martes, 31 de mayo de 2016

GP de Mónaco 2016

Atraco en el casino





Daniel Ricciardo lo tenía todo para ganar en Mónaco, el coche, el ritmo y la pole. Pero una desafortunada parada, y sobre todo, la displicencia de los comisarios -que no sancionaron a Hamilton por saltarse una chicane- le privaron de un merecido triunfo. En el podio de Mónaco -más bien un bordillo- Ricciardo perdió hasta su sonrisa.








Se llegaba a Mónaco tras el accidentado GP de España, en el que los Mercedes se tocaron, con el recuerdo -de Hamilton- de cómo perdió la carrera el año anterior, y con los ánimos renovados en Red Bull tras el brillante -y afortunado- triunfo de Verstappen en la carrera anterior, que lo convirtió en el ganador más joven de la historia.
Red Bull, más bien su motor Renault aunque se lo llame TAG-Heuer, llegaron con novedades. Curioso que se llame al motor TAG-Heuer Renault, y que eso no suceda, por ejemplo, con Mercedes, que es Illmor. En realidad Illmor fue comprada por Mercedes, pero para el caso es lo mismo. Las marcas poderosas y famosas son las que se recuerdan cuando conviene, como en el caso del motor TAG que fabricaba Porsche en los 80 para Mclaren, que es lo que hace exactamente Illmor para Mercedes.
La familia del malogrado Jules Bianchi anunció acciones legales para esclarecer las causas del accidente del bravo piloto francés, que tal vez hoy podría estar en Ferrari. Al margen de que todo piloto sabe a lo que se expone, y que estoy en contra a buscar culpables en los accidentes de las carreras -lo mismo que nadie culpa a Clark de la muerte de Von Trips y quince espectadores en Monza 1961- creo que una de las causas del accidente, y no me cansaré de repetirlo, es la estúpida norma del parque cerrado que impide reglar los monoplazas correctamente en caso de cambio de las condiciones climáticas. Me llama poderosamente la atención que ningún piloto haya dicho nada al respecto. Y eso es algo que aumentaría enormemente la seguridad con coste cero. Otra cosa a revisar sería la limitación de las ruedas de agua, innecesaria a todas luces.
Por fin Pirelli trajo sus ultrablandos a escena, algo que ya debería haber hecho en Rusia.
Los libres tuvieron su racha de toques, de los cuales nadie estaba libre. Vettel impactó dos veces el jueves.
Ricciardo se mostró veloz desde el principio y muchos lo tenían en cuanta de cara a la pole. Y no se equivocaron.
En los libres 3 resurgió Ferrari, al menos el de Vettel, y Verstappen comenzó su “glorioso” fin de semana impactando contra las protecciones y perdiéndose casi toda la sesión.
La Q1 empezó con bandera roja al explotar el V6 Ferrari del Sauber de Nasr, que inexplicablemente no utilizó la escapatoria a la salida del túnel y se quedó parado a mitad de la pista.
La segunda bandera roja la causó el accidente -el segundo- de Verstappen, en un accidente similar al de Raikkönen en 2007 a la salida de la piscina.



Nasr reventó su primer V6 Ferrari del año.



De modo que a Nasr y Verstappen se les unirían: Ericsson, Palmer, Haryanto y Wehrlein. Por vez primera Haryanto superaba en calificación a su compañero. Y en Mónaco nada menos.
En la Q2 se quedaron: Bottas, Gutiérrez, Button, Massa, Grosjean y Magnussen. Los Williams no iban bien en Mónaco, como era de esperar y los Mclaren no fueron tan bien como esperaban, pero al menos uno de ellos pasó el corte. Ricciardo, como Rosberg en China, fue de “sobrao” y pasó el corte con los superblandos, lo cual le favorecía tácticamente de cara a la carrera, ya que sus rivales partirían con los ultrablandos.
En la ronda final Ricciardo no dio opción con una primera gran vuelta, muy a su estilo como viene haciendo desde China, logrando bajar más que nadie a la hora de la verdad. Rosberg no pudo pese a intentarlo y Hamilton, con problemas al principio, salió mediada la sesión y cuando parecía que iba a ser décimo, se destapó con una gran vuelta final en la que iba en pole hasta el último sector, en el que perdió medio segundo y quedó tercero.
Los Ferrari decepcionaron de nuevo y Vettel fue más lento que en Q2, siendo cuarto, aunque dudo que hubiera podido mejorar posición. Pero que menos que un 1,14” bajo. Quinto fue un gran Hulkenberg, que precedía a: Raikkönen, Sainz, Pérez, Kvyat y Alonso.
Raikkönen, sancionado con cinco puestos por cambiar la caja de cambios, partiría undécimo.
Con 1,13”622 Ricciardo se hizo con la pole, pero un año más, el récord absoluto en Q2 de Raikkönen en 2006 con 1,13”532 y el de la pole de Vettel en 2011 con 1,13”556 se mantuvieron a salvo, y eso a pesar de la evolución de los monoplazas y de los ultrablandos de Pirelli. Si la lluvia no lo impide, el récord caerá el año que viene con facilidad, aunque el récord en carrera de Schumacher en 2004 de 1,14”439 seguramente permanecerá.
Por cierto, primera pole de Ricciardo en su carrera deportiva.
Algunos, como Alonso, preferían un GP lluvioso, como así fue, al menos en principio.
La salida, neutralizada tras el coche de seguridad, fue la antítesis de la emoción y que digan misa, me parece lamentable. Es absurdo. O se corre o no se corre, pero eso de salir tras el coche de seguridad es estúpido. Puedo aceptar, a desgana, este tipo de salidas, pero a cambio de que el coche de seguridad se retire en la primera vuelta.
Pero noooo, estuvo incordiando hasta la vuelta ocho. Ya libres del mal, Ricciardo puso pies -ruedas más bien- en polvorosa, ayudado por un Rosberg con problemas de frenos que no tenía ritmo.
A todo esto Kvyat había retrocedido al último lugar por problemas, su mala suerte parece no tener fin.
Palmer perdió el control en la recta de meta y salio brevemente, el coche se seguridad virtual en la vuelta 10.



Extraño el accidente de Palmer, un trallazo a mitad de recta arruinó su carrera casi sin haberla empezado.



