lunes, 19 de septiembre de 2016

GP de Singapur 2016

      Rosberg, regulando pero a tope




En su carrera número 200 Rosberg se mostró sólido como una roca y no cometió fallo alguno pese a la fuerte presión a la que se vio sometido por un gran Daniel Ricciardo al final. Vettel recuperó del fondo de la parrilla hasta el quinto lugar tras su compañero Raikkönen, al que la mala estrategia de Ferrari -o la buena de Mercedes- lo privó del podium. 





El gran circo llegaba al trazado nocturno por antonomasia, Singapur, con nuevo dueño: Chase Carey, de Liberty Media, que se paseaba por el paddock de la manita de quien es y sigue siendo “de verdad” el dueño, Bernie Eclestone. Este le iba contando los secretos de su nueva adquisición.
Por muy americanos que sean los nuevos dueños habrá que esperar para ver, pero dudo mucho que cambien gran cosa del campeonato. El que espere una F1 americanizada, estilo F-Indy, que espere sentado.



Chase Carey se paseaba por el paddock de Singapur al lado de Bernie Ecclestone, que no ha dicho su última palabra. 



Algunos pilotos dieron sus opiniones cuando se les preguntaba acerca del nuevo dueño y de como mejorar la F1. Vettel pedía el regreso de los V12 y Alonso, diciendo una gran verdad, comentó que la F1 era igual de divertida ahora que antes de cara al espectador, no así para los pilotos: “porque los coches son más aburridos. Y como los nuevos dueños no van a construir los coches...”
En el tema deportivo, nuevos rumores de las posibles trampas, llamémoslo como son y dejemos los eufemismos, de Red Bull y Mercedes. Ya se rumoreaba hace un tiempo que estos dos equipos disponían de un sistema con el que calentaban las ruedas para burlar las presiones mínimas obligatorias. Ahora el tema se refiere a las suspensiones. La trasera en Red Bull y la delantera en Mercedes.
La de Red Bull parece interactuar con el DRS para alcanzar mayor velocidad punta a igualdad de carga mientras que la de Mercedes busca equilibrar mejor la carrocería reduciendo su balanceo. Con esto el coche es más manejable y su rendimiento aerodinámico más fluido.
Sea como sea, el problema de estas acciones, de estas burlas al reglamento, está en que muchas veces uno no sabe diferenciar lo que está o no permitido. A veces es sencillo y se actúa burdamente, como con el peso y la altura libre al suelo de los 80, que incomprensiblemente coló y apenas hubo sanciones -sólo unas pocas al peso y no a todos- pero otras veces la cosa no es tan sencilla y se puede ver desde diferentes puntos de vista. Claro que una solución, o posible solución, es poner en conocimiento de la FIA todos los dispositivos del coche, para que esta diga si son o no legales. Y parece ser que no siempre es así, tal vez por miedo a ser copiados si se da a conocer su artilugio o por si se considera ilegal y no pueden usarlo. Sea como sea, ya que hay de todo, el Mass-Dumper de Renault era legal y fue puesto por parte de Renault a disposición de la FIA desde el principio, a diferencia de otros dispositivos de otros equipos.



El diseño de red Bull, de nuevo bajo los focos.



Lo cierto es que una vez descubierta la trampa, el equipo infractor se va de rositas. Como mucho les prohíben el uso de su dispositivo de cara al siguiente GP. Y eso en el peor de los casos. Pues no, sino es legal, lo suyo es una sanción como es debido, incluso anulándoles los resultados del año. Duro, sí, pero de ese modo tal vez se lo pensarían a la hora de “jugar” con el reglamento. Pero como saben que no les va a pasar nada...
Dicho esto, mientras no se demuestre lo contrario, no doy credibilidad a los rumores sobre Red Bull y Mercedes, ya que es muy fácil hablar.
Y respecto a los castigos, me gustaría recalcar la falta de consistencia y criterio de la FIA, que aplica el reglamento de manera muy permisiva con los equipos que ganan, pero que con los que no están en la pomada no les tiembla el pulso. No hay más que ver como actuaron el año pasado con Hamilton en Monza, que tenía las presiones por debajo de lo permitido y con Massa en Brasil, con las ruedas con mayor temperatura. Lewis conservó su victoria mientras que Felipe fue desposeído de su octavo lugar. Esa falta de criterio me mata.
Los libres de Singapur tuvieron dos dominadores: Rosberg y Verstappen, pese a algún que otro incidente. Los Mclaren tuvieron varios problemas, Hamilton no estuvo muy fuerte y Raikkönen se mostró rapidísimo, al igual que Hulkenberg, toda vez que Vettel parecía estar un poco a la expectativa, como Ricciardo. Aunque el aussie marcaba más de cerca a su compañero que Seb al suyo.
Como anécdota el lagarto -un varano- que se le cruzó a Verstappen. ¿Estamos en la selva o en la ciudad? No es pequeño precisamente el lagarto ese. Aunque no sería el único invitado a la pista este fin de semana.



