miércoles, 22 de julio de 2020

GP de Hungría 2020




                             1988, 1992, 2002








También podría haber citado: 1950, 1952-53, 1961, 1963, 1965, 1978, 1989, 1993, 2004, 2011 y la práctica totalidad de la era híbrida, desde el 2014 hasta nuestros días, totalmente dominada por Mercedes con la salvedad de 2017-18 que, si bien seguían con el mejor coche, Ferrari le opuso férrea resistencia.
Y ahora estamos como en los años citados, más concretamente casi como en 2014, con una superioridad de la marca de la estrella que asusta. Sólo el buen hacer de Verstappen maquilla unos resultados de escándalo por la insultante superioridad del Mercedes.
Desconozco como han podido perder tanto fuelle los Ferrari y los Red Bull. Bien es cierto que los primeros, debido a las controversias de su motor, pueden haber perdido algo por ahí, sobre todo teniendo en cuenta que los otros monoplazas equipados con su motor (Alfa Romeo y Haas), van de pena, pero, ¿tanto han perdido por el motor? Si la pérdida es de unos 50CV como apuntan algunos, cinco o seis décimas podrían irse por ahí, pero es que el Ferrari está a más de 1” de los Mercedes en calificación y carrera. Y el año pasado en calificación andaban a la par. Tal vez mitad motor y mitad chasis.



Stroll se va asentando. Su actuación en Hungría fue "de libro".



Respecto a Red Bull, ni idea. Tal vez es que siguen -ójalá- como de costumbre: inicios tímidos para acabar fuertes. El tema es que ambos, ellos y Ferrari, han sido alcanzados por sus perseguidores mientras Mercedes mantiene su ventaja. Si Mercedes no corriera, sería un campeonato estupendo, pero así... yo diría que ya están adjudicados los títulos, y está por ver cuantos récords bate Hamilton. Por muchos que supere no va a ser el mejor de la historia, y menos aún considerado como tal. Si a Schumacher, que fue mucho mejor, no lo consideraron así, menos a él. Por cierto, que ahora no se queja de lo aburrida que es la F1, como cuando Vettel ganaba -le ganaba a él- con el Red Bull o de la era Schumacher-Ferrari, en la que decía: “me levanto por la mañana, veo la salida y luego me voy a dormir”. Como cambia el cuento, ¿eh?
Sobre el GP en sí, las dos primeras lineas fueron para las flechas de plata: las ahora negras del equipo oficial y las rosas del “B”, léase Racing Point. Ferrari fue el primer equipo no Mercedes por delante de Verstappen con el resto ya muy mezclados, destacando a los Mclaren de Norris y Sainz, a Gasly, superando con el Alpha Tauri al Red Bull de Albon y los dos Williams, que entraron en Q2 y Russell fue un excelente duodécimo. Kimi Raikónen, por su parte, en su GP número 316, partiría último en parrilla por primera vez en su carrera deportiva. Los Alfa Romeo parecen ser las nuevas “cenicientas” de la categoría, pero la cosa está tan ajustada que eso puede cambiar en cualquier momento.
Antes de la salida, en las vueltas de instalación, Verstappen se dio un moquetazo de agárrate y no te menees. Los mecánicos hicieron un trabajo excelente cambiándole la suspensión dañada y pudo salir por los pelos.



Por táctica y, sobre todo, por ritmo, Magnussen mereció ser el piloto del día. De 10 el danés.



