari, bueno, es que ya tocaba, en esa realidad y cualquiera, que Ferrari se hiciera con el título de pilotos de una vez.
Alguno dirá, y con toda la razón, que por que doy el título de 1995 a Senna, en el que Schumacher y Benetton arrasaron. Bueno, podría hacerlo -y por mí que no quede- pero creo que ese año fue mejor coche el Williams y que la maestría de Schumacher, así como los puntos que se quitaron entre sí Hill y Coulthard, fueron los que propiciaron ese hecho y que, de haber estado Senna en Williams, las cosas hubieran sido muy distintas.
Pero para que todos queden contentos, que cada cual elija lo que prefiera entre 6 y 9 títulos para el brasileño.
De modo, que 7 títulos -para mí- pero... ¿cuantas victorias, poles, etc...?
Basándome en los resultados de quienes ocuparon su lugar -y sin complicarme la vida- llego a esta conclusión: 49 victorias más, totalizando 90, otras 69 poles para un total de 134 más 35 vueltas rápidas para un total de 54. Claro que en este último apartado es dónde es más difícil hacer números, máxime si tenemos en cuenta que no era algo en lo que se prodigase mucho “magic”.
Desde Imola 1994 hasta su “retirada” en el año 2000 logró lo siguiente:

                                 Victorias        Poles      Vueltas rápidas

1994                               7                10                   6

1995                               7                13                   6

1996                             11                13                   8

1997                               9                13                   6

1998                               1                 1                    1

1999                               8               12                    5

2000                               6               10                    3

Con esto más lo obtenido hasta entonces logra tan impresionantes cifras, que difícilmente hubieran sido igualadas. ¿Peco de optimismo? No lo creo, al fin y al cabo, es lo que pasa cuando el mejor piloto dispone del mejor material. Preciso que, para mí, tanto Schumacher como Clark y Fangio son igual de buenos que Ayrton y que, en análogas circunstancias, sus logros serían similares.

Un duelo en el mismo equipo entre Schumi y Senna creo que sería lo máximo. Pero imaginarlo entraría más en el terreno de las fábulas, mitos y leyendas, que cualquier intento medianamente razonable dentro de la sección: ¿y si...?

lunes, 5 de diciembre de 2016

Felipe Massa

El "páramo"* se va


* Apodo que le puso una amiga en relación al "Páramo de Masa" situado en Burgos, España.







A vísperas del GP de Italia Felipe Massa anunció su retirada de la F1 al no ser renovado por Williams y no querer buscarse la vida en otros equipos de F1. Al fin y al cabo, correr por correr no tiene sentido llegado uno ya a ciertas alturas de su vida.
De modo que Felipe anunció, como hiciera 10 años antes en este mismo escenario Michael Schumacher, su retirada de la F1. En este caso, salvo sorpresa mayúscula, sin retorno.
Ha sido el primero de los tres que se han retirado este año en anunciarlo. Jenson Button lo hizo poco después, tras los entrenamientos del sábado. Nico Rosberg, de manera sorpresiva, se hizo con el título y el titular del año, al retirarse de la F1 cinco días después de coronarse campeón y con contrato con Mercedes. La posibilidad de que Alonso ocupe el hueco dejado por Rosberg podría dar lugar a que Button -que se queda como piloto de pruebas de Mclaren- tuviese que retrasar su adiós.
Sea como sea, son elucubraciones, y en lo referente a Massa, decir que nos deja un piloto que cuenta con el cariño del general, por no decir total, del público.
Esto es así por dos motivos: el primero es porque Massa tiene un carácter agradable, es un hombre de equipo, y rara vez se desmarca de malas maneras. El segundo es porque no es un “crack”. Buen piloto sí, e incluso tuvo su momento para ser campeón del mundo, pero no es un superdotado, un genio del volante a quien aclamar como a un Dios. Y por tanto, al no ser “amado”, no es “odiado”. No puede tener detractores, ni odiadores, ni nada parecido alguien que pasa sin hacer ruido.
Es triste pero es así, porque el mismo Massa que se va muy querido, como Button -Rosberg no tanto- de estar en la pomada dando la lata, por muy majo que fuera siempre tendría una horda de elementos que lo pondrían injustificadamente a parir. ¡Ojo! que lo mismo sucede al revés, un genio que es un perfecto imbécil al que se le perdona todo.
Massa se va de la F1 luego de 250 GGPP disputados: 139 en Ferrari -el segundo de la historia tras el Kaiser- 59 en Williams y 52 en Sauber.
El affaire de Indy 2005 más su lesión en los entrenamientos de Hungría 2009 le impidieron mejorar esta ya de por sí notable marca.
Massa consiguió 11 victorias, 16 poles, 15 vueltas rápidas, 41 podios y dio 936 vueltas en cabeza, el equivalente a 4536 kilómetros.






