De Hielo
Así se quedaron Lewis Hamilton, su
padre -omnipresente en el paddock por entonces- y Ron Dennis, ya que
ninguno de ellos esperaba semejante final. Kimi Raikkönen se
aprovechó de la lucha de los hombres de Mclaren y, sobre todo, de la
falta de cabeza de un Hamilton que con una mano hubiera sido fácil
campeón de haber sido conservador, sino en las dos últimas citas,
al menos en la última. Pero no lo fue.
La temporada 2007 se iniciaba con
muchas novedades. Por un lado estaba la retirada del mejor piloto de
los últimos 10 años, al menos, el Kaiser Michael Schumacher, que
dejaba vacío su trono. Kimi Raikkönen sería el sustituto del
insustituible en la Scuderia.
Por otro, el actual bicampeón del
mundo, el español Fernando Alonso, había abandonado el equipo de
sus éxitos, Renault, por Mclaren cuyo compañero sería la joven y
prometedora estrella británica Lewis Hamilton que en principio, al
ser su primer año, no debería causarle demasiados problemas.
Massa, el tan criticado Massa, pero que
en realidad no lo había hecho nada mal en relación a su compañero
Schumacher -y es que muchos olvidan o no querían reconocer lo bueno
que era Schumacher- pasaba de repente a ser uno de los favoritos,
incluso por encima de su nuevo compañero.
Heikki Kovalainen sustituía a Alonso
en Renault y hacía equipo con Fisichella. Renault, al igual que
Alonso, era la actual bicampeona, pero como íbamos a ver, el nuevo
orden de fuerzas de 2007 la iba a eliminar no sólo de la lucha por
el título, sino también las victorias.
Ferrari mantuvo su nivel de 2006,
mientras que Mclaren se recuperó del mal año anterior y mostró sus
opciones casi de inicio.
La primera carrera, en Melbourne, vio
un claro dominio de Ferrari, con el debutante en el equipo, Raikkönen
como brillante vencedor con pole y vuelta rápida incluida. En el
podio lo acompañaron Alonso y el debutante Hamilton, que incluso
llegó a liderar. Massa, que tuvo problemas de cambio en los
entrenamientos y arrancó el último con motor nuevo -aprovecharon
para cambiárselo- acabó sexto, con los Heidfeld y Fisichella justo
por delante de él.
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Arranque victorioso de Raikkönen con Ferrari en Melbourne. |
Malasia, la segunda cita, demostró que
ni Kimi ni Ferrari se iban a pasear. Por un lado Massa fue pole sin
problemas por delante de Alonso -Kimi fue tercero- con Hamilton
cuarto, demostrando que Mclaren estaba ahí. Y además de rápidos,
eran fiables.
En la salida Alonso se impuso a Massa,
el cual cedió también ante Hamilton y, en su intento de adelantarlo
acabó saliéndose de la pista siendo finalmente quinto tras los
Mclaren de Alonso-Hamilton, su compañero Raikkönen y el BMW Sauber
de Heidfeld.
La tercera cita, en Barhein, fue el
desquite de Massa, que se impuso con autoridad por delante de
Hamilton, Raikkönen, Heifeld y Alonso, que no anduvo muy fino.
En España Massa marcó la pole y
territorio, al no dejarse intimidar por Alonso en la arrancada, a
diferencia de Malasia, y se fue sin problemas hacia la victoria pese
a un conato de incendio en uno de sus repostajes. Hamilton fue
segundo sin incordiar y Alonso tercero, perjudicado por su incidente
con Massa en la primera curva que lo relegó al cuarto lugar tras
Raikkönen, lugar que heredó pronto al retirarse este con problemas
eléctricos.
Como se iba viendo ya desde el inicio
de la campaña, los Ferrari y los Mclaren eran los más rápidos, con
ventaja en determinadas pistas para unos u otros, pero muy igualados
en líneas generales en velocidad, no así en fiabilidad, en la que
los Mclaren habían cogido la delantera. Eran irrompibles. ¿Quien se
lo iba a decir a Kimi después de su 2005 con los de Woking?
Mónaco fue escenario de un dominio
claro por parte de Mclaren, con Alonso por delante de un respondón
Hamilton que empezaba a dar muestras de su ambición desobedeciendo
al equipo y atacando a su compañero cuando no tenía
ninguna posibilidad.