La carrera fue un coñazo, pero al menos la salida con suelo húmedo dio algo de emoción. Los Ferrari y Verstappen salieron de maravilla, igual que Latifi, de decimo quinto a décimo, toda vez que Bottas la pifió, como Pérez, sexto y séptimo respectivamente. Luego la cosa se fue estabilizando.
Las primeras paradas se realizaron muy pronto, entre las vueltas tres y cuatro, porque la pista realmente estaba muy seca. Lo raro es que nadie saliera con lisas. Nadie desde parrilla. Magnussen -inicialmente con las de lluvia- y Grosjean -con mixtas, como todo quisque- pararon en la vuelta de formación y salieron de boxes con lisas. A Kvyat no le permitieron hacerlo.
Pues acertaron y así, cuando todos pararon , eran tercero y cuarto Magnussen y Grosjean respectivamente tras Hamilton y Verstappen. Lo realmente sorprendente fue el gran ritmo que tuvo a lo largo de toda la carrera Magnussen. Con un coche incapaz de llegar a Q2, mantuvo el tipo de maravilla, perdiendo posiciones muy poco a poco y acabado en un excelente -para ese coche- noveno lugar, por delante de Sainz y Leclerc que, si bien ambos tuvieron problemillas -una parada lenta, de nuevo, Sainz y ruedas blandas que no aguantaban para Leclerc- no los excusa. Al final fue décimo por una sanción de diez segundos por recibir instrucciones en la vuelta de formación, al igual que a su compañero. ¿No fue por esto por lo que NO sancionaron a Hamilton en Canadá el año pasado? Lo mismo me confundo y sólo pidió ayuda y no le hicieron caso desde el muro, pero dados los antecedentes... Esta es la típica sanción que se comen los equipos pequeños pero que se saldan con avisos -o multas- en los grandes.



A 22 minutos de la salida Verstappen la lió. Pero todo quedó en un susto.



Hablando de penalizaciones, Bottas se "salto" la salida, más bien no salió en su posición. Se trató de un error y no ganó nada, por eso creo hicieron bien en no sancionarlo. Otra cosa es reiteración del fallo, que no es el caso. Respecto a esto, recuerdo el GP de Canadá de 1990, en el que a Gerhard Berger le pasó algo similar, sólo que no hubo piedad y le pusieron la penalización de entonces: 1 minuto. Así todo se las apañó para acabar cuarto a 15" del ganador, Ayrton Senna. Es decir, que cruzó la meta en primera posición con 45" de ventaja. Hubiera sido su primera victoria en Mclaren y delante de Ayrton, pero no pudo ser. Tal vez Senna, con la carrera controlada, no forzó, pero así todo, acabando a 45", seguramente ese día no habría podido con Berger, pero al lío, que me pierdo: la carrera.
Hamilton ganó, Verstappen fue segundo y Bottas tercero, a punto de superar al holandés en el último giro tras una maniobra de su equipo igual a la que dio el año pasado el triunfo a Hamilton, es decir, parar a espaldas de Max para poner ruedas nuevas.
Cuarto fue el otro héroe del día, Lance Stroll, que pilotó muy bien, en su linea, con la pista húmeda, para luego hacer una excelente carrera en seco, dejando “clavado” a su compañero Pérez. Es cierto que Stroll tiene “padrino”, pero no es menos cierto que ganó en fórmulas inferiores y que, si bien su llegada a la F1 estuvo plagada de incidentes, tuvo actuaciones destacadas en agua y en el siempre difícil Baku, dónde logró un podio en 2017. Ya sé que hice un comentario jocoso sobre él la semana pasada, pero creo se notaba era en broma, contando con humor parte de la realidad: que va mejor en mojado que en seco. Sea como sea, en Hungría estuvo sensacional.



Por primera vez en su carrera, Kimi partió último en parrilla.



Y por lo demás, poco que decir, esta vez Norris no pudo hacer un rush final y Vettel demostró el por qué es cuatro veces campeón del mundo: fue siempre mejor que Leclerc y acertó con la táctica, ya que fue él quien dijo al equipo le montasen medias en lugar de blandas para evitar ampollas y degradación.
En quince días Inglaterra, me da miedo pensar en la paliza que Hamilton y Mercedes pueden meter al resto. Ojalá me equivoque. Hasta entonces, aunque lo suyo sería decir: “hasta 2021”. O 2022, porque si el año venidero siguen estos coches, mala pinta tiene la cosa. Saludos carrerosos.