Un palmarés que no está nada mal. Tal vez a algunos les pueda parecer algo escaso, sobre todo teniendo en cuenta que ha participado en 250 GGPP, pero así todo, es un buen palmarés. No diría envidiable, pero si bueno. Para sentirse orgulloso. Ya lo quisieran muchos para sí, como: Petersson, Depailler, Watson, Alesi, Amon, Villeneuve, etc...
No fue campeón del mundo en 2008 por los pelos, nunca mejor dicho, aunque realmente la causa de su derrota ese año fue el tongo de Renault en Singapur, en un GP que no debió contar para el mundial.
Por otro lado, y en honor a la verdad, aunque Hamilton es mejor piloto, Massa logró más victorias ese año y doblegó a su compañero de equipo, Kimi Raikkönen, actual campeón y que partía como favorito. Un Kimi que, al no haber órdenes de equipo a principios de temporada, luchó contra él -y Hamilton- por el título, restándole puntos, a diferencia de Hamilton que, con un coche un poco menos efectivo, no tuvo problema alguno con su dócil compañero de equipo Heikki Kovalainen.
El caso es que si Massa simplemente no hubiese cometido el grave error de Malasia, salirse de pista y abandonar cuando era segundo tras su compañero sin poder acosarlo y con el tercero, Heidfeld, a un mundo, ahora sería campeón. Pero así es la vida.
Massa debutó en F1 en 2002 en Sauber, sustituyendo a la emergente estrella Kimi Raikkönen, que se pasó a Mclaren.
Sin resultados significativos -el coche tampoco daba para más- pero a la altura de su compañero de entonces, Heidfeld, Massa entró en la órbita Ferrari pasando el 2003 en dique seco como probador de la Scudería, para soltarlo esta de nuevo en 2004 cedido a Sauber. Ahí Massa siguió su formación de piloto durante dos años, con dos cuartos lugares -uno cada año- como mejor resultado. Y no lo debió hacer mal, porque Ferrari lo fichó en 2006 como sustituto de Barrichello.
Al igual que diez años antes Eddie Irvine, Massa no se preocupó lo más mínimo al ser superado ampliamente por su compañero Schumacher, entablando, de hecho, una relación de amistad con él, al estilo de la de Stewart-Cevert en Tyrrell a principios de los 70.



2008 pudo ser su año, pero le sobraron unos metros... o una carrera.



Tras una serie de errores iniciales, se fue entonando y consiguió sus tres primeras poles aprovechando los errores de pilotaje de su jefe de filas en Turquía y Japón en primera instancia, y de los problemas mecánicos de este en Brasil en segunda.
Su primera victoria llegó en Turquía, gracias por un lado a su inesperada pole, y por otro por el coche de seguridad provocado por la salida de pista del Toro Rosso de Liuzzi, que retrasó a Schumacher, al que Massa iba a dejar pasar en su lucha por el campeonato contra Alonso. Su segundo triunfo fue el día de la -primera- retirada de Schumacher, en Brasil, en casa.
2007, sin Schumi pero con Raikkönen, muchos se esperaban -yo el primero- más de lo mismo, aunque de manera no tan acusada. Es decir, un Raikkönen liderando el equipo con Massa como fiel escudero. Aunque la primera carrera podía sugerir eso (ganó Kimi), pronto se vio que eso no iba a ser así ya que ambos iban a estar muy igualados a lo largo del año.
Raikkönen se llevó merecidamente el título de 2007 y Massa pudo llevarse el de 2008. Lo cierto es que los casi tres años que corrieron juntos estuvieron la mar de igualados. De hecho, salvo por lo más importante, el título, Massa estuvo un poco mejor. Logró 9 victorias por 8 de Kimi (y eso que lo dejó ganar en Brasil 2007), obtuvo 12 poles frente a 5, 9 vueltas rápidas frente a 16 y 215 puntos por 195.
Eso quiere decir que Massa no es para nada mal piloto. Lo que pasa es que de 2010 en adelante el Ferrari era muy difícil de conducir, como los Benetton de 1994-95 o los primeros Ferrari de la era Schumacher, y Alonso lo barrió del mapa.
Y es que Alonso sí es un superclase, mientras que Massa es “solo” un buen piloto, como demostró en sus últimos tres años en Williams. Tres años en los que el balance no fue tan bueno como el de su compañero Bottas -amén de tener que aguantar otro “...is faster than you”- poco apropiado en Malasia 2014, calcado al de Alemania 2010. Pero estuvo bien y mantuvo el tipo, a diferencia de sus tres últimos años en Ferrari, en los que Alonso le pasó por encima.
El destino le quitó un merecido título, y su generosidad dio a Ferrari -y a Kimi- uno, y ayudó, dentro de sus posibilidades, a Alonso en su lucha por su tercer entorchado, dando siempre lo máximo por el equipo sin quejarse.
Finalmente lo ha dejado con honor.
Obrigado Felipe.