Raikkönen, que da una de cal y otra de arena, no estaba nada cómodo, y tras ser rebasado por Gutiérrez, perdió el control en Loews y abandonó. Sin duda esa actuación no le va a ayudar de cara a una posible renovación.
La pista se iba secando, y varios pilotos pusieron intermedios, aunque la diferencia por vuelta no era significativa todavía.
Vettel puso intermedios en la vuelta doce, al estar bloqueado por la falta de ritmo de Rosberg. Y era una buena táctica, pero se topó con Massa y al no poderlo pasar, perdió casi toda opción, llegando a estar a más de 50” del líder.
Verstappen inició una magnífica remontada con brillantes adelantamientos -como el año pasado- que acabó de la misma manera, contra las vallas, en su strike 3 del fin de semana. ¿Que se hubiera dicho del tulipán-besugo en caso de haber debutado aquí con el Red Bull y no en Barcelona? No hubieran sido muy benevolentes. En cualquier caso, no descubro nada si digo que a todos nos sorprendería negativamente no sólo que Verstappen no ganase muchas carreras más, sino que no fuese campeón del mundo. Es un talento el chaval. Una pena que sea un niñato. Ojalá cambie, a mejor claro.
En la vuelta número quince, un Rosberg con problemas se dejó pasar por Hamilton. Todo un detalle, pero tal vez se acuerde de ello a final de temporada en caso de un final apretado contra el inglés.
Hamilton, libre de obstáculos, se convirtió en el piloto más veloz en pista, aunque por poco, apenas le recortaba tiempo a Ricciardo.
En la vuelta veintiuno Kvyat se chocó con Magnussen en la Rascasse, teniendo que abandonar el ruso y enviando a Magnussen al último lugar.
Entre esa vuelta y la veintidós pararon casi todos a poner intermedios. Sainz tuvo una parada muy lenta “Toro Rosso style” a la que luego se sumó otra, que lo apartó de un más que posible podio. A los que les salió todo bien fue a Pérez y a Alonso. A Vettel regular.
Ricciardo con intermedios, no tardó en pegarse a Hamilton, que se mantenía con las ruedas de agua, pero no podía pasarlo. Hamilton decidió mantenerse con ruedas de agua para ahorrarse una parada y poder luchar por la victoria. Y acertó.
Hamilton paró en la vuelta treinta y uno y puso ultrablandos y, acto seguido paro Ricciardo que puso superblandos. Pero su parada se alargó 10” más porque no tenían listas las ruedas, y eso que fueron ellos los que llamaron a Ricciardo a boxes. Puso superblandos.
Así todo salió a apenas 4” de Hamilton, que iba lentísimo. Tan lento que -una vez todos hubieron hecho sus paradas- Pérez y Vettel, que estaban a más de 30”, en apenas unas vueltas redujeron la ventaja a poco más de 10”, y eso que llevaban blandos.
Nuevo coche de seguridad virtual entre las vueltas treinta y cinco y treinta y seis por el accidente de Verstappen antes mencionado.



Momento clave del GP, Hamilton se salta la chicane para evitar ser superado por Ricciardo.



Acto seguido es cuando llega el momento crucial de la carrera. Hamilton, que todavía no había cogido ritmo -vete a saber por qué- está a punto de ser superado por Ricciardo a la salida del túnel. Aguanta como puede pero se salta la chicane... ¡y no pasa nada!
No cede la posición, y tampoco lo obligarán a hacerlo. Poco después recupera el ritmo y finito la storia, que dirían los italianos, ya que tanto él como Ricciardo iban a aguantar sin cambiar las gomas, que era la pequeña esperanza que tenían Pérez y Vettel para poder luchar por el triunfo.
La cosa andaba así en la vuelta cuarenta: Hamilton y Ricciardo, a 10” Pérez y Vettel, y mucho más atrás y perdiendo tiempo por doquier: Alonso, Rosberg, Hulkenberg, Sainz, Button, Massa, Gutiérrez etc...
El toque, en la vuelta cincuenta y uno, entre los Sauber, provocó otro coche de seguridad virtual, cosa que no supuso cambio alguno en carrera.
Hamilton, Pérez y Vettel se turnaron la vuelta rápida, que a poco del final se adjudicó definitivamente el inglés,
Vettel, por su parte, estuvo a punto de correr la misma suerte que Verstappen, pero lo pudo salvar.
En la vuelta sesenta, Rosberg consiguió pasar a Alonso, saltándose la chicane exactamente igual que Hamilton, pero curiosamente, devolvió la posición al instante. Debió de esperar a ver que decían los comisarios, lo mismo le perdonaban, como a su compañero.
No hubo más cambios hasta la última vuelta, en la que empezó a lloviznar. Bueno, en realidad empezó a lloviznar para Alonso, Rosberg y Hulkenberg, ya que el resto, al estar o muy por delante (Hamilton, Ricciardo, Pérez y Vettel) o doblados, el resto, se libraron de esa agónica vuelta en la que en la misma línea de meta Hulkenberg superó a Rosberg. También pudo Bottas con Gutiérrez una vuelta antes.



Checo Pérez estuvo brillante de nuevo. Un piloto que merece una victoria ya. 



La clasificación final fue: Hamilton, Ricciardo, Pérez, Vettel, Alonso, Hulkenberg, Rosberg, Sainz, Button, Massa, Bottas, Gutiérrez, Wehrlein, Grosjean y Haryanto a cuatro vueltas. Bottas, con 10” de penalización por causar una colisión, cedió su plaza a Gutiérrez.
En el podio, el bordillo monegasco, ya que en realidad no hay podio, Ricciardo tenía la misma alegría que Hamilton el año pasado, ya que con toda razón, se sentía ultrajado. Y doblemente, por el equipo, y por los comisarios.
Mercedes perdió fuerza en esta carrera, pero es de suponer que vuelvan a ser intratables en Canadá. Red Bull deberá confirmar sus progresos, los suyos y los de su motor, en tanto que Ferrari, que parece muy inconstante, tendrá que buscar soluciones, sobre todo en calificación, para intentar acosar a Mercedes por un lado, y no ser superado por Red Bull por otro.
Mclaren, que esperaba mucho aquí, no estuvo muy brillante, y las excusas del motor se le empiezan a acabar. Eso de que tienen un gran chasis está por ver. Sí en Canadá, circuito de motor, entran en Q3 o la rozan, no podrán culpar a Honda solamente. Tendrán que mirarse el ombligo.
Lo veremos en quince días.


miércoles, 18 de mayo de 2016

GP de Montecarlo 1982

Ruleta





Nada mejor que el gran premio de Mónaco, célebre por su casino, para una carrera así, la de final más incierto no sólo de la historia de la F1, sino de toda la historia del mundo del motor, en dos y cuatro ruedas, me atrevo a decir.
En 1982 en el principado de Mónaco, llamado por algunos con mala leche, el casino de Mónaco -y su príncipe el croupier- dio lugar a una carrera fantástica.
TVE tuvo a bien retransmitir el final en directo y teniendo en cuenta la lotería que suponía en aquellos años una retransmisión de un GP, no está mal. Y así pude ver en directo tan apoteósico final.
Lo primero que hizo el comentarista fue ponernos al día de la carrera, que ya en su fase final estaba muy desperdigada. Se debe recordar que por aquellos años, el inicio y final de un GP muchas veces no tenía nada que ver, ya que estábamos en una era dorada única en la F1, y esta era más abierta que nunca.
De modo que el líder era Alain Prost con el Renault turbo, seguido de Ricardo Patrese con el Brabham-Cosworth, Didier Pironi con el Ferrari turbo -entonces me parecía inconcebible un Ferrari más allá de la tercera posición- etc...
No recuerdo quien iba por detrás de Didier, el cual tenía el morro tocado por un incidente, pero carecía de importancia. Para mí sólo contaba que Didier ganase, no contaba con nadie que lo pudiese superar. Y para lograr la victoria, hacía falta el abandono de los dos primeros, cosa que deseaba fervientemente.