domingo, 19 de julio de 2020

Jones-Arnoux 1981-83




                       Terceros en discordia








Hete aquí otro capítulo de mis artículos “¿y sí?”, que pongo juntos porque son breves.
Empezaré cronológicamente, es decir, por Alan Jones, tercero en el campeonato del mundo de 1981 a cuatro puntos del ganador, Nelson Piquet, pero que llegó descartado a la última cita.
Repasando dicha temporada, por puro placer, y dejando aparte el caso Reutemann-Williams o Reutemann-Jones -ya publicado en julio de 2016- vi que el bueno de Alan, ganador de la primera y última citas, se dejó cuatro por medio.
En Bélgica se salió de pista cuando lideraba, al parecer al quedarse en punto muerto; en Mónaco problemas de alimentación le impidieron ganar -acabó segundo-; acto seguido, en España, otro error garrafal suyo tira por la borda una victoria cantada y, por último, en Alemania, de nuevo problemas de alimentación le apartan del triunfo. De modo que Alan se dejó, entre pitos y flautas, 33 puntos.
Pero de ahí a decir que habría sido campeón con unos 30 puntos de margen, media un abismo, al fin y al cabo, el campeón y subcampeón, también tuvieron lo suyo. Piquet, de hecho, se salió de pista dos veces, una en lucha con Jones -fue en Bélgica y dicen fue culpa de Alan, ni confirmo ni desmiento- y otra en Mónaco cuando era líder. Y de Reutemann mejor ni hablar, ¿no?



Demasiados errores, propios y ajenos, impidieron a Jones reverdecer laureles.



Respecto a René Arnoux, tercero en el campeonato del mundo de 1983 a diez puntos, pero llegando “vivo” a la última carrera, me vinieron a la memoria sus oportunidades perdidas a lo largo de la temporada cuando Javier del Arco -en paz descanse- en su inigualable anuario, comentó de Piquet sus oportunidades perdidas, dando a entender que habría sido campeón de manera holgada, ya que fue campeón in extremis. Entre ellas dijo: “de no haber pinchado en Detroit...”, dejando claro que perdió el triunfo por eso. Y es cierto, sólo que si el iba líder era única y exclusivamente porque el Ferrari de Arnoux, mil veces más competitivo, había abandonado por un problema eléctrico.
Por eso creo que cada cual mira lo que le conviene. Pues bien, si Rene, como bien dijo él años más tarde, no abandona en Detroit y no se queda sin cuarta velocidad en Austria -segundo lugar- habría ganado ambas citas y sería campeón del mundo. Pero claro, si empezamos a tener en cuenta las cosas que no salieron bien en unos años en los que la F1 era mucho más impredecible que ahora, podemos hacer números con otros pilotos para buscar el resultado que más nos guste. Así, en 1983, aparte de Piquet y Arnoux, tanto Tambay como, sobre todo, Prost, podrían haber sido campeones del mundo.
En resumidas cuentas, que pasó lo que pasó y que, por muchas vueltas que le demos y por entretenido que sea, no lo vamos a cambiar pero, eso sí, cuando hagamos cábalas, tengamos en cuenta que estas se pueden hacer en varios sentidos.



A saltos, así fue la temporada 83 para Arnoux. Le faltó regularidad para obtener el título.



Dicho esto, hay veces que las cosas son claras: sin el accidente de Nurburgring en 1976, Niki campeón: sin la doble fatalidad de Ferrari en 1982, Ferrari habría obtenido el título de pilotos: sin la trampa de Renault en 2008, Hamilton tendría un título menos en favor de Felipe Massa. Puede que haya más casos, pero ahora no recuerdo ninguno más.
Sea como sea, los terceros clasificados de 1981 y 1983, Alan Jones y René Arnoux, a poco que hubieran tenido más suerte -y no sus rivales- habrían sido campeones del mundo.