sábado, 3 de diciembre de 2016

Análisis temporada 2016

Tercer Reich








Mercedes ha logrado dominar de forma contundente por tercer año consecutivo la F1 en su tercer periplo por -como dicen los argentinos- “la máxima”.
Luego de arrasar en las carreras de Gran Premio, las precursoras de la F1 -o la F1 de antes- en la época de la propaganda nacional socialista del Führer en los años 30, ganaron de forma aplastante igualmente después de la guerra, en los 50. En ambos casos bajo la dirección de Alfred Neubauer. Ahora, en su tercer periodo, Toto Wolff a recogido el testigo con éxito.

Se acabó la temporada 2016, y es hora de hacer un análisis “técnico”. Lo entrecomillo porque es un análisis dentro de mis posibilidades, sin más datos de los que ud. querido lector, puede tener. Por tanto este análisis, más que técnico, es deportivo.
Para empezar, un poco sobre mi tema favorito -Ferrari aparte- que son los motores.
Este año había cinco en liza: Mercedes, Ferrari, Renault, Honda y...¡Ferrari! No me he vuelto majara, no, y es que Ferrari, que equipó a Hass y Sauber con su motor 2016, dio a Toro Rosso la unidad de 2015 que obviamente no ganó ni un sólo CV a lo largo de la temporada. Ferrari obró así por temor a que la eficaz estructura de Faenza, ya sin problemas económicos gracias a Red Bull, les sacase los colores. Ferrari estaba en su derecho y no engañó a nadie, pero muy deportivo no es. Pero al menos fueron de frente, como en Austria 2002.
Tampoco es de extrañar, puesto que sólo a Renault parece no importarle que le ganen sus equipos cliente si llega el caso. Mercedes, que equipó a: Williams, Force India y Manor, tampoco está por la labor y, al igual que Ferrari, se negó a equipar a Red Bull. Por cierto, que la negativa de Mercedes para con Red Bull no es sólo de este año. Ya les negaron sus motores en 2010.






Renault equipaba, aparte de a sí mismo, a Red Bull, aunque estos bajo denominación TAG-Heuer, que era quien pagaba las facturas. Evidentemente TAG no intervenía en el diseño de los propulsores galos, como tampoco lo hizo en el de los Porsche de Mclaren de los 80. Y mejor así, porque si los hacen tan buenos como sus relojes -que son una M- estarían listos.
Honda siguió en exclusiva con Mclaren, lo cual les venía al pelo a los de Woking -que a su vez negó sus propulsores a Red Bull el año pasado- no sólo para que Honda siguiese pagándoles las facturas, sino para evitar que se viesen sin ningún tipo de duda las deficiencias del chasis Mclaren, que tampoco era gran cosa.
¿Que motor era mejor y cuanta potencia daban?
Interesantes preguntas cuya respuesta desconozco. Se ha hablado de que Mercedes a llegado a los 1000CV con el sistema híbrido -163CV- incluidos, lo que representa 840CV del motor “de toda la vida”. Luego irían Ferrari, Renault, Honda y el Ferrari de 2015.
Claro que nada es seguro. Sainz dijo que sin el sistema híbrido se quedaba en 650-700CV. Lo cual es bastante pobre por muy motor de 2015 que sea. Como anécdota divertida, una publicación dijo que Renault estaba a 47CV de Mercedes. No es que la noticia esta en cuestión sea más divertida otras que daban 920CV -al completo- a Honda, o que Renault en 2014 estaba a 150CV de Mercedes, con unos irrisorios 500CV -sólo el motor-, pero me llama la atención como la noticia se limitaba a eso, a los 47CV. Ni 40 o 50: 47, ¡con dos cojones! Pues si se sabe tan bien que Renault está 47CV de Mercedes, complete ud. la noticia y diga las potencias exactas de ambos propulsores, porque sin lo uno, es imposible saber lo otro.
Respecto a cual es el mejor, teniendo en cuenta los resultados, el Mercedes lo sería sin lugar a dudas, aunque no son pocos los que dicen que el Ferrari está a su altura, sino por encima. Desconozco cual de los dos es mejor, pero me inclino más por una ventaja en chasis-aerodinámica de Mercedes respecto a Ferrari a la hora de marcar diferencias en pista, que al propulsor. Por tanto, los dejo en tablas. Pero no niego ser un poco parcial aquí, la tradición tira mucho, y los Ferraristas siempre miramos con más cariño al motor.



