lunes, 29 de julio de 2019

GGPP de Inglaterra y Alemania 2019




                                Pura diversión








Si bien no tuvieron la emoción final de Austria en la lucha por la victoria, fueron más divertidos que esta. El primero por la épica batalla entre Leclerc y Verstappen y, el segundo, a causa de las variables climáticas, la incertidumbre, los muchos cambios de posición y salidas de pista.
En Inglaterra, pese a perder la pole por milésimas ante su compañero Bottas, y ofrecerle este una férrea defensa a principio de carrera, estaba claro que Lewis era superior. Si a eso le añadimos que tuvo suerte con el coche de seguridad, poco más que añadir, salvo que se me hace incomprensible la diferencia de tácticas. Bottas paró cuando estaba rodando al mismo ritmo que Hamilton y no parecía tener problema de ruedas de ningún tipo, ya que los RB y Ferrari estaban cada vez más lejos. Sin embargo, lo paran y, de pronto, Hamilton vuela. No cuadra, es como si a Hamilton le permitiesen elegir táctica y a Bottas no, a diferencia de cuando estaba Rosberg en el equipo.
Fuera aparte de esto, la emoción, lo bonito, estuvo en el duelo entre Leclerc y Verstappen, quedando claro que Max ya no es el más espectacular y mejor adelantando, que Leclerc es su igual. Y es que el monegasco recordó, y mucho, al piloto por excelencia de Ferrari, el patrón por el que se miden los demás: Gilles Villeneuve, cuyos mejores sucesores han sido, en este aspecto: Mansell y Alesi. Ahora Leclerc.



Bottas no cedió nada ante el empuje de Hamilton, pero llegaron las paradas...



El duelo recordó al de Villeneuve y Arnoux de 1979 en Dijon, con la diferencia de que Verstappen -él precisamente- se quejó. Penoso lo de este chaval, pero que le vamos a hacer. Si fuera consecuente, daría gusto, pero no lo es, a diferencia de Charles que, una vez encajado el duro golpe de Austria, jugó al mismo juego y claro, los comisarios tuvieron que tragar, de lo contrario, su pésima reputación caería aún más. Leclerc fue duro -pero limpio- con Max, salvo al final, cuando lo mandó fuera de pista. Pero no se le puede reprochar, ya que dijeron eso estaba permitido. Lo malo es que en Austria esto le costó la victoria al tragarse la “banana” con toque incluido, mientras que aquí, Verstappen -sin toque- esquivó el bordillo y pudo acelerar a placer, mejor incluso que Leclerc, que lo pisó. Como fuere, como Seb se llevó al holandés por delante, hubo un poco de justicia poética.
Bonito duelo final Sainz-Ricciardo con victoria del español y gran carrera de Gasly, con un gran adelantamiento a Vettel, aunque nada en comparación con el que Leclerc le hizo a él, en una nueva muestra de su mutación a Leclerc-Villeneuve.
Fue un día glorioso para Hamilton, que logró su sexto triunfo en casa, en Inglaterra, desempatando con Clark y Prost.







En Alemania, la fortuna de Mercedes, que celebraba su 125 aniversario de su debút en competición, motorsport que pateticamente dicen algunos, en su GP 200 y patrocinado por ellos en casa -pese a que sus coches se fabrican en Inglaterra- les dio de lado, sin necesidad de juego sucio, como hicieron ellos junto a Mclaren en el GP de Bélgica de 1998, GP 600 de Ferrari, en el que mandaron a Coulthard a sacar de pista al Ferrari de Schumacher, sólido líder, cuando iba a doblar al escocés. Aquí, ellos mismos se eliminaron, al igual que el sábado hicieron los Ferrari.
Mercedes, a modo de celebración, pintó el morro de sus coches de blanco, recordando que antes eran así: blancos, ya que ese era el color de Alemania (rojo el de Italia, azul el francés, etc...) y que se quedaron “plateados” al rasparle la pintura para bajar peso. Bueno, esa historia no me cuadra del todo, porque los coches alemanes “siempre” corrieron con el gris plata, no sólo los Mercedes, y nadie aclara si fue por eso que el gris plata sustituyó al blanco como color nacional, ni nada por el estilo.
La carrera, en mojado al principio, en condiciones mixtas en el medio y seco al final, tuvo momentos de gran intensidad debido a las múltiples paradas en boxes.
Antes de nada, agradecer que se saliera desde parado, y no tras el coche de seguridad, aunque las vueltas esas de contacto se la pueden ahorrar si dejan hacer un pequeño “warm-up” antes. Pero no me quejo, la cosa fue rápida, cosa que antes no sucedía.