lunes, 13 de julio de 2020

GP de Estiria 2020




                                    Todo negro








En el primer GP de Estiria -estado federado de Austria- de la historia, llamado así por no llamarlo “Austria-bis”, al repetir país y circuito, esto último por primera vez en la historia; hubo doblete de los “nuevos” Mercedes pintados de negro, victoria de su piloto estrella, el negro, mulato en realidad, Lewis Hamilton, tontería progre contra el racismo por parte de la F1 alimentada por Hamilton -todo el mundo está contra el racismo, esto es postureo-, carrera aburrida donde las haya y futuro negro de la especialidad de cara esta año que, si Verstappen no lo remedia -Ferrari lo veo ya casi una quimera- tiene adjudicados los títulos. Y veo difícil Bottas pueda doblegar a Lewis, pero nunca se sabe.
En los libres destacó la velocidad del Racing Point de Pérez, mientras que a Norris le caía una sanción de tres puestos por no respetar una bandera amarilla. Sanción exagerada, ya que creo eso se debe avisar primero, como una tarjeta amarilla y luego, en caso de repetición, sancionar, para que espabile. Aunque no lo comenté la semana pasada, creo que a Hamilton, por lo mismo pero en Q3, no se le debió sancionar, sólo quitar el tiempo, ya que no hubo peligro. La situación no es comparable a la de Méjico el año pasado con Verstappen, ya que había un coche en la pista y además, fue de sobrado en la rueda de prensa: “que me quiten el tiempo, me vale el otro”.



Pérez naufragó en calificación, pero resurgió en carrera.



El sábado se suspendieron los libres 3 por lluvia pero, afortunadamente, no la calificación, que empezó con tres cuartos de hora de retraso, pero empezó. Y se hizo en lluvia y con neumáticos de... lluvia. Sí, de lluvia, los mal llamados de lluvia extrema. Cuando hay lluvia extrema no se corre, así que menos chorradas. Hay dos tipos de ruedas de agua: las de lluvia y las mixtas, siendo estas últimas las que se utilizan cuando la pista está secándose o hay poco agua.
En estas condiciones se lucieron pilotos como Sainz, Ocon, Russell y Stroll, destacando de este último que, si bien en seco no parece gran cosa, en agua es otro cantar. Se podría decir que al igual que una foca, en tierra de pena verlo, pero en agua es una delicia. Pues más o menos.
Los Ferrari naufragaron, pero esta vez fue Leclerc quien no pasó a Q3, siendo, además, sancionado por molestar a Kvyat. Para esto digo lo mismo que con lo de las banderas amarillas, si no hay reiteración, primero un aviso, salvo que haya arruinado la vuelta definitiva o, en caso de Q1 y 2, la vuelta que le permitiese pasar el corte. En España 2013 se sancionó a Massa por estorbar a Webber, pero este no tuvo problemas para pasar. Es decir, que dio igual. Es por eso creo no merecía sanción. Otra cosa es reiteración, como fue reiteración lo de Hamilton con Albon, en este caso en lances de carrera.



Nuevo "rush" final antológico de Norris.



Lo más destacado de la calificación fue el tercer puesto de Sainz y el duodécimo de Russell -undécimo por la sanción a Leclerc- a milésimas del Ferrari. Hamilton estuvo sensacional y marcó la pole con autoridad, dejando bien clara su clase. Sólo Verstappen le pudo, timidamente y con mucho esfuerzo, plantar cara. Bottas, cuarto, acabó a más de 1"4. Sobran palabras.
La carrera fue un peñazo. En la salida Verstappen sacó de pista, aprovechando las escapatorias asfaltadas, a Sainz, algo muy feo pero que muchos hacen, ¿verdad Hamilton? y los comisarios -y aficionados- tragan, toda vez que Leclerc, en la curva tres, intentó entrar por un hueco inexistente y se subió a lomos del Ferrari de Vettel. Resultado, los dos para casa. Claro que a Leclerc lo deberían haber dejado en pista un poco más, por si a los comisarios les daba por sancionarlo. De ese modo cumpliría la sanción y no la arrastraría de cara al siguiente GP. No pasó de ahí. Como es lógico, se disculpó con Vettel y el equipo.
Hamilton no dio opción, Bottas remontó poco a poco hasta superar a un genial Verstappen que se lo puso la mar de difícil, haciéndole Max un exterior de libro con ruedas gastadas, para completar los dos el podio. Sainz se hundió, “ayudado” por sus mecánicos con una parada lenta y problemas de batería. Pero se consoló con la vuelta rápida, con récord incluido, al final con ruedas nuevas. Lo extraño fue que Verstappen, en análogas circunstancias, no se la mejorase. Fue noveno.