Patrese, el futuro vencedor, pasa "por debajo" del Renault de Arnoux, poleman y sólido líder hasta ese momento.



Y mi sorpresa –y gran alegría- se produjo cuando a falta de tres vueltas Prost se fue contra los raíles en la zona de la chicane del puerto y luego, a falta de dos giros, Patrese realizó un trompo en Loews calándo el motor. Eso dejó a mi querido Ferrari de Didier Pironi en primera plaza, y así cruzó por meta en la última vuelta. Pero el Ferrari inició el último giro muy lento. Conservando pensaba yo. Más bien deseaba que fuera eso, porque no lo parecía. Y efectivamente, no conservaba. Debido a un problema eléctrico se le paró el motor y en punto muerto hizo toda la bajada desde el casino hasta quedarse parado dentro del túnel.
Luego recuerdo como sacaban al Brabham de Patrese de la situación peligrosa en la que se encontraba, poniéndose en marcha de nuevo camino de la victoria, su primera victoria.
Pero no fue sólo eso lo que pasó, no señor.
Me enteré de lo sucedido muchos años después, gracias a que mi tía Carmén, conocida simplemente como: “la tía” y que en realidad era mi tía bisabuela, me hizo la colección: “La enciclopedia del auto”, de planeta agostini. Y ahí me enteré de todo lo sucedido.
Todo lo relatado es cierto hasta que Pironi se quedó parado en el túnel, precisando que las salidas de pista de Prost y Patrese se debieron a lo delicado de la pista, ya que una muy tenue bruma, sin llegar a ser una llovizna, la tornó resbaladiza.



¿El turno de De Cesaris y Alfa? No, por apurar demasiado con la gasolina.




A partir de ahí, antes de que Patrese reanudara la marcha, sucedió lo siguiente: el cuarto clasificado, Andrea De Cesaris, con el Alfa Romeo V12, se quedaba parado sin gasolina en el casino justo al tiempo que Pironi se quedaba en el túnel, no pudiendo heredar el liderato -y ganar la carrera- dejando eso en manos de Derek Daly y su Williams Cosworth, que acababa de desdoblarse de Pironi y al que le faltaban -de varios toques- el alerón trasero y un “bigote” del delantero. Pero antes de entrar él en la última vuelta se quedaba tirado en la Rascasse sin aceite en el cambio, al haberse rajado la carcasa en uno de sus toques.
Eso habría dejado la victoria -con doblete- para los Lotus de Nigel Mansell y Elio De Angelis, que iban con dos vueltas perdidas. Pero entonces Patrese volvió a nacer.
El gran margen -más de dos vueltas- fue lo que permitió a Patrese ganar la carrera, toda vez que al ser empujado por los comisarios, embragó y su maravilloso Cosworth DFV cobró vida de nuevo arrancando muy por delante de los Lotus. Tan por delante iba, que al acabar la carrera, sin enterarse del todo si había ganado, su enorme ventaja permitió que Pironi y De Cesaris acabasen en el podio en la misma vuelta pese a no pasar por meta. Los Lotus fueron cuarto y quinto y Daly cogió el último punto.
No me negarán que este es el final de carrera más lleno de incertidumbre de todos, con los cinco primeros clasificados yéndose al garete en apenas tres vueltas. Aunque al final Patrese lo arregló.
Es cierto que ha habido carreras con más emoción en el sentido de una llegada mucho más ajustada (Jerez 1986), y también con carambolas de cara al título (Brasil 2008), o con varios descalificados que dieron finalmente la victoria a un tercero (Brasil 1982), incluso a un cuarto, por poner sólo unos ejemplos. Pero se mire por donde se mire, ninguna tuvo la incertidumbre final de esta. Y lo añado al resto de categorías del motor.

Lo dicho, una ruleta en la que salió ganador el 2 negro.



domingo, 15 de mayo de 2016

GP de España 2016

Mala estrella, buena estrella


El accidente entre los Mercedes, que acabó con ellos fuera de pista, propició una emocionante carrera en la que se impuso el joven holandés Max Verstappen. Y es que al amigo Max, todo parece salirle a pedir de boca ultimamente. Como si los astros girasen a su alrededor. Sin duda ha nacido con estrella.






El GP de España se disputa en el trazado de Montmelo en Barcelona desde 1991. Desconozco si a los retrasados nacionalistas les molesta esto o no. Y no me importa.
Me encanta que haya un GP en España, lo malo es que el trazado, una sucesión de curvas rápidas, es perfecto para la puesta a punto de chasis, y sobretodo, de la aerodinámica de los monoplazas, pero a cambio, tenemos el circuito permanente más aburrido de todos y en el que es más difícil adelantar. El hecho de que últimamente haya adelantamientos se debe a la degradación de los neumáticos Pirelli, más que a cualquier otra cosa. Por tanto, sin eso, la emoción de la F1 en esta pista es casi nula.
En los mentideros se dice, que el coche que va bien aquí -por eso de la aerodinámica- va bien en todos los sitios, y que es un gran monoplaza. ¡Falso!
Alguien lo dijo una vez y ya se ha enquistado como verdad absoluta. No hay más que ver los resultados para desmentirlo. El ejemplo más claro es el de 2013, con Alonso y su Ferrari logrando el triunfo, para que luego, Red Bull, que las pasó estrechas, arrasase.
La novedad principal de este año fue el cambio de cromos entre Red Bull y Toro Rosso, plantando en Red Bull al mimadín de Verstappen y bajando al ruso Kvyat a Toro Rosso.



Pese a lo feliz del momento, Verstappen estaba de lo "max" borde en la conferencia de prensa.



Nada nuevo bajo el sol. No es la primera vez que equipos intercambian a sus pilotos. En 1991 Benetton y Jordan lo hicieron, al irse un tal Michael Schumacher de Jordan, al equipo de los jerséis.
Y de Red Bull que decir, al ser dueño de las dos escuadras, más fácil lo tiene. Más aún cuando, al tener un programa de jóvenes pilotos, hacen con estos lo que le parece oportuno. No es la primera vez que, sin venir a cuento, acaban con la carrera de sus pilotos de forma totalmente arbitraria. El caso más sangrante fue en 2012, cuando de buenas a primeras largaron a Sebastian Buemi y a Jaime Alguersari sin darles tiempo a buscar otro asiento. Y eso que lo habían hecho bien.
Daniil Kvyat se enteró de la noticia -que oportuno- mientras veía Juego de Tronos...
Max Verstappen, el nuevo niño mimado de Red Bull, antes lo era Vettel, está respondiendo a las expectativas, aunque lo mismo que ahora le consienten sus estupideces, al igual que su padre, a nada que la cosa se tuerza, se le puede volver en su contra. No me molestaría tanto si al menos, Red Bull dijera la verdad. Pero no lo hacen, cuando es evidente que siempre se han mostrado partidarios de Verstappen. Que lo digan y quedarían mejor. Hablan de igualdad y eso, pero con Verstappen, como con Vettel antes, no es así. Tienen trato de favor. El caso es que en velocidad pura Sainz y él han estado a la par, pero el oficio en carrera del holandés ha sido mejor. Y además, ha tenido algo más de suerte.
El GP en sí comenzó con los buenos tiempos de los Ferrari en los libres, que hacía presagiar lucha, y que tal vez, Marchione no se había aventurado tanto al vaticinar una victoria.
Pero a la hora de la verdad, los Ferrari, que deberían haber rodado en 1,22”, no lo hicieron, dejando a apenas tres décimas al Toro Rosso de Sainz. Lamentable. Poco más y les supera el cubo de basura-Honda, o Mclaren-cubo de basura, o cubo de basura-cubo de basura, porque, no lo olvidemos, por mucho que quieran vender lo bueno que es el chasis Mclaren, la realidad es que no lo es tanto. Y que en 2013-14 no lograron victorias. Y entonces no tenían la excusa de Honda...
En la Q1 se quedaron los que a día de hoy son los peores equipos, los Sauber y los Manor, a los que se les unió el Renault de Joylon Palmer y el Williams de Felipe Massa. Un Massa que no anduvo nada fino, al igual que su equipo, ya que lo sacaron tarde y no pudo hacer su segundo intento. Y perdió su oportunidad de salvarse.
En la Q2 Hamilton marcó territorio con un tiempazo, 1,22”159, dejando a 6 décimas a Rosberg, y al resto a más de 1”, destacando, para bien Verstappen, y para mal, los Ferrari, incapaces de mejorar los tiempos de los libres.