Gran carrera de Kimi y Alfa en Alemania, pero sin recompensa.



Todo parecía indicar doblete de Mercedes, pero la presión de Leclerc por un lado -antes de estrellarse- unido al error de casi todos de montar ruedas de seco tarde y mal -comenzaba de nuevo a llover- trastocó el GP. Un GP en el que nadie acertó del todo y que ganó el que menos se equivocó: un colosal Verstappen y una Red Bull acertada, pese a su monta de medias cuando no tocaba.
El más audaz al final fue Stroll, montando las de seco -blandas- antes que nadie, resarciéndose así de su mal inicio de temporada, llegando la liderar la carrera -aunque no subió al cuentavueltas- pero no tuvo recompensa a modo de podio. Podío que si logró un hábil Kvyat -que el día anterior fue padre-, tercero tras el ganador, Verstappen y el afortunado Seb. Afortunado porque al final su gran coche en seco le permitió recuperar, pero mientras la pista estuvo húmeda, no pudo con Kimi y su Alfa. Eso sí, sin brillo pero sin errores.
Unos Alfa que acabaron séptimo y octavo Kimi y Giovinazzi respectivamente, pero que fueron sancionados con 30” acabando doce y trece al recibir ayuda -instrucciones- de embrague de cara a la arrancada, permitiendo así a Hamilton acabar noveno luego de dos grandes fallos -no sólo falla Vettel cuando es líder- y el retorno a los puntos de Robert Kubica, décimo por delante de su compañero Russell, sumando el primer punto del año para Willliams.
Muy desafortunados fueron Hulkenberg y Raikkönen, autores de grandes carreras sin la recompensa merecida. Hulkenberg abandonó luego de estar cerca de los líderes siendo el “primero de los demás de largo”, machacando a Ricciardo, toda vez que Kimi, sanción a parte, era merecedor de podio.
Podio que Bottas acarició pero arruinó, junto a la posibilidad de acercarse a Hamilton en el campeonato, al sufrir un accidente incomprensible -otro que tal baila- mientras nuestro Carlos Sainz se quedó con la miel en los labios, quinto, autor también de una gran carrera.



A sus anchas en cambios de agarre, la fortuna dio de lado, de nuevo, a Nico Hulkenberg.


Fue la "GP2 victoria de Honda en 2019" como dijeron los "japos" en clara referencia a Alonso, cuando dijo, en Japón 2015, que su motor era de GP2. Dónde las dan las toman.
La verdad es que estas tres últimas carreras han sido un soplo de aire fresco para la F1. Esperemos no decaiga la cosa.
En Hungría creo MB y RB serán los favoritos mientras que en Spa y Monza lo será Ferrari que, tras el verano, podría inaugurar su casillero de victorias que de momento, está a cero.


viernes, 5 de julio de 2019

Límite de motores por temporada




               ¿Por qué no se lo pasan por el forro?








Por reglamento dirán ustedes. Pero se puede cumplir el reglamento sin ser fiel a su espíritu, lo que llamamos de forma eufemística: “interpretaciones del reglamento”.
Una laguna muy gorda permitió en 2016 a Lewis Hamilton “usar” tres motores en Spa. En realidad lo que sucedió es que agotó el número de motores permitido, que entonces eran cinco y, dado que quedaban nueve carreras por delante, quedaba claro que le iba hacer falta, al menos, otro motor más para no penalizar de nuevo. Para evitarlo, se hizo esta triquiñuela, totalmente legal, pero contraria al espíritu del reglamento. Le vino muy bien que Honda rompiese tanto en 2015 y que se pasase de acumular castigos -se llegó a hablar de tener que salir los Mclaren últimos y tener que parar unos segundos en boxes porque con los puestos perdidos en parrilla no les llegaba- a sólo tener que salir últimos. Y eso a mitad de año. Por tanto, cambiaron la reglamentación. Y eso lo aprovechó Mercedes para plantar todos esos motores a Hamilton. El que necesitaba y los de “refresco”.