Keke Rosberg fue campeón del mundo en 1982 con un déficit de CV considerable




Por otro lado Keke Rosberg ha dicho que Mercedes dispone de 50CV más que la competencia... sin aclarar si esa diferencia la tienen también con sus equipos cliente.
Luego estarían Renault, no muy lejos, y Honda, ya con un rendimiento aceptable. El motor Ferrari 2015 sería el menos eficaz de todos y el principal causante del bajo rendimiento a final de temporada de Toro Rosso.
No quiero acabar el capítulo dedicado a motores sin hablar de los motores oficiales y los alquilados.
Soy de la opinión de que no hay diferencia alguna en principio. Luego, cuando llegan las mejoras, el primero en equiparlas es el equipo oficial, como es lógico, pero salvo eso, son iguales. Lo mismo que el motor de un Seat o Skoda es igual al de un VW o Audi. Aunque a este respecto hay mucho pijo y listo que dice que no, que los motores “malos” del grupo VAG van a las marcas menos representativas. Tonterías, y lo mismo para los motores de F1 suministrados a equipos cliente.
Antes de analizar equipo a equipo, un breve comentario acerca de los coches de un mismo equipo. Más de una vez hemos oído algo así: “tal piloto corre menos que su compañero porque el equipo le da peor material” lo cual es falso. Esto incluso con más razón que lo anteriormente comentado. ¿A que fin iba a hacer un equipo un coche bueno y otro “malo”? Creo que no hace falta responder.



Hamilton no supo aceptar con deportividad su infortunio



Pero a lo que yo iba es a las excepciones, a cuando un equipo -pequeño- no puede preparar bien dos coches y por tanto, uno no es competitivo, dando lugar a que la afirmación antes citada sea cierta.
Una de las múltiples normas estúpidas de la F1 actual, es que los equipos sólo pueden alinear dos coches -no un máximo de dos- y por tanto, los equipos de un sólo coche, que evitaría este eventual problema, no están permitidos. Equipos pequeños alineando un único monoplaza son más viables para pequeñas estructuras.
Este viene a cuento de cuando el año pasado se decía que el Marussia de Merhi era peor que el de su compañero Will Stevens, más que nada en el motor. Al margen de lo patriótico de dichos comentarios -estos venían de la prensa española- lo cierto es que Merhi nada podía contra Stevens, un piloto sin mucho renombre, pero que sin embargo dominaba al hispano con autoridad. No es que Merhi fuera la leche, pero había despuntado más en fórmulas menores que el inglés. Por tanto era un poco extraño el dominio tan aplastante del inglés. Aunque cuando realmente fue aplastante ese dominio -pero al revés- fue en Mónaco y cuando llovía. Entonces sí, Merhi le daba “pal pelo” a Stevens. Casualidad o no, lo cierto es que mosquea un poco y -sin confirmar nada- esto es algo más probable en equipos pequeños, donde no hay medios, siendo tal vez necesario sacrificar a uno en beneficio del otro. No sé si en Manor o Sauber ha pasado este año algo parecido, ya que ambos estaban en números rojos, pero de haber dado este año algún equipo un coche peor preparado a uno de sus pilotos, lo lógico es mirar en la parte baja de la tabla y no a los equipos “top”. Siempre hay excepciones para todo, es verdad, pero salvo que me demuestren lo contrario, los equipos que pueden dar idéntico material, lo dan. Y comentarios sugiriendo lo contrario -como los de este año de Hamilton- deben sustentarse con algo más que con quejas.