Massa fue tercero, y Raikkönen, en un
mal fin de semana -arrancó 16º tras estrellarse en calificación-
apenas fue octavo.
En la loca carrera de Canadá, un GP
llenó de incertidumbre y alternativas, todos los favoritos fallaron,
a excepción de Lewis Hamilton, que se hizo con su primera victoria
en la F1 en su sexto intento. El tiempo demostró que este sería su
GP fetiche.
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Prácticamente ileso salió Kubica de este pavoroso accidente. |
La de Canadá 2007 es recordada como el
día en que Robert Kubica volvió a nacer, ya que salió casi ileso
de su pavoroso accidente a 280 km/h contra las protecciones. Los
múltiples accidentes de Kubica -solo uno grave en el que casi pierde
una mano y lo retiró de las pistas de F1- fueron años más tarde un
habitual de este piloto, pero en los rallyes.
Massa y Fisichella fueron
descalificados por reincorporarse a pista con el semáforo de boxes
en rojo, Alonso no estuvo nada fino y no gestionó bien los
neumáticos, siendo superado en lucha directa por Takuma Sato y su
Super Aguri y acabó séptimo.
Tras el intocable Hamilton se clasificó
el siempre eficaz -aunque menos brillante- Nick Heifeld, un piloto
merecedor de, al menos, un triunfo en GP que nunca llegó, Wurz -otro
tanto- Kovalainen y un descafeinado Raikkönen.
El GP yankee de Indinápolis vio
repetir a Hamilton frente a la impotencia -y enfado- de Alonso. Los
Ferrari, meros comparsas, fueron tercero (Massa) y cuarto (Raikkönen)
La vuelta a Europa, a Francia
concretamente, devolvió el dominio a Ferrari y Raikkönen se hizo
con la pole y dominó con mano de hierro la carrera secundado por su
compañero Massa, toda vez que Hamilton hacía un nuevo podio y
Alonso, que tuvo problemas de cambio en la Q3 y partía décimo, tuvo
que seguir una táctica arriesgada sin recompensa alguna a sus
esfuerzos pese a sus múltiples adelantamientos, muy brillantes,
sobre todo el que le hizo a Heidfeld, y sólo pudo ser séptimo.
Inglaterra vio a Hamilton lograr una
brillante pole “in extremis” con su “extra lap” de Mclaren
-le tocaba a él- pero en carrera Raikkönen no dio opción. Además,
por si fuera poco, Alonso le pasó por encima.
Felipe Massa, por un problema de motor
en parrilla, partió desde los boxes, remontando hasta un brillante
quinto lugar, tras los “tres tenores” y Kubica. De haber partido
con normalidad, como poco hubiera sido segundo. Ferrari estaba
pagando caro esos pequeños problemas de fiabilidad frente a una
Mclaren que en ese aspecto, apenas fallaba.
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Entrenamientos del GP de Europa, accidente de Hamilton no tuvo consecuencias físicas. |
Y llegó el GP de Europa en
Nurburgring, un GP polémico y con lluvias intermitentes que dio
mucha cancha.
Antes de llegar a disputarse siquiera,
ya había polémica, y mucha, al encontrar en manos de un empleado de
Mclaren, Mike Couglan, un dossier de 780 páginas de Ferrari. Sobre
este tema hablaré más adelante. De momento indicar que en primera
instancia la FIA lo dejó correr, ya que era lo que más le convenía
al campeonato. Lo de hacer justicia es otro cantar.
En los entrenamientos se estrellaba,
sin consecuencias físicas Lewis Hamilton, calificando décimo.
Kimi, que partía en pole, se veía
sorprendido -como casi todos- por la lluvia al final de la primera
vuelta, lo que provocó un aluvión de paradas en boxes y situó como
líder de carrera al debutante Markus Winkenlock -el hijo del
malogrado Manfred- con el modesto Spiker, que partía con ruedas de
lluvia.
Como anécdota decir que el día
anterior soñé que Markus lideraría esta carrera -aunque por otros
motivos que no recuerdo con claridad- y el hecho de que así fuera me
causó cierta gracia por lo inesperado.
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Markus Winkenlock y el Spiker, inesperados líderes del GP de Europa. |
La lluvia que puso líder a Winkenlock
provocó múltiples salidas de pista y tuvo que poner orden el coche
de seguridad en primera instancia. Poco después, en la vuelta
cuatro, se sacó la bandera roja.