Alonso metió al Mclaren en Q3 por primera vez en más de un año. Que mal coche para tan gran piloto.



En el pelotón la igualdad está servida, y por poco cayeron: Hulkenberg, Button, Kvyat, Grosjean, Magnussen y Gutiérrez. Sainz y Alonso lograron pasar el corte. Era la primera vez que el McHonda lo hacía. Buena progresión, pero lo cierto es que eso debería haber sido una constante ya en 2015...
La ronda final tuvo algo de emoción porque Hamilton, al fallar en su primer intento, permitió a Rosberg liderar la tabla. De hecho, hasta Verstappen estaba en primera fila. Pero a la segunda puso a todos en su sitio, ya que al menos en calificación, nadie podía toserle, y con 1,22”000 no dio opción. Rosberg fue un cómodo segundo y Ricciardo superó con claridad a un Verstappem que, hasta ese momento, había sido el más veloz. Nada en contra de Max, que lo hizo la mar de bien, pero lo cierto es que Ricciardo estuvo superior, como en China.
Con los Red Bull 3 y 4, llegamos a Ferrari, con Kimi por delante de Seb, en una tristísima, decepcionante y paupérrima tercera fila.
Bottas, Sainz, Pérez y Alonso completaban los diez primeros. No es la mejor calificación de Mclaren Honda, ya que en EEUU 2015 Alonso partía 9º pero, al margen de la lluvia, Alonso sumó dos puestos por las penalizaciones de los Ferrari. Aquí su posición fue “real”, lo dicho, primera vez en Q3.
De cara a la carrera, todo parecía indicar un dominio abrumador de Mercedes, y más que esperar una remontada al podio de Ferrari, se podía esperar una gran carrera de Ricciardo, un experto en conservar neumáticos. Algo de suma importancia en Barcelona.



Hamilton dominó con autoridad en los entrenamiemtos, pero no iría muy lejos en carrera.



Antes de la salida sucedió algo que sólo puede ocurrir en España, y es que somos tontos del culo.
Juntas las banderas española y catalana, e himnos nacional y regional.
Vamos a ver: ¡¡¡¡¡¿que cojones pintan la bandera e himnos catalanes en el GP de España?!!!!! No pintan nada. Mierda de España que cede una y otra vez ante los independentistas, sean quienes sean, nacionalistas que nos odian, para ver si se calman. ¡Que no, coño, que no! Ni agua, cuanto más les das, más quieren. ¿Se imaginan esto en otro país? No, ¿verdad?
Que asco. GP de España, bandera nacional e himno español. Punto. No veo yo que saquen banderas e himnos de otras regiones -o estados- los otros GGPP. Por algo será. Porque hay un estado que tiene sentido de tal. No como aquí.
Vamos a la carrera: tras la salida hubo mucho lio después de la primera chicane y la curva tres, con pilotos que habían ganado posición, perdiéndola y viceversa. Mercedes -que hubiera ganado de calle- dijo adiós a la carrera en la curva cuatro al chocarse sus coches en lo que fue -a mi modo de ver- un lance desafortunado de carrera. Tal vez un pelo más culpa de Rosberg, pero así todo, nada del otro mundo... salvo por como acabó.



Strike de Hamilton a Rosberg. La única manera, hoy por hoy, de que no ganen.



Eso provocó la salida del coches de seguridad y, de paso, abrió la carrera. Y esta fue, contra todo pronóstico, emocionante.
El Mercedes de seguridad se largó en la vuelta cuatro, relanzando la carrera en este orden: Ricciardo, Verstappen, Sainz, Vettel, Raikkönen, Bottas, Pérez, Button, Alonso, Grosjean, etc...
Salida excelente de Sainz, que se colocó tercero, en tanto que Alonso falló, y cayo a noveno tras Button. Su carrera acabó ahí. Tenía algo más de ritmo, pero no pudo pasar a Jenson.
Sainz fue retrocediendo al lugar que le correspondía, al sexto, más no se le podía pedir, mientras que Bottas, quinto, hacía lo propio. Ni el Toro Rosso ni el Williams estaban para más. Teniendo en cuenta lo igualada que está la cosa por medio, no es para menos. Esta vez Mclaren no supo -o no pudo- sacar partido de los abandonos en un circuito que, según ellos, les favorecía y al que trajeron muchas novedades. No estuvieron muy brillantes.
En cabeza los dos Red Bull lideraban seguidos de los dos Ferrari. La lucha estaba servida porque los Ferrari recuperaron el terreno perdido y se formó un duelo a cuatro. Raikkönen parecía ser el más descolgado, y tal vez por eso la Scuderia, de nuevo falló estrepitosamente en la estrategia. Ferrari era un pelín más veloz, pero ni de coña podían adelantar a los toretes.
Vettel consiguió pasar en boxes a Verstappen al realizar su segunda parada, e hizo una tercera y última parada muy pronto para superar a Ricciardo, en la vuelta treinta y siete de sesenta y seis. Este no entró al trapo, entre otras cosas porque al no poder mantener posición, mantuvo su táctica inicial.
Desconozco si Ricciardo cambió a tres o fue Max quien lo hizo a dos, pero el caso es que así fue. Y Kimi calcó la táctica de Max. Sólo que en peor, ya que al parar después, perdió un tiempo precioso. Lo suyo hubiera sido parar una vuelta antes. Pero parece que en la Scuderia no se enteran. O se enteran a medias, ya que al menos con Vettel lo intentaron, pero de Kimi se olvidaron. Una pena, porque Kimi tenía más ritmo que Verstappen. Más ritmo, sí, pero no como para adelantarlo, y Max estuvo sensacional y no falló. Si el Ferrari no fuera tan mal en el último sector tal vez Kimi hubiera ganado. Pero los “y sí” no cuentan, y Ferrari no hizo méritos para ganar. Fallaron en calificación, fallaron en la salida y fallaron en la táctica. Una pena, porque oportunidades así no se presentan habitualmente.