Hamilton pudo luchar hasta el final en 2016 gracias a que en Spa le montaron tres motores.




Partiendo de esa premisa, ¿que impide a un constructor montar un montón de motores a inicios de año para luego tenerlos de reserva? ¿A nadie se le ha ocurrido?
Tal vez, de hacerlo, esta vez no lo permitieran cambiando sobre la marcha el reglamento, pero lo que nadie ha pensado tampoco es que un equipo puede planificar la temporada en base a penalizaciones de motor. Me explico, si ahora se permiten tres motores año, estos tienen que duran alrededor de siete carreras, unos 3500km, y sólo podrán tener dos evoluciones durante la temporada. ¿Y si un equipo decide penalizar dos veces a cambio de dos evoluciones más y de reducir el uso de los motores a cinco carreras, es decir, 2500km? Al reducir en 1000km la vida útil del motor, este podrá ser más exprimido, a lo que hay que añadir la posibilidad de más evoluciones. Todo eso redunda en más CV, más prestaciones en definitiva. Y todo a cambio de salir atrás en dos GGPP que, bien estudiado, podría resultar rentable. ¿De verdad nadie lo ha pensado?
Voy a tener que patentar la idea, a ver si me forro.
Esto me recuerda un poco a la falta de previsión de los equipos con los neumáticos. Sobre todo de antes de que gracias a Gordon Murray, las paradas se convirtieran en un habitual. Las más de las veces los coches se mantenían en pista con ruedas gastadas perdiendo muchísimo tiempo, mucho más que si se hubieran detenido a cambiarlas, porque pensaban la parada les costaba más. Aún hoy, con estas ruedas poco consistentes, pasa algo similar, que se va ahorrando neumático para parar una vez menos, lo que algunas veces no es lo mejor, siendo al final más lento.



Red Bull ha pedido a Honda más potencia, aunque haya penalizaciones.



Creo que con lo de los motores ocurre algo parecido. Otra cosa es que, una vez puesta en práctica, la FIA lo prohíba de cara a la siguiente temporada, pero mientras tanto, “que te quiten lo bailao”.
¿Acaso no es esto lo que le pide Red Bull a Honda? Más evoluciones, más potencia, aunque haya que penalizar. Creo es una táctica acertada. Y no sólo de forma excepcional, sino de cara a una temporada completa. Tal vez habría que probar. Y es que esto de la limitación de motores es una chorrada, un sinsentido. Al menos, yo así lo veo.

miércoles, 3 de julio de 2019

GP de Austria 2019




                         No moleste, Ferrari




Leclerc-Verstappen, las dos caras de la moneda. Uno jugó limpio y el otro no.




Parece que al equipo más laureado, carismático y con mayor número de seguidores, sinónimo de F1, esta no le da ni agua.
Cada vez que hay que tomar una decisión, ante la duda, esta nunca cae del lado de los de Maranello. Sanción extremadamente rigurosa en Canadá a Vettel pero sin embargo, en Austria, por algo peor, Verstappen, como no, -los otros podrían ser Hamilton o Magnussen- se libró. No sé si no hubo valor al correr Red Bull en casa -y Max casi, con tanto aficionado holandés- o simplemente cuadró así.
Es verdad que la Ferrari de Schumacher ha gozado de la permisividad de la FIA, al igual que antes la tuvo Senna, pero en general, cuando toca tomar una decisión difícil, prefieren contentar a los que no viven de la F1 -Red Bull, Mercedes, Honda, Renault- que a los que sí -el resto-, y no es que se trate de favorecer a nadie, sino de ser justo.
En Canadá Vettel no merecía sanción, porque cerró el hueco teniendo el coche por delante. La única excusa para sancionarlo es que, al hacerlo, no pagó por su error. En Austria sin embargo, Verstappen sacó de pista al Ferrari de Leclerc, aprovechando que hay escapatoria asfaltada, para consumar su adelantamiento. Se mire como se mire, no fue correcto. Y la intencionalidad, fue clara. En el giro precedente se comportó como debía, pero eso permitió a Leclerc recuperar la posición. A la segunda tocaba jugar sucio. Y es lo que hizo.
Aunque no lo hubiera hecho a propósito, no se puede adelantar sacando de pista al rival. Unos comisarios hábiles le habrían dicho al equipo esa misma vuelta que Max tenía que devolver la posición. Así habría podido intentarlo de nuevo, pero limpiamente, y sería más justo que una sanción de tiempo. En caso de no obedecer, se aplicaría dicha sanción.