A fin de recta se produjeron muchas
salidas de pista, y llamó mucho la atención como Hamilton, al
salirse de pista, no se bajó del coche en ningún momento y fue
puesto de nuevo en ella por la grúa. Lo que provocó muchas críticas
y se decidió que, a partir del siguiente GP eso no volvería a
suceder.
También se comentó, pero sin mucho
énfasis, que Liuzzi estuvo a punto de colisionar con la grúa.
Ya vimos, muchos años después con
Bianchi, el peligro de las grúas en circuito con los coches en
carrera, pero a pesar de que tuvimos un claro aviso, no lo supimos
ver. Seguro que alguien sí, pero la mayoría, entre los que me
encuentro, no. Una lástima que algo tan peligroso y obvio no lo
evitásemos en el futuro. Se habría evitado así una muerte a todas
luces evitable.
El GP se reanuda en la vuelta cinco
tras el coche de seguridad y, al retirarse este en la vuelta 8
Winkenlock desaparece de las primeras posiciones y la cosa se
estabiliza con Massa, Alonso y Raikkönen en los tres primeros
puestos toda vez que el finlandés se recuperó de su salida de pista
inicial.
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El increible ímpetu de los comisarios por devolver a Hamilton a pista pudo tener gaves consecuencias. |
Raikkönen abandonó por un problema
hidráulico y, cuando todo indicaba nueva victoria de Massa, empezó
a llover de nuevo y Alonso se lo “comió”. Aunque todos sabemos
que Massa y el agua no son amigos, no es menos cierto que no siempre
es así, y aunque muchos quisieron ver en ello la causa del triunfo
de Alonso -que sí es brillante en dicho elemento- no fue el caso. Lo
cierto es que Felipe tuvo un problema con el montaje de sus
Bridgestone, al igual que Webber, entre otros. Y ese problema era que
sus neumáticos giraban sobre la llanta. Eso le impidió ganar.
En su lucha final con Alonso se tocaron
en un lance de carrera. Massa fue duro, pero limpio. Una pena la
escenita de Alonso una vez acabada la carrera como ganador
echándoselo en cara en plan perdonaexistencias. Sobraba.
Mark Webber, pese a sus problemas,
completó el podio. Hamilton maquilló el resultado con una novena
posición final.
Y llegó el gran premio de Hungría,
que sería determinante para el campeonato, al estallar la guerra sin
cuartel entre los pilotos de Mclaren y a su vez, entre Alonso y
Mclaren.
Mclaren dominaba en Hungría, pero
estaba por ver quien de los dos, Alonso o Hamilton, se hacía con la
pole. Por esa regla de la calificación de ir “quemando”
gasolina, en Mclaren turnaban a los pilotos para una última vuelta
final in extremis, su famosa “extra Lap”. Ahora le tocaba a
Alonso, y por tanto Hamilton, que estaba delante al salir a Q3, le
tenía que dejar pasar, pero no lo hizo. Lewis marcó la pole
provisional y cuando paró a poner ruedas nuevas para su intento
final, se encontró con el sitio ocupado por un Alonso que,
sorprendido de que le pusieran neumáticos duros, tardó más de la
cuenta en salir, ¿o fue a posta?
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Colapso en los boxes de Mclaren en Hungría. El asunto traería "cola". |
Total, que con duros o sin ellos,
Alonso se hizo con la pole al batir el tiempo de Hamilton, un
Hamilton que no pudo defenderse ya que cuando pasó por meta para
realizar su vuelta, lo hizo bajo la bandera a cuadros.
Las acusaciones y contra acusaciones
entre Alonso-Hamilton-Mclaren y la FIA acabó con una sanción a
Alonso que perdía la pole y saldría sexto, así como la
imposibilidad de Mclaren de sumar puntos en esta carrera. Ante tal
jaleo, la floja actuación de Massa, que calificó 14º, pasó
prácticamente inadvertida.
En carrera, Hamilton sólo tuvo un
momento de apuro con Raikkönen cuando le salieron ampollas a los
neumáticos, una vez resuelto el tema, se fue tranquilamente hacia la
victoria por delante del ferrarista. Heidfeld fue tercero justo por
delante de Alonso, que se complicó las primeras vueltas e hipotecó
su podio. Massa tuvo una carrera gris y sin levantar cabeza, acabó
fuera de los puntos.