Con apenas 18 años Verstappen desplaza a Vettel como ganador más joven de la F1.



A menos que te llames Max Verstappen, que parece haber nacido con estrella. Todo le salió bien y estuvo perfecto en todo momento, convirtiéndose en el piloto más joven en ganar un GP a sus 18 años. Y el primer holandés también.
La carrera tuvo el doble duelo entre Max y Kimi por la victoria y entre Seb y Ricciardo por el podio. Y acabó sin movimiento alguno. Aunque no porque Ricciardo no lo intentase. Sólo que no le salió. Al final pinchó en la última vuelta, pero era tal su ventaja que no perdió posición pese a detenerse a cambiar la rueda y correr parte del circuito en tres ruedas.
La carrera finalizó así: Vestappen, Raikkönen, Vettel, Ricciardo, Bottas, Sainz, Pérez, Massa, Button, kvyat, etc...
Los abandonos de Grosjean, Alonso y Hulkenberg, amén de los de los dos Mercedes, pasaron desapercibidos totalmente para el público -el de Alonso no, claro-, que disfrutó de una gran batalla en un GP épico en el que Verstappen fue el Rey.
Lo que depare o no el futuro a Max se vera, pero al margen de lo bueno que es, está teniendo una chorra de campeonato, y tarde o temprano se le acabará. Lo que ha hecho, viendo como está el patio, es genial sin serlo. Me explico. Ha estado soberbio pero tanto Kvyat (que superó en anteriores ocasiones a Ricciardo) como Sainz (lo mismo con Verstappen) hubieran podido hacer exactamente lo mismo. Max estuvo muy bien y eso. Pero no machacó y, de no haber estado los Ferrari por medio, seguramente no hubiera podido con su compañero, que optó, o tuvo que optar, por otra táctica.
Por otra parte, veremos de que humor llegan en Mercedes a Mónaco, con el siempre elegante y diplomático Toto Wolff capeando el temporal, a diferencia de Lauda, muy bocazas, en su línea. Como disculpa decir que al menos no se calla, y eso es de agradecer. Prefiero oír memeces que lo politicamente correcto.
Ferrari sigue sin aprovechar las oportunidades, y yo ya doy por perdido cualquier título, pese a que sea muy pronto todavía. Ojalá me equivoque.
En cuanto a Mclaren, una carrera gris. Este año dudo que logren un podio. Veremos el que viene. Pobre Fernando, tanto talento desperdiciado.
Como detalle bonito la excelente sexta posición de Sainz celebrándolo con la bandera española.
Suerte a los dos para Mónaco.



domingo, 8 de mayo de 2016

Gilles Villeneuve

Piloto Ferrari

 


Villeneuve y el Ferrari nº 27, unidos por lazos mutuos, la leyenda los ha hecho inseparables e inmortales.


Hace casi 40 años debutaba en Fórmula 1 Gilles Villeneuve, haciéndose casi de facto con un hueco en el corazón de los aficionados, sobre todo de los Ferraristas.
Villeneuve debutó en F1 en el GP de Inglaterra de 1977 con un Mclaren del equipo, dirigido entonces, por Teddy Mayer, a instancias de James Hunt. Un Hunt que había corrido una carrera como piloto invitado en una fórmula menor, la fórmula Atlantic, algo que a día de hoy a ningún piloto de F1 se le ocurriría hacer. Y si se le ocurriera, no le dejarían. El caso es que Gilles impresionó tanto a Hunt, que este llamó a Teddy Mayer hablándole maravillas del canadiense.
Su debut no sería gran cosa en cuanto a resultados, pero algo había cuando el mismísimo mago de la velocidad, el Comendatore Enzo Ferrari, quedó prendado de él, fichándolo para sustituir, nada más y nada menos que al actual campeón del mundo en título, Niki Lauda, que dejaba la Scuderia y la F1.
Gilles era un talento arrollador que conectó, sobre todo, con el publico -y con Enzo- que lo adoraba. Su gran carisma, a diferencia de la de muchos otros, estaba justificada, y eso le permitió mantener su puesto en Ferrari pese a sus múltiples salidas de pista y abandonos. Cualquier otro en idéntica situación hubiera sido puesto de patitas en la calle. Gilles no.
Aunque tuvo un aviso antes de la carrera de Zolder de 1978 pidiéndole que se calmase.
Como anécdota, Gilles al principio no era muy bueno en las arrancadas, de modo que Ferrari, en plan auto escuela, lo plantó en Fiorano a practicar: “rompe todos los cambios que quieras, pero aprende a arrancar”, todo un detalle de Ferrari y al alcance de muy pocos equipos. Y habría que preguntarse, de entre ellos, cuantos estarían dispuestos a ese sacrificio.



Un Ferrari tocado -pero no hundido- y Gilles pilotándolo del único modo que sabía: a fondo.



El tiempo iba a dar la razón a Enzo y, aunque sus hazañas a veces se aumentaron, se disimularon sus fracasos y se le creyó -de eso hablaré luego- en el único gran error de su carrera, lo cierto es que era un gran piloto, lleno de arrojo y coraje, más interesado en ganar cada vuelta -como dijo Jody Scheckter – que en ganar la carrera. Gilles no cedía nunca, y siempre tiraba aun más cuando la lógica decía que no debía hacerlo. Esto le reportó triunfos inesperados, como el de Mónaco 1981, luchas épicas, la archiconocida de Dijon 1979 es la más recordada, y adelantamientos imposibles, como el de Zandvoort 1979 a Alan Jones por el exterior en la curva de Tarzán. Claro que ese estilo suyo también le causó muchos accidentes y abandonos innecesarios, como en Long Beach 1978 liderando, pero eso era lo de menos. Su estilo gustaba, sobre todo a los tifosi, y a partir de ahí, se convirtió no sólo en un icono, un mito, una leyenda, sino en el patrón por el que cortar a todo piloto que, en lo sucesivo, llegase a la Scuderia. Por eso Mansell era mucho más querido que Prost, a pesar de que 1990 era el francés el que llevaba la delantera. Pero Mansell tenía estilo Villeneuve, y eso contaba más que los resultados.
La foto que me hizo Ferrarista.
Gilles Villeneuve, pronunciado en español “Yils Vilenef”, era mí ídolo de cuando empecé a seguir la F1 allá por el lejano 1981. Pero no por su estilo ni nada parecido. Me hice Ferrarista tras unos inicios como seguidor de Lotus en los dos primeros GGPP que vi, Montecarlo y Jarama 1981, y luego de un breve -un par de días- de gustarme el Williams al verlo muy chulo con sus ruedas de lluvia, pasé a ser de Ferrari al ser el 126C el coche que más me gustaba. Y para siempre. De modo que no me hice Ferrarista por la fama de la Scuderia ni nada por el estilo. Casualidad de las casualidades, era el coche más bonito y punto. Pues con Gilles parecido, su nombre me sonaba genial, muy musical, su casco era -y es- el más bonito de todos los que ha habido en F1 y donde sea, y como yo por aquel entonces creía que el que portaba el número más bajo era el jefe de equipo, pues ya está. Nada racional, ni nada. Lo mismo podría haber sido igualmente fan de cualquier otro. De haberse consolidado mi opción inicial, me habría quedado con Lotus y De Angelis.
Para mí, al igual que para todos, supuso un duro golpe el fallecimiento del canadiense. Estaba en casa desayunando viendo un álbum de cromos de Figurini Panini de F1. Por casualidad estaba viendo la página de Ferrari con Villeneuve y Scheckter, cuando apareció mi padre y me dijo, señalando a Villeneuve: “este piloto se mató ayer”



Lo que estaba viendo justo cuando me enteré de su fallecimiento.