El varano se pasea ajeno a todo por la pista de Singapur. No sabemos si fue multado.



Todo parecía indicar que podría haber lucha por la pole no sólo entre Mercedes y Red Bull, sino entre esos dos y Ferrari. A priori esta iba a ser la sesión de clasificación más interesante del año.
La primera ronda fue inicialmente extraña, con los Mercedes rodando a un ritmo bajo, tanto es así que Alonso se quedó a apenas dos décimas de ellos mientras que Verstappen y Raikkönen los superaban por poco. Sólo Ricciardo marcó un tiempo acorde a lo visto en los libres.
Los problemas en la suspensión trasera derecha -un problema con la barra estabilizadora- del Ferrari de Vettel mandarían a este al último lugar, dejando un hueco libre más para pasar a la Q2, algo que aprovechó Markkus Ericsson. No se veía un Sauber en Q2 desde Hungría.
No pasarían: Magnussen, Nasr, Palmer, Wehrlein, Ocon y el mencionado Vettel. En esta pista los Manor mostraron sus carencias no estando nada a gusto, siendo los dos últimos claramente.
Visto lo sucedido en Q1, uno se preguntaba si Mercedes tendría dificultades, como el pasado año, pero con un impresionante 1,43”020 Rosberg dejaba claro que no y además, se postulaba como claro favorito de cara a la pole, pese a que los red Bull, que se quedaron a un segundo, pasaron el corte con superblandas, por las ultrablandas del resto.
Pese a un accidente de Grosjean al final, que provocó una bandera amarilla y el retraso del arranque de la Q3, Alonso logró in extremis colarse, a diferencia de su compañero Button, que se pasó de frenada al final cuando parecía, a su vez, capaz de lograrlo. Quienes no lo lograron fueron los dos Williams de Bottas y Massa, el mencionado Button, Gutiérrez, Grosjean y Ericsson, que bastante hizo con llegar adónde llegó.
En Q3 Rosberg no defraudó y con 1,42”584 marcó la vuelta más rápida jamás dada a Singapur en cualquiera de sus trazados. Su diferencia con el resto fue tal que su pole no se vio amenazada en momento alguno. Su superioridad recordó a la de otros grandes pilotos de otros tiempos. Mas que Nico Rosberg, parecía Keke Rosberg.



Rosberg logró su pole número 29 sin oposición.