La carrera acabó ahí, pero las
disputas internas en Mclaren no. Por lo visto, Alonso, nada contento
con su situación en el equipo, pidió a Dennis un trato de número 1
y, al no acceder este, amenazó con desvelar más datos acerca del
espionaje a Ferrari, con lo que a la FIA no le iba a quedar más
remedio que reabrir el caso y tomar, esta vez sí, cartas en el
asunto.
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Merecido podio de Heidfeld en Hungría. |
Turquía, escenario de la primera
victoria de Massa en F1 el año anterior, demostró que no fue
casualidad y que a Felipe se le da bien esta pista.
Sólo Hamilton le puso contra las
cuerdas en los entrenamientos, pero finalmente la pole fue para el
brasileño. En carrera los dos Ferrari comandaron con Hamilton
acechándolos de cerca hasta que reventó un neumático y la cosa
quedó tranquila para ellos, que firmaron un nuevo doblete con
Massa-Raikkönen. Alonso completó el podio y Heidfeld fue cuarto por
delante de un Hamilton que acabó presionado por Kovalainen.
El GP de Italia fue triste para los
Ferraristas, ya que Mclaren, en el centro del tornado por el caso de
espionaje, fue intratable en casa de los de Maranello. Un Alonso
imperial se impuso a Hamilton, toda vez que Raikkönen era tercero en
tierra de nadie. Massa, con problemas de suspensión, abandonó
cuando rodaba tercero justo por delante de su compañero.
Ferrari llegó a Spa como campeona del
mundo de marcas, toda vez que a la FIA, dadas las pruebas aportadas
por el caso del espionaje, no le quedó más remedio que aplicar una
sanción. Y la vida les dio a los de Mclaren que la cosa quedó en la
multa de 100 millones de dólares y en que sus coches no sumarían
puntos para el mundial de constructores, cuando Ferrari, Mosley y
otros pensaban que lo justo hubiera sido la exclusión de Mclaren del
campeonato. Pero a Bernie no le interesaba que se fuera al garete su
chiringuito, y medió para una sanción menor. No duden que, de no
estar Mclaren en liza por el título, no habrían acabado la
temporada, y tal vez se les hubiesen retirado los resultados
anteriores, como a Tyrrell en 1984.
Sea como fuere, así estaba la cosa, y
Ferrari festejó su título con un nuevo doblete, esta vez en el
orden Kimi-Felipe, ya que en Spa Kimi siempre está muy en forma y es
muy difícil batirle.
Tras los Ferrari entraron los Mclaren
comandados por Alonso, que se deshizo del correoso Hamilton en la
primera vuelta y no le dio más opción.
En Japón, en el gran premio de Fuji
disputado bajo la lluvia, sólo Hamilton se libró de los errores y
atestó un golpe casi definitivo de cara al título al imponerse.
Massa, que al igual que Raikkönen erró en la táctica al principio
al parar a cambiar ruedas, no tuvo un buen día y acabó sexto
diciendo adiós al título. Kimi salvó los muebles con un tercer
puesto acosando en los compases finales a un Kovalainen que aguantó
bien.
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Fuji, la inconsistente actitud de Hamilton tras el coche de seguridad provocó el acciende entre Webber y Vettel, que iban justo detrás. |
Alonso tuvo un fallo de pilotaje y
abandonó, toda vez que Hamilton, al acelerar y frenar bruscamente
bajo el coche de seguridad, provocó el accidente y abandono de
Webber y Vettel, que venían a continuación. Como era de esperar, se
fue de rositas.
Este GP es, o debería, ser recordado
como la primera carrera en agua de F1 patética, tan de moda hoy día.
Estando más de media hora -18 vueltas- el coche de seguridad en
pista al inicio de la prueba.
A falta de dos pruebas y con Hamilton
con 12 puntos sobre Alonso y 17 sobre Raikkönen, di el campeonato
por perdido y me limité a disfrutar de las carreras que quedaban,
esperando la victoria 200 de Ferrari, que llegó al momento, en
China, donde un exceso de ambición de Hamilton, que no sólo no fue
conservador sino que entró a todo “meter” a boxes a sustituir
sus ya agotadas ruedas y se quedó en la puzolana, pese a los ímprobos
esfuerzos de los comisarios por sacarlo. Nunca vi tanto celo en unos
comisarios para intentar sacar un coche a pista, salvo quizá la
famosa grúa de Nurburgring.