Aunque Seb no hubiera sido penalizado en Canadá, eso no excusaría lo de Verstappen en Austria. Los comisarios deberían hacérselo mirar.



Aquí se dejó acabar la carrera y luego se investigó y, al igual que en Spa 2015, se libró. Aunque en Austin 2017 recibió un castigo desproporcionado. Sea como sea, los comisarios, de nuevo, mal.
Es lamentable la falta de criterio de comisarios, prensa y público, aunque estos dos últimos, en realidad, poco importen. Según les interese, dicen una cosa o la contraria.
Hay que dejar luchar a los pilotos, sí, pero limpiamente. Los límites de pista deben ser sagrados. ¿Acaso creen que Verstappen hubiera hecho lo mismo de haber un muro como en Canadá? Ni en broma, ¿verdad? Pues exactamente así es como debía haber actuado. Por desgracia no es el único que lo hace. Lo hacen muchos ante la pasividad de FIA y sus comisarios. Normal que lo hiciera él -de nuevo-, al fin y al cabo, rara es la vez que se sanciona a un piloto por esto. Y con la victoria por medio, ¡nunca! A lo que hay que añadir la falta de escrúpulos del holandés, otro ídolo lamentable. Por poner un paralelismo, nadie dudaba de la calidad de McEnroe, al igual que nadie dudaba de su irrespetuoso comportamiento. Pues Max, igual, como Rossi en las motos. Pero en estos casos se pasa por alto.
Verstappen mezcla lo mejor y lo peor de un piloto de F1. Rápido, espectacular, combativo... pero antideportivo e incapaz de reconocer error alguno. Él, que defendió su maniobra -lógico-, habría puesto el grito en el cielo de haberla recibido. Eso es lo peor, que no es consecuente. Como Senna, como Hamilton. Al menos Schumacher sí lo era. Aceptaba recibir de su medicina. Los otros, en cambio, no.
Una vez aclarado como Versttapen, autor de una carrera extraordinaria, carrera soñada, la cagó al final, vayamos con el GP en sí.
Se esperaba Ferrari fuese competitiva y lo fue. Que lo fuese Red Bull, pese a la victoria del año anterior, no tanto. A todo esto, Mclaren parecía confirmar lo visto en Francia.



Mclaren cada vez mejor. Alfa brilló, pero fueron perdiendo fuelle. Kimi, una vez más, muy bien.



Fue un GP plagado de sanciones, Albon y Sainz se iban al fondo por el uso de más piezas en el motor, el cuarto motor, más bien, Hulkenberg cedía cinco puestos por más piezas en la “unidad de potencia”, Magnussen otras tantas por la caja de cambios, mientras que Russell y Hamilton retrocedían tres por estorbar a Kvyat y Raikkönen respectivamente, en calificación.
Lo cierto es que fueron acciones involuntarias y, en el caso de Hamilton, dado que Kimi pasó el corte, no mereció sanción. Otra cosa es que lo sancionaran por acumulación de “tarjetas”, dado que en Francia molestó a Max en los libres al volver a la pista de manera peligrosa, como dicen de Vettel en Canadá y a Stroll en Brasil 2018 en Q1. Pero no se trató de una sanción por reiteración, por falta de atención, ya que nunca hubo mala fe, sino sencillamente una sanción estúpida más. Al final, por la sanción a Magnussen, sólo perdió dos plazas. ¿Lo entienden? Yo no.
En calificación, un problema del motor impidió a Vettel luchar por la pole, que nunca estuvo en peligro en poder de Leclerc, pese a un último y formidable intento de Hamilton.
La carrera empezó con la mala salida de Verstappen, que cruzó la primera vuelta en séptima posición, una por detrás de Vettel, que partía noveno.
Los Ferrari, que partían con blandas, por medias de sus rivales, a elección propia pese al intenso calor, parecían tener la carrera controlada. Bueno, controlada Leclerc, aunque Vettel nada mal, ya que se situó cuarto a espaldas de Hamilton a menos de 3”, mientras Verstappen era quinto a lo mismo de Seb cuando se inició el “baile” de paradas.