Hamilton se quedó a siete décimas y rondando el segundo: Raikkönen, Ricciardo y Verstappen. Todo eso en el primer intento.
En el segundo muchos fallaron, entre ellos Hamilton -dos veces- y el propio Rosberg, aunque le daba lo mismo. Quienes no fallaron, para no variar, fueron los pilotos de Red Bull y, grata sorpresa, los de Toro Rosso.
Eso permitió a Ricciardo pasar de cuarto a segundo al superar a Raikkönen y a Hamilton, y a Max ser tercero al rebasar a Raikkönen, que finalmente fue sólo quinto, mientras que Sainz se afianzaba en un espléndido sexto puesto justo por delante de su compañero Kvyat, con Hulkenberg, Alonso y Pérez completando los diez primeros.
Impresionante la prestación de los Toro Rosso con el motor Ferrari de 2015. ¿Que lograrían con uno actual? Pues en más de una ocasión incordiarían a sus hermanos mayores. Y a Ferrari, por supuesto, de ahí que los de Maranello se cubrieran las espaldas de antemano.
Horas después sabríamos de la doble sanción a Pérez por adelantar con doble bandera amarilla a su compatriota Gutiérrez -tres puestos- y otros cinco por no reducir lo suficiente la velocidad en Q2 cuando se accidentó Grosjean, que fue cuando marcó el tiempo que le dio el pase a Q3. Además le metieron 3 puntos de carné. Lo que decía líneas más arriba, el doble rasero de los comisarios. Muy duros aquí con Pérez y sin embargo cuando un piloto saca de pista adrede a otro -reconocido por el ínclito- y luego se le cruza a más de 300km/h, no pasa nada. Muy bonito. Normal que las sanciones no sean creíbles.
Fuera como fuera, el caso es que Pérez retrocedía hasta el puesto 18, que sería el 17 al cambiar caja de cambios Grosjean, que no levanta cabeza en esta carrera luego de no rodar en los libres 1 y accidentarse tanto en los libres 2 como en la calificación. Partirá desde el puesto número 20.
Vettel, sin nada que perder, hizo lo obvio, cambió motor y caja de cambios.



Fumar perjudica tu salud -y tu libertad- que se lo digan a Arrivabene.



Maurizio Arrivabene se quedó seis horas -nada menos- detenido por arrojar una colilla al suelo. Al que le parezca esto normal que se lo haga mirar. Desde luego que países así es mejor no visitar. Me pregunto si luego ellos -los “singapurienses”- se portan igual de “bien” cuando están fuera o se desmadran.
De cara a la carrera los Red Bull partían con distinta estrategia y habría que ver si Hamilton y Verstappen, muy fallones ultimamente en las arrancadas, lo enmiendan esta vez.
Grosjean redondeó su accidentado fin de semana no saliendo siquiera a pista el domingo por un problema de frenos, dejando un hueco en la parrilla.
La arrancada tuvo movida ya que la nueva -y van tres seguidas- mala salida de Verstappen provocó un accidente entre Sainz y Hulkenberg al esquivarlo, abandonando el alemán, y en el que también se vieron involucrados Bottas y Button, con pinchazo y rotura de alerón respectivamente.



Carrera corta para Hulkenberg. Verstappen se libró por milímetros.



Alonso hizo un salidón, como en 2013 (de 7º a 3º), en este caso de 9º a 5º y a un pelo de superar a Raikkönen. Más que arrancar bien, que también, apuró -como en 2013- la primera curva de manera excepcional. Por poco no se sitúa cuarto.
Sin llegar los coches al primer sector ya salió el coche de seguridad para retirar el Force India del desafortunado Nico Hulkenberg. Los pilotos pasaban por boxes mientras los comisarios despejaban la pista. Bottas y Button pararon a reparar desperfectos reincorporándose en las dos últimas posiciones. Vettel ya era décimo octavo sin haber efectuado ni un solo adelantamiento.
En la vuelta tres se reanudó la carrera por este orden: Rosberg, Ricciardo, Hamilton, Raikkönen, Alonso, Kvyat, Sainz, Verstappen, Massa, Magnussen, etc... con susto para Rosberg al encontrase a un comisario en la pista, como le sucedió a Vettel en Rusia el año pasado, sin más consecuencias que el susto para ambos.



Los Mercedes no corren tanto, los comisarios les sacan los colores.