Luis Pérez Sala y el Minardi en 1988, o como un buen piloto se "desvanece"




Al hilo de lo que pudo pasarle a Merhi -no lo confirmo ni mucho menos- le pudo pasar a Luis Pérez Sala en su periplo en la F1 con Minardi. Frente a los que lo defendían a capa y espada estaban los que ponían las listas de tiempos para demostrar lo que todos sabíamos, que Sala era barrido por su compañero Pierluigi Martini.
Se hablaba de que Minardi y Pirelli daban mejor material a Martini que al español algo que, de ser cierto, se repitió en el equipo con los sucesivos sustitutos del español, hasta que en un momento dado, dejó de pasar.
Lo comento porque Pérez Sala, una vez que Campos se retiró y regresó Martini al equipo, fue siempre un pelo más rápido que el italiano hasta que, de repente, el rendimiento del español dcayó en picado. Lo cual es, como mínimo, extraño.
Tras estas aclaraciones, vayamos con los equipos.

Mercedes







Por tercer año consecutivo Mercedes aplastó a la competencia con 19 victorias, 20 poles, 8 dobletes y 9 vueltas rápidas, mejorando lo conseguido en las dos temporadas anteriores, ya que sólo dejaron escapar dos triunfos, por tres de 2014 y 2015.
Durante estos tres años, en la nueva “era turbo”, Mercedes ha logrado todos los títulos -6- y sólo ha dejado escapar 8 victorias y 3 poles a lo largo de 59 GGPP. Simplemente acojonante. Lo nunca visto. De momento no ha llegado a los cuatro años como campeona consecutiva de Red Bull. tanto en marcas como en pilotos, ni a los seis y cinco de Ferrari en esos apartados respectivamente, pero todo se andará. Ahora mismo parece imparable. El nuevo reglamento, que siempre perjudica más a quien domina, dudo mucho los vaya a bajar del pedestal.
A principio de temporada parecía que Ferrari les iba a dar guerra, pero a partir del regreso a Europa ya se supo que eso no iba a suceder y, Red Bull, que recogió en parte el testigo, tampoco lo haría, salvo en Mónaco.
Sus pilotos estuvieron muy igualados, saliendo brillante vencedor un Rosberg que supo aprovechar muy bien sus oportunidades. Hamilton tuvo varios problemas de motor que lo retrasaron en China y Bélgica, así como numerosos fallos en las salidas. Rosberg también tuvo algún que otro problemilla, como en Mónaco con los frenos, donde caballerosamente dejó pasar a su compañero, el cual ganó -como luego haría en México- saltándose una chicane.
Rosberg fue injustamente penalizado en Silverstone, donde logró un segundo puesto sin mácula pero que perdió a raíz de una sanción por recibir ayuda vía radio. Lo curioso, lo injusto en realidad, es que esa plaza la heredó un piloto -Verstappen- que se salió dos veces de pista -Rosberg ninguna- pero que apenas perdió tiempo en ello por las escapatorias asfaltadas. Luego se cambió la normativa de las instrucciones de radio. Pero el mal ya estaba hecho.
Claro que Rosberg no fue siempre el niño bueno, tanto en Barcelona como en Austria -sobre todo en Austria- el fue el responsable de la colisión de ambos Mercedes.
Hamilton, por su parte, sacó de pista a Rosberg en Canadá -como ya hizo en 2015 en Japón y EEUU- arruinando la carrera de su compañero. Al final, tal para cual, o casi.

Red Bull







Tras unos inicios titubeantes, Red Bull se puso las pilas a partir del GP de España, en donde hicieron debutar a Verstappen. Un Verstappen que resultó ser la revelación de la temporada, y al que Red Bull ascendió al equipo “gordo” con éxito. Bien es cierto que Verstappen y su entorno hicieron presión, pero sin su innegable calidad, no habría sido posible. Si alguien cree en el destino, visto lo que sucedió en Barcelona, todo parece indicar que Verstappen estaba predestinado a vencer ahí y, de paso, convertirse en el piloto más joven en lograr la victoria en F1, desbancando a Vettel. A la auto-eliminación de los Mercedes habría que añadir el bajón de rendimiento en calificación de los Ferrari, que eran más rápidos, y que luego en carrera no pudieron adelantar a los RB, resignándose a estar todo el rato bloqueados a su espalda. Si a esto le sumamos que la táctica elegida por Red Bull para Verstappen era, a priori, la menos favorable, pero que a la postre fue la mejor, queda meridianamente claro que los astros se alinearon a su favor. Eso sí, pilotó de una manera excepcional, sin duda, y ya no es es promesa, sino realidad. Ganará muchas carreras y títulos en el futuro salvo sorpresa.
A partir de ahí, Red Bull se confirmó como el segundo equipo, sobre todo gracias a su superioridad en calificación respecto a una inconstante Ferrari. Ricciardo mereció el triunfo en Montecarlo, pero un error de su equipo, que le hizo parar a cambiar ruedas sin estar estas preparadas, unido a la permisividad de los comisarios, que permitieron a Hamilton saltarse la chicane a la salida del túnel para evitar ser superado por el australiano, lo impidieron. Al menos se encontró con el triunfo en Malasia cuando a Hamilton le reventó el motor.
De cara al año que viene, con el cambio de reglas y un motor Renault cada vez mejor, Red Bull podría volver a optar a todo. Veremos si Newey -o el que sea- da una sorpresa con la “interpretación” de las normas para sacar ventaja, de lo cual este equipo es todo un especialista. Y tanto Ricciardo como Verstappen no van a dejar pasar la oportunidad.

