Manifiestamente mejorable
Quisiera profundizar en el documental
de Senna, piloto del cual pude seguir toda su carrera deportiva en
"directo" como seguidor que soy de la F1 desde 1981. Y como
la F1 me apasiona y leo todo lo que puedo de ella -además de ver las
carreras- tengo datos para poder criticar con rigor el documental.
Senna era un piloto excepcional,
carismático a más no poder -en mi opinión, tanto él como Rossi,
de no ser ganadores, no serían carismáticos- y controvertido, con
luces y sombras. Porque la gran luz que emanaba de Ayrton era incapaz
de contener sus sombras, sus momentos oscuros.
Seamos claros, Senna no era limpio, ni
consecuente. Iba al límite y gustaba de hacer cosas excepcionales,
sólo al alcance de los elegidos, como por ejemplo, audaces
adelantamientos. Pero, ¡ay cuando era a él al que se los hacían!
Montaba en cólera. Que él lo hiciera estaba bien, pero que se lo
hicieran no les gustaba ni pizca.
En 1991 declaró en Portugal -en
relación a Mansell- y en España -Alesi- que, "de no estar el
título en juego, no habría cedido y lo mismo hay un accidente".
Muy bonito, ¿no? Y eso sin contar cuando, en 1993, tras ganar
brillantemente en Japón, discutió con el debutante Irvine -al que
acabó por dar un tortazo- por haber este osado a desdoblarse...
Con el Toleman ya empezó a destacar, a marcar cátedra. |
Todo esto que comento, a lo que podría añadir algunas "actuaciones" más, vienen a cuento de que con Senna no todo era puro como la nieve. Tenía un lado muy malo que siempre se le perdonó o pasó por alto por ser quien era.
Como fuere, yo no esperaba de este
documental -y de ningún otro- objetividad ni rigor histórico
porque, entre otras cosas, este tipo de documentales, sean de quien
sean o traten de quien traten, no buscan la verdad, sino ensalzar al
protagonista, sea persona, animal o cosa.
Pero una cosa es eso, y otra lo que
hicieron porque, ¿que era realmente Senna? ¿Que era lo que
cautivaba de su persona? Pues lo que cautivaba de él era su gran
rapidez, su capacidad para hacer una vuelta de calificación
excepcional, una capacidad tal, que lo convirtió en "el Rey de
la Pole" en primera instancia y en segunda, su capacidad para ir
rápido en agua y, sobre todo, para alcanzar el límite en cambios de
agarre, que lo convirtieron a su vez en: "el Rey de la lluvia",
en definitiva, en leyenda.
Senna con el Lotus, donde empezó a mostrar sus inigualables dotes de sprinter. |
¿Y que dice de esto el documental?
Pues poco o nada.
Podrían haber hablado de sus 15 poles
en sus dos primeros años en Lotus-Renault, que lo convertían en el
sucesor como sprinter de René Arnoux -y de paso sacar imágenes de
tan hermoso coche- que tenían el mérito añadido de ser conseguidas
con un coche que no era precisamente en mejor. También podían haber
hablado de su gran -y única- pole de 1987 en Imola, con el coche con
motor de cualificación sí, pero con reglajes de carrera, 40 kilos
de carburante en el depósito y ruedas con 20 vueltas. Pero nada de
nada. Lo mismo para su estratosférica pole con 1"730 de ventaja
sobre Prost en Japón 89.
Y respecto a sus excepcionales carreras
en agua, ídem de ídem. Se habló, que remedio, de Mónaco 84 y
Portugal 85, pero de manera breve. Spa 85, Silverstone 88 y Australia
89 fueron pasadas por alto.
De la que pudo ser su mejor temporada, 1993, sólo se mencionó, sin profundizar, Brasil, Europa -Dogninton- y Mónaco -que ganó por el doble abandono de Prost y Schumi-, olvidándose de Japón y, en menor medida, de otras carreras en las que hizo grandes adelantamientos, como Canadá y Portugal. Y muchas demostraciones más, ya sea en carrera o en calificación. Pues de estas exhibiciones, ni papa. Pues muy mal. De eso se debió hablar en profundidad. De su arte y oficio, de como hacía vueltas "mágicas" -de ahí su apodo-, y de como iba la mar -nunca mejor dicho- de bien en agua.