Pérez y Vettel, los únicos equipados con el compuesto blando -el más duro disponible- eran décimo tercero y décimo octavo respectivamente.
Sainz, con una parte del coche dañada, tuvo que detenerse en boxes en la vuelta siete para quitarla al mostrarle los comisarios la bandera negra y naranja, ya que de no hacerlo corría el riesgo de ser descalificado. Era muy pronto para parar, y eso lo relegó al último lugar. Vettel, tras adelantar a los Manor y con la parada de Ericsson era décimo tercero.
El cuarteto de líderes se había estabilizado con Rosberg líder con 5” sobre Ricciardo, el cual tenía otros tantos sobre un Hamilton que no lograba separarse más de 2” de un motivado Raikkönen.
Alonso mantenía su espléndida quinta plaza pero cediendo casi 1” por vuelta respecto a su predecesor con Kvyat y Verstappen al acecho.
Los neumáticos superblandos de Ricciardo no le iban a durar más que los ultrablandos de sus competidores y entre las vueltas quince y dieciocho todos ellos pararían, montando superblandas Ricciardo y Kimi, mientras que Rosberg y Hamilton montarían blandas. Sin cambios en el panorama.
En esa fase de la carrera, tras los cuatro líderes y sin haber parado se encontraban Checo Pérez y Vettel, que había dado cuenta de Nasr, el resto se le habían quitado de en medio al parar en boxes.
En el intervalo entre las vueltas veinticuatro y veinticinco pararon Seb y Checo respectivamente, reincorporándose en los puestos doce y trece, con Seb por delante al haber adelantado al Checo en boxes. Con la pista libre la situación le era ideal ya que había montado ultrablandos y podía tirar a su gusto.
Alonso, Kvyat, Verstappen y Massa volvían a sus puestos iniciales. La lucha entre Kvyat y Verstappen fue dura y limpia, con el ruso herido en su orgullo no dispuesto a ceder posición. Pese a todos sus intentos, Max finalmente no pudo pasar.



Raikkönen demostró por qué es campeón del mundo, pero la estrategia no funcionó.



Rosberg y Ricciardo mantenían su situación más o menos estable, pero Raikkönen fue acercándose poco a poco a Hamilton y no paró de acosarlo hasta que este falló en la vuelta treinta y uno y lo adelantó en pista, algo que en coches de prestaciones similares, es toda una hombrada. Nada más hacerlo, paró por segunda vez en boxes.
Luego lo hicieron el resto de líderes, no cambiando la cosa, aunque la monta fue de blandos para todos.
Las paradas de Verstappen y Alonso, permitieron a Vettel acceder al sexto lugar después de haberse ventilado -en una vuelta- a Sainz y a Gutiérrez. Luego le tocó el turno a Magnussen. Poco después caería Kvyat, situándose quinto, casi a la vez que Bottas abandonaba por problemas de temperatura.
A Verstappen, que paró pronto para librarse del tráfico, le salió la jugada redonda, ya que Alonso y, sobre todo, Kvyat, estiraron tanto sus paradas que lo dejaron la mar de tranquilo. Eso sí, su ritmo no fue gran cosa y estaba claro que Vettel estaba fuera de su alcance.
Seb paró por última vez en la vuelta cuarenta y tres montando ultrablandos y ubicándose sexto a 10” de Verstappen. Le quitó casi 5” en una vuelta, pero no tuvo necesidad de pasarlo en pista ya que Max paró a continuación y le dejó el camino libre mientras Button abandonaba por un problema en los frenos.
Hamilton, que había caído a 6” de Raikkönen, fue reduciendo poco a poco la distancia hasta situarse a 2” justo antes de parar y jugársela de nuevo Mercedes a Ferrari en los boxes.



Alonso exprimió al límite y más allá de él a su Mclaren. Un séptimo lugar fue su pobre recompensa.



Hamilton paró en la vuelta cuarenta y seis, y Kimi a continuación, perdiendo la posición que tan brillantemente había obtenido en pista. A ello contribuyeron los mecánicos de Mercedes, más veloces que los de Ferrari, y sus estragas. Y es que esta “bromita” ya se la ha hecho Mercedes a Ferrari varias veces y ya va siendo hora de que espabilen en Maranello. Hamilton puso superblandas por las "ultra" de Kimi.
Ricciardo, que estaba a 2” de Rosberg, decidió parar y montar superblandas, cosa que pilló a contrapie a Rosberg, que no paró por temor a perder posición. De modo que Ricciardo inició un sprint final con vuelta rápida incluida en la que fue recuperando los 30” de desventaja a razón de más de 2” por vuelta, hasta 3”6 le llegó a recuperar en la que fue su vuelta más veloz..
Mientras Ricciardo echaba el resto, su compañero Verstappen, a más de un minuto, adelantó sin problemas gracias a sus neumáticos nuevos a: Kvyat, Pérez y Alonso situándose sexto. Que tardara tanto en deshacerse de estos coches demuestra que no tuvo su día -su noche en realidad- en Singapur, y que no sólo es oro lo que reluce en Verstappen.
Mientras Hamilton controlaba a Raikkönen, Rosberg hacía lo mismo con un Ricciardo que iba como un tiro, deseando que las ruedas del australiano desfallecieran y las suyas no. Más o menos eso pasó. Ricciardo no pudo seguir recuperando tanto tiempo -de ser así lo habría alcanzado a falta de cuatro vueltas- y las ruedas permitieron a Rosberg mantener su cadencia de 1,50 hasta el final, logrando pasar la última vuelta con 2” sobre Ricciardo. La suerte estaba echada. Rosberg llegó pidiendo la hora, pero controlando, y logró su 22º triunfo en Gran Premio cuando celebraba su carrera número 200. A Ricciardo le faltaron un par de vueltas o una al menos, pero no las tenía. Hamilton completó el podio con Raikkönen a su espalda. Los cuatro primeros en 10”, y el quinto, Vettel, que había partido último, a apenas 27”, sexto fue un gris Verstappen a más de 1,11 precediendo a: Alonso, Pérez, Kvyat y Magnussen como pilotos con derecho a puntos.