Ferrari







La decepción del año fue sin duda Ferrari. Tras unos inicios esperanzadores, la Scuderia se fue viniendo abajo poco a poco y, de inquietar a Mercedes, pasaron a defenderse de Red Bull, que los acabó superando en la tabla. El SF16H sufrió muchos problemas con la temperatura de los neumáticos, lo que condicionó su rendimiento. A poco que la pista cambiase de temperatura, el Ferrari perdía -o ganaba- mucho agarre en función de si hacía llegar o no a los neumáticos a su zona óptima de funcionamiento. Esto les costó la victoria en Barcelona y tal vez en Méjico.
La bandera roja de Melbourne, así como la pronta retirada del coche de seguridad virtual en Canadá, no beneficiaron a Ferrari, que sin esas circunstancias tal vez podría haber logrado la victoria. De esta manera Ferrari quedó, de nuevo, huérfana de triunfos en 2016. Pero no hay excusas, ni el coche ni el equipo -a nivel táctico- funcionaron. Lo único positivo fue Raikkönen, que parece haber recuperado la confianza en si mismo y está cada vez más cerca de Vettel. De hecho, en calificación, en las últimas cinco carreras, superó al alemán.
Para el año que viene, todo son incógnitas.

Force India







El equipo de Vijay Mallya cuajó otra sólida temporada, merced a un gran motor montado en un chasis correcto, a una dirección de equipo adecuada y a contar con una sólida pareja de pilotos. Tanto Pérez, que logró dos podios -Mónaco y Europa- como Hulkenberg, que los mereció, demostraron con creces sus credenciales para un volante mejor. Pero también a veces hace falta un padrino -y suerte- y de momento, estos dos bravos pilotos no están teniendo las oportunidades que merecen.
Respecto al equipo, teniendo en cuenta sus medios, su temporada ha sido muy buena, y el hecho de superar a Williams -con el mismo motor- ha sido para ellos toda una satisfacción.

Williams







De capa caída de nuevo el equipo de Sir Frank, que apenas logró un podio, el de Bottas en Canadá, y es que la falta de medios no ayuda a este histórico equipo. Su coche, evolución de los dos anteriores, adolecía de las mismas virtudes -una gran velocidad punta- y defectos, poco apoyo aerodinámico. Lo primero les permitió batir el récord de velocidad en F1 al alcanzar Bottas durante el GP de Europa los 378km/h pero, al margen de lo bonito de estas marcas, lo cierto es que no te dan puntos por ellas y el coche ya dio lo máximo que se podía esperar de él.
Por tanto, no hubo poles, como en Austria 2014, ni se luchó por triunfos, como en Austria 2014 e Inglaterra 2015, y al final no pudieron resistir el empuje de Force India.
Massa se retiró y dejó el hueco al joven Stroll, que esperará que los nuevos cambios den “alas” al tercer equipo más emblemático de la F1, como sucedió en 2014.