En ese momento no reaccioné, ya sabía que eso formaba parte de las carreras, pero al ver el espeluznante accidente en el telediario, me derrumbé. Corrí a esconderme debajo de la cama.
Estuve muchos días pidiendo a mi madre que el ídolo volviese, no podía ser que el mundo nos hubiese arrebatado a Villeneuve, el más rápido, el más audaz. Pero lo cierto es que el duende travieso nos había dejado para siempre.
Villeneuve se hizo un mito para mí, al igual que para otros tantos, si no lo era ya antes. Y como tantos otros, solo vi las cosas que me interesaban. Gilles era el mejor y punto. No llegué a caer en la trampa de Imola 82, pero casi.
Aunque ya escribí un artículo al respecto de esa carrera, no está de más unos comentarios. Jamás critiqué, ni odié, como lamentablemente hacen muchos, a Didier Pironi. Didier me gustaba mucho. Menos que Gilles claro, pero mucho. Y no podía culparlo. Cosas de las carreras, como dijo Enzo Ferrari al respecto. Curiosamente muchos otros sí lo hicieron, en lo que fue el único patinazo de Gilles Villeneuve a lo largo de su carrera en F1. Y es que Gilles no tenía razón y, aunque la hubiera tenido, no era para tanto. De cualquier manera, las críticas y enfado de Gilles, en todo caso, deberían haber ido contra Ferrari. Ya que fue Ferrari quien sacó el cartel con las órdenes. Órdenes que decían que era Didier el que tenía que ganar... otra cosa es que Gilles no estuviera de acuerdo (ver artículo San Marino 82)



Villeneuve y Pironi, triunfo y tragedia.



Me llama la atención la ambigüedad de muchos artículos de época que, aunque por lo menos no culpan a Didier, tampoco dicen lo obvio: a favor de quién eran las órdenes. La revista Grand Prix International sí lo hizo. Algo es algo.
Al hilo de esto, me llamó la atención un artículo del gran Javier del Arco, en la revista Solo Auto Actual en un artículo dedicado al número 27 en la F1, número que mitificó Villeneuve. Pues en ese artículo estaba la foto con el cartel en la que Ferrari decía que era Didier el que tenía que ganar, y sin embargo, el artículo comentaba la “traición” del francés. Le creí, o le medio creí, o le quise creer. Eso sí, sin coger manía a Pironi, a pesar de lo evidente que era su error (el del periodista). Y es que para mí, por entonces -era 1990- Villeneuve era el mejor, y no quería aceptar que pudiese ser derrotado.
Pero lo fue, y estaría bien que la gente lo acepte y deje descansar en paz a Pironi, otro piloto romántico de la F1, otro héroe de la velocidad y el riesgo, que nos dejó cinco años después en un accidente de Off-Shore, la F1 del mar. Antes tuvo un accidente parecido al de Gilles en F1, en Hockenheim, que le privó del título.
Pero no hablemos más de Pironi. Este es un artículo homenaje a Villeneuve, el gran héroe canadiense de la F1 y de Ferrari.






Villeneuve no era tan buen piloto como se decía, o como querían hacernos creer, o como nos gustaría que hubiera sido. Sin duda era muy bueno, único en su estilo y muy especial pero, ¿a la altura de Fangio, Clark o Nuvolari? No lo creo. Viendo su palmarés, y lo que hizo en relación a sus compañeros de equipo, sin duda era un grandísimo piloto, pero no tanto como se dice. Y la verdad es que no importa. A mi Gilles Villeneuve me encanta, me emociona ver sus carreras, sus arriesgados adelantamientos, su generosidad y tozudez al volante, empujando cuando nadie más lo haría y contra natura, como en Paul Ricard 1980, con el ineficaz 312T5 saliendo a la recta del Mistral con las cuatro ruedas en la escapatoria de tierra, arriesgándose a un pinchazo.
¿Y qué si no era el mejor? Para muchos lo era, y les importaba poco el resto. Eso es ser un verdadero campeón. Y Gilles lo era. Era un campeón de la gente, y como dije antes, a diferencia de otros, se merecía al 100% ese apoyo.
Nadie imagina a Gilles fuera de Ferrari. Es más, nadie lo quiere más que los Ferraristas. Claro que la historia podría haber sido muy distinta, ya que sus relaciones con la Scuderia y con Enzo, que lo adoraba, se habían deteriorado mucho tras los sucesos de Imola, y de no limar asperezas su futuro podría haber estado fuera de Maranello. Un inconcebible.
Algunos han hecho un: “¿y si Gilles no se hubiera matado en Zolder?” en los que su futuro era, como no podía ser de otra manera, de rojo. Y lograba el ansiado y merecido título.
Gilles es, seguramente, el campeón sin corona más querido dela F1, incluso más querido que la mayoría de los campeones.



Villeneuve pudo ser campeón en 1982, pero el destino tenía otros planes.



El 8 de Mayo de 1982 en Zolder nos dejó Gilles Villeneuve, que había salido a un último y desesperado intento de mejorar posición. Era octavo y su compañero Pironi sexto. Había agotado los dos juegos de ruedas de calificación y salió con una combinación de las que mejor estaban. Algunos se preguntan si hubiera hecho ese intento desesperado de no estar herido como lo estaba en su orgullo. Que más da. Lo que realmente importa fue lo que dijo Eddie Cheever tras el accidente: “en un caso semejante, creo que me hubiera puesto verde de miedo, pero estoy persuadido de que cuando Gilles sintió despegar su Ferrari, su último pensamiento fue de amargura, nada más que de amargura, porque constataba que había perdido la última oportunidad de conseguir un tiempo fantástico”.
El recuerdo de Gilles perdura, al igual que él, inmortal en el tiempo. Como legado suyo está su hijo Jacques, que logró ser campeón del mundo de fórmula 1, aunque no con un Ferrari, lo que hubiera redondeado la cosa.
Como anécdota, creo conveniente decir que cuando su “enemigo” Pironi se mató en 1987, su esposa esperaba gemelos, a los que llamó Didier y Gilles, en un bonito recuerdo de los que fueron compañeros y amigos. Seguro que en su reencuentro en el firmamento de las carreras, hicieron las paces.


lunes, 2 de mayo de 2016

GP de Rusia 2016

                                        Poker


En la tierra de los Zares, Rosberg no dejó nada al azar, ni a la Divina Providencia, que parece haberse encariñado con él, encadenando su cuarta victoria consecutiva de la temporada, séptima en total, destacándose todavía más, en cabeza del campeonato. Su campeonato.