Así de emocionante fue ver la carrera.



Pérez fue el héroe del día, con un adelantamiento por el exterior a Sainz para enmarcar, junto a Norris. Pérez remontó de décimo séptimo a quinto y estaba luchando por el cuarto cuando tocó, a dos vueltas del final, al pobre Albon, que esta vez salió bien parado, rompiendo su alerón y acabando como pudo en sexta posición al ser superado en última instancia, y en la última curva, por Lando Norris, un Lando Norris que, luego de adelantar a Sainz -por órdenes de equipo-, se encontró con Stroll -también a dos vueltas del final- tocando a Ricciardo, y los pasó a ambos.
Y colorín colorado el GP de Estiria se ha acabado.

martes, 7 de julio de 2020

GP de Austria 2020




                            La F1 pierde el norte








En la temporada más extraña de la historia, mutilada a causa del coronavirus, la F1 ha iniciado su singladura más tarde que nunca, en julio, llena de incertidumbres. Por un lado se van a repetir circuitos -la semana que viene se vuelve a correr aquí- para que pueda haber al menos 8 citas, las mínimas que se autoexígen, estando dos continentes confirmados: Europa y Asia, faltando uno para poder considerarse el campeonato de tipo mundial. El continente americano esta en “veremos”, aunque se supone se correrá allí. Es decir, que se ha iniciado el campeonato sin tener todavía un calendario definitivo establecido.
Respecto a perder el rumbo, bueno, es evidente que cuando se hacen mamarrachadas como pintar el coche de seguridad -y Mclaren el Halo- con los colores del movimiento LGBT y Mercedes, vía Hamilton, sus coches de negro en contra del racismo, da por saco. Todo empezó con los nuevos dueños quitando a las chicas, las azafatas, de los circuitos, por eso de contentar a las feminazis. Y ahora viene todo lo demás: ideología progre cuyo único fin es dividir y la destrucción. Poco importa si el origen es bueno, lo único que hacen es mancillarlo, consiguiendo justo lo contrario de lo deseado. Aunque a ellos les de igual, lo importante es sembrar discordia.
Respecto a las chicas, ya hablé de ellas en febrero de 2018 en mi, modestia aparte, gran artículo: “Adiós a las azafatas de la F1”.



La F1 no está para perder el tiempo con estas "mariconadas".