De modo que en este GP que comenzó
bajo el agua y que finalizó en seco vio a Raikkönen dar la victoria
número 200 a Ferrari. Alonso y Massa completaron el podio con un
sensacional Vettel en cuarto lugar, resarciéndose de la mala fortuna
de Japón.
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En China, Raikkönen dio a Ferrari su triunfo número 200 en Grand Prix. |
La última cita, la de Brasil, llegaba
con Hamilton líder con Alonso a 4 puntos y Kimi a 7. Tres hombres
para un titulo. Aunque yo no pensaba en ello, tenía la misma
mentalidad que en China, pero al acabar la octava vuelta ya no.
Hamilton lo tenía relativamente fácil.
Calificó segundo tras Massa y le valía con controlar a su compañero
Alonso. Pero cuando en la primera vuelta se vio cuarto tras los
Ferrari de Massa-Raikkönen y el Mclaren de Alonso, se puso nervioso,
lanzó un ataque suicida y se fue largo, bajando hasta la octava posición. Recuperó hasta la sexta luego de adelantar a Trulli y a Heifeld cuando, en la vuelta ocho tuvo un problema en el cambio que se le quedó en punto muerto -eso dijeron, otra cosa es que tocara él algo- y, después de resetearlo dos veces, volvió a funcionar. Cuando se recuperó era décimo octavo a 29" del líder, con
lo que dijo adiós al título. Hubiera sido cuarto -y campeón-
fácil, pero le pudieron los nervios. Ferrari se paseó -también se
decía por aquel entonces que a Alonso no le trataban igual que a
Hamilton con malas presiones de ruedas y demás, nada probado- y
aprovecharon la última parada para poner a Raikkönen delante de
Massa burlando legalmente las órdenes de equipo y dando a Kimi su
ansiado entorchado.
En el podio Kimi estaba exultante,
aunque Alonso no le iba a la zaga, muy contento también al ver como
su “querido” compañero no era el campeón.
Pero la resolución del campeonato no
estaba resuelta todavía al 100% ya que Mclaren había impuesto una
reclamación respecto a la temperatura de la gasolina de los BMW
Sauber y los Williams que, en caso de prosperar, daría a Hamilton el
título.
Al margen de que esa reclamación
prosperase o no -yo pensaba que no más que nada porque la FIA es
reacia a rectificar determinadas cosas y no le iba a hacer ni pizca
de gracia decir, un mes después, que el campeón era otro- lo
“divertido” fue que Dennis dijese que sólo reclamaban para
aclarar la norma, no para ganar el título. ¡Anda ya!
La cosa no pasó de ahí.
Como anécdota, Dennis, con la
prepotencia de sus grandes días (1988-89) había dicho antes de la
cita final que le daba igual quien fuera campeón de 2007 “porque
lo iba a ser uno de sus pilotos...” Eso te pasa por hablar.
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Kimi cruza la meta como campeón justo en Interlagos. Al final se hizo justicia. |
Espionaje Mclaren a Ferrari
Fue el caso del año. Nigel Stepney,
jefe de mecánicos de Ferrari, resentido por no haber sido ascendido
como esperaba, pasó un dossier de información técnica a Mike
Coughlan, de Mclaren.
Trudie, la mujer de Coughlan llevó
ingenuamente a una copistería dicho dossier para sacar fotocopias.
Aparte de fotocopias sacó a la luz el asunto.
Ferrari denunció -aunque la FIA
debería haber actuado de oficio- y Mclaren -que remedio- colaboró.
Todo esto antes de la disputa del GP de
Europa en Nurburgring. El caso es que no encontraron evidencias de
que Mclaren usase dicha información, aunque lo realmente grave no es
que la usasen, sino si Mclaren tenía o no conocimiento de la misma.
En caso afirmativo, la exclusión era lo suyo. En caso contrario,
había que sobreseer el caso.
Todo parecía indicar que Mclaren sí
tenía conocimiento, pero ni a la FIA ni a Bernie les interesaba
destapar el caso, de modo que indagaron un poco y lo dejaron correr.