La cuarta cita de la temporada fue el GP de Rusia disputado en Sochi. La pista está situada en el centro neurálgico de los JJOO de invierno de 2014, donde nuestro bicampeón del mundo del patinaje artístico sobre hielo, Javier Fernández, rozó la medalla.
Esta carrera iba a ser, al igual que en las dos ediciones anteriores, un gran premio aburrido. Y ni falta hace decir que nuestro bicampeón del mundo de F1 no iba siquiera a rozar el podio en condiciones normales.
La carrera fue aburrida por tres razones, las mismas de siempre aquí: la superioridad de Mercedes, el fallo de uno de los mismos impidiendo su lucha por la victoria, y por último, la timorata decisión de Pirelli, que llevó unos compuestos demasiado duros. Pudiendo -y debiendo- haber estrenado aquí su versión ultrablanda, que han dejado para mejor ocasión, Mónaco seguramente.
Se llegaba con las noticias de las nuevas reglas para 2017, apoyadas por Mclaren, justo al revés que Mercedes. Cada una de las dos escuadras mirando por sus intereses. Sea como sea, y aunque muchas cosas no me gustan, como el aumento de la durabilidad de los motores -de seguir así van a poder correr en Le Mans- y el aumento de peso, son buenas noticias si con ello los F1 ganan en rapidez. Hasta 5 segundos dicen. Ojalá.
Vettel tendría problemas en los libres, y a un fallo eléctrico se sumaba la sustitución de la caja de cambio, con su consiguiente penalización. Los Mercedes se mostraban como los más fuertes con los Ferrari a su estela. Los Mclaren evidenciaban una clara mejoría de forma, aunque a un estilo Ferrari de años atrás, es decir, desinflándose un poco a la hora de la verdad.






Como anécdota, Red Bull probó un pequeño parabrisas con vistas a un posible uso futuro. Aunque eso de cerrar los monoplazas, aunque sea parcialmente no me gusta, la idea de Red Bull es mucho más estética que la de Mercedes y Ferrari.
El la Q1 los Mercedes marcaron la pauta y fueron rapidísimos, con los Ferrari sin poder acosarles. Los neumáticos superblandos aguantaban de sobra y la vuelta buena se podía lograr a la segunda, e incluso a la tercera tentativa.
Los Renault de Magnussen y Palmer no pudieron pasar, los mismo que los Sauber y los Manor, intercalados entre ellos. Entre la mejora de Manor y el bajón por falta de recursos de Sauber, estos equipos son ahora mismo los que cierran la tabla. Y teniendo en cuenta los medios de que disponen, difícilmente saldrán de ahí a corto plazo.
En la Q2 Rosberg, con 1,35”337 marcó el mejor tiempo absoluto del fin de semana, y pasó el corte sin problemas, aventajando en más de 1”2 al Ferrari de Vettel y en 1”8 al Williams de Bottas. En una demostración de poderío de Mercedes aplastante.
Quienes no pudieron pasar el corte fueron: Sainz, Button, Hulkenberg, Alonso, Grosjean y Gutiérrez. Sainz fue estorbado en su vuelta buena, según él, por Kvyat, que de ese modo iniciaba su “epico” fin de semana. Los Mclaren, en clara progresión y frecuentemente entre los 10 primeros, a la hora de la verdad, se quedaron a verlas venir, pero por muy poco. Pronto les llegará su hora de pasar a Q3. Objetivo nada ambicioso la verdad, pero es que hay que ser realistas e ir paso a paso.
Sin empezar la ronda definitiva, ya había noticia -y pole de Rosberg salvo sorpresa- al quedarse en boxes Hamilton por su segundo problema de motor consecutivo. Rosberg no tenía más que luchar consigo mismo, y si no marcó la mejor vuelta absoluta -que no le hacía falta- fue porque falló en su vuelta final cuando iba camino de romper la barrera del 1,35”. Tras él, Vettel salvó los muebles no quedando demasiado retrasado, a siete décimas, pero de poco le iba a servir, ya que retrocedía al séptimo lugar por su sanción. Bottas estuvo espléndido y con su tercer tiempo -y la sanción de Vettel- se hacía con una primera línea que se le resiste a Ferrari este año pese a los problemas de uno de los Mercedes. Raikkönen fue cuarto, y por detrás de él quedaron: Massa, Ricciardo, Pérez, Kvyat y Verstappen. Cerraba la clasificación Hamilton, el cenizo, sin tiempo.



Vettel, el segundo más veloz, saldría séptimo. No pinta nada ahí.



Vettel se hizo la foto y acudió a la rueda de prensa como segundo más veloz. Lamentable. Lamentable porque si hubiera sido el más rápido su pole no habría contado por la sanción, no se la habrían añadido a su palmarés, como le pasó a Schumacher en Mónaco 2012. Pues si estás sancionado y no vale tu posición, es una idiotez ir a la rueda de prensa y demás. ¿Se imaginan ustedes a un piloto que cruza primero bajo la bandera a cuadros, pero que tiene una sanción de x segundos que lo hace caer al segundo lugar, subir al cajón en el lugar más alto? Pues esto es igual. Falta de seriedad y criterio de la FIA.
La carrera fue un peñazo, por los motivos antes mencionados, de modo que la única emoción vino en la salida. Y hubo demasiada, ¡que se lo digan a Vettel!
En la arrancada Rosberg mantuvo su posición, mientras Raikkönen aprovechó la segunda recta -la larga- para imponerse a Bottas, mientras por detrás, el lío. En la curva 2 Kvyat toca a Vettel, el cual, que remedio, toca a Ricciardo y este, roza a Pérez pinchándole una rueda. Más atrás Gutiérrez desencadena otra colisión, viéndose involucrados también Ericsson, Haryanto y Hulkenberg. El primero paraba en boxes y los otros dos abandonaban.
Bonita manera de celebrar su centésima participación Pérez y Hulkenberg, el primero perdiendo toda opción tras unos magníficos entrenamientos, y el segundo aparcando al borde de la pista tras los primeros metros.
Algunos pilotos, entre ellos Hamilton, deciden cortar la curva para evitar el accidente, ganando tiempo. Es lo que pasa con diseños así. De haber grava o un una barrera, como en Mónaco, se habrían esperado. Pero la culpa no es de ellos, que obraron con lógica, sino de quien diseña estas pistas por un lado, y de quien regula la competición por otro.
Pero ahí no terminó la cosa, ya que Kvyat todavía no había acabado con Vettel. Y fue en la entrada de la curva 3 cuando lo hizo, al empotrarse contra el Ferrari y mandarlo a las protecciones, para “alegría” del alemán y de los tifosi. Cierto es que Vettel levantó un poco el pie, pero no hay duda de quién fue el culpable. Kvyat estuvo impecable en China, pero en su casa no paró de armarla. Fue sancionado -a lo que hay que añadir su parada en boxes para reparar los ddesperfectos- al igual que Gutiérrez, pero el mal ya estaba hecho.
Logicamente, salió el coche de seguridad, marca Mercedes, que antaño era una de las pocas veces en las que se podía ver un coche de la estrella en cabeza, a diferencia de ahora, que no la abandonan. Como el desodorante.