Sobre el movimiento LGTB decir que, para ser creíbles, lo que tienen que hacer es llevar dicha bandera y mensaje a Abu Dabi, o no correr allí, ¿a que no hay huevos?
Respecto al racismo, es evidente que nadie en sus cabales está a su favor, pero lo de este movimiento iniciado por el injustificable ajusticiamiento de un criminal negro por un policía blanco, tratándose más de brutalidad policial que de racismo, es demagogia. Ni todos los policías -blancos se supone- son asesinos, ni todos los negros buenos, ni siempre oprime el mismo. De hecho, en estos tiempos, se ha pasado de mayorías que oprimen a minorías, a lo contrario. No hay más que ver la situación de mi país, España, para confirmarlo, estando la mayoría a merced de unos pocos. Pues lo dicho, demagogia pura. Mi aplauso para los pilotos que no hincaron la rodilla: Raikkönen, Kvyat, Verstappen, Sainz, Leclerc y Giovinazzi.
Volviendo a la carrera, a lo que debería importar, Mercedes se mostró fortísimo, lo que es doblemente preocupante. Por un lado sacaban ventaja en un circuito corto -del orden de medio segundo- y, por otro, en una pista donde no solían destacar ultimamente.
Claro que es pronto para darlos como ganadores, pero tienen toda la pinta. Han confirmado su rol de favoritos, toda vez que Ferrari ha dado un enorme paso atrás. Tanto ellos como Haas y Alfa Romeo, lo que parece confirmar que el motor de 2019 tenía “algo”. El que lo tuviese no quiere decir que fuese ilegal, pero como tantas veces, cuando alguien se aprovecha de una laguna en el reglamento, pasa eso: que se prohíbe de cara al siguiente curso muchas veces no estando claro que sea trampa.
De modo que Ferrari pasó a ser el coche más rápido en recta al más lento. Eso por si sólo daría igual: Red Bull ha ganado el título varias veces así, el problema es que el coche es lento. Queda por ver como evolucionará pero, de entrada, ha sido más lento que el año pasado en idénticas condiciones. No sé si hubiera sido mejor comenzar el año con el SF90... A todo esto, Mclaren, con el denostado motor Renault, era de los que más punta tenía.



No todos están por la tontería, afortunadamente.



Mercedes se hizo con la primera línea, con un Bottas respondón que sorprendió al hexacampéon. Un hexacampeón que no respetó la bandera amarilla provocada por su compañero y que fue sancionado. Partió quinto. Eso situó a Verstappen, que partía con diferente táctica -medios en lugar de blandos- segundo, con un sorprendente Norris tercero y el Red Bull de Albon cuarto. Pérez era sexto con el “Mercedes rosa” y el primer Ferrari, el de Leclerc, séptimo. Octavo Sainz, que hizo su tiempo con goma usada, cerrando Stroll y Ricciardo el “top ten”. Un Ricciardo que inicia el año dominando a Ocon.
Vettel, con el segundo Ferrari -si él no lo remedia será así- partiría undécimo al no pasar de la Q2.
La carrera en su inicio fue aburrida, Hamilton fue remontando poco a poco de quinto a tercero, que fue segundo por el abandono de Verstappen -el duelo que nos perdimos- y, a partir de ahí, a recortar distancias con Bottas. El innecesario coche de seguridad provocado por la salida de pista de Magnussen permitió a Hamilton situarse al rebufo de Bottas, pero pese a tener DRS, nunca lo inquietó de verdad. Lewis parecía tener más ritmo, de hecho, le había recortado 4” antes del reagrupamiento, pero Bottas declaró estar conservando dado que los Mercedes parecían tener problemas de cambio. A todo esto, los Mercedes y, sobre todo, los Racing Point, en determinados momentos, echaban una humareda impresionante. ¿Un mapa de motor agresivo para atacar quemando aceite? A saber.
La carrera seguía siendo monótona, lo único a destacar fue el trompo de Vettel -vaya racha desde Alemania 2018- y que Pérez superó a Norris.
Hasta que no salió de nuevo el coche de seguridad -sin necesidad, salvo dar emoción- a causa del abandono de Rusell-, no hubo emoción. Emoción que vino dada por la diversidad de tácticas, puesto que los Mercedes y Pérez no pararon, y el resto sí. Albon, tercero cómodo, montó blandas y los demás, medias. Y ahí emepzó todo de nuevo. Albon, que cedió puesto al cambiar ruedas con Pérez, lo recuperó al instante pese a que la carrera se volvió a neutralizar, esta vez con más sentido, al salírsele a Kimi una rueda.



¿Orgulloso de ti mismo, Hamilton?