Segunda pole de Leclerc que volvió a perder cruelmente la carrera. Su primera victoria se hace esperar.



Baile iniciado por Bottas en la vuelta 21 junto a Vettel -que no tenía las ruedas listas-; Leclerc paró en la siguiente justo cuando Ham marcó vuelta rápida y parecía ser una amenaza. Era un espejismo. Aunque aguantó diez vueltas más, sólo mantuvo el ritmo la mitad. Las otras perdió tiempo y, dada su agresividad, al dañar el morro, tuvo que cambiarlo. Sólo estuvo 11” parado, pero ya sin opciones.
Verstappen paró una vuelta después y e reincorporó cuarto, tras Leclerc, Bottas y Vettel. Y ahí empezó su carrera, la carrera. Uno tras otro todos cayeron bajo sus garras. Vettel presentó batalla, pero con las ruedas mal, una vez superado, paro en boxes. Bottas no opuso resistencia y cuando llegó a Leclerc, a cinco del final, su ritmo era tal, que poco pudo hacer el monegasco. Así todo, se defendió tan bien, que Verstappen tuvo que recurrir a sus malas artes. Una lástima como este chiquillo, este niñato, lo jode todo. Ganó pero perdió brillo, por mucho que sus fans estuvieran encantados. Unos fans que, al igual que él, en situación contraria, pedirían sanción. Sanción que no hubo.
Me pregunto si Ferrari, de haber aguantado más vueltas a Leclerc en pista antes de su primera parada -o de haber salido con medios- habrían podido ganar. ¿Otro error estratégico de Ferrari? Tal vez. O tal vez no. Vettel por su parte, tras su segunda parada, sólo pudo pasar a Hamilton, aunque acabó pisando los talones a Bottas.
Ferrari optó “por el bien del deporte” por no recurrir, cosa que Ross Brawn, agradeció. Yo creo más bien pasaron del tema sabedores no les iban a hacer ni puto caso, como en Canadá. Y se la guardan para otros menesteres.



Maravillosa victoria de Verstappen que el mismo se encargo de mancillar.



Quizá en otros GGPP sean ellos quienes jueguen sucio y esperarán esa perimisividad de la FIA y comisarios para con ellos. De ser así: error, no se debe hacer lo que está mal sólo porque otros lo hagan aprovechándose de la incompetencia de los comisarios. Lo que sí puede ocurrir, es que Leclerc sea más duro, menos ingenuo, menos buena gente, a la hora de defenderse y, ante ataques de matones como Verstappen, no se vuelva a ver sorprendido.
Olvidando los dos robos a Ferrari, destacar la buena actuación de Mclaren, con un Norris excelente -sexto- y un Sainz todavía mejor, que recuperó de décimo noveno a octavo con el cuarto mejor coche. El primer podio para el hijo del “matador” y de Mclaren desde Australia 2014, podría caer este mismo año.
A todo esto, Honda volvía a la senda del triunfo desde Hungría 2006 -Button- consiguiendo su victoria número 73 rompiendo, de paso, la hegemonía de Mercedes. Ahora llega Silvertone, donde serán de nuevo favoritos.
Ferrari, mientras tanto, a esperar. Este no es su año. No tienen coche para aspirar al título, pero con suerte, llevarían cuatro triunfos y, sin ella, un par. Pero tienen cero, lo cual es muy, muy mala pata. A ver en que cita rompen tan mala e inmerecida racha.