De la que pudo ser su mejor temporada, 1993, sólo se mencionó, sin profundizar, Brasil, Europa -Dogninton- y Mónaco -que ganó por el doble abandono de Prost y Schumi-, olvidándose de Japón y, en menor medida, de otras carreras en las que hizo grandes adelantamientos, como Canadá y Portugal. Y muchas demostraciones más, ya sea en carrera o en calificación. Pues de estas exhibiciones, ni papa. Pues muy mal. De eso se debió hablar en profundidad. De su arte y oficio, de como hacía vueltas "mágicas" -de ahí su apodo-, y de como iba la mar -nunca mejor dicho- de bien en agua.
Senna embiste a Prost y se resarce de lo acontecido en 1989. Para él, el fin justifica los medios. |
Y luego está el tema de Japón 90,
justificando lo injustificable y mintiendo. Eso se podría haber
llevado mejor.
El tema comienza con Senna diciendo a
un comisario que mire para cambiar la posición de partida, porque
esta no es la mejor y, el autor del mejor tiempo, merece estar en la
mejor posición y zona. Todo eso es cierto y Ayrton tiene toda la
razón. Otra cosa es que la FISA, al igual que la mayoría de
organismos deportivos, al ser organismos despóticos, baste le digan
algo por sensato que sea, para que haga lo contrario o, como en este
caso, no haga nada, sólo para que se vea quién manda.
Lo que no es cierto es que el domingo
se movisese misteriosamente la posición de la pole de la izquierda a
la derecha. Esto es falso, y además, el propio documental lo
reconoce cuando Ayrton sólicitaba el cambio al comisario.
La posición de partida era la que era,
porque era de ahí desde dónde se partía desde 1987, año de la
primera carrera de F1 disputada en Suzuka. Por tanto, no hubo ningún
complot contra Senna, simplemente se actuó con la negligencia
habitual de la FISA.
¿Se hubiera cambiado la posición de
parrilla de haberlo solicitado Alain Prost, ojito derecho de Monseur
Balestre? Nunca lo sabremos. Lo que sí sabíamos era de dónde iba a
salir el poleman, lo sabíamos desde 1987. Y Senna lo sabía, de ahí
que solicitase el cambio.
Luego están las excusas de Senna antes
y después el accidente:
-"El sistema me ha jodido
muchas veces, pero esta vez no. Me da igual lo que pase, tiene que
ser como yo diga".
-"Sabía que iba pegado a él
(Alain), iba por el interior llegando a la primera curva y se abrió
de nuevo. Y conociéndome como me conoce, tenía que saber que si
dejaba un hueco, iba a intentar adelantarle".
-"Si eres piloto, compites con
otros pilotos, y si no vas a por un hueco claro, ya no eres piloto".
1993 fue el mejor año de Senna. Y es que los grandes, cuando luchan en inferioridad de condiciones, son aún más grandes. |
Típico de quien no reconoce jamás
error alguno. Claro que aquí no hubo error, sino acto deliberado.
Eso de culpar a la víctima, dando a entender que ella se lo ha
buscado, es algo deleznable. Claro que la mayoría de sus seguidores
estarán de acuerdo con tan vaga justificación, alegando cosas como:
"los verdaderos campeones siempre lo intentan, sino, no lo
serían" y chorradas por el estilo.
Que Senna se la tenía guardada a
Prost, era un hecho, que lo hizo adrede, otro, que Prost se la jugó
a él el año anterior, también. El resto son pamplinas.
Para mí, como ven, el documental deja
mucho que desear. No busco rigor histórico porque sé que eso rara
vez se busca en este tipo de documentales, ni siquiera en libros
-aunque siempre hay excepciones- porque nadie, o casi nadie, quiere
escuchar cosas malas de su ídolo. Pero de ahí a no hablar sus
grandes y maravillosos logros, hay un gran trecho, es inconcebible. Y
el tema de como llevaron lo del accidente de 1990, de modo bastante
infantil, lo mismo. Se podría haber alegado el ojo por ojo si se
quiere, que la rivalidad era demasiado alta, o cosas así, pero no
mentir inventando un complot y negando la mayor.
Prost estuvo patético en 1989 y Senna
en 1990, no hay más. No inventemos. Mejor dejarlo correr, como
hicieron con otras muchas cosas, que mentir descaradamente y poner
excusas fátuas.
Senna el documental, es como el resto
de documentales que he visto de otros pilotos, sólo que más largo,
por tanto, no excepcional, nada del otro mundo. No es como nos lo
quisieron vender, con excesivo bombo y platillo.
Véanlo, se van a entretener, pero
véanlo con perspectiva, como se deben ver este tipo de documentales.
Si, la verdad es que en el documental parece un santurrón. Ni una cosa ni otra está claro.
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