A falta de diez vueltas todo empezó de nuevo. Albon quería aprovechar el momento dulce de sus ruedas nuevas y le estaba haciendo un exterior de antología a Hamilton -que si lo hiciera él o Verstappen llenaría cientos de páginas- cuando se tocaron. De nuevo Hamilton arruinando el podio de Albon, como en Brasil el año pasado. Podio que incluso podía haber sido victoria. Y Ham se libró con una ridícula sanción de 5”, cuando lo que tenían que haber hecho es hacerlo pasar por boxes. Arruina la carrera de un rival y apenas le costó dos puestos. Y de la Rosa, de la risa en este caso, defendiéndolo. Que si no cambió trayectoria, que si no había sitio... A ver, tío listo, si tienes a tu izquierda -y un poco por delante- un rival y tienes toda la derecha libre: te cierras, desaceleras, o ambas, para evitar el impacto. No me cabe duda de que no hubo mala fe, pero el resultado fue igual que el de Brasil. No cedes y te llevas puesto a un rival. Pues 5” de sanción es muy poco, toca calmarse, “campeón”.
Por detrás, remontada de Leclerc, pasando de sexto a tercero en un santiamén, al adelantar a Norris y a Pérez y aprovecharse de la sanción a Hamilton. Norris, que a punto estuvo de ser superado por Sainz, aguantó para luego deshacerse de Pérez, marcando la vuelta rápida al final -tiempo clavado a la milésima con la de Verstappen de 2019-, para hacerse con el tercer peldaño. Su primer podio. Ham, sancionado, fue cuarto, Sainz quinto adelantando en pista a Pérez, que, con las ruedas en las lonas y con una sanción de 5” por exceso de velocidad en boxes, acabó sexto.
Gasly, Ocon, Giovinazzi y Vettel completaron los diez primeros, cerrando la clasificación el Williams del debutante Latifi, un Williams que, afortunadamente, parece haber mejorado mucho respecto a 2019. Y eso es una buena noticia. A todo esto, el ganador fue Bottas, líder de principio a fin.



Leclerc sacó petróleo de un Ferrari que fue el cuarto o quinto coche de la parrilla.



Hasta dentro de siete días


sábado, 4 de julio de 2020

Alex Zanardi




                             El inmigrante








Alex Zanardi, el piloto de F1... no. Alex Zanardi, el piloto de Indycart... no. Alex Zanardi, el piloto de automovilismo... casi. Alex Zanardi, el piloto de automovilismo y campeón paralímpico de “handbike”, osease, de bici para discapacitados que se maneja con las manos.
Y es que Zanardi, campeón italiano y europeo de karting, consiguió su sueño de llegar a la F1, pero no acabó de destacar tras unos inicios tímidos en Jordan y Minardi en 1991 y 1992 disputando apenas 6GGPP, tres con cada uno de ellos cada año. De cara a 1993 fichó por Lotus, renovando en 1994 sin llegar a hacer ninguna temporada completa debido a su brutal accidente en Eau Rouge en Spa en 1993. Su mejor resultado fue el sexto lugar en el GP de Brasil de 1993, lo que fue su único punto en la F1. No dispuso de un gran coche, ya que Lotus estaba agonizando, y por tanto no era fácil sacar conclusiones de su rendimiento.
1995 lo vio casi en paro, salvando el año al correr con Lotus algunas carreras del BPR, lo que eran carreras de resistencia para GTs derivados de deportivos de calle.
En 1996 Chip Ganassi le dio la que sería su gran oportunidad fichándolo para correr el campeonato CART estadounidense. En su primer año logró tres victorias, tres podios y seis poles. Acabó tercero tras su compañero Jimmy Vasser y Michael Andretti.



Zanardi tuvo que emigrar para triunfar. Rápido y espectacular, en EEUU se convirtió en un mito.