Mclaren







El equipo de Ron Dennis, aunque al final lo hayan apartado del mando los inversores, siguió su puesta a punto de su “proyecto para volver a ganar” consistente en asociarse a un constructor. Los resultados del equipo este año fueron, logicamente, infinitamente mejores que los del año anterior. Lo cual, aunque algunos lo quisieran vender como oro, alegando que sus tiempos por vuelta eran los que más habían progresado de todos -lo cual es cierto- no deja de ser una forma parcial de ver las cosas, porque eso era lo mínimo que se les podía exigir viniendo de donde venían y con los medios que dispusieron. No es un secreto que el paso más importante es el último, y que es mucho más fácil recortar un segundo cuando estás a dos o más de la cabeza que medio cuando estás a uno. Por tanto, coincido con las palabras de Jo Ramírez cuando dijo, crudamente: “Mclaren ha hecho un trabajo de mierda y de seguir así perderán a Alonso”
Los resultados obtenidos por el binomio Mclaren Honda este año han sido un poco peores de lo que yo me esperaba de ellos... en 2015.
Al final dos quintas posiciones y una sexta, es decir, cinco puntos si nos atenemos al sistema de puntuación “de toda la vida”, ese en el que sólo puntuaban los seis primeros. Algo mejor que el año pasado -un quinto y un sexto- aunque por prestaciones han estado mucho mejor. Así todo llevan cuatro años sin ganar, el equivalente a 78 GGPP -su peor racha- que todavía no ha acabado. Y eso que en 2013 el motor que tenían, el V8 Mercedes no era el problema, y mucho menos en 2014, cuando tenían el mejor motor de todos de largo, y así todo no lograron victoria alguna.
Su nuevo jefe, Zak Brown, intentará conseguir patrocinadores, que han rehuido al equipo al mantener Dennis las tasas igual de altas que cuando eran campeones. Aunque dice que hasta 2018 no podrá conseguir nada.
Que se de prisa, porque aunque Mclaren sigue en la pomada de presupuestos -mas de 400 millones de euros al igual que Mercedes, Red Bull y Ferrari- por lo visto es Honda quien paga las facturas. Y habrá que ver lo que aguanta esta si los resultados siguen sin llegar. Y como apuntaba más de uno, el problema de Mclaren no es sólo el motor. Está a partes iguales entre éste y el chasis.
Las nuevas normas les vendrán bien, aunque hará falta algo más que eso para que vuelvan a la senda de la victoria. Eso sí, que nadie los de por muertos.

Toro Rosso







El lastre del motor Ferrari 2015 ha pesado demasiado y ha sido lo que les ha impedido quedar en una posición más alta en la tabla.
Los inicios fueron buenos, calificando entre los diez primeros en varias carreras a principio de temporada. Pero la inexistente evolución de su motor anuló la de su chasis respecto a la competencia. Si a eso le añadimos que Verstappen fue ascendido y que el descendido Kvyat nunca se llegó a sentir a gusto -ni en el coche ni en el equipo- en el que la “mala fortuna” de Sainz pareció irse a su lado, deja bien claro el por qué el modesto pero eficiente equipo de Faenza, lo que era Minardi, no cuajó mejores actuaciones. Así todo, el hijo del “matador”, logró buenos resultados. Tal vez no los suficientes como para descender a Ricciardo -al insoportable Verstappen ni tocarlo- pero sí como para no dejarlo marchar, ya que tenía una oferta de Renault que red Bull se encargó de truncar. Kvyat, a pesar de no cuajar una gran temporada, consiguió mantener la confianza de Red Bull, que no es poco.

Hass







El equipo de Gene Hass, no confundir con Carl Hass, que estuvo antes en F1 con el Lola-Beatrice que estreno el turbo de Ford en F1 en 1986, era una especie de equipo B de Ferrari, ya que aparte del motor y cambio, usaban más piezas comunes. Con base en EEUU y el apoyo en Europa de Dallara, el equipo se ha mostrado muy sólido, logrando puntuar en su debut con un sexto puesto, lo que para mí es puntuar “de verdad”.
Sin nada que perder lo ha hecho estupendamente, pero el año que viene se le va a exigir más, y no lo va a tener fácil. Aunque como su debut ha sido bueno, sin más, tal vez lo consiga.

Renault







Ya el año pasado -bajo el nombre de Lotus- pese al podium de Grosjean en Bélgica, se sabía que su chasis no era gran cosa. Pero su motor Mercedes le permitía camuflar ciertas faltas. Pero este año con su propio propulsor -que por mucho que haya mejorado todavía no está a la altura del Mercedes- las cosas no mejoraron, ya que su bastidor mantuvo su nivel de prestaciones, ya de por sí bastante bajo. En algunas carreras, como en Europa, fueron el peor equipo.
Es de esperar, de cara al año que viene, que las cosas les irán mejor pese a no contar un presupuesto como el de los cuatro grandes. En este aspecto, Renault ha sabido sacar partido como nadie.

Sauber







Salvado por la campana. Más bien por Nasr en su gran actuación bajo el agua en Brasil, que con maestría aupó al Sauber, en uno de sus peores años, a la novena posición, lo que reportó dos valiosos puntos que valen su peso en “oro”, ya que aupó al equipo al décimo lugar en la tabla. Sin apenas dinero, se mantuvieron como buenamente pudieron. La espantada del Banco de Brasil de cara a 2017 no les ayudará -ni a Nasr-, sumado a eso el hecho de montar motores Ferrari de 2016 por decisión -según dicen- propia, para así poder trabajar antes en el modelo del año que viene con una base conocida, tampoco.