Primer "cariño" de Kvyat con Vettel. Al segundo, adiós Ferrari.



Al inicio de la vuelta 4 se retiró el cacharrillo ese de la estrella, y Rosberg se mantuvo a salvo de cualquier eventual ataque, no así Raikkönen -un poco dormido- ni Massa, superados por Bottas y Hamilton respectivamente.
Sainz, que había arrancado la mar de bien, por un problema de motor cayó hasta el puesto once, mientras que Alonso burló magistralmente los accidentes para colocarse séptimo.
La clasificación tras el relance era: Rosberg, Bottas, Raikkönen, Hamilton, Massa, Verstappen, Alonso, Grosjean, Magnussen, Palmer, etc...
En la vuelta 7 Hamilton se desizo de Raikkönen pasando al tercer lugar. Y poco más, ya que la elección ultraconservadora de Pirelli, dio lugar a una carrera monoparada, salvo excepciones.
Y salvo alguna que otra remontadilla, como la de Button, y luchas puntuales, como a mitad de carrera entre Ricciardo, Magnussen y Sainz, a los que luego se unieron Pérez y Button, poco más hubo que contar.
Rosberg no dio opción, alargando su ventaja hasta 15” antes de detenerse.
Poco antes lo habían hecho sus perseguidores por este orden: Bottas, Hamilton y Raikkönen.
Hamilton pasó a Bottas en pista tras incorporarse pegado a su espalda, mientras que Kimi se plantó en las narices del Williams.
Como anécdota, tanto Hamilton como Bottas pasaron a Alonso -que no había parado- con insultante facilidad.
Una vez todos hubieron parado la situación era: Rosberg, Hamilton, Raikkönen, Bottas, Massa, Verstappen, Alonso, Magnussen, Grosjean, Pérez, etc...
Rosberg tenía 12” sobre Hamilton, que fue rebajando el inglés hasta situarse a 7”. Entonces, un problema con la presión del agua le hizo levantar el pie y dejar a Rosberg tranquilo, cosa que ya estaba, puesto que seguramente andaba controlando la cosa. Así todo, nos perdimos la única posible emoción del GP ruso en sus tres ediciones.
De los primeros no se movió nadie. Verstappen, sexto asegurado, abandonó por un problema de motor. Sainz y Nasr fueron sancionados con tiempo por conductas antireglamentarias, aunque poco les importó, ya que no estaban en condiciones de nada destacable.
Button adelantó a Sainz -que estaba sin ruedas- al final, situándose décimo en posición física, ya que a causa de la sanción de Carlos, ya lo era en realidad.



Alonso cuajó una sólida carrera para finalizar en un brillante sexto lugar. Eso sí, a más de una vuelta del vencedor.



Y poco más. Massa paró, dada su gran ventaja con Alonso, y puso superblandos. Parecía que iba a lograr la vuelta rápida, pero no pareció siquiera intentarlo. O no pudo. Eso permitió que Rosberg, al lograrla, se hiciera con su primer Grand Chelem de su vida. Y que conste que sólo 24 pilotos a lo largo de la historia lo han logrado. Encabezando la lista está Jim Clarck con ocho. De los pilotos actuales quien más atesora es Vettel, con cuatro.
La carrera finalizó con victoria de Rosberg seguido de: Hamilton, Raikkönen, Bottas, Massa, Alonso, Magnussen, Grosjean, Pérez y Button completando los diez primeros.
Rosberg sumó la cuarta victoria consecutiva de la temporada, y la séptima en total contando las del año pasado. Iguala así a Schumacher con siete triunfos consecutivos. Por delante sólo Vettel y Ascari con nueve. Claro que a Ascari muchos le dan “solo” siete, por eso de las 500 Millas de Indianápolis que antes puntuaban y que le cortaban la racha. Pero era una excentricidad que se corría bajo reglamento yankee, y al que los pilotos de F1 no acudían. Y sí lo hacían era por el prestigio de la carrera, e iban con coches totalmente distintos con los que corrían el campeonato. Por tanto, nueve o siete de Ascari según a quién preguntes.



Rosberg era el único feliz en el podio. No era para menos.



Tras el podio las reflexiones. Mercedes falla sin fallar. Tiene algún que otro problemilla con la fiabilidad, pero así todo, son intocables.
Ferrari pareció estar cerca en Australia y Barhein, no tanto en China y mucho menos en Rusia. Y si a eso le añadimos sus problemas mecánicos, errores tácticos y accidentes, pues lo tienen crudo.
Williams y Red Bull son los terceros en discordia y capitanean un grupo de lo más ajustando en los que un día destacan unos, y otro día, otros.
Nefasto GP para Red Bull, ya vendrán tiempos mejores, sin duda.
Mclaren sigue con su clara progresión, nada raro si tenemos en cuenta los medios de que dispone, con un constructor detrás, amén de los excelentes pilotos.
Pero de ahí a podios en condiciones normales... lo tiene casi tan crudo como Ferrari el título.
No doy por perdido nada todavía, pero visto lo visto, creo que sólo habrá disputa por el de pilotos entre Rosberg y Hamilton, salvo milagro de Ferrari.
En mi opinión, Ferrari debe centrarse carrera a carrera intentando sacar lo mejor, es decir: nada de lograr podios y sumar puntos pensando en un hipotético campeonato, no. Debe ir a jugársela a ganar, todo o nada. Si sale bien, victorias al buche y a esperar. Sino, al menos lo habrán intentado.
En resumen, mejor acabar muy lejos de los Mercedes pero logrando victorias, que cerca pero sin ellas.

Respecto a la reglamentación de coche de seguridad, reinícios de carrera y demás, debo decir que es un paso atrás, una incongruencia, el no permitir que los equipos lleven un tercer -y sí quieren- un cuarto coche. No supondría ningún sobrecoste para ellos y evitaría un trabajo a contra reloj de los mecánicos en caso de un accidente en los entrenamientos, como el de Alonso en Mónaco 2010, que obligó a los mecánicos a trabajar a toda pastilla para montar en el chasis de reserva toda la mecánica del coche. Cero ahorro y mucho trabajo. Además, un coche menos en calificación.
Lo mismo para salidas accidentadas. Sería bueno, en caso de accidente que obligue a la salida del coche de seguridad en la primera -o dos primeras- vueltas, que la carrera se detuviese, y los pilotos que se hayan accidentado puedieran salir de nuevo, aunque sea desde los boxes, con los coches de reserva. Con los muletos, como se los denominaba antaño. Mejor para el público a todas luces, ¿verdad?
Imaginen que se queda un aspirante al título tirado por un accidente como este en la cita decisiva. ¿No sería mejor que pudiera salir en el caso de detención de carrera con el muleto? No hablo de detener la carrera arbitrariamente, solo hacerlo en caso de necesidad, como acabo de explicar.
En la cita decisiva, en cualquiera y para cualquiera.
Y con esta reflexión os dejo. Nos vemos en España.