Pero en 1997 no dio opción, con menos poles, cuatro, logró cinco triunfos y dos podios, imponiéndose en el campeonato, cosa que repetiría en 1998 con más autoridad con siete victorias, ocho podios y, paradojicamente, ninguna pole.
Todos esos resultados, acompañados siempre de grandes actuaciones, con carreras espectaculares, grandes remontadas, adelantamientos increíbles apurando la frenada -el más conocido el de Laguna Seca 1996 ante Brian Herta-, lo llevaron de nuevo a la F1 en Williams.
Pero su regreso a la F1 en 1999, ya con un buen coche, fue un completo fracaso. No se acabó de adaptar a los frenos de carbono -en la CART eran de acero- y al acabar la temporada sin resultado alguno, se quedó en paro.
Volvió al campeonato de sus amores, la CART, en 2001 con Mo Nunn -fundador del equipo Ensing de F1- y cuando empezaba a cogerle de nuevo el tranquillo, tuvo el pavoroso accidente en Lausitz que lo dejó sin piernas cuan do lideraba la carrera, al perder el control de su coche y ser embestido por otro participante.
Pero eso no acabó con su carrera automovilística, corriendo con BMW el mundial de turismos con un coche adaptado, logrando entre 2003 y 2008 cuatro victorias.
Se medio retiró, aunque corrió alguna que otra prueba en 2014 y en 2019, como las 24 horas de Daytona, siempre con BMW.



Tras su accidente, volvió a las pistas gracias a BMW, que lo apoyó siempre.



De ahí a los campeonatos paralímpicos en la modalidad de “handbike”, logrando dos medallas de Oro Olímpicas en Londres y oro y plata en Río 2016.
A Zanardi lo conocí por la F1, obviamente, y no recuerdo lo siguiera, a diferencia, por ejemplo, de Fisichella, pero cuando fue a la CART, era mi favorito, por eso de ser europeo y venir de la F1. De ahí sus mejores recuerdos, sus dos entorchados así como -y sobretodo- sus grandes carreras con remontadas épicas. Si bien su mayor remontada de parrilla a victoria fue del undécimo lugar, tengo el recuerdo de una remontada luego de un problema desde el último puesto. Lástima no sepa de una página de Indycart estilo “Stats F1” para poder corroborarlo. Eso y sus celebraciones con trompos.
Cuando regresó a la F1 fui un fan suyo más y recuerdo especialmente el GP de Italia donde calificó 4º, su mejor calificación de siempre y acabó 7º luego de rodar tercero mucho tiempo para ir cediendo posiciones poco a poco al ir perdiendo ritmo pero, eso sí, poniendo resistencia, salvo con los Ferrari, sobre todo con el de Salo, al que si bien no dejó pasar, tampoco se lo complicó mucho. Y es que Alex nunca ocultó su deseo de que Irvine fuera campeón ese año ante Hakkinen porque, como buen italiano, es Ferrarista. Bueno, esto último nunca lo dijo, pero por sus declaraciones, lo imagino.
De su etapa en el mundial de turismos era un rival con su BMW de mis queridos Alfa y, cuando les disputaba alguna victoria, no le di tregua, como a cualquier rival, y es que yo soy así.
Alex y yo somos coleccionistas de miniaturas de coches, lo cual es un detalle de él que me gusta y que demuestra es un apasionado de las carreras y de los coches, no un “simple” piloto, como muchos parecen ser hoy día.



Hay vida fuera de las pistas. Alex se convirtió en campeón paralímpico.



Respecto a Laustiz, lamenté mucho su accidente, y recuerdo leer en Unquera, cuando trabajaba en la autopista de San Vicente de la Barquera, en un bar, que al despertar del coma estaba muy desanimado. ¡Como para no estarlo!
Volvió a la vida de nuevo para triunfar en los deportes paralímpicos y hace unos días, de nuevo, el destino se ha vuelto a cebar en él al sufrir un gravísimo accidente en una exhibición de handbike para celebrar el desconfinamiento. Chocó contra un camión. Me gustaría saber que hacía un camión -y cualquier otro vehículo- por ahí, porque no me cuadra no se celebrase con la carretera cortada. Ojo, que no estoy culpando al conductor del camión, ni a nadie, sólo que es algo que me extraña mucho, porque yo imaginaba que este tipo de eventos no se hacen a carretera abierta.
Desde mi modesto blog, mis mejores deseos para Alex, familia y amigos.