Los nuevos datos, aportados -según
dicen- por el chivatazo del despechado Alonso tras los sucesos de
Hungría, en el que se revelaban correos y llamadas telefónicas en
los que se demostraba el conocimiento de Mclaren de dicho dossier -y
que de haber investigado la FIA como es debido ya hubiera salido a la luz-
hizo que se reabriese el caso y que antes del GP de Bélgica se tomase
una resolución.
Esta fue, como comenté, la exclusión
de Mclaren del campeonato de constructores más una multa de 100
millones de dólares.
Se barajó la posibilidad de
descalificar a Mclaren lo que restaba de temporada, e incluso de la
de 2008, pero al final se decidió dejarlo así. Algunos decían que
de tomar tales medidas, supondría el fin de Mclaren. No creo que
fuera para tanto, aunque sin duda, bien no les haría, pero de
desaparecer, nada de nada.
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Mike Coughlan. |
El caso es que se les dejó
-injustamente- optar al título de pilotos. Algunos, como en 1981 con
los coches ilegales de suspensión hidroneumática y demás, adujeron
que sería injusto privar a los pilotos de sus puntos porque ellos no
tenían la culpa de que el equipo hubiese obrado de forma irregular.
Absurdo razonamiento porque el piloto forma parte del equipo, y si
este falla, ya sea haciendo un coche malo, un mal pit-stop, etc... el piloto
apechuga con lo que hay, lo mismo en caso contrario.
Es decir: ¿acaso tiene la
culpa el equipo de que su piloto no saque el máximo partido al coche, no sepa ponerlo a punto o se estrelle? Pues eso.
No se puede separar una cosa de la
otra, lo mismo -y acabo- que cuando un futbolista hace un penalty. El
penalty se lo tiran al equipo, no al jugador. Creo que me han
entendido.
Alonso y Hamilton disputaron hasta el
final un mundial por el que no deberían haberles permitido luchar.
Bajo mi punto de vista, una vez
probados los hechos, Mclaren debería haber sido excluido del mundial
prohibiéndosele correr en lo que restaba de temporada. Es más, como
hicieron con Tyrrell en 1984, se le deberían haber anulado todos los
resultados del año. Aunque creo que con la exclusión hubiera
bastado, no hay que cebarse.
Respecto de los que afirman que el
espionaje es algo habitual y que no era para tanto "porque todos lo hacen", debo decir
que no es lo mismo hacer fotos y vigilar a la competencia, o fichar a un
ingeniero rival que luego te cuente lo que sabe de su anterior equipo que tener en tu poder documentos de la competencia, que es, a ver si nos enteramos, material robado.
Mclaren se hubiera librado de la
sanción de poner los documentos a instancias del organismo rector y
despedido a los responsables. Pero no lo hizo.
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Nigel Stepney no sólo pasó información confidencial a Mclaren, sino que intentó sabotear a los Ferrari en Montecarlo adulterandoles la gasolina. |
Respecto al chivatazo-pataleta de
Alonso, de ser cierto -parece ser que sí- no dice nada en su favor.
Si eres tan honrado, haberlo dicho antes, y si no, te callas.
Entiendo que su situación no era fácil y que aún no estando de
acuerdo con el equipo, de hablar, habría sido despedido y
preferió callar y mantener el puesto. También creo que la mayoría
de los pilotos hubieran obrado igual, estuviesen de acuerdo o no con
el asunto del espionaje. Aunque los correos entre Alonso y De la Rosa parecen indicar
lo contrario, que a Alonso le parecía bien lo del dossier ese de marras.
Pero de ahí a chivarse cuando las
cosas a uno no le van como espera no, eso no está nada bien. O se dice al
principio o se guarda silencio o, en caso de decirlo finalmente, se abandona de
facto el equipo y se renuncia al título. Eso habría dado credibilidad a Alonso y habría quedado como un Rey. Pero no lo
hizo. Muy mal, Fernando, muy mal.
En tu descargo decir que probablemente la mayoría habrían obrado como tú. Flaco consuelo y mi apoyo a
los que no lo hubieran hecho, fueran quienes fueran.
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Ni Dennis, ni Alonso, estuvieron a la altura en 2007, no sabiendo meter en vereda a un Hamilton que se pasó de listo en más de una ocasión. |