Kevin Magnussen puso al Renault en los puntos, muy por encima del nivel del coche.



A destacar la magnífica décima plaza de Magnussen con un Renault que no es gran cosa. Sí Alonso sacó petróleo del Mclaren, Magnussen estuvo igual de genial con su Renault.
Sainz estuvo muy desafortunado y al margen de su incidente inicial, tuvo problemas con el MGU-K de su coche, quedándose sin la energía eléctrica y por tanto, sin opción a luchar por los puntos. Se quedó con sólo 600-650CV, según él. Y si esta es la potencia que da un V6 turbo actual -otras fuentes hablaban de más de 700- entonces estos motores son un auténtico fraude, al margen de su lamentable sonido.
Kvyat, con su noveno lugar dio un par de puntacos a Toro Rosso en su GP número 200, que es el 540 del equipo si sumamos los 340 de Minardi. Que pena perder ese nombre, como tantos otros.
Verstappen falló en la salida por tercera carrera consecutiva, claro que en Red Bull lo han justificado diciendo que fue el embrague el que falló, no el piloto. Igualico que hace quince días dijo Mercedes de Hamilton. Parece que a la moda de impedir a los pilotos hablar mal del coche, aunque sólo sea diciendo lo obvio, ahora se suman los equipos justificando los fallos de sus pilotos. En fin.
El caso es que la mala salida de Max condicionó, perjudicó, jodió -como diría él- la carrera de otros pilotos. Le vendría bien reflexionar al respecto, ya que si bien es cierto que no lo hizo adrede, tampoco lo hizo adrede Vettel en Spa -y menos Kimi- y se picó buscando venganza. No creo que le pareciera razonable que Hulkenberg, por ejemplo, se ensañase con él en Malasia, ¿no? Pues que se aplique el cuento.
Al hilo de Max, que sin duda es un talento, no es el talento del siglo, ni mucho menos. Ni tampoco el sucesor de Senna o Schumacher. Decir eso es sacar los pies del tiesto. Ser el ganador más joven no te convierte en el mejor piloto de la actualidad, ni tampoco hace entrar a uno en el club de los más grandes. Para eso habrá tiempo. De momento, aunque Verstappen es muy bueno, también está muy sobrevalorado.



Vettel estuvo sensacional y fue elegido piloto del día. Claro que mejor hubiera sido ganar. Al menos se divirtió.



Vettel fue elegido con todo merecimiento como piloto del día, toda vez que Ferrari sí estuvo en la estrategia acertado con él. Sin el problema de la clasificación tal vez hubiera optado al triunfo. Nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que en quince días llega Malasia, circuito que a priori puede venir bien a los outsiders de Mercedes para arrebatarles el triunfo. Es uno de los pocos circuitos que quedan en los que Mercedes podría ser vulnerable. Red Bull irá bien y Ferrari, que ganó de forma contundente el año pasado, también. ¿Reeditará Ferrari su triunfo? ¿Conseguirá Ricciardo su primera victoria del año?
Esta y otras respuestas dentro de quince días, en Sepang.





No hay comentarios:

Publicar un comentario