Manor







Subió mucho cualitativamente, no sólo por desarrollar un chasis nuevo, sino por contar con un motor actual, el Mercedes. El año pasado contaron con el Ferrari 2014, que encima no era gran cosa.
Pascal Wehrlein brilló a gran altura, metiéndose varias veces en Q2 y logrando un excelente décimo puesto en Austria. Claro que Rio Haryanto no desmereció y Estaban Ocon, que sustituyó al Indoneso cuando a éste se le acabó la guita, también estuvo a la altura. Destacando del francés sobremanera su gran actuación bajo el diluvio en Brasil. Mereció acabar en los puntos, pero no pudo ser, aunque la demostración quedó ahí, para quien le pueda interesar. De momento ya recaló en Force India de cara a 2017, en tanto que Werhlein todavía no sabe donde estará.







Para 2017 no hago previsiones, más allá de que Mercedes es el favorito y que Red Bull y Ferrari serán los principales aspirantes. Para eso no hace falta ser un lince. Pero nada está escrito y puede haber sorpresas. Más aún si cabe teniendo en cuenta los cambios reglamentarios que basicamente son coches con más apoyo aerodinámico, con más agarre mecánico -chasis y ruedas más anchas-, más potentes -evolución y 5kg más de combustible- y más peso. Lo único negativo es el peso, pero como es poco, apenas se notará, en tanto que todo lo demás redundará en coches más veloces, entre 3 y 5 seg por vuelta que, aunque parece mucho, no lo es tanto, ya que se limitarán a batir los récords en calificación -en carrera está por ver- de hace más de una década. Es decir, que si volviéramos al reglamento de 2004, tendríamos coches mucho más veloces que los que vamos a tener en 2017. De modo que no es para tanto, aunque se agradece la mejora de velocidad. Y es que tanto tiempo involucionando hartaba.
Me da la risa ese estúpido snobismo de la F1 pijotera de hoy día que insiste en complicar las cosas sin necesidad. Kilos para medir la gasolina. ¡Pero si todos la medimos en litros! Anda que no son gilipollas. Que ganas de liarla sin más. Bueno, pues el año que viene unos 7 litros (5kg) más de combustible por carrera. Y se podrá evolucionar los motores lo que se quiera. ¿Lo que se quiera? Jajajajajjajajajajaj, ¡pero si hay 4 motores por año! Es decir, uno cada cinco carreras. Mucho, lo que se dice mucho, no se va a poder evolucionar, en fin, pilarín.
Triste que en la nueva reglamentación no se hable de los neumáticos de lluvia a fin de no limitarlos; ni de la estúpida ley de parque cerrado, para poder reglar el coche para agua; ni del regreso de los muletos, para evitar que una avería o accidente a última hora deje un coche sin salir a pista.
¿Que le vamos a hacer? Así es la F1 moderna, tan compleja y sofisticada para unas cosas y tan estúpida e ignorante para otras.



Rosberg en el podio de Abu Dabi, su último podio en f1. No lo dijo pero lo pensaba: "Amigos, me retiro".



No puedo cerrar este artículo sin la noticia “bomba” del año: Nico Rosberg se retira. Sólo puedo desearle lo mejor en el futuro, y por supuesto que no comparto el “cabreo-decepción” de algunos seguidores que piensan que Nico debería seguir para defender el título, como si hubiese una ley no escrita que obligase a ello. Cada uno se retira cuando le da la gana, y si no desea disputar más campeonatos, es su decisión y punto. Algunos pilotos sólo viven para correr y su ambición no tiene límites. Me parece genial, pero lo mismo para los que tienen un objetivo y, una vez cumplido, no desean seguir. Parece ser que Rosberg ha acabado la temporada harto. Bueno, que se arregle con Mercedes, con la que tenía contrato, y a vivir la vida.
Mercedes, por su parte dudo que tenga muchos problemas a la hora de buscar sustituto. Al fin y al cabo el suyo es el asiento más deseado.
¿Cogerá Mercedes a algún piloto con contrato pero que se ofrezca? Alguien como: Alonso, Vettel, Verstappen o Ricciardo o, como Williams en 1993 como Damon Hill, ¿dará la oportunidad a una promesa? Lease Pascal Wehrlein.
En breve lo sabremos, va a ser divertido. Al final resultó que en Abu Dabi se retiraron tres, sólo que uno lo hizo a lo grande, como campeón del mundo. ¡Ahí es nada!